(De pluma ajena) JUAN BAUTISTA THORNE
Por Norberto
Chiviló y Guillermo Masciotra
Juan Bautista Thorne, nacido
en Nueva York, EE.UU, adoptó como su patria nuestra Argentina.
El mejor periódico nacional
EL RESTAURADOR (antes, en formato papel y ahora en formato digital) nos brinda a
través de su Director Norberto Chiviló y también Guillermo Masciotra en el
mismo periódico, unas semblanzas de nuestro heroico y valiente soldado que dio las
mejores páginas en nuestra historia en defensa de nuestra soberanía
territorial.
Tenemos el gusto y placer de
reproducir los textos referidos e invitamos a los lectores a abrevar más sobre
el tema en el periódico mencionado.
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El Pedido de su Pase a Inválidos
Publicado en el Periódico El Restaurador -
Año I N° 4 - Septiembre 2007 - Pag. 5
DIPLOMA
POR SU PARTICIPACIÓN EN LA CAMPAÑA DE 1833
Dedicado
Al Valiente Ejercito Expedicionario Al mando del Brigadier
General Dn. Jn. Ml. DE ROSAS
Por cuanto siendo acreedor a la Medalla de premio acordada al Ejercito de la
Izquierda por Decreto Supremo del 6 de Mayo de 1834 ha tenido á bien el
Gobierno expedirle el presente Diploma para que en virtud de el, pueda usarla y
obtener una justa consideración.
Dado en
Buenos Ayres a 2 de Agosto de 1834. Año 25 de la Libertad y 19 de la
Independencia.
Jn. José Viamonte
Tomás Guido
S.E. concede el uso de una
Medalla de honor al Capitan de Exto. al servicio de la Marina D. Juan Bautista
Thorne.
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Despacho de Teniente Coronel
¡VIVA LA FEDERACION!
EL GOBIERNO DE BUENOS AIRES
ATENDIENDO á los méritos y
servicios del Sargento Mayor al servicio de la Marina Dn. Juan Thorne ha venido
en conferirle el Grado de Teniente Coronel al mismo servicio, con la antigüedad
de 29 de Diciembre del año ppdo. de 1839 y declarándolo benemérito de la
Confederación y fiel defensor de la Libertad y dignidad de la America
concediéndole las gracias, exenciones y privilegios que por este titulo le
corresponden.
POR TANTO manda y ordena, se
haya, tenga y reconozca por tal Teniente Coronel graduado por lo que se le
expide el presente despacho, del que se tomará razón en la Contaduría General
de la Provincia---
Dado en la ciudad de Buenos
Aires, á dos del mes de Marzo de mil ochocientos cuarenta. Año 31 de la
Libertad, 25 de la Independencia y 11 de la Confederación Argentina---
Juan M. de Rosas
Agustín de Pinedo
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ACTUACIÓN DE THORNE EN
OBLIGADO
El 25 de octubre de 1883, se
recibió en el Consulado General Argentino en Londres, el siguiente documento
remitido por el Almte. de la Royal Navy, B.J. Sullivan, quien había actuado en
el Combate de Obligado y que fue publicado en La Tribuna Nacional del 22 de
diciembre de 1883 y que dice así:
“En la batalla de Obligado
en el Paraná, el 20 de noviembre de 1845, un oficial que mandaba la batería
principal, causó la admiración de los oficiales ingleses que nos hallábamos más
cerca de él por la manera con que animaba á sus hombres y los mantenía en su
puesto al pie de los cañones durante un fuerte fuego cruzado bajo el cual esa
batería estaba más especialmente expuesta.
“Por más de seis horas se
paseó por el parapeto de la batería exponiendo su cuerpo entero sin otra
interrupción que cuando de tiempo en tiempo ponía él mismo la puntería de un
cañón.
Por prisioneros heridos de
su regimiento, supimos después que era el coronel Rodríguez, del Regimiento de
Patricios de Buenos Aires. Cuando todos los artilleros fueron muertos ó heridos
hizo maniobrar los cañones con soldados de su regimiento de infantería hasta
que el combate estuvo casi terminado, perdiendo 500 muertos y heridos, de 800
que lo componían. “Cuando los marineros y soldados ingleses desembarcaron á la
tarde y tomaron esa batería, él con los restos de su regimiento solamente, y
sin otro concurso de las fuerzas defensoras, mantuvo, su posición en
retaguardia á pesar del fuerte fuego cruzado de todos los buques por entre los
bosques que se hallaban detrás de la batería y fué el último en retirarse.
“La bandera de la batería
que había defendido tan noblemente fué arriada por uno de los hombres, de mi
mando y me fué dada por el oficial inglés de mayor rango, capitán Hotham. Al
ser arriada la bandera cayó sobre algunos de los cuerpos de los caídos y fue
manchada con su sangre. He visto últimamente que la bandera de un regimiento
inglés que se hallaba en poder de una familia desde la guerra de 1807, había
sido restituída al regimiento por esa familia.
“Deseoso de seguir ese
ejemplo, quiero restituir al coronel Rodríguez si vive, ó sino al Regimiento
de Patricios de Buenos Aires si aun existe, la bandera bajo la cual y en la noble
defensa de su patria, cayeron tantos de los que en aquella época lo componían.
“Si el coronel Rodríguez ha
muerto y si el regimiento no existe ya, yo pediría á cualquiera de los miembros
supervivientes de su familia que la acepten en recuerdo suyo y de la muy brava
conducta de él, de sus oficiales y de sus soldados en Obligado.
“Los que nos habíamos batido
contra él y habíamos presenciado su abnegación y bravura, tuvimos grande y
sincero placer al saber después que había salido ileso hasta el fin de la
acción”.
La bandera fue remitida a
Buenos Aires. Considerando que el Alte Sullivan había designado por un error de
información al Coronel Rodríguez, como encargado de una de las baterías de
Obligado –lo que en la realidad no había ocurrido-, el hijo de Juan Bautista
Thorne, realizó una consulta al Sr. Víctor J. Elizalde, combatiente también en
Obligado, quien le contestó a Juan A. Thorne, el 21 de abril de 1891:
“En contestación á su muy
apreciable del 20 del presente mes en la que me pide que como combatiente y
testigo ocular en el memorable combate de Obligado le certifique á la vez que
le adelante algunos antecedentes sobre la conducta que observó su finado padre
el coronel Thorne, durante la acción, como también si fué el coronel Ramón
Rodríguez jefe de algunas de las baterías que se formaron para resistir al
poderoso enemigo que nos asaltó; le diré á usted:
“Que el coronel Thorne fué
ocupado por el general Mansilla en la construcción y dirección de las
fortificaciones como también se le dió el mando de la batería
"Manuelita" de donde se retiró después que las demás baterías habían
quemado su último cartucho.
“Diré a usted además: la
brava y serena conducta de su padre mereció del general en jefe y de todos sus
compañeros, la aprobación y el aplauso, por el hecho de que él no abandonó el
merlón de su batería, y si lo hacía, era cuando veía que sus artilleros no
daban en completo y certero blanco.
“Cónstame también que le
intimó por dos veces la orden de que suspendiera el fuego y se retirara de la
batería, pero él contestó: "que sus cañones le imponían hacer fuego hasta
vencer ó morir"; mereciendo por este desacato el que fuera arrestado en el
convento de San Lorenzo adonde fué transportado herido y sordo. Allí mismo el
general Mansilla fué á visitarlo y felicitarlo por su conducta, dejando al
retirarse la orden de que quedaba levantado su arresto.
“En lo que se refiere al
coronel Ramón Rodríguez, le diré que este jefe no tuvo otro rol durante el
combate que permanecer á la entrada del monte, de donde salió, cuando ya no
había defensores en las baterías y el enemigo desembarcó dándoles la más franca
y soberbia carga á la bayoneta, al frente de su batallón Milicianos de Buenos
Aires.
“Deseando que le satisfaga
esta exposición verídica, lo saluda muy atentamente”.
Con el mismo objeto Juan A.
Thorne había consultado también a Adolfo Saldías, quien le contestó el día 22
de abril de 1891: "Estimado amigo: En respuesta de su estimable carta del
20 del presente mes en la que Ud. se sirve pedirme mi opinión sobre si fue el
coronel Ramón Rodríguez o el coronel Juan B. Thorne, quien mandaba una de las
baterías en el combate de Obligado, contra las escuadras aliadas de la Gran
Bretaña y de la Francia y quién fue el último que se retiró de ese glorioso
campo de batalla le diré que fue el coronel Thorne. El coronel Rodríguez,
benemérito Oficial del Ejército Auxiliar del Perú y del Republicano contra el
Imperio del Brasil, no mandó batería alguna en Obligado. Según se ve
documentado en mi "Historia de Rozas y de la Confederación
Argentina". Eran cuatro esas baterías, respectivamente mandadas por el
mayor Alzogaray, por el teniente Brown, por el teniente Palacios y la del
extremo izquierdo por el teniente corone J. Thorne. El coronel Rodríguez tenía
mando del batallón de Patricios de Buenos Aires y estaba de flanco en el
extremo derecho, no habiendo en esa línea a sus órdenes más que cuatro cañones
al mando del teniente José Serezo. El combate se inició naturalmente contra las
baterías de la derecha; rota la cadena que sujetaba los barcos que formaban
línea de atajo al pasaje del río el fuego de los franceses e ingleses se
concentró en la izquierda. A las cuatro de la tarde las baterías habían quemado
casi todos sus cartuchos y cuando la mortandad y el estrago enseñaban la
derrota a los argentinos. Pero la batería de Thorne se sostuvo todavía más de
una hora. Diósele la orden de retirarse y contestó que le quedaban municiones.
Reiterósele la orden, y entonces, puesto de pie sobre el merlón de la batería
y al ir a arengar a los escasos soldados, fue derrumbado en tierra. El
"Philomel", que mandaba el capitán Sullivan, y que venía de
vanguardia, operó su desembarco en la costa y fue entonces cuando se tomó la
bandera de la batería argentina. La bandera argentina del batallón de
Patricios de Buenos Aires fue tomada por los marineros franceses y existe en el
Hospital de Inválidos de París. No es dudoso, por lo demás, que un jefe de
las relevantes cualidades del coronel Rodríguez habría sido capaz de la acción
que le supone el almirante Sullivan; pero precisamente por su antigüedad y por
sus condiciones, y en los primeros momentos que se siguieron a la acefalía del
mando en jefe, producida por la herida que postró al general Mansilla, fue el
coronel Rodríguez quien lo asumió, llevando personalmente una carga a la
bayoneta sobre los ingleses y franceses que desembarcaron cuando apagaron los
fuegos de las tres baterías de la derecha y del centro. Los aliados no
desembarcaron por frente a la batería de la izquierda que mandaba Thorne sino a
la caída de la tarde, cuando ya no podía tronar allí el cañón argentino. Esta
misma comunicación del almirante Sullivan al cónsul argentino en Londres, se
publicó en la Tribuna Nacional del 22 de diciembre de 1883, y no hay más que
fijarse en los detalles que da tan caballeresco oficial, y que están
perfectamente corroborados por documentos y aún por testigos que sobrevivieron,
para comprobar que se refieren no al coronel Rodríguez, sino al coronel Thorne.
El cónsul argentino, señor Guerrico, pariente, según tengo entendido, del
coronel Rodríguez, quizá por falta de datos no pudo rectificar la verdad de los
hechos, a bien que, repito, al coronel Rodríguez no le fue necesario, arrebatar
gloria a sus compañeros para recoger la que recogió conteniendo a los
vencedores con una soberbia carga a la bayoneta, a la cabeza de sus milicianos
de Buenos Aires. Soy su atento S. S. Adolfo Saldías”.
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CARTA A SU AMIGO EL CORONEL HILARIO
LAGOS
Publicado en el Periódico El
Restaurador - Año I N° 4 - Septiembre 2007 - Pag. 2
Después del Combate de la
Vuelta de Obligado, Thorne desde la Estancia de Gómez, -el 27 de noviembre de
1845-, le dirige una carta a su amigo, el coronel Hilario Lagos: "Querido
amigo: Estos renglones no llevan otro objeto que comunicar a V. el desagradable
y fatal encuentro que tuvimos el día 20 del presente con las escuadras anglo
francesas, en el punto de Obligado, a las 10 de la mañana. Rompieron los
infames sus fuegos sobre nuestras baterías las cuales contestaron con todo el
ánimo federal, y duró un fuego duro y mortífero hasta las 4 de la tarde, a cuya
hora cesaron los fuegos de las baterías "Restaurador", "General
Brown" y "General Mansilla" por su falta de municiones y mal
estado de las piezas, sosteniendo todavía a la batería "Manuelita"
que tuve el honor de mandar hasta las 6 de la tarde a cuya hora me ví obligado
a abandonar por falta de municiones. Como cuatro horas batieron los enemigos
nuestras baterías a tiro de pistola con 125 piezas de calibre 24 hasta de 80.
Las escuadras se componían de 12 buques, tres vapores, dos corbetas, cinco
bergantines y dos bergantines goletas, contra nuestras baterías que se
componían de los siguientes: La derecha, "Restaurador", 6 piezas;
centro "General Brown" y "Mansilla", 8 piezas;
izquierda" Manuelita", 7 piezas y dos de tren volante. Nuestras
pérdidas han sido considerables y la de los enemigos han sido mucho más porque
hasta la fecha están en compostura y todavía no pueden moverse, pero tal vez
dentro de pocos días los ha de tener por aquellos destinos a estos malvados. Es
cuanto tengo que decirle a V. sobre el particular".
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La
simpatía de Thorne por el partido federal, lo llevaba a pintar de rojo los
mástiles
de
los barcos bajo su jefatura
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SU PEDIDO DE RETIRO
Cuando Thorne fue separado
del servicio después de Caseros por el gobierno de Buenos Aires, solicitó a
Valentín Alsina su pase a inválidos –contaba con 45 años–, para recibir una
merecida pensión.
El petitorio que se
encuentra en el Museo Naval (Ciudad de Tigre), estaba encabezado como sigue:
“El teniente Coronel D. Juan B. Thorne, norteamericano de origen, pero
argentino por simpatía, por adopción, y por haber adquirido con mi sangre tan
glorioso título… He servido a ésta Patria mía 27 años, le he sacrificado mi
juventud toda entera, he sufrido por ella prisiones en el extranjero, por ella
estoy cubierto de cicatrices, por ella la salud y el perfecto uso de mis
sentidos corporales me faltan…”
Después de señalar su
actuación militar y mencionar cada uno de los combates en los que actuó y las
heridas que recibió, continua diciendo “En muy costoso compendio he extractado
mi hoja de servicios: muchos pliegos ocuparía si intentase detallar mis
trabajos y mis fatigas… permítame gloriarme de ellas porque las he dedicado
todas a la República Argentina…”
“…estoy cierto de ser bien
comprendido cuando afirmo que mi entusiasmo ardía más puro en los combates que
defendía a la Patria contra el extranjero. Llevo en mi cuerpo las severas
impresiones del plomo del Brasil, del plomo de la Francia, del plomo de la Gran
Bretaña, y estos signos me hermosean a mi vista, y estos signos me recrean al
contemplarlos. Sin uso de un brazo y del oído podía hace tiempo haber pedido ir
a descansar a inválidos: pero aspirando todavía a servir a mi patria, soportaba
con paciencia mi desventajosa situación en las fatigas…”
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SU FALLECIMIENTO
Thorne falleció el 1º de
agosto de 1885, en su casa de la calle Tucumán 1482, por un ataque de
bronconeumonía según algunos historiadores. Se contaba que su médico, Dr.
Castillo necesitaba hacerle una cura de ventosas, pero no pudo hacerlo porque
se lo impedían las cicatrices en el cuerpo del Héroe.
El diario “Tribuna
Nacional", en su edición del día siguiente, publica esta noticia
"Juan Bautista Thorne. Ayer a las 7 de la mañana dejó de existir, víctima
de un ataque de corazón, el anciano jefe de la Armada, coronel D. Juan Bautista
Thorne, el cual sirvió a las órdenes del almirante Brown en diferentes combates
navales. Por el ministerio respectivo se decretaron los honores militares que
corresponden a su rango. Hoy a las 4 de la tarde serán conducidos sus restos mortales
al cementerio del Norte. Paz en la tumba de ese buen servidor de la
Patria".
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Homenaje y recordatorio al
Tte. Cnel. de marina Juan Bautista Thorne En el año del Bicentenario de su nacimiento
Guillermo
Masciotra
Publicado en el Periódico El Restaurador - Año
I N° 4 - Septiembre 2007 - Pags.1 y 2 |
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“Mis cañones me imponen hacer fuego
hasta vencer o morir” ( Respuesta de Thorne a su superior durante el Combate de la Vuelta de Obligado) |
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Quien fuera después soldado
y marino de la Patria, formado en un hogar de hombres de mar no tardó en dar
cuenta de su vocación y a los escasos once años de edad fue embarcado en una
flota norteamericana que en viaje de instrucción de un año visitó los puertos
del Pacifico y Atlántico del continente americano y de esa forma conoció Buenos
Aires.
Posteriormente cursó
estudios en la Escuela Naval de Tolón en Francia, embarcó como guardiamarina en
un buque corsario francés, que naufragó en las costas de África, episodio del
cual solo sobrevivieron cinco marinos entre ellos el joven Thorne. Forjado en
la dura vida marinera y con las privaciones de los corsarios llegó a Perú.
Desde esas costas se embarcó en naves mercantes que transportaban guano al
Brasil y así llega por segunda vez al Río de la Plata, donde visita a un
antiguo amigo de la familia, el marino criollo José María Pinedo en la ciudad
de Santa Fe, con el cual se embarca en la Goleta “Fortuna” que operaba en aguas
del río Paraná en 1819/22 formando parte de la escuadrilla fluvial de Santa Fé
y Buenos Aires.
Nuevamente desde el Río de
la Plata se embarca en una nave corsaria que recorre el mar de la China y el
Pacífico, pero por tercera vez vuelve a nuestras costas y se afinca en Buenos
Aires y con 18 años es un veterano de la guerra en el mar, se iniciaba el año
1825 y el conflicto con Brasil se agudizaba.
La guerra contra el Imperio
Inmediatamente con el inicio
de las hostilidades se presenta en la Comandancia de Marina, que bajo el mando
de Guillermo Brown se alistaba con los escasos recursos existentes para hacer
frente al voluminoso poder naval del Brasil.
El Almirante, lo incorpora a
la Armada argentina con el grado de guardiamarina en Junio de 1826 en
el buque corsario “Congreso” o “Congreso Nacional” bajo el mando del capitán
César Fournier. Así se inicia la carrera de este intrépido defensor de nuestro
pabellón. La campaña del “Congreso” que logra salir del estuario del Plata a
pesar de bloqueo enemigo lo lleva a las costas del centro de Brasil, donde su
actuación sobresaliente siembra el terror en la marina mercante imperial;
incursiona en la Bahía de Todos los Santos y en la Bahía de Río de Janeiro.
Casi veinte presas capturadas dan testimonio de su eficacia. Al regresar a
nuestras aguas se produce un duro combate con los sitiadores, que deja cuarenta
bajas y muy maltrecha la embarcación.
Con la llegada de la corbeta
“Chacabuco” adquirida en Chile se le asigna un nuevo destino ahora bajo el
mando del capitán Santiago Bynnon, así se suceden los combates de Carmen de
Patagones donde el almirante brasilero Pinto Guedes que intentó ocupar el
puerto y el fuerte, sufrió una completa derrota naval y terrestre, pierde sus
naves y entre las capturadas está la corbeta “Itaparica” que es abordada por
Thorne y sus hombres. Este hecho significó que fuera premiado con el grado de
segundo comandante en otra nave capturada y rebautizada “Patagones” al servicio
de la República Argentina.
Con el “Patagones”
incursiona en las costas de Río de Janeiro donde en un tremendo combate con el
bergantín imperial “Pedro I”, armado con 16 cañones, la embarcación patriota es
capturada. Thorne recibió cinco heridas de metralla en el combate y sufre
prisión hasta el final de la guerra; con la firma de la paz retorna a Buenos
Aires a fin de 1828.
Actividad entre 1829 y
1831
El Alte. Brown lo
reincorpora y lo asciende al grado de capitán y se le asigna el bergantín
“Republicano”, el “General Balcarce” y la goleta “Martín García”. En este
período realiza una actividad esencialmente fluvial. Durante algunos meses
también efectuó viajes al litoral marítimo llegando a Carmen de Patagones.
Expedición Descalzi.
Exploración de los Ríos Colorado y Negro. Primera Campaña del Desierto.
Al mando de la goleta
“Margarita”, explora el río Colorado y posteriormente toma el mando de la
goleta “Sofía” que transporta pertrechos para la expedición científica del
Ingeniero Nicolás Descalzi y Feliciano Chiclana contratada por Juan Manuel de
Rosas para acompañar el avance sobre el desierto y relevar nuevamente las
cartas levantadas oportunamente por la expedición Villarino.
La intervención de Thorne
junto con la de Bathurs resulta vital para el abastecimiento y la exploración,
a la que se sumó el piloto Edmundo Elsegood, baqueano del río Negro.
La escuadrilla que operó en
apoyo del avance terrestre, comprendía las goletas “Encarnación”, “Margarita” y
“Sofía” y la ballenera “Manuelita” que alcanzó en su avance Choele-Choele,
punto de encuentro de las columnas del Ejército con las fuerzas fluviales.
Su actuación en la campaña
naval de apoyo a la primera Campaña del Desierto le significó un nuevo
reconocimiento del gobierno nacional y su condecoración con la Medalla de
Honor.
Destacamos que los
teodolitos, sextantes, telescopios, cronómetros, cartas y mapas fueron
transportados por vía marítima. Asimismo viajaron los técnicos que acompañaron
al ingeniero Descalzi en su expedición científica en sucesivos viajes de las
embarcaciones antes mencionadas.
Martín García, la Gloria de
su defensa
En el año 1838 con motivo de
la intervención francesa en el Río de la Plata, Thorne tuvo una destacadísima
actuación en la defensa de la isla Martín García, la que fue tomada por los
franceses después de encarnizado combate. En atención que en el
próximo año se cumplen 170 años del episodio dejaremos su mención especial para
un próximo número.
Período 1839-1852
En este período se consolida
la actuación de Juan B. Thorne. Su vocación, las repetidas heridas recibidas,
su subordinación y la disciplina hacia la enseña azul y blanca adoptada,
abundantes actuaciones de guerra en Cagancha, Yeruá, Diamante, conocen de su
aporte profesional y gallardía. Con el grado de teniente coronel de Marina
acompaña al Alte. Brown en la campaña de los ríos Paraná y Uruguay, que culmina
con la derrota de Garibaldi en el combate de Costa Brava el 15 y 16 de agosto
de 1842. En ese episodio cubre la ruta de Martín García que impide que se le
manden refuerzos desde Montevideo al italiano que pretendía incursionar en
nuestros ríos interiores.
Así se llega a la invasión
armada anglo francesa que pretende dominar nuestros ríos interiores, era el año
1845 y Thorne estaba afectado a la defensa fluvial. Se le asigna la
responsabilidad de la configuración y construcción de la batería “Manuelita”,
en las costas del Paraná, en la Vuelta de Obligado, próximo a San Pedro. La
tenacidad en los trabajos dio sus resultados. El 20 de noviembre en el combate
de la Vuelta de Obligado, consumió hasta la última munición, su actuación causó
la admiración de los ingleses, dirigiendo el fuego de los cañones
personalmente, con un brazo fracturado y un corte en la cabeza. Seguía dando
ordenes y combatiendo, fue intimado por sus superiores a retirase y no lo hizo.
La batería “Manuelita” que se ubicó en el centro del dispositivo de defensa
argentino fue la última en silenciar sus cañones, el silencio también fue para
un oído de Thorne ya que una granada que explotó muy cerca, le afectó el oído,
lo que dio origen al seudónimo de “sordo de Obligado”, como también se lo
conoció. Tan férrea fue su defensa de la posición que su prestigio lo llevó
a ser designado en 1846 Jefe de la Defensa de la Costa del Paraná, y así pudo
continuar impidiendo el ataque avieso contra nuestras costas de la flota
invasora anglo francesa, donde vuelve a combatir en las fortificaciones del
Quebracho y San Lorenzo, donde los navíos de las dos mas grandes potencias de
la época que regresaban luego de haber forzado el paso en Vuelta de Obligado,
reciben un duro castigo desde tierra que les provoca bajas, perdida de naves y
con ello la ruina de los comerciantes de Montevideo que armaron la expedición.
Su generoso aporte en el
Paraná, junto a los hombres que dirigieron Mansilla, Alzogaray, Eduardo Brown,
significaron para la República Argentina el reconocimiento por parte de las
potencias europeas de que los ríos interiores eran argentinos, el fin del
bloqueo y el desagravio a la bandera nacional.
Participó Thorne de las
luchas civiles entre unitarios y federales, siempre en defensa de la
Confederación Argentina, “a quien la gran mayoría del país obedecía” actuando
con disciplina e hidalguía. El pronunciamiento de Justo José de Urquiza lo
sorprendió en servicio y al igual que la mayoría de los oficiales navales,
Alzogaray, Py, Craig, Pinedo, Cordero (Mariano y Bartolomé) y Lasserre entre
otros, permaneció leal a la Confederación Argentina por lo que fue separado del
servicio por los vencedores.
Su reconocimiento
Luego de la proscripción
política, posterior a Caseros, en diciembre de 1852, participó en la malograda
Revolución del Gral. Hilario Lagos, contra el gobierno liberal de Buenos Aires.
Dado de baja y sin recursos, se mantuvo como un marino sabe, navegando nuevamente
al mando de buques mercantes Pero en 1868 llega la ley de reparación patriótica
para hacer justicia con Thorne y muchos más que habían combatido contra el
Imperio de Brasil, a favor de nuestra independencia, y en los ataques y
bloqueos de las potencias europeas; se le reconoce nuevamente el grado de
teniente coronel de Marina, se termina su penuria económica y puede tener un
merecido descanso junto a su esposa - doña Maria Abad- con quien se había
casado en 1852.
Con el reconocimiento público
y acompañado por la amistad de dos de sus compañeros de armas los marinos José
María Pinedo y Enrique Sinclair falleció el 1º de agosto de 1885 en la ciudad
de Buenos Aires….
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