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lunes, 25 de febrero de 2019

ROMA: SU PRIMERA (Rienzi – Año MCCCXLVII) Y SEGUNDA (Mussolini –Año MXMXXII) RESTAURACIÓN



ROMA:
SU PRIMERA (Rienzi – Año MCCCXLVII) 
Y SEGUNDA (Mussolini –Año MXMXXII) RESTAURACIÓN


Gonzalo Vicente Montoro Gil
MCMXCVII


Así como la lava brota del magma, del interior de la madre tierra y se expande; así Roma nos brota del alma (raíz de nuestro ser) de lo profundo de nuestros sentimientos innatos y latentes (efecto de nuestro origen – movimiento del alma), y se expandirá, representando lo nuevo en lo eterno. Transformando en formas y reafirmando en valores toda la realidad humana y divina.
Si Dios ha hecho la creación, es nuestro deber como romanos comprenderla, darle sentido (es decir, valorarla), organizarla, ordenarla, transmitir nuestra certidumbre y darla a conocer”.

G.V.M.G

 

I.- ADVERTENCIA

Quisiera expresar, antes de comenzar que el fin de éste pretendido ensayo histórico es trazar lo mejor posible el paralelismo histórico-espacial de las situación y personajes centrales que describo a continuación. Sin intentar una descripción puntillosa o una biografía acabada y exhaustiva de sus vidas. Solo toco las aristas principales de sus existencias tanto públicas como privadas; no tratando de indagar y sumergirme en situaciones cotidianas y de poco peso político, salvo de que ello sea necesario a causa de influir en los acontecimientos históricos, públicos, que dejen traslucir una manera romana de ser...
Dividiremos el trabajo en dos partes. En la primera, describiremos la Primera Restauración de Roma por Nicola Di Rienzi ( el último Tribuno) siguiendo un orden cronológico, en cuanto a los sucesos, declaraciones, etc.
En la Segunda parte describiremos la Segunda Restauración de Roma por Benito Mussolini ( El Duce),  pero siguiendo un orden temático.
Esto, a fin de comparar mas gráficamente el paralelismo de las ideas de Di Rienzi y Caudillos de un mismo país por un mismo fin: el restablecimiento del orden natural a través de Roma.-
“Acta Simulata Veritatis Substamtiam Mutare Non Possunt: Latinii Dominus Et Paters Patri Orbi Magnificat”

II.- INTRODUCCIÓN

 “ ¡¡Juraría que ya ha sucedido antes...!!” . Cuántas veces hemos creído que tal o cual hecho ya ha sucedido, que determinado suceso se ha repetido en el tiempo. Lo que sucede es que la esencia del hombre, en situaciones críticas, no ha cambiado a través de los siglos aunque sí sus manifestaciones externas. La actitud trascendente del hombre no ha variado hasta hoy.
Pues ocurre que determinados sucesos remotos, a nosotros nos parece ver un calco.
No se sabe hacia donde se pueden dirigir, y con que permanencia en el futuro, los actos humanos en determinado lugar y tiempo. Es decir, no se sabe que consecuencias producirá en el correr de los años.
Por ejemplo, un determinado suceso político tiene consecuencias que serán causas de otro determinado hecho. A su vez, éste determinado suceso político tendrá consecuencias que será causa en el futuro de otro hecho que será su consecuencia y a la vez causa futura y así sucesivamente. En cuantas oportunidades hemos observado hombres, sus acciones, Estados, revoluciones y siempre descubrimos que han tenido una causa anterior. Una causa política, diría. La consecuencia de un modo de pensar, de una actividad será causa a su vez en un futuro incierto, de una situación similar. Un eterno retorno...
Pues la originalidad proviene de la palabra ORIGEN: ‘principio, raíz, nacimiento de una cosa’. Nosotros una sola vez, de una sola madre. El mundo tuvo su origen: nació; y no nacerá de nuevo. Por eso no se puede pretender una originalidad permanente a través de la historia, en los hombres. El único ‘original’ fue Adán...
El fin buscado en éste ensayo es resaltar una situación política imperante que se vuelve a repetir como 6 siglos después, en el mismo lugar. Nótese que digo ‘en el mismo lugar’. Esto es, una coincidencia espacial. Y he ahí lo interesante de la cuestión. Pueden y han ocurrido situaciones similares a través del tiempo, pero en distintos lugares de nuestra tierra. Pero la situación de que hechos análogos, situaciones complejas, inestables y similares, ocurran en el mismo país, en la misma ciudad con una diferencia de 6 siglos, es de resaltar.
Muere el Imperialismo Romano, renace en Di Rienzi y vuelve a renacer en Mussolini. Estos hombres restauraron Roma; es decir, el orden interno, externo, el espíritu Cristiano en las almas, la fe creyente, el trabajo como medio individual de superación para un hacer común, la tradición noble de Roma. Y lo hicieron consciente de ello.
La caída de Roma tuvo sus consecuencias. Ellos fueron la causa, consciente o no, del advenimiento de la 1era. Restauración por Di Rienzi; él retomó los hilos, la continuidad histórica de Roma a través del puente de los años.
Y la consecuencia de Di Rienzi sirvió como elemento de causalidad para la aparición de hombres que, ante hechos externos que obraban sobre ellos y sus patrias en forma similar a Di Rienzi, actuaron. Entre ellos Benito Mussolini, el ‘Duce’, que restauró por 2da. vez a Roma.
Nosotros tomamos a Nicolás Di Rienzi, el ‘Tribuno’ y a Benito Mussolini, el ‘Duce’ por la coincidencia espacial. Pero hubo en la historia muchos hombres y movimientos que realizaron o intentaron la Restauración dicha. (Es decir, valorando el pasado romano, su ser, su orden de los conceptos, y escalas jerárquicas de valores; todo para servir de apoyo a la continuidad histórico-política).
Ejemplo de ellos son: Charles Maurras en Francia; Cornelio Codreanu en Rumania; Corradini en Italia, Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera, en España.
Este último  dijo: “...nadie ha nacido miembro de un partido político. Todos nacemos miembros de una familia. Todos somos vecinos de un municipio, nos esforzamos en el ejercicio de un trabajo. Pues si esos son nuestras unidades naturales; si la familia, el municipio, y la corporación es lo que de veras vivimos ¿ para qué necesitamos el instrumento intermediario y pernicioso de los partidos políticos que, para unirnos en grupos artificiales, empiezan a desunirnos en nuestras realidades auténticas?.” [1].
En nuestro país, por ejempo, José de San Martín, Manuel Belgrano, Miguel de Güemes, Cornelio Saavedra, Pedro b. Palacios –‘Almafuerte’-, Juan Manuel de Rosas, llamado el ‘Restaurador de las Leyes’ al igual que Nicola Di Rienzi, si bien vivieron y actuaron en diferentes épocas y lugares había una continuidad espiritual, religiosa y de principios políticos.
Surge la pregunta: ¿Restaurador de qué?. Del bien común y lo bueno aristotélico, de lo justo de nuestras instituciones hispánicas y cristianas como cimiento o leyes fundamentales ( y fundacionales) para nuestro devenir. Restaurar al hombre en Cristo: ‘Omnia Restaurarum in Christo
Es evidente que entre todos estos hombres hay una interrelación de causas y efectos que los ha/han llevado a ‘pensar y actuar’, como diría Mazzini, en forma análoga, uniforme, coherente en diferentes lugares y épocas. Así actúa la justicia del hombre por Cristo,  a través del tiempo: siempre reaccionando de su letargo en forma semejante y coherente.
Para darnos una idea de la relación Causa – Fuente y Causa- Fin ( o consecuencia) entre 2 sucesos acaecidos en épocas distantes entre si, valga un ejemplo al respecto: El efecto o consecuencia de la vida de Di Rienzi fue causa ( directa , esta vez) de la vida posterior de ese otro hombre  que restauró Alemania en 1933 en otro tiempo y espacio: Adolf Hitler.
Todo comenzó en Linz, una noche de noviembre de 1906 a la salida de la Ópera Hitler y su amigo Kubizeck habían escuchado la Opera ‘Rienzi’ de Richard Wagner. A la salida Hitler caminaba en silencio y tomó la cumbre que conducía a sus momentos de cavilaciones en el Monte Freiberg. Marchaba sin decir palabra, sin tener en cuenta la presencia de su amigo. Caminaba raro y pálido; continuaba subiendo como atraído por una fuerza irresistible.
Al llegar a la cima las estrellas brillaban... “Adolf tomó mis manos las apretó con fuerza entre las suyas, sus ojos brillaban conmovidos, y las palabras no salían de su boca con su acostumbrada facilidad, sino en forma entrecortada; su voz era ronca y turbada.”.
 “Entonces brotó de sus  labios una oleada de palabras como jamás oí nunca. De pie bajo las  estrellas teníamos la impresión de estar solos sobre la tierra. Me habló de la misión que le encargaría su Nación que tanto amaba para sacarla de su esclavitud”.
“Cuando bajamos noté fue Adolf volvía a la montaña de nuevo diciéndome que quería estar solo. Lo seguía con la vista mientras se perdía en el silencio de la noche...” [2]    
Un día Hitler le contaría a la mujer de Ricardo Wagner, Cósima, éste suceso y concluiría así su relato “...fue entonces ( Causa-Fuente) que comenzó todo”  [3]

]




PARTE PRIMERA
ROMA: SU PRIMERA RESTAURACIÓN (Nicola Di Rienzi – Año 1347)

I.-GENERALIDADES. RESUMEN DE LOS AÑOS PREREVOLUCIONARIOS. ANTECEDENTES.

Nicola Di Rienzi, llamado ‘Cola Di Rienzi’, cuyo verdadero nombre era Nicolás Gabrini, nació en la Península Itálica, en la ciudad de Roma en el año 1313 y murió también en Roma en el año 1354.-
Di Rienzi era rubio, de gran altura y de carácter alegre.
Si bien provenía de una familia humilde, su abuelo, es decir el padre de su padre, era hijo natural de Enrique VIII. Durante su juventud fue un joven estudioso solo gracias a su afán de instruirse él mismo. Fue un perseverante autodidacta y pudo educarse así en los conventos donde concurría a leer, a estudiar. Se revelaba en él facilidad de aprendizaje, memoria, poder de deducción, habilidad para desenvolverse entre los hombres y dominar situaciones con su presencia y lenguaje, dados sus especiales dotes para el diálogo.
Denotaba un fino sentido de la oportunidad. Años después diría que no había que gastar a fuerza de familiaridad el efecto de su presencia. Diciendo que nunca había que mostrarse a la muchedumbre sino en los casos en que bastaba el propio espíritu para revestirles de algún distintivo..
Conocía bien a su pueblo, sus realidades y como tratarlos. Comentaba que la idiosincrasia del italiano era que era valeroso contra sus compatriotas pero de fácil huida ante mercenarios extranjeros.
Hagamos una descripción ahora de aquellos años para que a través de ella se trasluzca la situación social imperante que influiría posteriormente en Di Rienzi. Eran años de asesinatos ( en uno de ellos murió el hermano de Di Rienzi), de turbulencia plebeya, de clanes de tiranos que asolaban el territorio con sus mercenarios extranjeros que sojuzgaban a un populacho crédulo, feroz, pero cobarde.
En vano luchaban los Papas: se desobedecían sus preceptos, se ridiculizaba públicamente su vocación. Ellos vivían años encerrados en sus palacios amenazados constantemente. Ya, años ha, el Papa Clemente V había tomado la resolución de abandonar Roma por la tranquila residencia de Avignon.
Los Romanos abandonados de leyes, de industrias, con violencia cotidiana, continua, anárquica y sangrienta, se veían sin Papa ahora.
El desorden aumentaba. Los nobles fortificaban sus castillos y lares, apoderándose del patrimonio de la Iglesia. Contrataban ejércitos extranjeros, mercenarios para custodiar sus feudos y el orden público en Roma.
Entre dichas Casas o Clanes figuraban los Colonna, Los Orsinis, los Savellis, los Malatestas dividiéndolos un odio hereditario y ancestral. Odios, venganzas, crímenes, rencores se sucedían día tras día sin visaje de finalizar...

II.- COMIENZO DEL AÑO 1347

Mucho aumentó la desgracia de los romanos con las ausencia del Papa Clemente VI y su corte, elegido en 1342. Las bandas mercenarias asolaban Italia, dividida e inepta para encontrar su unidad y el orden.
Ante en tal situación parecía todo perdido, pero siempre quedan semillas que las aves rapaces pasan por alto. Nobles, plebeyos, artesanos, agricultores quedaban en pie todavía en una Roma desordenada y aturdida.
Uno de ellos era: Nicola Di Rienzi que arengaba a la gente predicándoles la libertad oponíase al libertinaje. Censuraba la turbulencia del pueblo sin dejar de sostener la causa de la Nación.
Otro que se sentía triste y abatido por la situación decadente era un noble, Adriano Colonna., sobrino, curiosamente, de uno de los tiranos: Esteban Colonna, se repetía impotente y desesperanzado “...infeliz ciudad, Reina caída de mil naciones: los nobles se despedazan uno a otros, los sacerdotes siembran la discordia, el Papa se refugia en el extranjero. Nosotros, hijos de Roma, hijos de César ejercemos el poder con un ejército mercenario que se mofa de nuestra cobardía al recibir el salario, subyugando además a los ciudadanos. Nuestra única salvación está en los corazones de nuestros compatriotas...” [4]

III.- DI RIENZI:  SU POLÍTICA. ROMA RESTAURADA. LA DOCTRINA DEL ‘BUONO STATO’. SUS ARENGAS

La intención de Di Rienzi no apuntaba a que el pueblo llegase al dominio del poder, sino a poder dominarse a sí mismo. Donde el pueblo es sensato, el populacho es débil, pero si el pueblo es corrompido el populacho se fortalece, decía.
Di Rienzi se dirigía al público en improvisadas reuniones en las callejuelas romanas utilizando su secreto: la convicción, el poder de su entusiasmo, su visión clara sin obstáculos, sin dudas, transmitiendo su fé no como quien promete sino como quien....profetisa.
También se encerraba a sí mismo meditando sobre sus ideas, proyectos, fines. Pasaba largos ratos solitarios sobre una mesa atestada de papeles, formando el contorno de su sencilla pieza, adornos de antigüo valor romano.. Su principal riqueza: treinta o cuarenta volúmenes- que era mucho para aquella época- de copias sacadas por el mismo de libros originales.
Su expresión de energía concentrada y serena, que realiza casi en un todo el ideal de la majestad intelectual, contrastaba con su juventud.
Hablaba consigo mismo cuando sus ideas y pensamientos tomaban forma y no podían ser retenidas en su mente.
El preveía el renacimiento de Roma de sus cenizas: “¡...Aún veremos un pueblo en Roma, y yo seré el instrumento de éste triunfo y el Restaurador de mi Raza!!. Mi pasión tiene un objeto: Restaurar Roma. Mi mano será la primera que enarbole el Sagrado Estandarte, Haz de los Lictores!¡ Desde mis pensamientos veo elevarse la grandeza de una Roma moderna y sobre la piedra fundamental de estas poderosa fábrica la posteridad leerá mi nombre!!..”  [5]
Di Rienzi repetía esto con paso leve y rápido, recorriendo las galerías y agitábase su cuerpo mientras sus ojos brillaban sinceros y resueltos.
Existen aquí varios elementos significativos, que por tal, destacamos: “Aún veremos un pueblo en Roma...”. Según él, existía aun de Roma, el continente pero no el contenido: su pueblo. Este contenido está por destruir el continente, por borrarlo física y espiritualmente. Su fin era, ergo, devolver a Roma su pueblo.  ¿ Cómo?: devolviendo a Roma: Roma.
“...y yo seré el instrumento necesario...”. Di Rienzi se sentía medio, no fin. Era consciente de su valer  por eso se sabía instrumento pero necesario.
“...y el restaurador de mi raza...”. Restaurar, no destruir. Tomar lo bueno del presente e incorporarlo a los valores imperecederos del pasado romano. Restaurar las leyes romanas, o mejor dicho el espíritu que las imbuía, su ética y estética, la valoración de las relaciones y las cosas; la valoración de los valores, lo que era justo ( con un sentido meta-histórico).
La prudencia en el arte de gobernar y convivir.
Pero no la prudencia temerosa, cautelosa, sino entendiendo la prudentia en un sentido romano, como lo entendía San Isidoro: “el hombre prudente no es el timorato al juzgar y actuar, sino el que ve de lejos, el que es perspicaz, el que  prevé con certeza a través de la incertidumbre de los sucesos o fenómenos”.
“...de una Roma moderna...” . Según De Rienzi Roma se nutre del pasado para crecer. El vislumbra una Roma nueva, si, pero a través de una continuidad histórico-cultural.-
“...y sobre esta piedra fundamental...”. El ve a Roma como una poderosa ‘fábrica’ de humanidad, no solo en cuanto a trabajo, sino también fábrica de arte, ideas y pensamientos. Liderando en todos los terrenos.
Toda construcción, toda obra ( civilización) occidental y cristiana tiene su piedra fundamental: (Roma).
Di Rienzi sabía que el fondo era religioso; y a un enviado del Papa expresaba que tanto el escolar, el noble de segundo orden, artesanos, sacerdotes, que no se habían vuelto ciegos a los ultrajes hechos al Cristianismo en la Capital del Mundo Cristiano, aguardaban una señal para levantarse y vencer o volver a caer. Esos vínculos indisolubles sostenían todavía la fe romana.
Para Di Rienzi el centro, el nudo era espiritual: Roma era la Capital del Cristianismo, si caía Roma caía la civilización en Cristo. Para que algo caiga, primero debe caer su base. Había dicho Di Rienzi, que el luchaba por restaurar Roma durante la cual florecieron las artes, las leyes, las ciencias y la educación; y para ello era necesario prudencia pero primero había que regenerarla y eso solo podía hacerlo un entusiasta, aunque podría resultar lo opuesto.
Ese era el miedo de muchos, entre ellos, Adriano Colonna, de quien ya he hablado. Ante su temor, Di Rienzi contestó y explicó su meta: el restablecimiento del ‘buono stato’ (Buen Estado) “...¡ Hombres libres eran nuestros padres! ¿Qué se hizo de su herencia?. Se nos ha arrancado mientras dormíamos. Señor nuestro, solo pedimos que nos la devuelvan. La seguridad bajo la protección de leyes para todos es el don mas precioso. Don arrebatado por los bárbaros del norte pagados por nobles corruptos. Roma debe ser protegidas por la silenciosa ley, no por la inquieta suspicacia ni por el vil miedo, compañeros inseparables de un poder odiado. Se cree libre el tirano subyugado por el extranjero a quien él mismo subvenciona, porque manda a siervos, pero es mas libre el último aldeano de un Estado Independiente. No ignoréis vos una sola cosa: ¡ Que un día tuvimos patria!...” [6]. Con esa claridad mental, con ese equilibrio de pasiones políticas, con discernimiento y voluntad hablaba.
Situación , la que describe, que se ha repetido tristemente a través de los siglos en todo el mundo. Pero siempre se ha alzado una voz, siempre ha quedado un carbón ardiente, una chispa encendida, como la de Di Rienzi.. Gritos de dolor que hasta hoy han sido casi siempre aplastados o negados o peor aún: desvirtuados y utilizados para fines justamente contrarios a los propuestos.
En los días y horas previos a la Revolución Restauradora, Di Rienzi hablaba en público en pequeñas concentraciones callejeras. Pero hubo una reunión general en la que se fijaron los puntos finales para el asalto al poder. Estaban presentes los principales jefes conspiradores a los cuales convocó Di Rienzi para hablarles, en una noche serena, estrellada, en las ruinas de la antigua y primera Biblioteca Romana. Sobre una vieja mesa un rollo de pergamino, un puñal, unos cirios y un crucifijo; alrededor de la mesa un centenar de hombres de pie e inmóviles escuchaban. Y Di Rienzi habló [7]: “...¡ Si; en la Iglesia de Letrán haré mi último llamamiento al pueblo. Sostenido por  el pontífice haré mi último llamamiento para hacerles conocer que la religión y la libertad, los héroes y mártires forman juntos una misma causa!! ¡ Juro por este crucifijo que empeño mi fe en la regeneración de Roma !. Y ustedes ¡ ¿ Juráis en torno al estandarte resistir a los opresores con la esperanza de la salud romana ¡?”
Volviéndose a sus camaradas por un impulso repentino y paseando sus nobles facciones de la expresión de un respeto y a la del entusiasmo belicoso, gritó: “¡ Por el Dios de los Ejércitos, Viva Roma, Viva la República!!”.-
Convocó De Rienzi a nobles y plebeyos en general, a la Iglesia de Letrán, unos días después , a fin de dar una conferencia sobre Roma, su pasado y sus glorias. Ese era por lo menos el fin público mencionado.
Pero Di Rienzi tenía otras intenciones: derivar el discurso hacia temas políticos actuales a fin de aguijonear a los patriotas presentes y advertir veladamente a tiranos y mercenarios que se encontraban dentro.
Oigamos su palabra, su pensamiento que una y otra vez invariablemente remarca en 4 o 5 principios o dogmas fundamentales de su ideología: Religión, Iglesia, Corporación, Movimiento Nacional, independencia, tradición, etc.... [8] “...¡ Si imagináis, señores, que por aficción a la antigüedad hemos consagrado tanto tiempo a su meditación, incurriréis en grave error. De poco vale conocer lo que hemos sido si no se busca este conocimiento con el ansia de instruirse en lo que deberíamos ser ahora. El pasado es solo sacrosanto por los progresos del género humano dados solo por los grados de cultura, ilustración, libertad y conocimiento obtenidos. Nuestros padres nos prohiben retroceder, nos enseñan nuestra verdadera herencia y nos imponen el precepto de reclamarla, de aumentarla , de conservar sus virtudes y de evitar sus errores. Tal es el uso que debe hacerse de su pasado!.”
“¡No puede seguir siendo nuestro emperador, un extranjero. Nuestro jefe de la Iglesia, un desterrado. Tengo muchos detractores, soy aborrecido porque quiero a Roma. Soy despreciado porque quiero sacarla de su abatimiento. Vosotros (refiriéndose al pueblo) fuisteis modelo y gloria de las naciones!. ¿ Habréis de ser una lección viva donde aprendan lo que viene a ser un pueblo que se abandona a sí mismo?. ¡ Levantáos, todavía es tiempo,  limpiad Roma de mercaderes sátrapas y mercenarios guerreros; desterrar a los hombres que sostienen nuestras querellas intestinos, cualquiera sea su categoría!.¡ Devolved la espada y la balanza a la justicia, arrancáselais a defraudadores, pues la balanza y la espada son antiguos tributos romanos.!
 Conseguid una victoria superior a los cesares: una victorias sobre vosotros mismos. Con Roma resucitará el mundo, su religión y la Restauración de las leyes!. Desde ahora mis únicos enemigos serán los enemigos de Roma.!. ¡ Nobles y plebeyos aúnense junto a Roma!. Y conozca el pueblo que el verdadero orgullo de un patricio es poseer un poder que le ponga en disposición de servir a su patria.!!”
Apenas terminó de hablar desapareció repentinamente, el estupor se reflejaba en los rostros ante la osadía de Di Rienzi. En realidad el aplomo de Di Rienzi era...su audacia, que la llevaba tan lejos y a tan alto grado sin asomo de intranquilidad, dominando con su voz gestos y mirada, a la gente  que lo escuchaba absorta. Solo así pudo salir airoso y con vidas de las manos de los tiranos reunidos.
Todos estos discursos y lo demás que relataremos nos muestran una coherencia doctrinaria entre todos ellos, un mismo fin explicado y querido, una misma base para sustentarlo.
No fue un demagogo. Cuando tuvo el poder, a medida que pasaba el tiempo, fue dejando de lado ciertas actitudes ostentosas ( muy en boga en esa época) y circenses que el pueble insistentemente le exigía.(Una de las causas por las cuales el pueblo le restó apoyo fue dejar de lado actitudes publicas de esplendor que tanto le gustaba al populacho).
Aunque digamos que en su vida personal siempre fue sobrio, ordenado y así lo vemos cuando un artesano se le arrojó a sus pies en actitud de adoración y Di Rienzi sonriendo lo levantó diciéndole que el hombre no debía colocarse en ésa actitud sino ante Dios y sus santos.
Espíritus equilibrados así no abundan porque las virtudes humanas, muchas veces existentes, son  corrompidas por hechos o situaciones externas.
En aquellos tiempos en que se necesitaba ser una persona equilibrada moralmente, donde era muy fácil ceder ante la voz de la fama,  Di Rienzi obró bien para obtener su propia estima. Siguió durante años una vida ascética para predicar con su ejemplo, para tener la fuerza suficiente con su ejemplo, para tener la fuerza suficiente para persuadir al mundo de que Roma aún vivía y que el remedio era tan claro para él como el agua de lluvia, estando rodeado de ciegos.
Fuerza suficiente para sobreponerse a los objetos vulgares que ambicionaban los hombres. Analizando el excelente y exacto discurso pronunciado en Letrán vemos que:
1.-) él no niega o rechaza el pasado pero tampoco se hunde en él. El pasado es una escuela donde se aprende lo bueno y lo malo. Pero la casa es el presente y el futuro donde se vive según la educación y cultura aprendida en la escuela por nosotros y nuestros ascendientes. El pasado y sus tradiciones es un escalón, no la escalera toda; pero escalón al fin pues se necesita de él para formar la escalera porque sin aquél no existe ésta.
Criticó, además 2.-) la influencia, la injerencia extranjera en Roma acicateando el orgullo ( no la arrogancia, que es su degeneración) de los presentes, preguntándose con tono hiriente pero de educador si es que estaban muertos. Si no era así explicó que el modo de restablecer a Roma era restableciendo la justicia pública, el orden público por la fuerza pública. Es decir, creación de un Estado ( el ‘buono stato’) que tuviese autoridad, poder y control por sí mismo.
3.-) Apeló a los buenos de corazón para defender su existencia como Nación, solo posible encuadrados dentro de un Estado que la organice y le de existencia real.
4.-) Expresó luego que la victoria era primero sobre los romanos mismos queriendo decir que primero debían saber quienes eran ellos y por lo tanto, sus derechos y  deberes por lo que fueron; y luego como eran ahora, viendo en su decadencia moral el principal obstáculo a remover. Con la Restauración de Roma, dice, resucita el mundo . Por medio de la Restauración (reposición de la vigencia) de leyes, modos, actitudes, reflexiones, ejes de conducta imbuidas del espíritu de la ética y estética católica...

IV.- MAYO DE 20 DE 1347: LA REVOLUCIÓN RESTAURADORA Y SU GOBIERNO

Durante la noche del 19 se exhortaba mediante bandos a concurrir a la Iglesia de Santo Angelo el 20, para proclamar el ‘Buono Stato’ de Roma . Durante la noche Di Rienzi oraba en el templo, se recurrió a la Religión para que bendijera los esfuerzo.
Una vez salido el sol, la muchedumbre aguardaba impaciente en las calles y en la Iglesia. Fueron caminando Di Rienzi, representantes de la Iglesia, entre el delirio y el entusiasmo general.
Llegaron al Capitolio y desde allí se oyó la proclama del Di Rienzi sobre las leyes fundamentales: 1.) Establecimiento de un Código de Leyes que legitime y consolide el Régimen. 2.) Establecimiento de una Asamblea de Consejeros. 3.) El estado establecía un seguro social para huérfanos y viudas y un seguro de vida para las familias de quien muriese defendiendo Roma. 4.) Formación en cada barrio de una milicia que formarían Juntas, y el Ejército Nacional. 5.) Ningún romano podía tener fortificada su propiedad. Ella quedaba bajo la protección del Estado. 6.) Pena de muerte para los homicidas. 7.) Las rentas públicas debían destinarse íntegramente a las rentas del Estado.
Ese era el plan, el proyecto base: moderado, concreto, positivo, proteccionista, público. Estableció el primer Seguro Social en la Historia. La protección de la ‘res pública’ y ‘res privada’ a cargo de un ejercito nacional. El establecimiento de un plexo jurídico ordenado que rigiese los actos de todas las personas por igual: el principio de igualdad ante la ley. La ‘potestas’ del Estado romano que solo con dicha potestad  ES Estado. Se eliminaron los fueros personales y se establecía la pena de muerte por el acto objetivo realizado.-
Di Rienzi tenía dos instrumentos: el establecimiento de un cuerpo orgánico de leyes, y un sistema legislativo elegido por representantes de cada barrio (una forma de corporación algo primitiva).
La ejecución de las leyes a cargo de un Estado público que representa a los individuos aislados. Su fin ultimo ( su sueño, tal vez) era reunir a los Estados Italianos en una liga Federativa, gobernado cada uno por sus leyes, unidos todos para su mutua defensa contra el extranjero, reconociendo a Roma como su metrópoli ( génesis incipiente del Estado Corporativo que luego realizará en la práctica ‘il Duce’, Benito Mussolini 6 siglos despues en la misma tierra desde la misma ciudad).
Los nobles enterados de la usurpación de Di Rienzi, intentaron atacar Roma pero una multitud de hombres desorganizados pero fanáticos arremetieron furiosamente con el grito de guerra de Di Rienzi: ‘¡Per il santo spirito cavallieri!’ persiguiendo a los tiranos hasta una milla fuera de la ciudad enarbolando las banderas azules de Roma, sembradas de plateadas estrellas..
El pueblo quiso proclamar a Di Rienzi Rey, Emperador, Dictador, etc. Pero él dijo que prefería ser llamado como ciertos funcionarios responsables prudentes y equitativos en la antigua Roma donde sus poderes eran inmensos pero delegados: era una dignidad pero el fin era concretar un proyecto, edificando un sistema legislativo y procesal romano, según sus usos, costumbres, jurisprudencia , los que aseguraban la defensa en juicio. Ese hombre era: el TRIBUNO, y así prefirió ser llamado.
 Pidió obediencia de los romanos al Papa Clemente VI e invitó a los presentes a jurar obediencia a las leyes y adhesión al ‘Buono Stato’. Rugió la multitud. Una multitud que juramentó en un grito su pasión y su fidelidad a la Roma Restaurada. A la primera Restauración de Roma...
Durante los primeros meses del Régimen cambió la cara de Roma: una firme administración y acertada conducción, lo hizo posible. Ya no se veían mercenarios deambulando por las calles. Estas estaban atestadas de gente, pululaban los viajeros por caminos y posadas con seguridad y protección de las leyes. Se habían restablecido en los mercados el comercio, la buena fé en el trato y la abundancia prosperaba en la industria y las artes. Peregrinos visitaban las iglesias.
Di Rienzi permanecía seis horas diarias en la Gran Sala de Justicia oyendo a todos el que quisiese, y con paciencia escuchaba los problemas de la gente: extranjero, romano, aldeano, fraile, pobre o rico e impartía justicia.
Pero existía la  conspiración. Los nobles, cuyos espíritus se sentían menospreciados al tener que obedecer a alguien de menor rango social que de un día para otro les arrebató sus franquicias, no podían tolerar la situación.
El resentimiento les inundaba el cuerpo y el alma. Enterado Di Rienzi de la conspiración, desterró a los culpables. Primero los había condenado a muerte y díjoles con rabia e impotencia “...¡¿ No hay ya bastante distinción para los poderosos!? ¡¿No tienen mejores cosas y pasan una mejor vidas que otros que solo tienen trabajo y penas!? ¡¿ No tienen muchos manjares para sustentarse con solo mover un dedo y en cambio otros se mueren de hambre!?¡¿ He intentado yo nivelar neciamente graduaciones de categorías que la sociedad exige como mal necesario!? ¡ No , yo no me he inclinado ni por Lázaro ni por le rico avariento. Pero ante el Juez de la tierra y el Juez del cielo, Lázaro y el rico avariento son iguales y eso basta...!!”[9]
Con una justeza política y social ( y con claridad para expresarse) avanzada para la época Di Rienzi declara que el fin el Estado no es ejercer un poder despótico y nivelador de las cualidades humanas, pero tampoco desampara a quien no tiene medios propios para defenderse, impartiendo justicia.
Los nobles confundidos y avergonzados agradecieron un rasgo de Di Rienzi que a último momento los perdonó. Pero en el fondo sus resentimientos aumentaron  ante tal acto de magnanimidad y templanza confundiendo eso con debilidad.
Erróneas interpretación que le valió a Di Rienzi mayor odio y envidia contra su persona por parte de los nobles, puesto que el veneno no se había extirpado. Y Di Rienzi los había perdonado a fin de que se uniese la nobleza romana entre si para unirse a la vez con el pueblo y consagrarse todos juntos a la defensa del Estado Romano, para el cumplimiento de las leyes y para estimular en las artes y el hacer general, lo romano. (Esa era su intención ingenua e idealista pero sana y recta).-
La intención de Rienzi no era solo la Restauración Romana, sino además evitar que de ahora en mas sea elegido Rey de Roma, un Emperador alemán elegido por una Dieta reunida tras el Rhin. Esta costumbre tan degradante y contraria a los mas simples nociones de independencia política lo llevó a Di Rienzi al emplazamiento celebre en la Iglesia de Letrán.
La Iglesia presentaba un aspecto imponente; el entusiasmo profundo y reprimido daban el marco adecuado. Luego de un corto silencio exclamó: “...en virtud e la jurisdicción y autoridad que represento y que el Sumo Pontífice ha confirmado, y gracias al Espíritu Santo de quien somos soldados, y al favor del pueblo Romano, declaramos que Roma, Capital del mundo, base de la Iglesia Cristiana y con ella las demás ciudades y Estados Italianos, serán libres desde hoy. Por eso  prescribimos a los príncipes Luis, duque de Baviera; y Carlos, Rey de Hungría que comparezcan ante nos para fijar y defender sus derechos. Esta restauración de nuestros derechos no deroga en nada el poder espiritual de la Iglesia, del Santo Padre; y del Sacro Colegio”. [10]
Vibró la plaza, la muchedumbre extendida hasta perderse, como racimos humanos, aclamó las atrevidas palabras de Di Rienzi. Habló como profeta. Permaneció él mismo algunos minutos en silencio con el brazo extendido en el clásico saludo romano mientras sus ojos dilatados y fijos en el espacio, y su frente dominando a la cantidad enorme de gente reunida, le daban una marco ensordecedor y gigantesco.
Analizando las palabras de Di Rienzi vemos nuevamente que: 1.) Obra con el apoyo de la Santa Iglesia. 2.) Quiere hacer comprender la necesidad de la Independencia política de Roma, de Italia del Yugo del Norte. Pues Roma es la Capital del Mundo y base de nuestra Iglesia: si cae Roma, cae occidente. Si cae Roma, cae la Iglesia. Si cae Roma, cae la civilización occidental, su cultura, su historia. Ellos se consideran hijos de Dios, soldados del Espíritu Santo y por lo tanto la manera de defender es defendiendo la encarnación viva de su dominio y poder: Roma.

V.- LA CRISIS Y LA CAÍDA.

Para combatir a todos los que se le oponían e intentaban atacar Roma, debía Di Rienzi tener un buen ejército, bien equipado. Para mantener uno así que mantuviera el orden, defendiese las fronteras, el imperio de las leyes, era necesario dinero.
Y para obtenerlo Di Rienzi necesitó imponer nuevos tributos. Además había muchos que habían perdido parientes y amigos en la batalla, entonces recibieron con frialdad el propósito de llevar adelante la guerra total para la independencia de Italia.
Esas fueron dos causas del quebrantamiento del Régimen. Di Rienzi reflexionaba serio y preocupado    “...¡ Cual miserables son los instrumentos de que me he valido. Conmigo caerán la ciudad e Italia: la paz, la justicia, la civilización serán sepultados. Los esclavos cuyos cadenas he roto me abandonan justo ahora que de un golpe destruiré los obstáculos que se oponen a la regeneración de Roma. El pueblo traiciona a la patria y a Di Rienzi !...” [11]
Días mas tarde, Di Rienzi fue excomulgado por el Papa Clemente por la razón de haber sostenido que solo a los romanos les correspondía la elección del Rey de Roma. El rumor crecía en Roma. Los ojos se posaban en el Tribuno, desconfiados y huidizos. Quienes pasaban a su lado, se santiguaban.
Para el pueblo, tan religioso, el restarle apoyo al Tribuno por parte de la Iglesia era mala señal, mal agüero. Además del impuesto ya mencionado.
Mientras mercenarios bien armados se preparaban para atacar y entrar en Roma, Di Rienzi habló ante la muchedumbre reunida: “...¡ Si mi conciencia me acusa de un solo crimen, si he violado una sola de las leyes que yo mismo establecí; si me he dejado corromper, si he ofendido al menesteroso, al huérfano! ¡¿ Cuál fue mi crimen!? ¡¿Lo será haber asegurado vuestros derechos!? ¡¿Haber sostenido que toda Italia debe emanciparse del yugo extranjero!? ¡¿ Haber combatido a los enemigos eternos de la Iglesia y del bien público?!. ..”
“...Durante  siete meses en que he estado encargado de los negocios públicos ha prosperado el comercio; la justicia fue incorruptible. Abdico del gobierno y defenderéis vuestra libertad si sois dignos de conservarla. Probad al mundo que Roma abriga mas de un Di Rienzi, tan decidido a favor del bien público pero mas feliz que yo...!!!” [12]
En los semblantes de todos había una expresión irresolución y vergüenza. Muchos lloraban. Nadie acusaba ni insultaba la desgracia, pero tampoco se armaban para defender la oprimida virtud. Se fue Di Rienzi y al poco tiempo entro en Roma el Ejercito de los Barones pisoteando a la gente con sus caballos, hiriendo con sus armas y lanzas a los curiosos que salían a observar.
Todo esto produjo una terrible confusión y corridas; la multitud era atacada sin escrúpulos lanzando ahogados gritos de dolor. Pisando a las víctimas entró el legado papal y la comitiva de Barones al Capitolio, y en el mismo sitio donde estaba fijada la Bula de Excomunión, una mano anónima había un cartel que decía premonitoriamente ‘¡Temblad, malvados; Di Rienzi volverá!!’.
De esta situación surge lo siguiente: Di Rienzi plantea al pueblo su conducta y espera de él una acusación directa sobre un hecho directo que haya influido negativamente en el bien público. Veladamente das a entender que si los romanos quieren su independencia deberán también tener mas responsabilidades (el pago de tributos para el Ejercito nacional).
Y sentando un principio de corte nacionalista: “quien no se defiende a sí mismo merece desaparecer”, expresa que los romanos defenderán su libertad si son dignos de conservarla, pues sino desaparecerán como nación, como pueblo que se dicta a sí mismo sus deberes y derechos, su leyes.
Bien podría haber hecho suyas en aquellos momentos, Di Rienzi,  las palabras pronunciadas seis siglos después por Pedro B. Palacios (‘Almafuerte’) : “¡Mas libertad, entonces, mas responsabilidad. Mas derechos, mas deberes; mas facultades, mas trabajo; mas adelante, mas peligro; mas arriba, mas soledad...” [13].
Este  mismo escritor aconsejaba que el hombre no debía buscar ni el primero ni el último puesto, sino el que le corresponda. Pero si no querían darle o dejarle tomar ése mismo, debería salir prontamente de dicha sala porque allí no imperaba la justicia.
Y como si Di Rienzi hubiese previsto lo que habría de decir el autor citado, o sintiéndolo tal cual en su interior, se fue de Roma.
Tan pronto hizo esto, el ataque cobarde de los Barones  hizo volver en sí al pueblo, que se encontraba en un estado de impotencia y dejadez, añorando la paz y justicias del Tribuno, amenazando o mas bien implorando por escrito, su vuelta...

VI.- EL DESTIERRO Y LA MARCHA A ROMA

Vuelta la situación contra él, pasó siente años en destierro, habiendo estado solo siete meses en el Gobierno de la Revolución Restauradora. De esos siete años, pasó dos en un monasterio franciscano, se presentó ante el emperador Carlos IV con nuevos proyectos, ya que éste era sobrino del Rey Enrique VII del cual era hijo ilegítimo el padre de Di Rienzi. En dicho año, 1352, el Papa Inocencio VI sucedió a Clemente VI.
Estuvo Di Rienzi prisionero en Praga, en Avignon. Fue liberado por el Pontífice en 1353. Por todas las ciudades que atravesó tuvo la natural simpatía de la gente que le salía a su encuentro con deseos de alentarlo en su empresa, ofreciéndole, además, su ayuda.
En Roma continuaba durante esos años la anarquía y el despojo. Para el papado, vuelta la situación contra sus intereses, vió en Di Rienzi la única forma de restaurar el imperio papal.
Solo él podía dominar a los nobles y al populacho caprichoso, violento. Dándole libertad a Di Rienzi y devolviéndole su libertad, el Papa podría volver a Roma nuevamente. Así pensaba la Iglesia en aquellos momentos y así obró: luego de algunas sangrientas guerras, el ejercito papal a cuyo frente a iba Di Rienzi, hizo entrada con su poder restablecido a la tan vapuleada Roma, en 1354.
Una vez asentado nuevamente Di Rienzi conjuró una conspiración contra él , el orden, la paz, y el respeto ciudadano durante los últimos años: sereno, frugal; disponía  todo en la ciudad, prosperaban las armas.
Ninguna acción desmedida y cruel empaño su justicia severa. Vivió y murió como un hombre que había consagrado su existencia a la idea, algo fantástica pero enorme y gloriosa, de resucitar en medio de un pueblo corrompido e inmoral, el genio de la antigua Roma.
Pero él estaba solo. Es lo que siempre sucede cuando aparece un gran estadista con ideas claras.
Generalmente no tiene a su alrededor una infraestructura de colaboradores eficientes y aptos, sino figuras decorativas, mediocres y oportunistas que no comprende la intención afines e ideas del líder y se animen a seguirlo.
Es el eterno cuestionamiento de saber si los grandes hombres se rodean de débiles y obsecuentes por propia iniciativa, por miedo inconsciente a ser relegados en la fama o si se rodean de ineptos porque es difícil que grandes cerebros y profundos espíritus aparezcan en gran cantidad o por lo menos mas de uno que pueden conformar una estructura de hombres felices en un mismo régimen al mismo tiempo.-
El carácter de Di Rienzi, como el de todo gran hombre, era de prudencia . Prudencia en la guerra, en la administración de justicia, en la organización del gobierno.
Pero como ya había expresado, en los primeros siglos de nuestra era San Isidoro dijo que no es prudente el hombre cauteloso, timorato, reticente para pensar, decidir y actuar, sino justamente lo contrario; es prudente el que ve de lejos, el que es perspicaz, el que prevé con certeza a través de la incertidumbre de los sucesos o fenómenos. Así era Di Rienzi, el Tribuno. El último Tribuno...

VII.- EL DERRUMBAMIENTO DEFINITVO DE DI RIENZI Y LA REVOLUCIÓN RESTAURADORA

Estando dominada la situación por Di Rienzi, éste creyó oportuno ejercitar su idea primitiva: organizar en cada barrio una legión de Romanos para la defensa de sus propias instituciones para establecer entre los ciudadanos, la única fuerza necesaria al Estado.
Pero los elementos con que tenía que trabajar eran individuos tan mediocres y cobardes, que ningún romano quiso servir a su nación sin un sueldo igual que el que se les daba antes a las tropas mercenarias.
Las Legiones Romanas se crearon pues eran necesarias, pese a la mortificación de Di Rienzi por el mercantilismo y egoísmo de sus conciudadanos.
Pero si los ciudadanos romanos querían dinero por defender los que les eran común propiedad, Di Rienzi necesitaba dinero para pagarles y sostener así al Ejército constituido.
Y ese dinero solo podía provenir de tributos impuestos al pueblo. Era un ‘boomerang’. Pueblo, éste, que se negó a defenderse a sí mismo ( es decir, a defender y mantener su libertad, sus dominios) sin un sueldo para ello. (“Quien no quiere defenderse a sí  mismo no merece ser defendido y merece desaparecer” –Capítulo V ).-
La proclama de Di Rienzi sobre ésta imposición, hizo estallar una ola de indignación entre el pueblo resentido. El 8 de Octubre de 1354 la muchedumbre como oleadas de hormigas entró, furiosa y desbordante de odio, al Capitolio, sedientos de sangre y venganza.
Estas fueron las últimos momentos del último Tribuno, descriptos por el escritor ingles Bulwer-Lytton: “...Di Rienzi estaba parado en el balcón, el sol brillaba sobre su rostro, cara al sol... Pálido pero tranquilo, no mostraba cólera ni temor. Sus facciones en el medio de la multitud expresaban pesar  pero una resolución heroica. El populacho se sintió sobrecogido por un instante, de admiración y respeto. Los soldados de los Barones de se habían mezclado entre la gente y la instigaba a atacar.”
“Explotó la turba furiosa y como una legión de demonios comenzaron a incendiar el Capitolio frenéticamente. El Tribuno ya no estaba en el balcón: piedras y flechas lo habían herido. Se retiró al enorme salón abandonado”.
“Se sentó y con lágrimas amargas, no débiles, sino aquellas que derrama un guerrero cuando ve desertar a sus tropas, exclamó, reteniendo el llanto con desprecio: - ¡¡ Basta ya. He emprendido; he trabajado mas que lo que debía en beneficio de este pueblo degenerado!.¡ Al fin lo veo: soy mas que mi país y renuncio al proyecto grande, indigno de este pueblo ingrato!!!. ¡¡El último de los romanos los maldice!!. ¡¡ Dejemos que Roma perezca pues no merece mi sacrificio ya que todos me abandonan también puedo yo abandonarme!!!-” .
“Las llamas se elevaban con espantosa rapidez. Roma temblaba. El orgulloso Capitolio crujía y se resquebrajaba. El populacho arrogante y ensoberbecido alcanzó a Di Rienzi. Fue arrastrado, golpeado furiosamente y sepultado en su cuerpo varias dagas. Luego su cuerpo fue pisoteado frenéticamente por una multitud enorme, delirante y ensordecedora”.
“Un horrible estallido anunció que el Capitolio se derrumbaba. Una inmensa nube de polvo y humo oscureció el ambiente y el horizonte. Un ruido sordo y confuso atronó. Las torres habían desaparecido. Una llamarada general cubrió en forma dantesca la atmósfera y Roma entera parecía la pira funeraria de su último Tribuno...”. [14]
De aquí, de las palabras de Di Rienzi y la situación, surgen tres ideas fundamentales de Nacionalismo:    
1.-) El pueblo no es nada sin su jefe.( Recordemos que Hegel dijo que “...el pueblo es la parte de la nación que nos sabe lo que quiere”. Si a un pueblo le sacan su conductor, vuelve a la nada, a su estado anárquico y primitivo. Porque tan pronto apoyan fanáticamente y entusiásticamente una causa como tan pronto la abandonan. Y Di Rienzi lo supo tardíamente.
2.-) Los pueblos degenerados merecen la muerte. La ley de la subsistencia que ayuda a quienes tiene instinto de conservación.-
3.-) El jefe no es un Rey sino un ‘Enviado de Dios’: él lo llamaría Tribuno...
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SEGUNDA PARTE
ROMA: SU SEGUNDA RESTAURACIÓN ( Benito Mussolini - Año 1922)

I.- RESUMEN HISTÓRICO. DATOS BIOGRÁFICOS. [15] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973
Benito Amílcare Andrea Mussolini nació el 29 de Julio de 1883 en Dovia, en la Romaña, a 16 Km De Forli.
Su padre, humilde cerrajero fue un activo socialista. Su madre, maestra, católica devota y practicante. De su  padre heredó las acción y la fuerza de su carácter. De su madre el sentido humanitario y el calor de su persona.
Siguiendo los pasos de su padre fue un tenaz, tumultuoso socialista. Pero en 1914 fue expulsado del partido por sr contrario a la no intervención de Italia en la guerra. Criticando abiertamente la falta de sentido Nacional de los socialistas. Junto con muchos ex - combatientes funda el Partido Fascistas, luego de la guerra.
La palabra FASCISTA  deriva de la palabra FASCIO  y ésta del latín FASCES, que era un haz de álamo o abedules con un hacha en el medio que portaba cada uno de los doce lictores delante de los antiguos Reyes de Roma, y despues delante de los Cónsules. Significaba el símbolo de la autoridad y  poder de castigo del Rey o Cónsul.
El 28 de Octubre de 1922 realiza la Marcha sobre Roma. Con 30.000 ‘camisas negras’ y aprovechando la irresolución de un gobierno inepto, corrupto y dividido se hace del poder. Las marcha fue decidida en una Asamblea en Milán el 16 de Octubre.
El 11 de Febrero de 1929, por el Tratado de Letrán reconcilia a Italia con la Iglesia y pone fin a la ‘cuestión vaticana’ pendiente desde 1870. ( ver  ‘Di Rienzi’, parte primera).
Realizó muchas y avanzadas reformas sociales. Reimplantó el Régimen de las Corporaciones. Mejoró el suelo de Italia haciendo que miles de hectáreas anegadizas y pantanosas, fuesen cultivables.
Llevado por Alemania entra en guerra en 1940. Junto a ellos, Japón formando el Eje frente a la Sinarquía internacional. Termina la guerra con la derrota del eje. Fue fusilado por una turba de comunistas a las 15 hs. del 28 de abril de 1945, frente a una villa cercana a Giulino Di Mezzegra. Luego su cuerpo fue colgado en la plaza Loreto de Milán al día siguiente, pisotado por una furiosa multitud anárquica y resentida.

II.- ROMA. ( Ver parte primera, capítulo III.)

“ La salvación de este mundo oscuro, atormentado y vacilante no puede venir mas que de la verdad de Roma. Y de Roma vendrá”. [16] (Discurso del decenal en la Cámara 16/11/32)
Roma es y será el corazón potente de nuestra latinidad. Es el símbolo inmortal de nuestra vitalidad de pueblo. Quien tiene a Roma tiene a la Nación. [17]( Discursos en la consagración de los combatientes 24/6/23).
Roma es nuestro punto de partida. Nuestro símbolo. Nosotros soñamos la Italia Romana: Sabia, fuerte, disciplinada. El espíritu romano surge en nosotros , en nuestra organización, nuestro orgullo, valor, en nuestras construcciones: Vivis Romanus Sum. La unidad de la patria se reconoce en el símbolo y en la palabra de: ROMA” [18]. (Discurso de Udine 20/9/22)
Al cabo de 18 siglos la Italia desterrada de Roma, vuelva a Roma  [19] ( Diario Il popolo d’Italia ) 20/9/17)
“¡ Roma o Muerte! Es el grito surge de las profundidades de nuestra Raza. Que será repetido por nuestras generaciones futuras despedazando todo orgullo localista, herencia de edades ingratas. Haciendo del natalicio de Roma, el natalicio de la Nación” [20] (Discurso 21/4/24)
Porque somos nosotros los que hemos decapitado todas las pequeñas capitales, para hacer de Roma, la Gran Roma Imperial, el alma inmensa del mundo latino  [21](VII Aniversario de los Fascios de Combate en villa Glori 28/3/26)
El destino quiere que el mediterráneo vuelva a ser nuestro. Que Roma sea el faro de la civilización occidental europea. Nuevamente es la llama de nuestra pasión la que hace de Italia una de las naciones sin la cual es imposible concebir la historia futura de la humanidad. Soñemos y preparemos con el trabajo, la Italia con talleres en actividad, con flotas que pueblen los mares, con la tierra fecundadas por los arados” [22](2do discurso de Trieste 6/2/21)
La espada de Roma tiene un alto significado pues ha sido una espada esencialmente justiciera. Roma ha combatido con dureza para vencer, pero tras la victoria se inspiró en la Justicia. Ha sometido a los pueblos para hacerlos ciudadanos uniendo íntimamente la fuerza y la piedad”  [23] (A los mutilados de Roma 22/10/23)
El fascismo es una concepción histórica en el cual el hombre no es sino en función del proceso espiritual al cual  concurre en el grupo familiar y social, en la Nación y en la historia en la que colaboran todas las Naciones. De allí el valor de la tradición Romana en las memoria, en la lengua, en las costumbres. Fuera de la historia , el hombre es nada.”  [24]
“No tenemos intención de renegar de nuestro pasado romano. Nos negaríamos a nosotros mismos. Nosotros somos ya pasado por el hecho de que vivimos en el presente con respecto a los que vendrán despues de nosotros. No queremos cerrarles las puertas al porvenir porque nuestro presente es en sí mismo un porvenir con respecto a quienes nos han precedido[25]
Hay que ser dignos de la grandeza de nuestro pasasdo pero no hay que vivir a su costa. No hay que decir: somos grandes porque fuimos grandes. ¡No! Seremos grandes cuando el pasado sea el pedestal para marchar hacia el futuro. Cuando el pasado en vez de ser un punto muerto, sea un impulso, un fermento de vidas[26]
He querido que al lado de la Roma antigua que ha de resurgir con todo su esplendor, exista la Roma nueva, viva, trabajadora, disciplinada, con dignidad y con conciencia de sí misma” [27] (Discurso del 28/10/26 en Roma en el IV aniversario de la toma del poder)

III.- RELIGIÓN. RELACIONES CON LA IGLESIA  (Ver parte primera, Capítulo III y Capítulo IV.)

El fascismo no es solo un partido. Es un régimen. No es solo un Régimen sino una fé. No es solo una fé sino una religión que está conquistando el corazón de los italianos  [28] ( Discurso en Pesaro –18/8/26)
La nuestra no fue solo una revuelta política contra gobiernos débiles e incompetentes sino una revuelta espiritual y religiosa contra ideologías que corrompían los principios sacros de la Religión, la Patria y la familia[29](mensaje al público Inglés 5/1/24)
Afirmo que la tradición latina e imperial de Roma está representada hoy por el catolicismo. Pienso y afirmo que la única idea universal que hoy en la actualidad existe en Roma y es la que irradia desde el Vaticano[30] (Discurso 21/6/21)
El Fascismo protege y lleva la personalidad humana. Ésta ha sido valorizada siendo el único trámite a través del cual un hombre puede reunirse con Dios[31]
Nosotros los fascistas no creemos en un Dios Genérico a quien a veces para disminuirlo se denomina infinito, Cosmos, Esencia. Siendo que en realidad creemos en Dios, Nuestro Señor, Creador del cielo y de la Tierra y en su hijo, que un día premiará en su Reino nuestras escasas virtudes y perdonará, esperamos, los muchos defectos de nuestra existencia”  [32] ( Escuela de Mística Fascistas)
Si he entrado y postrado ante el altar es por una íntima convicción. Porque pienso que un pueblo no puede ser grande y consciente de su destino si no se acerca a la Religión, considerada como un elemento esencial de su vida pública y privada  [33] (Plaza de la Victoria en Vicenza 23/9/24)
Una sola cosa deseo: ser enterrado con mi gente en el Cementerio de San Casiano. Mas lo que se hizo no podrá ser borrado, mientras mi espíritu liberado ya de la materia, viva tras la menguada vida terrena, la vida inmortal y universal de Dios  [34] (Plaza de la Victoria en Vicenza 23/9/24)
En el llamado Tratado de Letrán [35]se reunieron el 11 de Febrero de 1929 miembros del Gobierno Italiano –Mussolini- y del Vaticano –el Cardenal Gasparri- en Representación del papa Pío XI. Firmaron un concordato destinado a regular sus mutuas relaciones. Fue firmado el documento el 27 de Mayo cuando adquirió fuerza de ley. En el tratado se reconocía la completa soberanía del Papa en 3 esferas: 1.-) La ciudad del Vaticano con una superficie de 44 hectáreas bajo el dominio temporal absoluto del Papa. 2.-) Propiedades separadas se consideraban  incorporadas al Vaticano las Basílicas de Letrán, Santa María la Mayor, Castel Gandolfo, etc.  3.-) Quedaban comprendidas dentro del territorio italiano pero exentos de impuestos: La Universidad Gregoriana, Los institutos pontificios bíblicos, arqueológico y oriental y el Colegio Ruso. Además de todo esto el Concordato estableció días festivos, la enseñanza religiosa de la Doctrina Católica en las escuelas primarias, secundarias, etc.
Luego de esto el gobierno italiano apoyó la influencia Católica en la sociedad como vemos en discursos de Mussolini:
Desde hace cuatro años hasta hoy la autoridad religiosa desde el Sumo Pontífice hasta el mas simple ministro, está considerado como elemento que no se discute, que no se valora o valúa, que no se ofende. El derecho de la propiedad Vaticana es un detalle. El Estado Italiano no despoja a nadie. No pone limitaciones ofensivas a la obra Cristiana de la Iglesia  [36] ( Diario ‘Il Popolo d‘italia’ – Año 1933-)
Jornada fausta aquella del 11 de Febrero de 1929. Se selló la paz entre la iglesia y el Estado. Era un problema que pesada desde hacía 60 años sobre la conciencia de la Nación ( la disidencia databa desde el 20 de septiembre de 1870, día en que los ‘Bersaglieri’ del General Cadorna entraron a la Ciudad Eterna). El Fascismo lo ha resuelto dando a Dios lo que es de Dios. El Estado y la Iglesia están reconciliados en la conciencia individual y colectiva de toda la Nación  [37] ( ‘El Olivo y las Bayonetas’ 24/10/36)

IV.- EL ESTADO. LA NACIÓN. ( Ver página primera, capítulo III ; capítulo IV ; capítulo V   )

El Estado Fascista no es solo creador de leyes e instituciones sino también  educador y promotor de la vida espiritual. Quiere rehacer no las formas sino el contenido, el carácter, la fe de los italianos. Su insignia es el Haz de los Lictores (Fasces) . Símbolo de la unidad, fuerza y justicia.” [38]
 “¿ Qué es el Estado?. Es la encarnación jurídica de la nación . Es un sistema de jerarquías. El día que un hombre entró un grupo asumió el mando por mas fuerte, astuto o sabio, ese día nació el Estado. El jefe tuvo que crear un sistema de jerarquías para la guerra, administrar justicia, para obtener tributos. La decadencia de las jerarquías significaba la decadencia de los Estados[39] (‘Gerarchia’-25/6/22)
La nación es creada por el Estado, que dá al pueblo consciente de su propia unidad moral, una voluntad y por lo tanto una existencia efectiva[40]
Queremos unificar la nación en el Estado soberano que representa la continuidad moral de la nación en la historia. Sin Estado no hay Nación, solo agregados susceptibles de todas las desintegraciones que la historia puede infligirles . Porque solo el Estado con su organización jurídica y su fuerza militar eficazmente preparada puede defender la colectividad nacional[41] ( en el  Consejo Nacional del Partido Fascista - 8/8/24)
El Estado liberal no dirige el funcionamiento y el desarrollo material y espiritual de las colectividades sino que se limita a registrar los resultados. Así pues, el Estado Fascista no es solo un Consejo de Administración para garantizar un cierto bienestar y convivencia social. El Estado Fascista es consciente, tiene una voluntad y por esto es un Estado Ético. Además, es un hecho espiritual y moral porque concreta la organización política, jurídica y económica de la Nación. Y ésa organización es en su nacimiento y desarrollo una manifestación del espíritu. Así el Estado es el pasado, presente y futuro. Traspasando los límites breves de la vidas individual, representa la conciencia durable de la nación. Mudan las formas por las cuales el Estado se expresa pero su necesidad permanece. Educa a los ciudadanos en el ejercicio de sus virtudes cívica: armoniza los intereses en la justicia; les muestra sus puntos de vista en común para la defensa mutua y unidad. Les trasmite las conquistas del pensamiento en artes, ciencias, etc. Muestra como ejemplo a los que vendrán, quienes lucharon por lo nuestro o los genios que nos iluminaron con su gloria. Cuando declina el Estado, su sentido, y prevalecen las tendencias disociadoras y centrífugas de los individuos o grupos, la sociedad nacional declina[42]( discurso en la Asamblea quinquenal del Régimen - 10/3/29)
Nosotros anunciamos al mundo la creación del poderoso Estado Italiano desde los Alpes a Sicilia. En el Estado Fascista se logra la unidad de  todas las clases. La unidad política, social y moral de los italianos[43]  ( Discurso en la Cámara de Diputados- 9/12/28)
El fascismo debe desear que dentro de sus fronteras no existan mas venecianos, toscanos, sicilianos, sardos, romañoles sino solo italianos. Para el Régimen no existe norte ni sur. Existe Italia y en ella solo italianos  [44]( Discurso de la Asamblea quinquenal del Régimen- 10/3/29)
La verdad es que en Italia solo desde 1922 se puede hablar de un Régimen italiano. Pues antes era el Régimen de las camarillas, logias, parásitos. Habían mortificado el espíritu de la Nación con una política interna débil y una política externa permanentemente renunciatoria  [45]( Asamblea quinquenal al pueblo de Roma 28/10/26)
El Estado Fascista es el mas adecuado para representar los estados del alma de nuestro pueblo que surge despues de mucho tiempo de servidumbre extranjera. En estos momentos mas que nunca necesitamos autoridad, orden y dirección”. [46]
Hay que elegir: o una política de autonomía y entonces serán inevitables períodos de aislamiento o una política de ligazón indisoluble y en ese caso habréis período vuestra autonomía  [47]( discurso 24/3/24)
Rigiendo con tacto la nación, dirigiéndola hacia buen destino conciliando los intereses sin exacerbar odios ni egoísmos , empujando a los italianos como una fuerza única, haciendo del mediterráneo una lago nuestro, aliándonos con los que allí viven y expulsando a los parásitos. Llevando a cabo ésta dura obra, paciente,  inauguraremos verdaderamente un gran período en la historia de la nación Italiana[48]( Discurso de la Sciesa de Milán 4/10/22)
“El Estado italiano de hoy no admite amistades sino en pie de perfecta paridad política y moral” [49] (respuesta a Stressemann). “Para nosotros las fronteras, todas las fronteras son sagradas no se discuten, se defienden” [50]( El Anschluss – 16/3/38).“Italia quiere la paz para completar su obra, pero si se intentase arrebatarnos los frutos de una victoria sacrificada, se nos encontraría en pie, prontos a resistir”.- [51]( Diario ‘Le Matin’ –15/3/36) “La consigna del Estado es: el trabajo, que nos rescatará del dominio extranjero. La concordia, que debe hacernos una sola familia. La disciplina, para lograrlo  [52](Discurso de Florencia –19/6/23)
Para nosotros la Nación no es solo territorio sino espíritu: una Nación es grande cuando encarna en realidad la fuerza de su espíritu  [53]( discurso de Nápoles 24/10/22).

V.- RÉGIMEN SOCIAL ( Ver parte primera, capítulo III ; capítulo IV . )

Por empezar , podemos decir que muchas de las previsiones establecidas por Di Rienzi en el aspecto social las podemos ver claramente reflejados en el “La Carta Del Trabajo” del 21/4/27, en especial arts. 26 al 30, y otras leyes sociales del Régimen Corporativo Fascista [54]
Hemos enterrado el Régimen de la lucha de clases. Hemos creado el Estado Corporativo Fascista. El Estado de la Sociedad nacional que reúne armoniza y atempera todos los intereses, los cuales se ven tutelados por igual”  [55] (Discurso en Roma en el IV. Aniversario de la toma del poder – 28/10/26)
El fascismo no ha surgido para defensa de determinados clases, intereses o categorías sino para defender a todo Italiano sano. El Régimen Fascista está en materia de legislación social a la vanguardia de todas las naciones  [56](Al Congreso de los Sindicatos Fascistas – 7/5/28)“Quien dice trabajo dice burguesía y clases trabajadoras del campo y ciudad, productivas, sin privilegios. Sino tutelando los intereses que se armonizan con los de la producción y la Nación[57] (primer discurso presidencial-  16/11/22)
A la masa queremos educarla, pero cuando se desbarranca, castigarla. Queremos elevar su nivel material y moral porque queremos elevar su nivel material y moral porque queremos insertarla en la historia de la Nación  [58]( Discurso en el Augusteo 9/11/21)
El Régimen respeta y hace respetar la propiedad privada y se niega a catastróficas experiencias socializadoras. Pero tampoco permanece indiferente, antes actúa, ante las colisiones de intereses cuyos choques provocan la inestabilidad del bienestar público y nacional[59]( Asamblea quinquenal del Régimen – 10/3/29)
La propiedad no es solo un derecho, sino un deber. No es un bien egoísta, sino que tiene un sentido humano y social. Es el resultado de ahorros y de fatigas, privaciones y por lo tanto debe ser tutelado[60]( Corporativismo agrario – 21/2/24)
“¿Que significa: Justicia social?. Significa: trabajo garantizado, salario equitativo, la casa decorosa, la posibilidad de desenvolverse y mejorar incesantemente, la paz, el orden social y la tranquilidad del ánimo[61](Discursos a los obreros en Milán – 6/10/34). “La jornada legal de trabajo: 8 horas diarias, fue promulgada en el año 1923 por mérito exclusivo del gobierno fascista[62]
He concedido mas de 60.000 audiencias y he recibido mas de 1.500.000 ciudadanos. Cuantas veces quienes han querido, aún de aldeas remotas, han podido dirigirme a mi han recibido contestación. No basta gobernar enérgicamente. Es necesario que el pueblo, el pueblo diminuto y olvidado tenga la convicción de que el gobierno está formado por hombres comprensivos que le ayudan y que no se sienten separados del resto del género humano”. [63] ( Discurso ante la Asambleas quinquenal del Régimen 10/3/29).

VI.- MARCHA SOBRE ROMA. VUELTA AL PODER .CAÍDA.(ver Parte Primera, Cap. IV.;V;VI y VII)

Hemos dejado para el final 3 situaciones  en la vida de Benito Mussolini y su vida revolucionaria, (recordando que  su nombre de origen hispano le fue dado por su padre en honor del Revolucionario mexicano Benito Juarez )  que coinciden con la de Nicola Di Rienzi.
Por  empezar, recordemos que Di Rienzi había hecho una Marcha Sobre Roma en la cual toma el poder  el 20 de Mayo de 1347, apoyado por una multitud y sin violencia alguna, estableciendo una revolución en el ordenamiento legal como ya hemos dicho en la parte primera.
Benito Mussolini también accede al poder  mediante una Marcha Sobre Roma, absolutamente pacífica – aunque sembrada de muertos hasta ese momento- y con el apoyo de una multitud, desde Milán, el 28 de Octubre de 1922 también estableciendo una Revolución no solo legal sino también institucional, con un Cuadrunvirato  diciendo em CiVitavecchia, en Santa Marinella pasando revista a sus Camisas Negras: “La victoria es nuestra; es preciso no desecharla. Italia es nuestra y la volveremos a llevar por los caminos de la antigua grandeza”  [64]y se dirigió a Roma.
 Ya en Roma es nombrado por el Rey para presidir el Consejo donde forma su primer gobierno y allí  proclama en su  primer discurso el 27/11/22 “...Sepan las clases que componen la burguesía productora, que el Fascismo quiere imponer una sola disciplina a la Nación y ayudar a todas las fuerzas que aumentan la expansión económica y el bienestar. Las gentes trabajadora, las del campo y de las oficinas, transportes y la de empleos todos, nada han de tener del poder fascista. Los justos derechos de ellas serán sinceramente tutelados. Seremos generosos con los adversarios inermes; seremos inexorables con los otros....Llamamos al sumo Dios y al espíritu de nuestros 5000.000 muertos como testigos de que solo un impulso nos mueve, una sola voluntad nos acoge, una sola pasión nos inflama: contribuir a la salvación y a la grandeza de la Patria.. ¡Fascistas de toda Italia! Aprestad romanamente los espíritus y las fuerzas. ...!” [65].
En 1943 es arrestado por un complot el 25 de julio . El 12 de Septiembre  de ese mismo año es liberado de su prisión por un grupo de oficiales y soldados alemanes e italianos llevándolo a Alemania.
Vuelve a Italia – como en su momento Di Rienzi volvió a Roma- y el 18 de Septiembre de 1943 anuncia la Constitución de la República Social Italiana en Italia Septentrional que todavía no era ocupada por los enemigos de Italia.  Y En el manifiesto de Verona del 14 de Noviembre  de 1943 establece una declaración programática netamente social y republicana. [66]
El 27 de Abril de 1945 [67]fue detenido Mussolini por una turba de Guerrilleros y el 28 a las 15 hs. fue fusilado por ellos en una ruta hacia la localidad de Giulino de Mezzegra, en el lago de Cuomo.
Luego los cadáveres fueron transportados a Milán y allí en la Plaza de Loreto fue expuesto suspendido boca abajo del techo de una estación de Servicio para que una muchedumbre traidora , frenética e ignorante– al igual que el pueblo francés con Juana de Arco-- mutilase a golpes su cuerpo sometiéndolo a público escarnio.
EL mismo 29 de Abril a la tarde, llegaron los norteamericanos, sacaron el cadáver de la plaza y se le hizo  una autopsia, llevándose el cerebro a EE.UU para estudiarlo.. Despues lo sepultaron en una fosa sin nombre pero descubierto por una horda de llena de odio lo llenaron de desperdicios, rescatado el cuerpo  por  2 jóvenes que lo entregaron a  unos padres de un convento franciscano que fueron obligados por el Gobierno  a entregarlo.
Diez años después fue devuelto por el Gobierno a sus familiares que lo sepultaron . Pronto el lugar fue lugar de peregrinaciones de sus fieles, que pasado el período d eterror concurrían a honrarlo.. Una noche fue dinamitada la cripta por la junta comunista del pueblo. Se derrumbó la capilla quedando solo la cripta de este humilde hombre de Dovia, Distrito de Predappio, maestro de escuela con honores, que por su Nación: ofrendó hasta su vida al servicio de ella..
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La vida de Di  Rienzi y Mussolini  puede encontrar explicación en las palabras  del Editor  del libro “Mi ultimo año”[68] escrito  por  Mussolini , en su prólogo :“...Este destino empapado de sangre, de rencor, de disconformismo, explica la tradicional revuelta de los italianos contra sus hombres mejores. En la paz y en la guerra, en la victoria y en la derrota, el italiano siente, en un momento dado, el indomable impulso de abatir sus ídolos para crear otros nuevos. Los Idus de Marzo, la masacre de los Césares, el martirio de los Santos, el largo exilio del Dante, el linchamiento de Cola de Rienzi, la expatriación de Cristóbal Colón y de cien de sus iguales, ...el feroz epílogo de Plaza Loreto, son otras tantas etapas de la desesperación de un pueblo dominado por el instinto de la grandeza, ansioso e incapaz de permanecer fiel a las tradiciones, desdichado desde el momento en que nace, hijo de una tierra cruel que se volvió árida bajo el sol de la gloria. ...El autor de estas páginas, último reanimador de las aspiraciones de su Estirpe, ha conocido cuán breve es el paso del Capitolio a la Roca Tarpeya. Por 20 años ídolo de su pueblo, fue abatido por el furor de su pueblo. Masacrado, ultrajado, expuesto al ludibrio, está situado, en la historia, junto a sus mayores de todos los tiempos. Casi parece que para él- último de los romanos- las hubiera escrito, imperando Claudio, el romano Lucio Anneo Séneca:  ‘...el ha superado los límites de la servidumbre, se ha sumido en una grande y eterna paz. No lo turba el miedo a la pobreza, tampoco el amor a las riquezas, ni los estímulos de la lujuria que corrompen el ánimo con la voluptuosidad. No le alcanza la envidia de la felicidad ajena, no lo preocupa el cuidado de la propia. Ninguna ira de muchedumbre golpea más a sus castos oídos. No ve ninguna ruina pública o privada. No se adelanta solícito hacia el futuro, siempre incierto en sus promesas.  El está ahora allí donde nadie puede moverlo, donde nada puede producirle miedo...’ .”
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BIBLIOGRAFÍA ESPECIAL

PRIMO DE RIVERA, José Antonio. ‘Textos de Doctrina política’. Delegación Femenina de la F.E.T. y de la J.O.N.S., pág. 66. España- 1966.
KUBIZECK, ‘De Di Rienzi a Mein Kampf’.
PLONCARD D’ASSAC, Jacques. ‘Doctrinas del Nacionalismo’. Editorial Acervo. Barcelona, España. 1971.
BULWER-LYTTON, Edward. (1803 to 1873)‘DiRienzi o el último tribuno’ .-Editorial Boix, calle de Pontejos Nro. 8, Madrid, España, 1843.
PALACIOS, Pedro B. ‘Evangélicas’. Bs.As. 1921.
ZANGRANDI, Ruggero. ‘Los hombres: Mussolini’. Centro de estudios de América Latina. 1976.
MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973
MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Treves, –Milán-Roma. 1932.
DISCURSOS DE BENITO MUSSOLINI, Edición Definitiva, T. III, pag. 234.
MUSSOLINI, Benito “El Fascismo” . Editorial TOR. Bs. As. 1933.
MUSSOLINI, Benito “Vida de Arnaldo” . Editorial TOR. Bs. As. 1937.
DE HUSZAR, George B. ‘Enciclopedia del Mundo’, Ed. Durvan –Bilbao, España –1970.- SARFATTI, Margherita. ‘Mussolini, el Hombre y el Duce’. Editorial Juventud Argentina, Bs.As. 1940
MUSSOLINI, Benito ‘Fascismo Revolucionario: República Social Italiana’ Ed. Milicia. Bs. As. 1976.
GRADENIGO, Gaio. ‘Benito Mussolini, 50 años de historia’. Editorial Nuevo Orden, Bs.As.1984
 MUSSOLINI, Benito. ‘Mi último año’. Editorial SPES, Bs.As. 1946.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA GENERAL

LUDWIG, Emil ‘Conversaciones con Mussolini’. Editorial juventud. Barcelona, España. 1932.
CARSTEN, Francis ‘La ascensión del Fascismo’. Editorial Seix Barral. Barcelona, España. 1971.
PRIMO DE RIVERA, José Antonio. ‘Obras Completas’ ( 1922-1936). Instituto de Estudios  Políticos, Madrid España 1976.
MUSSOLINI, Benito. ‘El Estado Corporativo’. Editorial Vallecchi, Florencia 1938.
MUSSOLINI, Benito. ‘Hablo con Bruno’. Editorial La Mazorca,  Bs. As.1942.
BOTTAI, Giuseppe. ‘La Organización  Corporativa del Estado’. Editorial Losada S.A., Bs. As. 1941.

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EL MUNDO NO CONOCERÁ PAZ
HASTA QUE
EL IMPERIO ROMANO ESTÉ RESTAURADO

DANTE ALIGHIERI

 























[1] PRIMO DE RIVERA, José Antonio. ‘Textos de Doctrina política’. Delegación Femenina de la F.E.T. y de la J.O.N.S., pág. 66. España- 1966,
[2] KUBIZECK, ‘De Di Rienzi a Mein Kampf’.
[3] PLONCARD D’ASSAC, Jacques. ‘Doctrinas del Nacionalismo’. Editorial Acervo. Barcelona, España. 1971.
[4] BULWER-LYTTON, Eduard. ‘DiRienzi o el último tribuno’ .-Editorial Boix, calle de Pontejos Nro. 8, Madrid, España, 1843.
[5] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[6] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[7] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[8] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[9] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citad.a
[10] HOESEMIUS.
[11] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[12] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[13] PALACIOS, Pedro B. ‘Evangélicas’. Bs.As. 1921.
[14] BULWER-LYTTON, Eduard. Ob. Citada.
[15] ZANGRADI, Ruggero. ‘Mussolini’. Centro de estudios de América Latina. 1976.
[16] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973
[17] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[18] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[19] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[20] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[21] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[22] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[23] MUSSOLINI, Benito. ‘Obra citada’.
[24] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milán-Roma. 1932.
[25] Edición definitiva de discursos de Benito Mussolini, T. III, pag. 234.
[26] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973
[27] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milan-Roma. 1932.
[28] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[29] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milan-Roma. 1932.
[30] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[31] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[32] MUSSOLINI, Benito “Vida de Arnaldo” . Editorial TOR. Bs. As. 1937.
[33] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[34] MUSSOLINI, Benito “Vida de Arnaldo” . Editorial TOR. Bs. As. Año 1937.
[35] DE HUSZAR, George B. ‘Enciclopedia del Mundo’, Ed. Durvan –Bilbao, España –1970
[36] MUSSOLINI, Benito “Vida de Arnaldo” . Editorial TOR. Bs. As. 1937.
[37] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[38] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milán-Roma. 1932.
[39] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[40] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milán-Roma. 1932.
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[42] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[43] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Trenes, –Milán-Roma. 1932.
[44] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
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[47] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
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[57] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[58] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
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[63] MUSSOLINI, Benito “El espíritu de la Revolución Fascista. Ed. Informes, Bs.As. 1973.
[64] SARFATTI, Margherita. Mussolini, el Hombre y el Duce’. Editorial Juventud Argentina, Bs.As. 1940.
[65] MUSSOLINI, Benito “La doctrina del Fascismo”. Biblioteca de la Enciclopedia Italiana. Edición Fratelli Treves, –Milán-Roma. 1932.
[66] MUSSOLINI, Benito ‘Fascismo Revolucionario: República social Italiana’ Ed. Milicia. Bs. As. 1976.
[67] GRADENIGO, Gaio. ‘Benito Mussolini, 50 años de historia’. Editorial Nuevo Orden, Bs.As.1984
[68] MUSSOLINI, Benito “Mi último año”. Editorial SPES, Bs.AS. 1946.



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