MANUEL ORIBE
Y SU SENTIDO ROMANO DE LA POLÍTICA
Gonzalo V.
Montoro Gil
Hemos hablado en su momento de la relación que hubo entre el Imperio Romano y la política desarrollada, tanto cultural como socialmente, por Benito Mussolini y el Régimen Fascista y una especie de ‘proto’ fascismo encarnado en Nicolás Di Rienzi, por el año 1347, en el Blog EL MENSAJERO DE LA CONFEDERACIÓN ARGENTINA: “Roma: Su Primera y Segunda Restauración”)
En lo que respecta a
Mussolini su escudo era el Haz de Lictores o ‘Fasces’ que precedían las
comunicaciones, escritos y banderas. Era un símbolo de la ‘romanidad’, si se me
permite el neologismo, al igual que el saludo con el brazo en alto y la mano
extendida palma hacia abajo que se sigue usando en medio oriente hoy día, como
símbolo de lealtad, y en la Argentina en el Juramento a la Bandera
Mussolini a través de su
Régimen, quería revivir la gloriosa época del Imperio Romano. Y formalmente, el
Haz de Lictores o ‘Fasces’ era el distintivo, el emblema de ello.
Tan impregnado quedó en
la imagen de la gente el símbolo, que se lo asocia, equivocada, cuando no,
peyorativamente solo al Fascismo.
En realidad han sido los
romanos quienes lo adoptaron y le dieron su significación de comunidad, de
‘unidad de destino en lo universal’, como diría José Antonio Primo de Rivera,
en justas y sabias palabras.
Ahora bien, que era el Fascio o ‘Haz de Lictores’?
El fascio littorio o fasces era un haz
de 30 varas (una por cada curia de la antigua Roma) atadas de manera ritual con una cinta
de cuero rojo formando un cilindro, a su alrededor había un hacha común o un labrys. Originalmente era el
emblema de los reyes etruscos, adoptado igualmente por los monarcas romanos y
perviviendo durante la república y parte del imperio.
Los fasces eran transportados al hombro por un número variable de líctores (oficiales públicos), fasces
lictoriae, que acompañaban a los
magistrados curules como símbolo de la autoridad de su imperium y su capacidad para castigar y ejecutar. En las grandes
aglomeraciones de gente, el lictor la
usaba para golpear a la gente y disuadirla.
Dentro del pomerium,
el límite sagrado de Roma, las fasces no podían llevar hachas, indicando que
dentro de la ciudad los magistrados curules tenían derecho para castigar, pero
no para ejecutar. Tan sólo le estaba permitida al dictador la inserción de las hachas….
Ese sentido romano de la
historia y la política llegó a nuestras costas sudamericanas, más precisamente,
rioplatenses y ello se ve reflejando tanto en la política y pensamiento de Juan
Manuel de Rosas al frente de la Confederación Argentina, como en Manuel Oribe,
Brigadier General Oriental.
Este último tanto en su
vida personal, privada cuanto a su actividad cultural, social y administrativa
durante años en el Gobierno Oriental, así como a su porte, su estampa militar y
su actuación en tal sentido, estuvo imbuido de un pensamiento romano.
(Quien deseé profundizar
al respecto puede leer documentación de varios autores Orientales en el Blog
citado, en el trabajo “De Artigas a Rosas-El Sueño Trunco de la Patria Grande”)
No creemos que haya sido
todo casualidad. Es evidente que los pensamientos socio-políticos y las
acciones consecuentes de Oribe conllevaban criterios romanos.
Y esto fue –silenciosamente-
plasmado de una forma tal, en algo que creemos no ha sido visto o si visto, no
se le ha dado la importancia que tiene, por sus herederos políticos.
El concepto de ‘UNION’
tan típicamente romano se encuentra expresado en el Haz de Lictores (y los
laureles) que se ven reflejados en el Escudo del PARTIDO NACIONAL (o ‘BLANCO’),
Federal y ‘Oribista’. Partido creado
por Oribe el 10 de Agosto de 1836.
De tal modo,
interpretando el pensamiento y acción de Manuel Oribe, sus discípulos Juan José
Herrera y su hijo el historiador Oriental Luis Alberto de Herrera crean el 1ª
de Enero de 1872 el escudo en cuestión que habla por sí mismo, (50 años antes
que el Fascismo estuviese en el poder en Italia), del sentido romano y por
ende, hispánico, del que estuvieron empapadas nuestras gestas libertadoras, muy
alejadas de los falsos criterios jacobinos y franceses con los que se nos ha
querido educar con la llamada ‘Literatura de la Historia’,.
Por aquellos años no
existía Antonio Gramsci, supremo estafador moral y cultural, pero de haber
existido no hay duda que la educación falsa sobre nuestra historia en que se
nos ha atiborrado el cerebro desde 1852 (la mencionada ‘Literatura de la
Historia’), lo hubiera hecho muy feliz al marxista referido. Los Unitarios se
le adelantaron en el tiempo, no cabe duda.
MONTORO GIL, Gonzalo
Vicente (““Roma: Su Primera y Segunda Restauración” - (https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/02/roma-su-primera-rienzi-ano-mcccxlvii-y.html)
MONTORO GIL, Gonzalo Vicente
(“De Artigas a Rosas-El Sueño Trunco de la ‘Patria Grande’- Blog ‘El
Mensajero De La Confederación Argentina’- 2020).
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