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jueves, 28 de agosto de 2025

JUAN MANUEL DE ROSAS-SU FUNERAL-CRONICA DE UN DIARIO INGLÉS

 JUAN MANUEL DE ROSAS-SU FUNERAL-CRONICA DE UN DIARIO INGLÉS





(Copia y traducción de una Crónica de un diario inglés el “The Hampshire Advertiser” de Southampton correspondientes al sábado 17 de marzo de 1877 y del miércoles 21 de marzo de 1877, en los que se informa el fallecimiento y funeral del General Don Juan Manuel de Rosas. Este documento realizado en Southampton por Liborio Justo hijo del Presidente Agustín P. Justo y que fue de su pertenencia lleva fecha diciembre de 1930. Con motivo de su estadía en Inglaterra, Liborio Justo decide viajar a Southampton para visitar el cementerio donde descansaban los restos del General Juan Manuel de Rosas, su espíritu curioso e inquieto lo llevo a investigar y encontrar este diario de la época, lo copia y traduce).

 

THE HAMPSHIRE ADVERTISE” – Southampton – Saturday March 17 1877 –

 

MUERTE DEL GENERAL ROSAS.

 

“Su excelencia General Juan Manuel de Rosas, ex Gobernador y Dictador de la Confederación Argentina, murió a las 7 del miércoles, en su casa-quinta en Swathling alrededor de tres millas de Southampton. Había nacido el 30 de marzo de 1793 y por consiguiente dentro de una semana hubiera alcanzado los 84 años de edad. El fallecido que había residido en y cerca de Southampton en los últimos 25 años, fue atacado por una inflamación a los pulmones el sábado pasado después de haberse expuesto imprudentemente a la inclemencia del tiempo y, no obstante lo sabía y constante atención del Dr. John Wiblin, F.R.C.S., quien había sido su médico y amigo confidencial durante todo el periodo de su residencia en este país, sucumbió al ataque a la hora nombrada. 

Doña Manuelita de Rosas de Terrero, la devota hija y compañera del ex Gobernador, llego de Londres el lunes y estuvo en constante cuidado de su padre durante sus últimas horas. Su esposo, Don Máximo Terrero dejo Southampton hace apenas unas semanas el 24 de febrero, en el vapor “Minho” de la Royal Mail Company, para Buenos Ayres, con documentos auténticos y todo lo necesario para recuperar las propiedades de su esposa y las del General las cuales ellos heredaron. El difunto tenía un hijo (Coronel Rosas) [SIC] quien en un tiempo residió en Southampton y que murió en Buenos Ayres hace algunos años. 

Tenía también una hija (Doña Manuelita de Rosas de Terrero) y esta señora tiene dos hijos de 18 y 20 años respectivamente, el mayor de los cuales ha completado el miércoles sus exámenes en la Escuela de Minas de Londres. El General Rosas fue derrocado de la dictadura el 3 de Febrero de 1852, por un ejercito bajo la dirección del General Urquiza; Su ejército fue completamente derrotado, y el general y su hija Manuelita tuvieron que refugiarse en la ciudad de Palermo de donde escaparon durante la noche llegando a bordo del H.M.S. “Locust” en seguridad, y al día siguiente fueron transbordados al H.M.S. “Centaur”, Almirante Henderson, Se dijo entonces que se trasladaría a los Estados Unidos, pero el General Rosas llego a este país en el mes de abril siguiente habiendo sido traído en un barco de guerra ingles comandado por el capitán Day miembro de una familia de Southanpton. 

Cuando llego a esta ciudad el general tomo departamento en el Windsor Hotel hasta que pudo obtener una residencia conveniente. Esta fue encontrada en Rockestone-place, Carlton-terrace, donde residió por muchos años. Mientras estuvo en la ciudad el general acostumbraba a cabalgar por las calles casi diariamente en un hermoso caballo negro y su majestuosa forma y porte militar, junto con los arneses de su cabalgadura, siempre atraía mucha atención y admiración. Más tarde se trasladó a la quinta en que ha permanecido hasta su muerte. Este lugar llamado quinta de Burgués-street, de una extensión de 300 o 400 acres rentado al difunto Mr. Jhon Fleming, de Stonchan Park, y en el invirtió mucho dinero, encontrando su mayor diversión y placer en cuidarla personalmente. 

El general había estado enfermo de gota por algunos años pero se lo podía ver constantemente cabalgando por los campos y su mayor satisfacción parecía ser montar a caballo y dar órdenes a los que él ocupaba. Su pasión de comando era tan grande que a nadie le era permitido hablar una palabra excepto para dar a comprender que había entendido una orden dada o para hacer preguntas. 

El general Rosas siempre pagó a los empleados y peones de su quinta alrededor de un tercio más de los salarios corrientes en el distrito pero tenía la peculiaridad de tomarlos únicamente día por día. Cada hombre era pagado diariamente e informado si se le necesitaba o no al día siguiente. Este aspecto extraño de su carácter surgía de una determinación de no encontrase atado nunca por compromisos permanentes pero en el resultado los hombres se encontraban en empleo regular y pocos cambios eran hechos. Tan estrictamente disciplinarios fueron sus hábitos que el tiempo de trabajo de cada hombre era calculado hora por hora. Tenía siempre un sereno especialmente empleado invierno y verano para que tocase cada media hora durante la noche una gran campana colocada bajo la ventana de su dormitorio. Fue siempre una característica del fallecido pagar bien el trabajo que contrataba, pero era rígido en controlar que el trabajo se cumpliera. 

El general Rosas huyó de su país sin nada en forma de propiedad, pero poco tiempo después de su huida, el general Urquiza, uno de los generales de Rosas y quien habíase vuelto traidor el mismo en el curso del tiempo, sitió con éxito la ciudad de Buenos Ayres y levanto entonces la confiscación sobre las propiedades de Rosas lo cual le permitió al refugiado obtener por la venta de una de sus estancias libras 16.000 o libras 20.000. 

Urquiza fue subsiguientemente expulsado de Buenos Ayres a las provincias y las propiedades del general Rosas fueron nuevamente confiscadas. Su mano fue en general extendida a todos los que estuvieron en contacto con él, y sus actos de generosidad fueron ilimitados mientras duro su fortuna. En los últimos años de su vida el ex Gobernador dependía enteramente de los amigos de su familia y del esposo de su hija. 

Por muchos años el general Rosas y el difunto Lord Palmerston cambiaron visitas frecuentemente en Rockstone-place, en la quinta de Swathling y en el “manor” de Broadlands, y la más amistosa correspondencia fue mantenida entre ellos. Por voluntad del difunto general sus estados y propiedades en la Confederación Argentina han sido dejados a su hija y su yerno, quienes son también los ejecutores de su última voluntad y testamento. 

El muerto era católico romano. Su funeral será estrictamente privado, tendrá lugar en el Cementerio de Southampton en el próximo martes habiendo sido confiados los arreglos pertinentes a los Sres. Hayes e hijo, de la calle Hign”.

 

THE HAMPSHIRE ADVERTISE” – Southampton, Wednesday March 21, 1877

 

FUNERAL DEL GENERAL ROSAS

 

“El funeral de Su Excelencia General Juan Manuel de Rosas, ex Gobernador y Dictador de la Confederación Argentina, cuya muerte es su casa-quinta de Swarthling, el miércoles pasado, fue anunciada en le Advertiser del sábado, tuvo lugar ayer (martes) sus restos habiendo, sido enterrados en una bóveda en el Cementerio de Southampton. 

El difunto era católico romano y el lunes a la tarde entre las 7 las 8, el féretro fue trasladado de la casa-quinta a la Capilla Católica de la calle Bugle, Southampton donde se verificaron las ceremonias usuales de la Iglesia Romana y donde permaneció hasta ayer por la mañana. Alrededor de las 11 se celebró un servicio completo, conducido por el Rev. Padre Gabriel, en ausencia del Rev. Padre Mount, el párroco, quien se encuentra actualmente en el Continente. 

A la conclusión del servicio, el cual fue de carácter más impresionante, el féretro (cubierto con un paño negro con una gran cruz blanca) fue colocado a una carroza tirada por cuatro caballos con mantas de terciopelo. 

El resto del cortejo consistía en dos coches fúnebres y el carruaje del Dr. Wiblin, F.R.C.S., quien había sido el médico y amigo confidencial del General en todo el periodo de su residencia en este país. En el primer coche iba el Barón de Lagatinerie (Capitán de Estado Mayor, Agregado al Estado Mayor General del 2° Cuerpo de Ejército, Amiens, y sobrino del fallecido), Sr. Manuel Terrero (nieto del fallecido) y el Rev. Padre Gabriel. 

En el segundo coche iban los sirvientes del difunto general y de la Sra. Terrero y en el carruaje del Dr. Wiblin, éste y Mr Fleming, procurador de Londres. El servicio en el cementerio fue muy corto y como el funeral era de naturaleza estrictamente privada, la concurrencia a la tumba no fue tan numerosa como sin duda hubiera sido de otra manera. 

El féretro era de roble inglés, lustre francés y con esplendidos ornamentos de bronce. En la tapa llevaba una placa de bronce con la siguiente inscripción hermosamente iluminada: Juan Manuel de Rosas- Born 30th March 1793- Died 14th March 1877.

(Los arreglos del funeral fueron confiados a los Sres. E.Mayer e Hijo de la calle High y conducidos bajo vigilancia personal de una forma enteramente satisfactoria)”.

 

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viernes, 22 de agosto de 2025

CARTAS INÉDITAS ENTRE MÁXIMO TERRERO Y MANUELITA ROSAS (Explicando el dia despues de la Batalla de Caseros y la devolucion de bienes a Manuelita)

 CARTAS INÉDITAS ENTRE MÁXIMO TERRERO Y MANUELITA ROSAS (Explicando el dia despues de la Batalla de Caseros y la devolucion de bienes a Manuelita)

1) Carta de Máximo Terrero para Manuela de Rozas de Terrero. Le comenta que los derechos por la herencia materna de ella han sido reconocidos por un decreto del Gobierno. Sin embargo éste no reconoce todos los bienes y propiedades, por lo que Máximo envió un telegrama a George Flenning, solicitando los títulos de propiedad para demandar al Gobierno en la Corte Suprema de la Provincia.

La carta dice que se adjunta el decreto mencionado, pero éste no se encuentra anexado.

Adjunta un recorte de periódico del diario La Nación, donde se publica que los Tribunales de la Provincia fallaron a favor de los herederos de Juan Manuel de Rosas, sobre la entrega de los bienes pertenecientes al mismo



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2) Carta de Máximo Terrero a Manuelita, con un cuestionario que hace Máximo  preguntando acerca de lo sucedido el 3 de Febrero luego de la Batalla de Caseros.






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3) Carta de Manuela Rosas de Terrero a Máximo Terrero en respuesta a un cuestionario sobre el 3 de Febrero de 1852.



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viernes, 8 de agosto de 2025

(de Pluma Ajena) A DON JUAN MANUEL DE ROSAS (por Marcos Rivas)

 (de Pluma Ajena) A DON JUAN MANUEL DE ROSAS (por Marcos Rivas)


CON el alma mordida por la angustia

asida a las raíces de mi raza,

evoco tu figura bella y fuerte

que era corno la imagen de la patria.

 

Necesito expresar mis sentimientos

y que estalle en verdades mi palabra.

Pesa el error sobre la historia nuestra

con la gravitación de una montaña.

 

Oye, Restaurador, criando esa noche

mendigaste un rincón en la embajada

"que tú enseñaste a respetar", las tropas

extranjeras su triunfo festejaban.

 

Las tropas extranjeras... Desde el tiempo

de Beresford y Whitelocke no hollaba

el suelo invicto de la "gran aldea".

¡Y estas eran legiones mercenarias!

 

Frente a la honda pena de tu pueblo

que escondido en las sombras te lloraba

el vencedor, por conquistar su afecto,

debió imponer divisas coloradas...

 

A tus disciplinados regimientos

les distribuías sables y guitarras.

¡Qué dulce era el cantar de tus cielitos! ;

Qué airoso el zapateo de tus zambas!

 

Hoy rugen saxofones y ukeleles

compasando el vértigo hecho danza

con versos de tahures y vencidos,

de una tristeza quejumbrosa y falsa.

 

Duerme entre tanto el sueño de la gloria

en una tumba que te fué prestada

por los mismos a quienes denotaste

¡más generosos que tu misma patria!

 

Pero algún día, Juan Manuel, tus restos

retornarán sobre la estela blanca.

Pregonando dictados de justicia

volarán mil banderas en el Plata.

 

Te velará la sombra de los héroes

de toda la epopeya americana;

y aquellos tus ejércitos civiles

abatirán las lanzas enlutadas.

 

Otra generación que ya anunciamos

de este mezquino engaño liberada,

arrancará a la entraña de los Andes

moles de cuarzo para alzar tu estatua.

 

Y  después... largos años de anarquía;

v nuestros padres, miserables parias,

eran extraños en su propio suelo,

eran "los gauchos", "chusma" despreciada.

 

Indígenas incultos, no vestían

ceñida chaquetilla abotonada

ni ‘breech’ ni ‘paletó’. "Sólo la sangre

les distinguía condición humana”.

 

Había que "pacificar". Partieron

expediciones punitivas. Nada

detenía la saña fratricida

ni el ímpetu brutal de la matanza.

 

Ambiciosos soldados mercenarios

el suelo de la patria profanaban

levantando cadalsos. Y con ellos

ensangrentaron las tranquilas pampas.

Había que "traer los hombres blancos

 

que sabían arar". Por esa causa

menester era "fecundar la tierra

con el abono de la sangre gaucha".

 

Tanto civilizaron que nos dieron

los ‘trusts’ de gentes que no tienen alma

ni Dios. Su obra fatal se patentiza

en la desnutrición de nuestra infancia.

 

Las carnes argentinas van a Liverpool

 y las cosechas a Marsella o Savannagh

mientras el territorio se despuebla

y aumenta la miseria de la raza.

 

Por  eso, Juan Manuel, quiero evocarte.

Aún subsiste el rencor que te negara

un sepulcro en el suelo que tu esfuerzo

mantuvo intacto, frente a recias garras...

 

Afirmaste el derecho de ser libres

que los hombres de mayo proclamaran.

En tus manos patricias nuestra enseña

fué por todos los pueblos respetada.

 

Frente al derecho de los potentados

realizaron los pobres su esperanza:

de ser felices, de tener su rancho,

de sentir y querer, ¡de tener alma!

 

¡Con qué humano sentido de la vida

y auténtica noción de democracia

Manuelita asistía a los candombes

que los humildes negros celebraban!

 

Restaurador, por eso yo te invoco.

Diríase que ha Marta la confianza

en nuestro porvenir, que se ha perdido

en nosotros el culto de la patria.

 

Ponte de nuevo al frente de tus gauchos

en el momento heroico de las cargas

y acomete a estos pérfidos salvajes

de la avaricia, el dolo y la falacia.

 

Que Mansilla arme nuevos Toneleros:

ya asoman extranjeros oriflamas;

que Mariño vigile los intentos

de la voraz penetración extraña;

 

Que abrumen tus bufones con sus burlas

a tantas fatuidades encumbradas;

que afirmen tus decretos la tendencia

moral de nuestra vida, hoy olvidada.

 

Parecería, Juan Manuel, que ahora

hasta el idioma nos avergonzara.

Decirnos: "chau", "good bye", o desmedrantes

voces que nos inculca la canalla.

 

Haznos formar, erguidos y viriles,

a los primeros sones de tus dianas

a los "tennistas" y a los que tenemos

las uñas de las manos esmaltadas.

 

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