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lunes, 7 de agosto de 2023

OPINIONES SOBRE JUAN MANUEL DE ROSAS-Rasgos fisonómicos y personales que desmienten su supuesta tiranía


OPINIONES SOBRE JUAN MANUEL DE ROSAS-

Rasgos fisonómicos y personales que desmienten su supuesta tiranía


      Gonzalo V. Montoro Gil






ADVERTENCIA

El presente trabajo se dirige a analizar rasgos del gobierno, fisonomía y personalidad del ilustre Restaurador de las Leyes Brg. Gral. Don Juan Manuel de Rosas, que desmienten su supuesta tiranía.

En la mayoría de los casos las opiniones vertidas por los autores citados son conocidas; otras, no tanto pero la idea, a parte de la compilación, es la siguiente:

Nuestra intención no es su estudio a través de aquellos que fueron y  son los más intransigentes defensores del Federalismo y de Juan Manuel de Rosas puesto que los ditirambos, los elogios se presumen por sus afinidades doctrinarias y personales y ya se han transcripto a lo largo del tiempo dándose por conocidos.

Nada se agregaría a lo que han expresado sobre Restaurador y su mandato. Solo reproducimos algunos comentarios aislados como el de José de San Martín por la importancia y jerarquía suprema de quien lo dice, de Pedro de Angelis y de Julio Irazusta,.

Así, pues, lo que se intenta aquí es reproducir opiniones positivas sobre Rosas pero por aquellos que, paradójicamente, lo han combatido a lo largo de los años; en especial, los Unitarios que han luchado décadas contra la Confederación Argentina. Son raptos de sinceridad no frecuentes y que es lícito exponerlos.

También comentarios de aquellos que, si bien no lo han combatido, se posicionaban neutralmente sea porque eran funcionarios o políticos extranjeros, sea porque intelectualmente no estaban ni a favor ni en contra de su gobierno y su persona.

Todo esto tanto en aquellos que convivieron contemporáneamente a él mientras gobernaba, o posteriormente cuando vivía expulsado de su patria en Southampton o cuando ya había fallecido.

No pretendemos agotar todo lo desarrollado sobre Rosas ni todos aquellos que se pronunciaron porque la lista sería interminable, pero sí la cantidad suficiente que nos presente una acabada visión que se tenía del Restaurador aquí y allende los mares, a lo largo del tiempo por aquellos que –de algún modo y tal vez- se amigaron con su persona o con sus ideales de lucha.

En algunos casos sus declaraciones en favor de Rosas y su gobierno fueron confirmadas por sus comportamientos posteriores; en otros casos fueron negadas luego, borradas ‘con el codo’ como se dice coloquialmente, por los hechos y procederes futuros tal es el caso de Justo José de  Urquiza, como veremos.

Estructuralmente haremos, primero, una referencia de dónde se extraen las opiniones a citarse, luego la opinión literal entrecomilladas de los autores con letra cursiva para, finalmente hacer –en algunos casos que lo ameriten- algún breve comentario sobre las apuntadas opiniones para aclarar algún concepto que podemos estimar equivocados u obscuros o para acentuar afirmativamente lo allí declarado por los autores.

 

John Murray Forbes

(J.M.Forbes, diplomático estadounidense, Cónsul de su país en Buenos Aires comunicó a su gobierno una descripción literaria de Rosas en 1829, con motivo de la asunción de Rosas al poder).

“...en comunicaciones anteriores he tratado de hacer un esbozo de este hombre extraordinario…en términos generales es una persona de educación limitada pero se parece a esos extranjeros (farmers) que abundan en nuestro país y son considerados la mejor garantía de nuestra libertad…es sumamente suave de maneras y tiene algo de las reflexiones y reservas de nuestros jefes indios…no hace ostentación de saber pero toda su conversación trasluce un excelente juicio y conocimiento de los asuntos del país y el más cordial y sincero patriotismo…mucho se espera de sus condiciones personales…me declaró que la primera preocupación de su gobierno sería estrechar aún más las relaciones de amistad con el presidente y la nación norteamericana” .

 

Aquí el diplomático hace una semblanza de la personalidad, conocimiento de su país, carácter y patriotismo de Rosas, donde aparece como asombrado de las virtudes del Restaurador; cosa que por el tono de sus palabras, no lo esperaba.

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José de San Martín

(Carta a Guido desde Bruselas, 8 de abril de 1830)

 “...Noto con placer que la marcha del gobierno es firme...En mi opinión el Gobierno en las circunstancias difíciles en que se ha encontrado, debe si la ocasión se presenta, ser inexorable con el individuo que trate de alterar el orden, pues si no se hace respetar por una justicia firme e imparcial, se lo merendarán como si fuera una empanada, y lo peor del caso es que el país volverá a envolverse en nuevo males…(…)…Yo no conozco al señor Rosas pero según tengo entendido tiene un carácter firme y buenos deseos.”

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(Carta a Guido, 27 de diciembre de 1847) (Carta a Rosas)

 “Diré a Usted que orejeo cada vez que veo dirigirse a nuestra playas a estos políticos (embajadores) y a pesar de lo que se dice de los sinceros deseos de estos dos gobiernos (Inglaterra y Francia) tienen de concluir definitivamente las diferencias con nuestro país, de todos modos yo estoy bien tranquilo en cuanto a las exigencias injustas que pueden tener estos gabinetes, porque todas ellas se estrellarán contra la firmeza de NUESTRO DON JUAN MANUEL”. 

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(Carta a Rosas el 2 de noviembre de 1848)

A pesar de distancia que me separa de nuestra Patria, usted me hará justicia de creer que sus triunfos son un gran consuelo para mi achacosa vejez”

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(Carta de José de San Martín a Juan Manuel de Rosas desde Boulogne Sur Mer del 6 de mayo de 1850. Extraída del libro de Font Ezcurra “Correspondencia entre San Martín y Rosas”. Edit. Plus Ultra. Bs. As. 1965).

 “...Como argentino me llena de un verdadero orgullo al ver la prosperidad, la paz interior, el orden y el honor, restablecidos en nuestra querida Patria y todos estos progresos efectuados en medio de circunstancias tan difíciles en que pocos estados se habrán encontrado; deseo que al terminar su vida pública se vea colmado del justo reconocimiento del pueblo argentino, son los votos que hace y hará siempre a favor de Ud. éste su apasionado amigo y compatriota”. “Q.B.S.M.” (Que besa sus manos) Firmado San Martín”

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(San Martín 3er. Artículo del testamento. “Correspondencia entre San Martín y Rosas” de Font Ezcurra. Edit. Plus Ultra. Bs. As. 1965. Revista del Instituto Nacional de Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, N°46. Enero Marzo 1997).

“El sable que me ha acompañado en toda la guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al General de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas como una prueba de la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla”.

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Domingo F. Sarmiento visita a San Martín en el exilio. En determinado momento el primero expresaba sus opiniones sobre Rosas con un torrente de críticas. San Martín de pronto lo detiene y le dice:

 “Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años...me inclino a creer que exageran un poco y que sus enemigos lo pintan mas arbitrario de lo que es...y si todos ellos y lo mejor del país, como ustedes dicen, no logran desmoronar a tan mal gobierno, es porque la mayoría convencida está de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no vuelvan las bochornosas escenas del año 20 ni que cualquier comandante de cualquier batallón se levante a fusilar por su orden al Gobernador del Estado” (Gálvez, Manuel. “Vida de Sarmiento”. Emece Edit. 1945)

 

Del análisis de las cartas transcriptas de San Martín surge como primera evidencia el pensamiento político y las soluciones que propone para nuestra anarquía (ver las cartas al Mariscal Castilla, a Rosas, a Tomás Guido, a Estanislao López, a O’higgins, etc), que hoy día no se ilustra ni se menciona habitualmente.

Nos han enseñado su batalla de San Lorenzo, su cruce de Los Andes, pero poco y nada de su pensamiento político y el carácter preclaro del Libertador, donde palabras ‘firmeza’, ‘orden’, ‘honor’ y otras aparecen a menudo.

Habla de Rosas, primero, con respeto pero con cierta distancia, aclara que no lo conoce, luego con el correr del tiempo habla de ‘NUESTRO Rosas’ y en las cartas finales dice ‘mi apasionado amigo y compatriota’.

Es necesario ir leyendo a lo largo de los años las cartas de San Martin, sea a Rosas o a O’higgins o a Estanislao López o a su amigo Guido para ir viendo cómo va evolucionado el trato y opinión del Libertador sobre el Restaurador y su gobierno soberano, pasando de un trato respetuoso a uno francamente amical, lo que demuestra la confianza que el hombre le va generando al paso del tiempo

Es notable la ironía y sarcasmo que utiliza San Martin para ponerlo en ‘vereda’ a un Sarmiento siempre desbocado y conspirador que intentó- sin éxito- atraer al Libertador a la causa anglo-porteña, teniendo como efecto el odio declarado de Sarmiento a San Martin por la humillación sufrida. Nótese el término usado por San Martín: ‘Uds. Los Unitarios’, para diferenciarse bien y poniéndole ‘los puntos’ a Sarmiento para que no se equivoque acerca de la postura política de él [de San Martín]

Veamos algunos extractos:

...En mi opinión el Gobierno en las circunstancias difíciles en que se ha encontrado, debe si la ocasión se presenta, ser inexorable con el individuo que trate de alterar el orden, pues si no se hace respetar por una justicia firme e imparcial, se lo merendarán como si fuera una empanada…”

“…yo estoy bien tranquilo en cuanto a las exigencias injustas que pueden tener estos gabinetes, porque todas ellas se estrellarán contra la firmeza de NUESTRO DON JUAN MANUEL…”

“…la satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los extranjeros que trataban de humillarla…”

[a Sarmiento] “Ese tirano de Rosas que los unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan cuando en un pueblo tan viril se puede sostener veinte años…”

(ver (De Pluma Ajena) ‘San Martín Doctrinario De La Política De Rosas’ (por Jordán B.Genta) en ‘elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’ - https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/06/de-pluma-ajena-jordan-bgenta-san-martin.html-22-6-19)

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Tomás de Iriarte

(En San Nicolás de los Arroyos, durante una parada militar del ejército que marchaba a luchar contra Paz, en el año 1831, que por entonces era un oficial de la Federación, y dice de Rosas en una descripción de su atuendo):

"Después de haber esperado largo tiempo, Rosas se presentó a caballo con una pequeña comitiva: el traje del gran gaucho merece describirse: pantalón y chaqueta desabrochada, gorra de cuartel con una funda de hule y sobre ésta una gran divisa colorada con el lema de Federación o muerte; el poncho atado por la cintura aseguraba un cuchillo de monte (puñal) cuyo cabo sobresalía por sobre la chaqueta; sobre el poncho estaban atadas las bolas; un rebenque a uso del país; no llevaba sable".

 

Iriarte, luego enemigo de Rosas con el tiempo, describe puntillosamente como vestía Rosas con su atuendo gaucho, sin portación de sable alguno aunque sí un cuchillo. Es notable como Iriarte se tomó el tiempo en analizar la vestimenta de Rosas hasta en el más mínimo detalle.

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Charles Darwin

(En su visita por el Rio Colorado cuando Rosas estaba en plena Campaña del Desierto, dijo de él por el año 1833, que era un perfecto jinete,  capaz de montar un potro dejándose caer desde la maroma, colocada sobre la puerta del corral, sin freno ni silla). 

"En la conversación es vehemente, sensato y muy grave. Dirige admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los restantes propietarios del país”. Un hombre de extraordinario carácter, que ejerce la más profunda influencia sobre sus compañeros; influencia que sin duda pondrá al servicio de su país para asegurar su prosperidad y su dicha. Dirige admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los restantes propietarios del país", 

“Dícese que posee 74 leguas cuadradas de terreno y unas 300.000 cabezas de ganado. Dirige admirablemente sus inmensas propiedades y cultiva mucho más trigo que todos los demás propietarios del país”.

“Las leyes que ha hecho para sus propias estancias, un cuerpo de tropas (de varios centenares de hombres) que ha sabido disciplinar admirablemente de modo que resistieran los ataques de los indios: he aquí lo que ante todo hizo fijarse en él y que comenzara su celebridad”

“Nunca he visto una popularidad más grande que la de Rosas, ni mayor entusiasmo por ‘la guerra más justa de las guerras, puesto que va dirigida contra los salvajes’”

 

Hemos hablado largo y tendido sobre Darwin y otros naturalistas en estas tierras. (ver www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’-‘Espías ‘Naturalistas’ Y ‘Comerciantes’ En La Penetración Británica Y Francesa En Hispanoamérica” – 19-11-2021-al cual remitimos para mayor información )

Tenga el lector presente las palabras del propio Darwin como analiza la cantidad y calidad de las tropas de Rosas; como logra acercarse al poder y obtener salvoconductos para desplazarse por toda la Confederación libremente para tener datos de las fortificaciones, cantidad de soldados, formación de los mismos, ligazón entre Rosas y sus soldados y poblaciones. Irónicamente se refiere a que cuando presenta su pasaporte donde dice enfáticamente ‘naturalista!’ logra la confianza el otrora desconfiado Rosas, dando un sentido mágico a dicha palabra subestimando a Rosas y a su gente al creer que los mismos no entendían el significado de dicha palabra y que por tal razón ello inspiraría en Rosas y sus funcionarios una idea más alta de su persona.

Así Darwin fue otro ‘naturalista-científico-espía’ que informaba a su gobierno de todo lo que veía y oía mientras desarrollaba su tarea profesional. Una cosa no quitaba la otra siendo un ariete en la investigación de nuestros hombres y nuestro territorio para favorecer los intereses británicos.

Como corolario podemos resumir que para el logro de sus fines de control sobre las tierras hispanoamericanas visto que las incursiones militares tenían alto costo y resultados dudosos, los imperios centrales se apoyaron en científicos (Darwin, Humboldt, Bonpland) precedidos de un halo de bondad y desinterés político para acceder a los círculos de poder vernáculos actuando como espías.

Sirviendo ellos como ‘arietes’, como avanzada de la mencionada penetración cultural y económica en nuestra región intentando, además, con su actividad- valiosa en si- propender a la fragmentación de Hispanoamérica en muchas republicas, más fáciles de controla y dominar.

¿Sabría Rosas de todo esto respecto a todos estos ‘naturalistas’ que deambulaban por nuestro territorio recabando información de todo lo que veían?. Estimamos que sí dada la naturaleza desconfiada del Restaurador y ser amplio conocedor de la esencia humana. Además, Rosas solía tener una variada cantidad de espías en todo el territorio que le informaban de todo cuanto pasaba y veían.

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Cipriano Catriel

(Expresiones del Cacique Cipriano Catriel, extraídas del libro “Roca y Tejedor” de Julio A. Costa)-.

 “Nuestro hermano Juan Manuel indio rubio y gigante que vino al desierto pasando a nado el Samborombón y el Salado y que jineteaba y boleaba como los indios y se loncoteaba con los indios y que nos regaló vacas, yeguas, caña y prendas de plata, mientras él fue Cacique General nunca los indios malones invadimos, por la amistad que teníamos por Juan Manuel. Y cuando los cristianos lo echaron y lo desterraron, invadimos todos juntos”. 

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Juan Catriel

(Discurso del cacique Juan Catriel en Tapalqué por el segundo gobierno de Rosas, cit. en Adolfo Garretón, “Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833”). 

 “Juan Manuel es mi amigo. Nunca me he engañado. Yo y todos mis indios moriremos por él. Si no hubiera sido por Juan Manuel, no viviríamos como vivimos en fraternidad con los cristianos y entre ellos. Mientras viva Juan Manuel todos seremos felices y pasaremos una vida tranquila al lado de nuestras esposas e hijos. Todos los que están aquí pueden atestiguar que lo que Juan Manuel nos ha dicho y aconsejado ha salido bien...” 

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Nicasio Catriel

(Discurso del cacique Nicasio Catriel en Tapalqué por el segundo gobierno de Rosas, cit. en Adolfo Garretón, “Partes detallados de la expedición al desierto de Juan Manuel de Rosas en 1833” edit. Eudeba. Bs. As. 1975).

 “Que él había acompañado en cinco campañas a Juan Manuel y que siempre había de morir por él porque Juan Manuel era su hermano y el padre de todos los pobres”  .

 

Obsérvese la mezcla de respeto y admiración de estos aborígenes que solo confiaban en Juan Manuel de Rosas. Cuando éste es desterrado vuelven a efectuar malones, perdiéndose todo el entramado de pactos y arreglos entre aquellos y la Confederación Argentina a lo largo de su mandato.

No es un dato menor el recordar que muchas veces dichos arreglos ‘diplomáticos’ (sic) entre las tribus y la Confederación pergeñados por Rosas era ejecutados por su hijo adoptivo Pedro Pablo Rosas y Belgrano, diestro en ello, hábil y sagaz negociador. Tan es así que fue a lo largo de los años juez de paz en la campaña bonaerense, en especial, en Azul, muy criterioso y hábil componedor. (ver www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com https://www.blogger.com/blog/post/edit/3849953944387151647/4550919379966023706 del 19-11-21)

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Woodbine Parish

(Sir Woodbine Parish, “Buenos Ayres and the Provinces of the Río de La Plata”, Londres, 1839)

 “He tenido la satisfacción de ver muchas cosas de él. Su poder en el país es tan extraordinario como su modestia y moderación”  “Los miembros del Gabinete de Rosas “son todos hombres honestos y de buena disposición”

 

Saltando por sobre sus intereses nacionales el diplomático inglés tuvo dicho gesto de reconocimiento personal sobre Rosas y sus funcionarios

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Richard Rourke

(Con carta fechada en Thomfield, Castletonnell, el 17 de agosto de 1839 en Archivo General de la Nación. Buenos Aires. División Gobierno Nacional. Ministerio de Relaciones Exteriores. 1830-1857. 10-2-1-4).

Le escribe el Teniente General Richard Rourke a Rosas en medio del bloqueo francés diciéndole:: "Me permito asegurar a V.E. que siento un vivo interés por el éxito de su Gobierno y ansiosamente deseo el momento en que desembarazada de agresiones extranjeras la República Argentina pueda obtener de la sabia administración de V.E. aquellas medidas de mejoría interior que tengo motivos de saber son el objeto continuo y querido de sus meditaciones”-

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 “O Brado de Amazonas”

(Jornal De Río de Janeiro, el 13 de diciembre de 1845 se expresaba asi).

Triunfe la Confederación Argentina o acabe con honor, Rosas, a pesar del epíteto de déspota con que lo difaman, será reputado en la posteridad como el único jefe americano del sur que ha resistido intrépido las violentas agresiones de las dos naciones más poderosas del Viejo Mundo”,

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“O Sentinella da Monarchia”,

(Jornal de Río de Janeiro, el día 17 de 1845, se expresaba así):

“Sean cuales fueran las faltas de este hombre extraordinario, nadie ve en él sino al ilustre defensor de la causa americana, el grande hombre de América, sea que triunfe o que sucumba”.

 

Ambos periódicos se pronuncian similarmente sobre Rosas y su gobierno. Es que por encima de la monarquía y los intereses políticos pro-británicos y expansionistas de ella, subyacía en una gran parte del pueblo brasileño un republicanismo notorio y un respeto, una admiración silente sobre Rosas al ver como un sudamericano se le ‘paraba de manos’ al imperialismo anglo-francés invasor.

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John Calhoun

(La Gaceta Mercantil" N° 6786 del Martes 26 de mayo de 1846)

“Ha observado con vigilancia y muy de cerca al Gobernador Rosas y su política desde 1836 y había formado juicio de que su Gobierno era el único estable de Sud-América, y que el General Rosas era el hombre mas eminente que jamás había producido la América del Sud" "su deber y por el bien de nuestra país" (los Estados Unidos) "reclamaba que el Gobierno del General Rosas fuese sostenido hasta donde fuera practicable".

 

El político ocupó entre 1844 y 1845 el Departamento de Estado, de los EE.UU.

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James Buchanan

("La Gaceta Mercantil" N° 7213 del Viernes 19 de noviembre de 1847).

Dice el diario “que el Representante diplomático de Austria ofreció, el 29 de abril, una comida en Washington a la que asistieron los Secretarios de Estado y del Tesoro, los Plenipotencia-rios de Rusia, España, Chile y Perú, así como Mr. Rush, nombrado enviado de los Estados Unidos ante la Monarquía de Julio y varios senadores y miembros del Congreso. "El Honorable Señor Buchanan" —entonces Secretario de Estado y próximo Presidente de la República-"al ver entrar en el salón al oficial de la Legación Argentina D. Emilio de Alvear, después de los cumplimientos de costumbre, se dirigió a él de un modo bastante remarcable a toda la reunión, preguntándole si había tenido noticias de Buenos Aires. Habiendo contestado adecuadamente el Oficial de la Legación Argentina, y hecho algunas manifestaciones al Honorable Secretario de Estado Caballero Buchanan, se dirigió este Señor hacia el círculo de convidados, y exclamó diciendo:

 “el General Rosas es un grande hombre que yo admiro muchísimo! Este sentimiento encontró la aprobación general y dio lugar a recordar la energía, patriotismo y sabia política con que se ha conducido el General Rosas”.

“Tan apreciable e inequívoca cuanto justa prueba de admiración, expresada por uno de los Estadistas más eminentes y acendrados patriotas de los Estados Unidos, como es el señor Buchanan, delante de una sociedad tan distinguida, fue participada con vehemencia por todos, y muy especialmente por los Señores Ministros de Chile y Perú, con demostraciones verdaderamente Americanas hacia el General Rosas que sostiene con tanta firmeza y gloria la noble causa del Continente Americano".

 

Recordemos que James Buchanan, Jr. fue un abogado, diplomático y político de los EE.UU que se desempeñó posteriormente al comentario citado y con los años, como el décimo quinto presidente de los Estados Unidos de 1857 a 1861.

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Domingo Faustino Sarmiento

(Domingo F. Sarmiento. “Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“. Santiago de Chile, 1845).

 “No se tiene aún noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar (Plebiscito del 26, 27 y 28 de marzo de 1835 en Buenos Aires por el cual la ciudadanía se pronunció en concederle la Suma del Poder Público a Rosas) Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica, nunca hubo un gobierno más popular y deseado ni más sostenido por la opinión...que el de Don Juan Manuel de Rosas” 

"No se vaya a creer que Rosas no ha conseguido hacer progresar la república Es un grande y poderoso instrumento de la providencia, que realiza todo lo que al porvenir de la patria interesa. La idea de los unitarios está realizada: solo está de más el tirano; el día que un buen gobierno se establezca hallará las resistencias locales vencidas, dispuesto para la unión" -(confesaba en 1845 en su libro ‘Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“)-

 

Mucho se puede acotar sobre las manifestaciones de Sarmiento sobre Rosas y la Confederación Argentina, que contradicen sus permanentes ataques al mismo y al régimen soberano que representaba.

Si bien luchó permanente y sistemáticamente contra Rosas, no dejaba de ver quién era el Restaurador y el apoyo popular que representaba; no era sordo ni ciego.

El gobierno de Rosas fue elegido por la Legislatura antes de ser nombrado Gobernador y ratificada por un plebiscito los días 26, 27 y 28 de Marzo de 1835, cuyo resultado fue contundente: 9.324 votos y solo hubo 4 en contra, algo que fue reconocido hasta por el propio Sarmiento como se dijo arriba (“No se tiene aún noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar al plebiscito del 26, 27 y 28 de marzo de 1835 en Buenos Aires por el cual la ciudadanía se pronunció en concederle la Suma del Poder Público a Rosas” ).

‘La Gaceta Mercantil’, N° 6137 del Sábado 30 de marzo de 1844 decía  ''que "Nunca la clase media participó más en la política y en la Ad-ministración que durante el Gobierno del General Rosas, sin que por ello haya exclusión odiosa o injusta de las otras clases, porque no debe haberla en un país esencialmente republicano, donde cada uno se recomienda por sus actos o su capacidad, y es igual ante la ley. Recórrase la lista civil y militar en la Administración del General Rosas, y se encontrará una demostración evidente de lo que recordamos".

 

Esto último poco le importaba a Sarmiento con el objeto de lograr sus miras pero no era tonto y conocía bien la magnitud de la personalidad de Rosas.

Aunque no impedía todo esto el intentar por todos los medios derrocarlo por sus ambiciones personales y del grupo anglo-porteño que el mismo Sarmiento representaba. En el fondo sabía de su propia traición, escondida en discursos grandilocuentes para justificarlo.

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(Sarmiento a Avellaneda, 16-12-1865.)

 “Necesito y espero que su bondad me procure una colección de tratados argentinos, hechos en tiempo de Rosas, en que estén los tratados federales que los unitarios han suprimido después, con aquella habilidad con que sabemos rehacer la historia.” 

 

El mismo reconoce la brillante actuación de Rosas en los tratados y pactos institucionales hechos, suprimidos por la actuación del propio Sarmiento y los Unitarios ‘rehaciendo la historia’, como bien dice.

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(Dijo en 1875) (En ‘Juan Manuel de Rosas a través del archivo inédito de Fermín Chávez’ – Revista ‘Viento Sur’ Nro.22- 22-12-22)

“Rosas era un republicano que ponía en juego todos los artificios del sistema popular representativo. Era la expresión de la voluntad del pueblo, y en verdad que las actas de elección así lo demuestran… No todo era terror, no todo era superchería. Grandes y poderosos ejércitos lo sirvieron años y años impagos. Grandes y notables capitalistas lo apoyaron y sostuvieron. Abogados de nota tuvo en los profesores patentados del derecho. Entusiasmo, verdadero entusiasmo, era el de millares de hombres que lo proclamaron el Grande Americano”.

 

Sarmiento reconoce-una vez más- el republicanismo de Rosas, que su actuación era por voluntad de su pueblo, que no todo era terror como pregonaban él y la runfla de los Unitarios, que todos los estratos sociales lo apoyaron y que justamente fue llamado el ‘Grande Americano’.

Uno se pregunta, ¿por qué Sarmiento entonces actuó así?. Por intereses ideológicos, políticos y económicos del grupo que representaba y que él tenía por sobre los intereses patrios. Por privilegiar la abstracción ideológica jacobina por sobre el realismo pragmático hispánico, hispanismos el cual Sarmiento odiaba siguiendo los mandatos de la Masonería. 

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(Carta a José María Ramos Mejía)

"Jovencito, no tome como oro de buena ley todo lo que he escrito contra Rosas". 

 

Ramos Mejía intentó ser ‘más papista que el Papa’ y cuando los Unitarios se cebaban contra el gobierno de Rosas y su persona, Ramos Mejía duplicaba los ataques imputándole deficiencias mentales. Todo ello puede leerse en su libro ‘Las neurosis de los hombres célebres en la historia argentina;  explicando una fantasiosa neurosis que se él suponía en Rosas basándose en textos de Sarmiento, entre otros (1878).

Pero, la diferencia con Sarmiento es que éste no creía en lo que decía: lo usaba como instrumento político. En cambio Ramos Mejía está creído de todo lo que decía Sarmiento.

Entonces, privadamente, Sarmiento tuvo que decirle que tuviera en cuenta que no todolo  que decía- y se decía- de Rosas era verdad. Una cosa es decirlo pero otra cosa es creerlo. 

A lo largo del tiempo los Unitarios que tan mal han hecho a nuestra nación y que han coadyuvado a su parcial desintegración territorial así como a insertar en nuestras almas –hasta el día de hoy- el criterio de que no somos capaces de gobernarnos por nosotros mismos, pueden dividirse en dos grupos: aquellos que creían y obraban por patriotismo, aunque errados (como el Cnel. Martiniano Chilavert y el Cnel. Pedro Díaz) y aquellos que de mala fe así obraban a sabiendas del daño que causaban a su país.

Entre estos últimos estaba Sarmiento que, no dejando de reconocer los valores y bondades de Rosas y su empeño en mantener independiente a la Confederación Argentina, luchó siempre por derrocarlo.

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Manuel Herrera y Obes

(Carta a Andrés Lamas - Exiliados unitarios en Montevideo, con referencia a la misión Hood) 

“Hood, que fue en el ‘Alecto’ [buque], aún no ha sido recibido, y es opinión general que no lo será mientras el Gobernador de Buenos Aires no obtenga la satisfacción completa que solicita de Inglaterra. Crea usted que cuando lo veo proceder de este modo, me reconcilio algún tanto con él, porque al menos nos venga de las humillaciones, de las injusticias y de las maldades de esos orgullosos poderes, que son tan cobardemente guapos con los débiles”.

 

Al igual que Sarmiento, he aquí un rapto de patriotismo, de ‘sincericidio’ de Lamas, lo que no le impidió seguir actuando en contra de los intereses rioplatenses y a favor (de su bolsillo) y de los franceses.

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Alfredo de Brossard 

(Francés,  secretario del Conde  Walewski en misión diplomática, durante 1847, hizo de don Juan Manuel un relato de su personalidad detallado de su personalidad y de sus planes políticos según su visión, tal citado por Carlos Ibarguren en su libro ‘Rosas’)

"El general Rosas es un hombre de talla mediana, bastante grueso y dotado, según todas las apariencias, de un gran vigor muscular. Los rasgos de su fisonomía son proporcionados; tiene la tez blanca y los cabellos rubios; en nada se asemeja al tipo español. Al verlo, diríase más bien un gentilhombre normando. Hay en su expresión una extraña mezcla de astucia y de fuerza; de ordinario mantiene su gesto apacible y hasta suave, pero por momentos la contracción de los labios le da una singular expresión de dureza reflexiva".
"Su estilo hablado es desigual; se sirve de términos elegidos y aun elegantes, ora cae en la trivialidad. Hay afectación en esta última manera de expresarse. Sus discursos no son jamás categóricos, son complicados con digresiones y frases incidentales. Esta prolijidad y difusión es evidentemente premeditada y calculada para embarazar al interlocutor. Y en efecto, es muy difícil seguir al general Rosas en las vueltas de su conversación. Contar todas las frases de esa conferencia de cinco horas sería imposible; Rosas se mostró en ella, sucesivamente, estadista consumado, hombre cordial, dialéctico infatigable, orador apasionado y vehemente y nos representó, según las circunstancias, con rara perfección, la ira, la franqueza, la bondad. Se comprende que, visto cara a cara, Rosas pueda intimidar, seducir y engañar". 

“Ha justificado, hasta cierto punto, sus pretensiones y discursos, restableciendo el "Orden material" en el país y en la administración, haciendo respetar las leyes civiles y rodeando a su dictadura de las formas constitucionales en vigor, con' anterioridad a él. Ejerce una gran actividad y vigilancia en todos los detalles de la administración; trabaja asiduamente quince o dieciséis horas por día en el despacho de los negocios públicos y no deja pasar nada sin un minucioso examen. Así, como él mismo lo dice, "todo el peso de la responsabilidad gubernamental cae sobre mí". Por ejemplo: 1» — Seguridad Pública.- 2.— Justicia suficiente- 3.— Orden (aparente al menos) en las finanzas. He aquí los principales resultados  de su gobierno en el interior. Hombre de campo, Rosas ha sido, en efecto, el jefe de la reacción de los hombres del campo contra el influjo predominante de la ciudad. Imbuido de prejuicios de orgullo castellano, detesta en bloque a los extranjeros, cuyos brazos y capitales podrían enriquecer al país y sólo les concede una hospitalidad avara. Agricultor de nacimiento, por educación y por gusto, hace poco caso de la industria. Esta predilección le ha inspirado algunas buenas medidas: predica con el ejemplo en sus propiedades que están perfectamente administradas y cultivadas. Ha prestado impulso al cultivo de los cereales y éste se ha mejorado bajo el imperio de los derechos de importación muy elevados con que ha gravado a los trigos que Buenos Aires pedía antes a América del Norte. En otros sentidos, ha sobrepasado el límite. Educado en las máximas exclusivas del derecho colonial español, no comprende y no admite negocios que no estén rodeados de tarifas prohibitivas y de rigores aduaneros. De ahí, el estancamiento del comercio y la industria, por negligencia completa de los objetos de utilidad material. En oposición a esto, el general Rosas está muy preocupado de los medios por los cuales un gobierno puede actuar sobre la moral de los pueblos. Es así que adjudica una gran importancia a las materias relativas a la instrucción pública, porque para él la instrucción pública y la religión son medios de influencia política. Ha ido más lejos: se ha erigido en campeón de la independencia americana amenazada, según él y sus adherentes, por la invasión de los pueblos de costumbres e ideas europeas y por las miras ambiciosas de los gobiernos del viejo mundo. Y este pensamiento, audazmente expuesto, ha levantado singularmente su reputación, no sólo a los ojos de los suyos, sino también a los de todos los pueblos transatlánticos, comprendidos los americanos del Norte. Es así que sus admiradores lo saludan como "al Gran Americano". El general Rosas alimenta otra idea cuya ambición es de naturaleza suficiente para halagar igualmente el orgullo de su pueblo: reconstruir el viejo virreinato de Buenos Aires, reuniendo en un solo haz las provincias argentinas y sometiendo al recalcitrante Paraguay, y retomando, indirectamente al menos la influencia sobre la Banda Oriental que el tratado de 1828 hizo desaparecer. Tal es, evidentemente, su plan.[…] Tal es el hombre que tiene en sus manos los destino de América del Sud, a poco que Francia se los deje tomar; tales son sus miras, tal es su gobierno”.

 

Excelente y minuciosa descripción  física y de personalidad de Rosas hecha por este diplomático francés. También vislumbra éste la intención de Rosas de llegar, de a poco y por la persuasión, a reconstruir  el Virreinato del Rio de la Plata.

En un párrafo de su carta el francés dice: “En otros sentidos, ha sobrepasado el límite. Educado en las máximas exclusivas del derecho colonial español, no comprende y no admite negocios que no estén rodeados de tarifas prohibitivas y de rigores aduaneros. De ahí, el estancamiento del comercio y la industria, por negligencia completa de los objetos de utilidad material”.

El que no comprende es el francés: no comprende el carácter protector –de neto corte español- de las leyes de la Confederación respecto al comercio y la aduana. De tal modo no era ese el motivo de un estancamiento comercial e industrial –que era relativo- sino que el mismo era causado por los propios franceses, ingleses y brasileños que con sus ataques constantes a la Confederación en sus ríos y los bloqueos interminables, minaban o intentaban minar nuestro desarrollo comercial y de la incipiente industria..

Para finalizar el francés dice “"Hay que decir que, ese pensamiento no tenía aplicación general. Si el Perú y México estaban dispuestos por su formación social a recibir un régimen monárquico, no sucedía lo mismo con otras provincias americanas, y especialmente con las del Río de la Plata, democráticamente organizadas, como hemos visto, bajo el Cetro de los Reyes Católicos. ("Consideraciones Históricas  y Políticas sobre las Repúblicas del Plata en sus relaciones con Francia -e Inglaterra" por Alfred De Brossard. Attaché a la Misión Extraordinaria de Francia en el Plata en 1847, parís 1850, pág. 104).

 

Es evidente que el catolicismo hispánico de Rosas era algo difícil de digerir para francés.

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William Mac Cann

(Comerciante inglés luego de una visita al Restaurador en 1847 dijo de él en una descripción de esa visita)

"Vestía en esta ocasión relata Mac Cann una chaqueta de marino, pantalones azules y gorra; llevaba en la mano una larga vara torcida. Su rostro hermoso y rosado, su aspecto macizo (es de temperamento sanguíneo), le daban el aspecto de un gentilhombre de la campaña inglesa. Tiene cinco pies y tres pulgadas de estatura y cincuenta y nueve años de edad". El mismo viajero anota esta otra observación: "El trato del general Rosas era tan llano y familiar, que muy luego el visitante se sentía enteramente cómodo frente a él; la facilidad y tacto con que trataba los diversos asuntos, ganaban insensiblemente la confianza de su interlocutor. El extranjero más prevenido, después de apartarse de su presencia, sentía que las maneras de ese hombre eran espontáneas y agradables”

 

Rica descripción física y de personalidad de Rosas; de su seducción para el logro de los fines perseguidos por Juan Manuel  y de la astucia en el trato con los funcionarios extranjeros.

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William Brent

(Encargado de Negocios de los EEUU en la Confederación Argentina dijo en 1847)  (Por John F. Cady, ‘La Intervención Extranjera en el Río de la Plata 1838-1850’  Bs.As. 1943, pag. 176, citado por José Luis Busaniche en ‘Rosas visto por sus contemporáneos’, Ed.Hyspamérica-1985)

"Estoy absolutamente convencido  de que en ningún otro momento de la historia de estos países se ha enardecido más el patriotismo y se han mitigado y suprimido más las diferencias internas" […} “estoy totalmente persuadido que usted abriga el propósito fijo y resuelto, dentro de sus posibilidades, de promover el establecimiento de un sistema similar, adaptado a las condiciones y necesidades de las Provincias del Plata: pero también estoy total_ mente convencido que cuando el enemigo extranjero haya sido, expulsado de las entrañas de su país, usted no perderá tiempo en comenzar esta obra grande e importante"..

 

En junio de 1844 el secretario de estado John Calhoum nombró a William Brent como Encargado de Negocios, quien viajó a su destino diciendo lo antemencionado en 1847 luego del fin del bloqueo anglo-francés, el cual pudo ver por si mismo el patriotismo de Rosas donde se encolumnaba en un solo cuerpo, todo el pueblo, equilibrándose –por primera vez- las diferencias sociales tan en boga por aquellos tiempos.

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Samuel Green Arnold

(Estadounidense, que en su paso para ir a Chile, por el año 1848, estuvo varias veces con Rosas y con Manuelita, dando del Restaurador una descripción de su atuendo y de su carácter bromista).

"Nos sentamos en los sillones de la galería hasta las tres, en que apareció el gobernador. Nos saludó y nosotros respondimos quitándonos el sombrero y todos nos sentamos. El usaba la gorra blanca de visera (igual a una que yo tuve) que había llevado en otra oportunidad, una chaqueta azul con cordones rojos, chaleco punzó, pantalones azules, calzado atado hasta la punta del pie y la divisa de costumbre en el ojal; no tenía pelo en la, cara salvo que hoy no se había afeitado; parecía completamente un sencillo estanciero. Mandó llamar a uno de sus jóvenes subalternos, que habla francés, para que sirviera de intérprete, y luego empezó a bromear como sabe hacerlo cuando descansa de sus pesadas tareas”.

 

El humor –siempre sarcástico- de Rosas estaba presente cuando estaba distendido. Característica de su personalidad, el cual a veces causaba irritación en los interlocutores cuando no perplejidad y desorientación, seguramente hecho a propósito por Rosas para el logro de los fines que requería dichas entrevistas o para manejar la situación desde una mejor posición. Recordemos que el propio Platón así lo sugería se actuase para dichos fines. (ver ‘La República’ de Platón)

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Martiniano Chilavert

(Carta de Martiniano Chilavert a Juan Bautista Alberdi, Buenos Aries, 10 de mayo de 1848, en Jorge M. Mayer, "Alberdi y Su Tiempo", ,pág. 347)

 “La puerta está abierta para todos. El general Rosas no excluye a nadie, para todos hay lugar. Es preciso ser generoso y dejar hacer al que sabe hacer. ¿A qué fin empeñarse en perpetuar las desgracias del país?".

 

Chilavert, que desde las filas del ejército -libertador" de Lavalle en 1839 ha transitado con lucidez el camino de la reflexión, ha elegido volver por voluntad propia, al igual que el Cnel. Pedro Díaz.

Así también el 13 de Noviembre de 1848 un grupo de argentinos desde Lima, que se autodenominan "Los Argentinos que suscriben",(ver "Papeles de Rozas", Tomo 1 de Adolfo Saldías, Ed. Antártida-Moderna Biblioteca Argentina -1904, págs. 292 y 293) le manifiestan, a Rosas, el orgullo y admiración con que observan la conducta seguida ante las Potencias europeas.

Agregan que "No menos grata y digna de universal aprobación, les ha sido la remarcable generosidad con que V.E. abre hoy las puertas la emigración Argentina que las olas de la revolución habían arrojado en todas direcciones fuera del seno de la madre Patria".

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Juan Francisco Mur

(Carta de Juan Francisco Mur a Felipe Arana, Santiago, Chile, 10 de agosto de 1849, en Archivo General de la Nación. Buenos Aires. División Gobierno Nacional. Ministerio de Relaciones Exteriores. 1827-1852. 10-2-1-5) .

 

De Chile, Juan Francisco Mur, relata  al ministro Arana, el siguiente 10 de agosto: "Todas las cartas que se han recibido de Buenos Aires y Montevideo sobre el estado en que se encuentra la Patria están contestes en que es próspero y glorioso: He visto muchas, y se de muchas otras, y en todas ellas se que hablan las familias y los amigos de los emigrados en sentido de estar contentos y por lo tanto los llaman".

Otra muestra más del espíritu conciliador de Rosas que presuponiendo que ya la nación entraba en un período de paz se apresuró a llamar a todos los emigrados para que volviesen a su tierra a vivir y trabajar en paz. Todos los emigrados manifestaban su alegría en volver, pero muchos, subrepticiamente, seguían cual avispas conspirando en derrocar al gobierno de su país que magnánimamente, y después de todas sus acechanzas, Rosas les abría la puerta de la patria para regresar, al cual, ellos seguían diciéndole ‘tirano’...

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Amory Edwards

(Carta del Consul Amory Edwards a Pedro Ximeno para ser entregada a Rosas.-, Nueva York, 18 de mayo de 1848, en Archivo General de la Nación. Buenos Aires. Archivo del Doctor Juan Angel Farini. Varios. 1847-1850. 7-3-2-3).

El Consul Amory Edwars estuvo un largo tiempo ejerciendo su actividad diplomática e Buenos Aires. Luego vuelve a los EEUU y notifica a Rosas que ha muerto el diplomático Edward Brent que también ejerció funciones consulares en Buenos Aires, diciendo que el susodicho “Estuvo enfermo, postrado en cama, durante algunas  semanas, a pesar de lo cual fue capaz de dictar cartas y ayudar a escribir una reseña de la Intervención y de los asuntos de Buenos Ayres durante su residencia allí como Encargado de Negocios y también otra sobre el Paraguay".

“Especifica que "El Manuscrito se titula «Una Visita Al Paraguay Y Dos Años De Residencia En Buenos Ayres» por George Lee Brent, agregado a la Legación de los Estados Unidos en Buenos Ayres", tratándose, en cuanto al nombrado, del hijo del representante diplomático.

"Este libro está muy bien escrito, y el señor Brent testifica según su observación personal acerca de la bondad del actual Gobierno de Buenos Ayres. Denuncia las calumnias contra el General Rosas, las maldades de Deffaudis y Ouseley,, así como las bellaquerías de las compras efectuadas al Gobierno de Montevideo por Extranjeros" contra la Confederación-

“Se despide –Edwards- deseando regresar algún día y encontrar a la Confederación "próspera y libre de influencia extranjera. Sólo necesita paz para convertirse en el Continente Meridional bajo el General Rosas, lo que los Estados Unidos son en el Septentrional. Una gran nación, respetada y temida también".

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“The New York Sun”

(En 1850, el diario "The New York Sun" (Nueva York, Edición del Jueves a la mañana, del 23 de mayo de 1850- ver La Gaceta Mercantil" N° 6754 del Miércoles 15 de abril de 1846).

 

Publica una carta procedente de Buenos Aires, en la que se descuenta la reelección de Rosas. "Puede estar seguro, que es el favorito de la gran masa de la población y que recibirá un caluroso y unánime apoyo. Por consiguiente, las intrigas del espíritu de sedición que ocasionalmente se hace ver aquí, quedarán frustradas".

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“O Americano”

(Diario "O Americano", Río de Janeiro, 1 de septiembre de 1849, -ver ‘El Archivo Americano’ - N° 20 del 21 de septiembre de 1850)

"Ese fraccionamiento indefinido de las nacionalidades Americanas es un mal que con esmero se debe evitar: la tendencia que hay para subdividirse los Estados de este continente, es ya por sí un germen de disolución social; y oponerse a aquello es una necesidad para remover esta, y fundar en base segura la grandeza de Sud América[…] "El principio de no reconocer separaciones ilegítimas y por ilegítimas se entienden las que son hechas contra la voluntad de todo el cuerpo nacional, es un principio de orden, de estabilidad, y de porvenir. La gloria de proclamar en la América este principio, y de mantenerlo, toca toda al Gobierno de la Confederación".

 

Téngase presente la justeza y claridad política que expresa la editorial del diario brasileño. Justeza y claridad que no veían o no querían ver aquellos obnubilados por su ideología jacobina que no se daban cuenta –o no les importaba- que sus acciones y declamaciones nos llevaban a una fragmentación territorial que serviría de inicio a nuestra destrucción como nación hasta el día de hoy. Paraguay fue un ejemplo de ello: desarraigados de la Patria Grande, cayeron en manos del Imperio brasileño que –si veían las consecuencias, como se desprende de lo dicho en el diario citado- se los deglutió….El diario nos lo advirtió y los Unitarios no quisieron verlo…

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Pedro De Angelis

(El periodista napolitano Pedro De Angelis, hizo una descripción precisa de Rosas en su ‘Archivo Americano’ Tomo 1-230, Diciembre 1850)  

“Rosas no ataca, pero sabe defenderse, y su política se halla encarnada en frases vulgares pero sentenciosas que acostumbra a repetir: Quien me la hace, me la paga. Quien me busca me encuentra. Y al son que me tocan, bailo.”  “La mejor prueba de lo que puede el trabajo en un suelo tan privilegiado corno el nuestro, es la que ofrecen los resultados obtenidos por el Sr. Rosas. La invasión de los indios en 1821 destruyó sus establecimientos, y bastaron tres años para que volviesen a ser los más florecientes de la provincia. Sus sembrados, que ocupaban una gran extensión, producían más de 15.000 fanegas de trigo y maíz, sin incluir los productos de otras culturas.

Tanta prosperidad le atrajo la admiración de sus amigos y la envidia de sus émulos. Su benevolencia no tenía límites. ¡Cuántas veces no se le ha visto abandonar sus tareas, por amparar a un desgraciado, proteger á un huérfano, transar un pleito! ¿Qué hay que extrañar que esta conducta le hubiese granjeado la estimación de los habitantes de la campaña?

Los que piensan que la popularidad del Sr. Rosas no sea duradera, no saben, o aparentan ignorar que se funda en beneficios, a que los individuos corresponden a veces con ingratitud, pero que los pueblos olvidan difícilmente. Por su intervención en los asuntos generales y particulares de la provincia había adquirido un conocimiento exacto de su territorio; y no se le ocultó que la línea de frontera era insuficiente para garantimos de los indios. Los eminentes servicios del Sr. Rosas, a pesar de la importancia y utilidad que tenían para el país, solo le proporcionaron persecuciones y disgustos.

Los ociosos le reprochaban su contracción al trabajo; los intrigantes su odio a las revoluciones; los díscolos la sencillez y la severidad de sus costumbres; y no faltaban hombres ilustrados que le hacían un cargo de su interés hacia los indios.

El Sr. Rosas nunca contestó a sus detractores; limitábase á confundirlos con la práctica de todas las virtudes, y con su respeto inalterable a las instituciones del país. Al reunir los rasgos principales de la carrera política y militar del Sr. Rosas, hemos tenido que hacer un esfuerzo, por no caer en la exageración que naturalmente inspira la contemplación de virtudes tan eminentes.

El Sr. Rosas es un excelente ciudadano: desdeña la gloria comprada con la sangre, detesta los honores adquiridos con los crímenes, desprecia las riquezas que no se ganan con el trabajo. Su vida pública no presenta hecho alguno que esté en oposición con estos elogios; y si no temiésemos ofender su modestia, encontraríamos en su vida privada muchas pruebas que los confirman.

Sus detractores han podido prodigarle ultrajes, pero ninguno de ellos se atrevió a citar una sola acción que fuese reprensible. ¿Qué podrían decir que no lo desmintiesen mil testigos? Adorado de sus deudos, querido de sus amigos, venerado de sus familiares, nada sería comparable a su dicha, si no hubiese tenido la noble ambición de ser útil a su patria. ¿Se le obligará á arrepentirse?... ¡Argentinos! Sed justos y agradecidos, si queréis ser libres y felices”.

 

Pedro de Angelis escribía el ‘Archivo Americano’ –el que pasaba por los ojos de Rosas antes de ser publicado, en honor de la verdad-

Aunque todo lo dicho en estos párrafos son enteramente ciertos. Este es uno de los pocos personajes que aquí se cita en este trabajo, que alaban a Rosas que pertenecían, de algún modo, a mundo Federal y que –conjuntamente con lo mencionado por San Martín y Julio Irazusta-, son los pocos que nos hemos animado a transcribir, por su importancia (Quesada no pertenecía social ni familiarmente a ese mundo aunque fue luego variando su visión).

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Lord Palmerston

(Declarado por Palmerston cuyo nombre era Henry John Temple- en el Parlamento Ingles -1849/1850-al pedir la aprobación del tratado Southern-Arana)

“Debemos aceptar la paz que quiere Rosas, porque seguir la guerra nos resulta un mal negocio.

 

Esta frase de Lord Palmerston es la confesión, el reconocimiento más acabado de que la batalla tanto militar como diplomática quedó en manos de Rosas y la Confederación Argentina, ayudado por la sapiencia de Felipe Arana, y de Manuel Moreno, principalmente. ¡A que distancia estamos hoy de esos hechos gloriosos para nuestra patria!

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(Informe de Henry Southern a Palmerston -Foreign Office, 10/1/185l).

“No es sensato juzgar con ligereza los motivos de un hombre que ha descubierto la manera de gobernar a uno de los pueblos más turbulentos e inquietos del mundo y que lo ha hecho con tal éxito que, aunque existan muchos motivos de queja y no poco descontento, cualquier hombre del país consideraría la muerte o aun la caída del general Rosas con la calamidad más negra. Tal vez sería ciertamente la señal de desorden y de luchas intestinas que reducirían el país a la miseria”.

 

Southern se dio cuenta que hasta la propia Albión le convenía la paz en estas tierras para el buen comercio no solo de Inglaterra sino también de los comerciantes ingleses que vivían en nuestro territorio que deseaban que la propia Inglaterra y Francia dejaran de inmiscuirse en nuestros asuntos pues ello los llevaba, a esto comerciantes, a verse perjudicados en sus negocios.

Estos lo veía claramente Rosas y por eso sabía que cuanto más tardaran los franco-ingleses en rendirse, más iban a presionar sus conciudadanos de aquí a sus países para que dejaran de atacar a la Confederación.

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Millard Fillmore

("Diario de la Tarde" N° 5837 del Martes 4 de marzo de 1851)

"El General Rosas ha enarbolado una bandera en que está escrita con letras indestructibles, la forma democrática de su país, y en el reverso, Independencia! pero no como vanas palabras. Al pie del asta de este pabellón están aglomerados sus esfuerzos, sus tenaces luchas y sus victorias".

 

Era por entonces, el autor de la frase, el Presidente de los Estados Unidos. Fue su mensaje al Congreso de los EE.UU de 1850 cuando se refirió laudatoriamente al Gobierno de la Confederación Argentina, a Rosas y a su denodada lucha contra aquellos que intentaban someter al país y a su independencia.

Recordemos que Fillmore fue el 13º presidente de los EE.UU desde Julio de 1850 a Marzo de 1853.

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Lucio V. Mansilla

(Sobrino del Restaurador  luego de su llegada de Europa en las postrimerías del año 1851 hizo una semblanza física y de la personalidad detallada, de su tío. Ver: Lucio V Mansilla, ‘Mis Memorias’, Buenos Aires, 1925.; Lucio V. Mansilla, ‘Los siete platos de arroz con leche’, Buenos Aires, EUDEBA, 1963.; Lucio V. Mansilla, ‘Rozas, ensayo histórico-psicológico’, Bs As, A-Z, 1996).

"Mi tío apareció: era un hombre alto, rubio, blanco, semipálido, combinaron de sangre y de bilis, un cuasi adiposo napoleónico, de gran talla; de frente perpendicular, amplia, rasa corno una plancha de mármol fría, lo mismo que sus concepciones; de cejas no muy guarnecidas, de movilidad difícil, de mirada fuerte, templada por el azul de una pupila casi perdida por lo tenue del matiz, dentro de unas órbitas escondidas en concavidades insondables; de nariz grande, afilada y correcta, tirando más al griego que al romano de labios delgados y casi cerrados, como dando la medida de su reserva, de la firmeza de sus resoluciones; sin pelo de barba, perfectamente afeitado, de modo que el juego de sus músculos era perceptible. Seria cruel, no parecía disimulada aquella cara, tal como a mí se me presentó, tal como la veo, al través de mis reminiscencias infantiles".

"Agregad a esto una apostura fácil, recto el busto, abiertas las espaldas, sin esfuerzo estudiado, una cierta corpulencia del que asoma su ‘embonpoint’ (sic) [sobrepeso], o sea su estructura definitiva, un traje que consistía en un chaquetón de paño azul, en un chaleco colorado, en unos pantalones azules también; añadid unos cuellos altos, puntiagudos, nítidos, y unas manos perfectas como forma, y todo limpio hasta la pulcritud, y todavía sentid y ved, entre una sonrisa que no llega a ser tierna, siendo afectuosa, un timbre de voz simpático hasta la seducción, y tendréis la vera efigie del hombre que más poder ha tenido en América ..."

“Fue durante larguísimos años un misterio y una mistificaci6n para casi todos excepto para él mismo. En las campañas parece campesino y es burgués. En el orden nacional habla de patria y es localista. Nadie atentó contra la América, y él se dice defensor de la santa causa americana. ¡Santa!; tiene la manía de los adjetivos y de los sobrenombres costumbre gauchesca. No es perversa, árida y fría su alma; es intermitente, ondulante, pudiendo llegar a no enternecerse jamás. No es caprichoso; tiene desarrollada la protuberancia de la continuidad y su frente amplia, lisa, cuadrada, parece hecha para resistir a todo lo que intente inducirlo en otro sentido de lo que es la lógica de su voluntad persistente. Distingue perfectamente los medios, los instrumentos, conoce su fuerza, su eficacia, sabe qué quiere, sabe que va a un fin; más no discierne claramente ese fin, excepto cuando se sale, por decirlo así, de las abstracciones. Su fuerza es pura potencialidad. Saltará sobre un bagual en pelo al pasar, convencido, persuadido, sabiendo que lo do- minará; pero dónde se detendrá, no le alcanzará, ni quiere alcanzarlo, corno si gozara con las fruiciones de un peligro remoto, a través de obstáculos imaginarios. Y no porque sea fantástico, sino porque es diestro”.

“De la política, de la política de entonces, nunca me decía una palabra. Y como yo era muy Federal, muy rosista, algo me faltaba. ¡Y ya lo creo que era yo muy federal! Mi tío era para mí un semidiós, el hombre más bueno del mundo. Yo retozaba en su casa, como no podía hacerlo en la mía, con una cáfila de primos. Entrábamos, ad libitum en sus piezas, sin que él nos hiciera más observación que ésta: «¡Bueno, bueno! Pero no me toquen los papeles ¿Eh?» Y al retirarnos, a toda la sarta de sobrinos les daba lo siguiente, el sábado a la tarde, indefectiblemente: una docena de divisas coloradas, nuevitas, que nos hacían el efecto de la muleta al toro. Un peso fuerte, en plata blanca, que nosotros después cambiábamos en moneda corriente, discutiendo el precio con nuestros respectivos tatitas, y un retrato litografiado de Quiroga, diciéndonos siempre estas mismas, mismísimas palabras (y repitiéndoselas a cada uno): «Tome, sobrino, ese retrato de un amigo, que los salvajes dicen que yo mandé matar». Esta palabra salvaje no crean ustedes que inspiraba entonces un sentimiento de horror, pues yo me acuerdo que, cuando estaba en la escuela de don Juan Peña, no se la aplicaban los muchachos unos a otros para asustarse, sino como afrenta. Ayer todavía nos acordamos de esto con José Ignacio Garmendia”. 

 

Esta famosa pintura de Rosas y sus días es muy conocida en el ámbito historiográfico por su detallismo y descripción de toda una época en la intimidad de la familia. Tal vez lo único que no condice con la realidad  es cuando Lucio V. Mansilla dice que él era Federal y ‘rosista’. Lo cual, más allá de los sentimientos ambivalentes por su tío, ese ‘amor-rechazo’ que por él sentía, el tiempo demostró que no lo fue. 

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William A. Harris

(La ‘Gaceta Mercantil’- 15 de Septiembre de 1851)

William A. Harris El diplomático estadounidense, a la sazón Encargado de Negocios de los EE.UU.  luego de una larga residencia en el país, se despide de Rosas y de la Confederación Argentina luego de cumplir su trabajo en el país, en Septiembre de 1851, a pocos meses del derrocamiento de Rosas.

"Al cumplir este último acto oficial, que termina mis relaciones diplomáticas con este Gobierno, permitidme expresar, por conducto de V.E [Felipe Arana].al Ilustre Jefe, cuya política y sabiduría han enaltecido tanto su propia fama y la nombradía de su país, mi más cordial y profundo reconocimiento, por la invariable bondad y consideración que constantemente se ha dignado dispensarme".

“El General Rosas ocupa un vasto espacio, en el gran teatro de los negocios humanos. Su política y sus hechos, se han grabado hondamente, en la atención del mundo. Sus bravos compatriotas, en la hora más infausta que registran las páginas de la historia de su país, fijaron en él, la vista para que los auxiliase, y lo aclamaron para que los aconsejase y dirigiese".

"Con recursos de saber y patriotismo, a la altura de las circunstancias, se puso a su frente. Con su genio y su energía estableció el orden, en medio del caos, y la seguridad y sosiego, en medio de la confusión y la anarquía. Sus esfuerzos para establecer y sostener el gran sistema Federal, identificaron su nombre para siempre con esa importante medida, formando uno de los mas firmes cimientos sobre los que reposará su fama en los tiempos venideros.

“Con entereza más que romana, ha sostenido y defendido los derechos soberanos de su país, contra la agresión extranjera, hasta que esos derechos fueron honorablemente reconocidos y asegurados. El haber hecho esto con éxito feliz, es gloria bastante para un solo hombre. La historia imparcial no dejará de consignar fielmente los grandes hechos de su vida, tan llena de acontecimientos extraordinarios.

“La posteridad juzgará de ellos por sus exitosos resultados, y por las imponentes dificultades de los tiempos, en que su protagonista se vió colocado; y con justicia y veracidad inscribirá su nombre muy alto en la lista de aquellos gran-des hombres, que han quedado inmortalizados en la ancha e im-perecedera página de la historia del mundo".

 

Conociendo la mentalidad estadounidense, si el gobierno de Rosas hubiera sido tiránico, el diplomático luego de tan larga permanencia hubiera dado cuenta a su gobierno, de ello.

Es más, como tanto otros diplomáticos que sirvieron en nuestro país, reconocía la injerencia de los imperios europeos en nuestros asuntos y la ductilidad de Rosas para vencerlos, pero claro, se avecinaba la derrota por la traición de Urquiza junto a los brasileños y junto a los insidiosos Unitarios que no cejaban de acosarnos, a pesar de la bondad de Rosas que les tendió un ‘puente de plata’ para que regresaran al país, sin que tuvieran que renegar de sus ideas políticas, devolviéndolos sus bienes embargados- no confiscados, como arteramente se dice-; solo prometiendo no alzarse de armas contra el Estado..

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Robert Gore

(Robert Gore, Encargado de Negocios de Gran Bretaña en Buenos Aires, le comenta'', el 2 de febrero de 1852, al Vizconde Palmerston- Public Record Office, Londres. Foreign Office 6/167.)

"No abrigo dudas en mi mente que, de triunfar, el General Rosas adoptará dentro de muy poco tiempo, un sistema muy diferente y que desarrollará las grandes riquezas de este magnífico país, asegurará la implementación rígida de la ley y extenderá la educación y, además, la civilización y la industria. Tal es, mi Lord, la noción que me he formado a través de lo aprehendido durante varias conversaciones mantenidas con el General Rosas, con quien siempre he hablado con la mayor franqueza".

 

Lo que dice Gore, justo el día anterior a la batalla de ‘Caseros’ explica años de lucha titánica de Rosas contra fuerzas centrípetas que intentaban una y otra vez desalojar al gobierno legal argentino y que con ello impedir el desarrollo comercial e industrial de país.

Por ello necesitaba el gobierno inglés –según las palabras de su representante legal- un orden y tranquilidad en el país para el desarrollo –de una vez por todas – de las relaciones comerciales internas y externas. Y esto solo lo podía dar el gobierno de Rosas, triunfando en su lucha contra el Brasil, Urquiza, Unitarios, etc. La derrota de Rosas confirmó el caos y y la anarquía durante décadas, como sospechaba Gore.

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Justo José de Urquiza

(Urquiza al representante ingles Gore, al partir para reunirse para el encuentro se San Nicolás. Mayo de 1852. J.M.Rosa. Tomo VI. P.34 – H.S.Ferns Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX. p.297) (Carta a Rosas)

 ““Hay un solo hombre para gobernar la Nación Argentina, y es Don Juan Manuel de Rosas. Yo estoy preparado para rogarle que vuelva aquí

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(Carta a Rosas del 24 de agosto de 1858. Extraída del libro de Mario César Gras “ Rosas y Urquiza. Sus relaciones después de Caseros “. Edic. Del Autor. Bs. As. 1948).

 “Buenos Sentimientos le guardan los mismos que contribuyeron a su caída, no olvidan la consideración que se debe al que ha hecho tan gran figura en el país y a los servicios muy altos que le debe y que soy el primero en reconocer, servicios cuya gloria nadie puede arrebatarle. Justo José De Urquiza”.

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 (Fragmento de carta de Urquiza a un tucumano de 18 años después de caseros, de fecha 3 de marzo de 1870 y publicada a fs, 326. tomo3 de la Historia de los Gob. De las Provincias Argentinas de A. Zinny, ed. 192º - cita de Raúl Rivanera Carlés, Rosas Pág. 13)

Toda mi vida me atormentará constantemente el recuerdo del inaudito crimen que cometí al cooperar, en el modo en que lo hice, a la caída del General Rosas. Temo siempre ser medido con la misma vara y muerto con el mismo cuchillo, por los mismos que por mis esfuerzos y gravísimos errores, he colocado en el poder.” ,

 

Estas y otras exclamaciones de Urquiza diciéndose ‘arrepentido’ de lo hecho contra Rosas queda desvirtuado por sus acciones posteriores: se ofrece darle dinero a Rosas en el exilio pero luego de varios años y ante el reiterado reclamo a través de Pepita Gómez, solo le envía una sola vez lo que había prometido hacerlo todos los años.

Se mantiene prescindente ante la solicitud de ayuda de los habitantes de Paysandú que mueren masacrados por las tropas brasileñas con ayuda de los Unitarios de la Banda Oriental al mando de Venancio Flores y los Unitarios porteños al mando de Mitre, todo frente a sus ojos estando viendo la destrucción desde su palacio.

Se mantiene prescindente ante el genocidio de nuestros gauchos del interior a través de las manos de los sicarios de Mitre y Sarmiento, los unitarios ‘colorados’ de la Banda Oriental. Entrega el triunfo seguro en la batalla de Pavón a Mitre según ordenes de la Masonería. Colabora eficazmente con Mitre y los brasileños en la lucha contra la soberana Paraguay. (Para más datos ver en  ‘elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’  - “Urquiza, Un 'Judas' Criollo Ni Federal Ni Arrepentido” -8 de mayo de 2022)

 

 

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Laurent de L´Ardeche

(Palabras de Laurent de L´Ardeche, diputado socialista francés, el 8-01-1850 en le parlamento francés. Publicado en “La Republique” de París el 9-1-1850 y en “La gaceta Mercantil” del 20-4-1850)

 “Lo que hay de cierto es que el poder de Rosas se apoya efectivamente en el elemento democrático, que Rosas mejora la condición social de las clases inferiores, y que hace marchar a las masas populares hacia la civilización dando al progreso las formas que permiten las necesidades locales. La guerra de los gauchos del Plata contra los unitarios de Montevideo representa en el fondo la lucha del trabajo indígena contra el capital y el monopolio extranjeros y encierra para los federales una doble cuestión: de nacionalidad y de socialismo”. 

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Théogéne Page

(Observaciones al Gobierno Francés del edecán del propiciador de la paz de 1840, Almirante Barón de Mackau, en "El Paraguay y las Repúblicas del Plata" por Théogéne Page, Capitán de Navío. Separata de "La Revue des Deux Mo ndes ", entrega del 1 de abril de 1851. París 1851, págs. 26, 27 y 34)

 

Comprueba, que el “sentimiento de igualdad reina allí en toda su del suelo".

De sus habitantes, "la fuerza; es la ley del chilla y mayoría tiene sus orígenes en esas provincias vascas tan orgullosas del espíritu de igualdad formulado con tanta fiereza por los estatutos de las cortes de Tarragona en 1519".

Dice de Rosas: "Hay que escuchar al mismísimo General Rosas desarrollar, en su enérgico y pintoresco lenguaje, de qué manera la vida en el desierto y las tradiciones de la sangre convierten a la república democrática en la forma obligada de gobierno de las provincias argentinas […]  "Cuando el silencio y la noche se extienden sobre Buenos Aires, la lámpara del Gobernador se enciende en la cumbre de la elevada torre que habita, y los gauchos la muestran como el genio de la patria que vela sin descanso sobre la ciudad dormida".

Es una descripción casi pictórica sobre Rosas, su labor nocturna, velado por los gauchos que lo saben trabajando en el silencio de su residencia por el bien de su amado pueblo..

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Ventura de Vega

(Poeta de vínculos familiares con Juan Manuel, nos presenta un retrato del Restaurador respecto a su personalidad, a su cultura y carácter en su visita a éste en el año 1853, en Inglaterra, en carta del 21 de Julio de 1853, a su mujer que estaba en Madrid, donde vivían Cfr. Ventura de la Vega: ‘Cartas íntimas’, pág. 103. Madrid, 1874).

“"Rosas es el carácter más original, más raro, más sorprendente que te puedas imaginar. No sé si para cortar cuando le parece alguna conversación, o para disimular su pensamiento, o para de desconcertar al que le habla, te encuentras en que pasa repentinamente del tono más elevado, del discurso más serio, a una ‘chapaldita’ (sic) de lo más Vulgar, a la cual siguen otra y otra, entre muchas carcajadas, y de allí a un rato vuelve insensiblemente a entrar en el todo serio y entonces dice, hablando de política, cosas admirables. Decían que sólo tenía talento natural y que era poco culto; no es cierto. Es un hombre instruidísimo y me lo probó con las citas que hacía en su conversación; conoce muy bien nuestra literatura y sabe de memoria muchos versos de los poetas clásicos españoles".

 

Ventura de la Vega afirma la instrucción de Rosas, los conocimientos que tiene el Restaurador de la literatura mundial y realiza una descripción muy rica en matices sobre el cambio de modo de dialogar de un momento a otro produciendo –adrede- en el interlocutor una especie de confusión acerca de su estado real de ánimo, de interrogación del interlocutor acerca de su postura sobre los temas que se tratan, etc.

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Vicente Pérez Rosales,

(Escritor chileno que lo visitó en 1855 Southampton dijo sobre el Restaurador respecto a su fisonomía y carácter según compila el escritor José Luis Busaniche, en su libro ‘Rosas visto por sus contemporáneos’-Ed. Sieghels-2021)

"Un instante después se adelantó a recibirme el mismo Rosas. En éste entonces un hombre como de sesenta y dos años de edad, de estatura más que mediana y de robusta complexión. Lucía su rostro sobre una tez blanca y sanguínea, dos hermosos ojos azules, una nariz aguileña y un par de labios aunque finos, perfectamente diseñados".

"Recibióme con afectuosa cortesía, sin olvidar aquella prudente reserva, forzosa compañera del hombre de mundo cuando trata por primera vez a un desconocido; mas ésta duró poco, pues no hizo más que recibir la tarjeta de su parienta y leer lo que en el respaldo de ella iba escrito, cuando levantándose de su asiento, me tendió con efusión sus brazos, apellidándome paisano".

 

El escritor chileno hace una observación interesante aunque conocida de Rosas: al principio Rosas es reservado, desconfiado hasta evaluar al interlocutor y de parte de quien viene; y así, ante un dato familiar, de golpe, volverse más afable y abierto.

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Nicolás Albarellos

(Diputado pidiendo el Juicio Político a Rosas ‘en ausencia’-1857.la Legislatura de la Provincia de Buenos Aires, declara "traidor a la Patria" a Juan Manuel de Rosas)

 “Los juicios como esos no deben dejarse para la historia. ¿Qué se dirá, qué se podría decir en la historia cuando se vea que las naciones civilizadas del mundo, para quienes somos solo un punto, han reconocido en este tirano que es digno de tratar con ellas? ¿Que Inglaterra ha devuelto sus cañones en acción de guerra y ha saludado su sangrienta e inocente bandera manchada de sangre con un saludo de 21 cañones? Este hecho, conocido por la historia, sería un gran contrapeso, señor, si dejamos a Rosas sin esta sanción. La misma Francia, que comenzó la cruzada que compartía el general Lavalle, a su debido tiempo también lo abandonó, se enfrentó a Rosas y saludó su bandera con un saludo de 21 cañones. Pregunto, señor, si este hecho no borrará de la historia todo lo que podamos decir, si dejamos este monstruo que nos diezmó durante tantos años sin una sanción”.

“El juicio de Rosas no debe dejarse a la historia, como algunas personas desean. Está claro que no se puede dejar a la historia el juicio del tirano Rosas. Vamos a arrojarle a Rosas este anatema, que quizás puede ser el único que le haya hecho daño en la historia, porque de lo contrario su tiranía siempre será dudosa, ¡y sus crímenes! ¿Qué se dirá en la historia, señor? Y es triste decirlo, ¿qué se dirá en la historia cuando se dice que el valiente almirante Brown, el héroe de la Marina de Guerra de la Independencia, fue el almirante que defendió la tiranía de Rosas? Lo que se dirá en la historia sin este anatema, cuando se dice que este hombre que contribuyó con sus glorias y talentos para dar brillo al Sol de Mayo, que el otro diputado citó en su discurso, cuando se dice que el General San Martín , el conquistador de los Andes, el padre de las glorias argentinas, ¿le hizo el mayor tributo que se le puede dar a un soldado al entregarle su espada? ¿Se creerá esto, señor, si no arrojamos un anatema al tirano Rosas? ¿Este hombre se conocerá como lo es en 20 o 50 años, si queremos ir más allá, cuando se sabe que Brown y San Martín fueron leales a él y le dieron los tributos más respetuosos, junto con Francia e Inglaterra? “No, señor: dirán, los salvajes unitarios, sus enemigos, mintieron. No ha sido un tirano: lejos de eso, ha sido un gran hombre, un gran general. Es necesario arrojar sin dudas este anatema al monstruo. ¡Si al menos hubiéramos imitado a los ingleses, que arrastraron el cadáver de Cromwell por las calles de Londres y arrastraron a Rosas por las calles de Buenos Aires! Apoyo, Sr. Presidente, el proyecto. Si el juicio de Rosas fue dejado al juicio de la historia, no conseguiremos que Rosas sea condenado como un tirano, pero quizás él sea el más grande y glorioso de los argentinos”

 

Este es uno de los documentos más significativos del Unitarismo asesino y mistificador. Es un reconocimiento, mas que tácito, de las bondades el ‘rosismo’ y del apoyo del pueblo al Federalismo.

Es una retahíla sucesiva de reconocimientos del mal emprendido por el Unitarismo al juzgar a Rosas, ‘en ausencia’, condenándolo a muerte a priori sin posibilidad de defenderse, con un odio típicamente masónico de un gobierno que se sabe ilegal y golpista.

Es el origen de toda la mistificación de nuestra historia ‘novelada’ ‘ad-usum’ del Unitarismo resentido, ladrón y antipatriota que sabe que no cuenta, no solo con la verdad, sino con el apoyo de todo el pueblo por lo que la única manera de llevar adelante su sangría es sometiendo no solo el cuerpo sino las almas del pueblo, borrando su memoria con el paso del tiempo, empezando en la escuela primaria, hasta que la mentira con los años se vuelva ‘verdad’ indiscutible bajo pena de muerte civil, como mínimo.

De allí, Albarellos, gendarme del régimen dice ““El juicio de Rosas no debe dejarse a la historia […] ¿Este hombre se conocerá como lo es en 20 o 50 años, si queremos ir más allá, cuando se sabe que Brown y San Martín fueron leales a él y le dieron los tributos más respetuosos, junto con Francia e Inglaterra? No, señor: dirán, los salvajes unitarios, sus enemigos, mintieron”.

 

Correcto, Albarellos lo sabía y sabía que los Unitarios-como él- serán unos mentirosos.

El autor era médico y docente. Un docente que mentía a sabiendas. Los adjetivos calificativos que le caben exceden la compostura que debe primar en quien esto escribe.

Pensar que se casó con la hija de Juan Antonio Lavalleja y en 1849 estuvo bajo la protección del Federal y ‘rosista’ Lorenzo Torres; ambos, como se ve, renegaron del Federalismo cuando cae Rosas, siendo, como buenos traidores, los principales impulsadores de la pena de muerte de Rosas, como así el propio Vicente López y Planes, hombre de pobre carácter, por instigación de su maquiavélico hijo Vicente Fidel López.

Nombre de calles  y plazas –por supuesto- llevan su nombre y sostienen con ello lo insostenible: la verdad histórica que se escapa de entre los pliegues ocultos de la historia por propia boca del susodicho….

La mistificación de nuestra historia estaba en marcha volviéndose con el tiempo como el retrato de Dorian Grey, una deformidad irreconocible….

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Juan Bautista Alberdi

(‘Obras Completas’, T.I. Bs.As. 1886. Afirmado originariamente en su “Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”-1837). 

Si se perdiesen los títulos de Rosas a la nacionalidad argentina yo contribuiría con un sacrificio no pequeño al logro de su rescate. Hablar de la expectabilidad de Rosas es hablar de la expectabilidad del país que representa”. 

“Yo fui enemigo, lo recuerdo con disgusto”,.

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 (Dice en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de Mayo’. Valparaíso 1847).

 “Rosas y la República Argentina son dos entidades que se suponen mutuamente; él es el que es, por ser argentino; su elevación se supone la de su país; el temple de su voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia, no son rasgos suyos, sino del pueblo, que él refleja en su persona”.  "No quiero (…) dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años. El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por la anarquía es, para mí una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor” 

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(Dijo sobre en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de Mayo’. Valparaíso 1847)

 “En el suelo extranjero en que resido, no como proscripto, pues he salido de mi patria según sus leyes... en el lindo país que me hospeda y tantos goces brinda al que es de fuera, sin hacer agravio a su bandera, beso con amor los calores argentinos y me siento vano al verlos más ufanos y dignos que nunca... Guarden pues, sus lágrimas los generosos llorones de nuestras desgracias; a pesar de ellas, ningún pueblo de esta parte del continente tiene derecho a tributarnos piedad; aunque opuesto a Rosas como hombre de partido, he dicho que .escribo esto con calores argentinos. Rosas no es un simple tirano a mis ojos. Si en su mano hay una vara sangrienta de fierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano… Sé, por ejemplo que Simón Bolívar no ocupó tanto el mundo con su nombre, como el actual Gobernador de Buenos Aires. Sé que el nombre de Washington es adorado en el mundo, pero no más conocido que el de Rosas. Sería necesario no ser argentino para desconocer la verdad de estos hechos y no envanecerse de ellos. Se habla de él popularmente de un cabo a otro de la América, sin haber hecho tanto como Cristóbal Colón. Se le conoce en el interior de Europa, más o menos como a un hombre visible de Francia o Inglaterra; y no hay lugar en el mundo donde no sea conocido su nombre, porque no hay uno a donde no llegue la prensa inglesa y francesa, que hace diez años le repiten día a día. ¿Qué orador, que escritor célebre del siglo XIX no le ha nombrado, no ha hablado de él muchas veces? Guizot, Thiers, O'Connell, Lamartine, Palmerston, Aberdeen. ¿Cuál es la celebridad parlamentaria de esta época que no se haya ocupado de él hablando a la faz de Europa? Dentro de poco será un héroe de romance".

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(En Octubre de 1857 entrevista a Rosas en Londres en la casa Sr. Federico Dickson, cónsul general de la Confederación Argentina en Londres., diciendo, luego de la entrevista, sobre el entrevistado):

 "Habla inglés, mal, pero sin detenerse escribe el tucumano, con facilidad. Es jovial y atento en sociedad. Después de la mesa, cuando se alejaron las señoras, habló mucho de política; casi siempre se dirigió a mí, y varias veces vino a mi lado. Me llamaba señor ministro' y a veces 'paisano'; otras por mi nombre". "Habla mucho de caballos, de perros, de sus simpatías por la vida inglesa, de su pobreza actual, de sus economías, de su caballo y de los caballos ingleses. No es ordinario. Está bien en sociedad. Tiene la fácil y suelta expedición de un hombre acostumbrado a ver desde alto el mundo. Y, sin embargo, no es fanfarrón ni arrogante, tal vez por eso mismo, como sucede con los lores de Inglaterra, las más suaves y amables gentes de este país. Su fisonomía no es mala. Se parece poco a sus retratos. La cabeza es chica y la frente, echada atrás, es bien formada, más bien que alta. No estaba bien vestido; no tenla ropa en Londres. Ha venido por quince días a Imprimir y publicar su protesta"

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(En carta a Rosas – 1 de Octubre de 1863)

Le expresa que no quiere molestarlo.. ”en su retiro digno y laborioso”...y que Rosas “está dando lecciones a los generales americanos que la demagogia echa a las playas europeas, llenos de plata y ávidos de placeres” 

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 (En carta a Maximo Terrero-19 de Julio de 1863) ...

” En el mismo lugar en que debiera tributarse elogio y respeto al general Rosas, que tuvo tan alto el estandarte de San Martín, lo ultrajan del modo más cobarde e ingrato”...” Me gusta mucho oírle a Ud. que el general Urquiza contempla y respeta al general Rosas, en lo que prueba cordura y sensatez”

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Al saber del incendio de la chacra de Rosas, le escribe a Terrero diciendo que “ teme sea obra de los enemigos de Rosas con el fin de hacer desaparecer sus papeles” y el 8 de agosto de 1863, desde Caen...”La causa real del general Rosas se halla triunfante y respetada hasta en esos puntos más vulnerables, por sus enemigos; y él ¿es acusado criminalmente?”... Luego se pregunta porque ha sido procesado Rosas...”el único que lleva vida digna y se tiene en una reserva llena de decoro y de honor”.

Habla luego de su proyecto de una defensa de Rosas, y cree que ...”una corta Memoria, bien acompañada de una masa de documentos, sería más eficaz que un grueso libro”...y pidiendo disculpas de no haberlo visitado añade...…”El ejemplo de moderación y dignidad que está dando a nuestra América, despedazada por la anarquía, es para mí, una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales”.

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 (En carta a Manuelita (13 de Enero de 1864)

.”difícilmente se puede dar cabeza que exprese la posesión de un talento superior tan elocuente como la de nuestro antiguo Jefe Supremo del Río de La Plata”... y agrega que “lord Byron habría envidiado la fascinación irresistible de su mirada”.

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 (Carta a Máximo Terrero- 14 de Agosto de 1864)

“…Nada más público y notorio que la honorabilidad con que lleva el General Rosas su vida de refugiado en el país de los libres. Si estuviera en Roma como Fernando II o en Austria, o en Turquia, sería eso una ventaja para sus detractores. Pero les dice el verlo considerado por el León partido liberal británico y por el glorioso veterano de la Libertad, Lord Palmerston? “

“El ejemplo del General Rosas de refugiado digno, resignado, laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sitio en la vieja historia de Roma“.

“Ningún general de los muchos que la ola de la revolución americana ha echado a las playas de Europa ha dado el ejemplo honroso del General Rosas. Solo él no ha conspirado para recuperar el poder ni ha hecho la corte a los Reyes, ni buscado expectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños. Ni el mismo San Martín llevó con más dignidad su proscripción voluntaria. Es indigno y vergonzoso atacar á un hombre semejante y en semejante situación“.

“Sin duda alguna se exagera en mucho del trabajo de una publicación explicativa. Ciertamente que una época de 20 años no se expone en un volumen corto. Pero no se trata de una historia ni de una crónica, ni de una biografía completa. Eso ni es obra del momento, ni será obra del General Rosas“.

“Otro será quién lo haga. Exponer la historia de su vida en 10 volúmenes sería sepultarla por ahora. Lo que la historia del momento exigiría de él, es una palabra, algo breve y corto, para servir a la historia. Hoy todo el mundo habla, nadie calla, empezando por Napoleón, pasando á Lord Palmerston y acabando por Mitre. que no es tonto en majadear con sus disertaciones históricas, en que habla más de sí mismo que de Belgrano“.

“Cuarenta ó cincuenta páginas debe seria extensión obligada o máxima de la memoria. Lo demás debe constar de documentos. Total un volumen brevísimo- La impresión de esto no puede costar en Francia arriba de mil francos. Y como se podrían vender ejemplares (aun para mejor propagarlos) talvez se ganaría en vez de perder“.

“La memoria o manifiesto debe ser sin frases. Ya la simple idea de manifiesto hace bostezar, porque el ordinario consta de palabras y frases más o menos retumbantes. Debe reducirse á tres cosas: cifras, documentos y hechos. Nadie cree hoy en frases, pero todos creen en los números, y en lo que se toca y palpa. Cifras y solo cifras para cosas de este orden: cuanto valía el papel moneda (o las onzas como allá dicen) bajo el Gobierno de Rosas; ¿cuánto vale hoy? ¿A cuánto subía la deuda entonces; a cuanto sube hoy? ¿Cuál era el presupuesto entonces; cual es hoy?. Documentos y solo documentos de este orden: la ley que dio todo el poder al General Rosas y todo lo que a ella se refiere. Sus renuncias reiteradas. Las aprobaciones Legislativas de sus actos. Los votos en su honor. Sus títulos y honores recibidos. Tratados internacionales que pusieron fin á las cuestiones. Sobre el territorio de la Provincia o Nacional, el mejor documento sería un extracto o resumen de la carta geográfica de sir W. Parish, con la demarcación de la frontera de entonces y la de la frontera de hoy. Según Mr. de Moussy, respecto de los indios. Lo que no se ve, no se estima á este respecto. No hay que olvidar el testamento de San Martín“.

“En cuanto a los hechos, señalar cual era entonces la seguridad de la propiedad. y de la vida, en la campaña para los neutrales a la lucha política y la que hoy existe. Cuanta fortuna tenía el General Rosas al entrar al poder: cuanta tiene hoy. El grande hecho que todos ven: como ha vivido y procedido en Europa desde que bajó del poder. Altas atenciones de que es objeto. Nada de recriminaciones. Para responder al reproche de barbarie inferido á su manera de atacar y defenderse, mostrar o señalar la historia contemporánea de Estados Unidos, Rusia, Italia, Alemania, etc. Que personas lo acompañaron en su Gobierno como amigos y servidores oficiosos. como legisladores, ministros, guerreros, publicistas, consejeros, cortesanos: donde están hoy? ¿Qué posición tienen? Todo esto no es ocuparse de la persona de Rosas, sino del país, de quien fue expresión de la sociedad de que es miembro a pesar del destierro: hasta por patriotismo argentino. El General Rosas debe defender el decoro de su país, defendiendo ó explicando su conducta pública. Callar, es dar la razón al que habla aunque no la tenga. Fíjese en el articulillo sobre la Posteridad que le envío“.

“Por lo que hace a mí, le confieso que me irrita el espectáculo de tanta duplicada é hipocresía que nos dan los que se gozan de deprimir al caído al mismo tiempo que parecen gozarse en obrar peor, que lo hizo, según ellos, ese adversario, a quien persiguen. Convenido respecto al aviso anticipado que le daré en caso que yo haga la visita consabida. Con mis seguridades de amistad por Ud”.

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Fermín Chávez (‘La vuelta de Don Juan Manuel’- Ediciones Theoria, Buenos Aires, 1993) comenta que  “En Agosto de 1856, la Comisión de Negocios Constitucionales del Senado de Buenos Aires formalizó la presentación del “caso Rosas”, al que declaraba “reo de lesa patria por la tiranía sangrienta que ejerció sobre el pueblo y por haber hecho traición a la independencia de a patria” .

 

Ya hemos hablado algo de ello al referirnos a Albarellos]. Nada menos que a Rosas, (que defendió la independencia a todo trance, recibiendo por ello el legado del sable del Libertador), acusaban de traición a la patria los liberales que fueron precisamente los que entregarían después de Caseros la soberanía de los ríos interiores, las misiones orientales y la Banda Oriental al Imperio Brasileño… y la economía al imperio inglés.

Lo acusaban además del "robo" de dinero público, justamente a Rosas que fue un meticuloso administrador de la cosa pública, y siendo un hombre rico antes de su gobierno, dejó el país con unos pocos de patacones en el bolsillo y un cajón de papeles para defender su honra ante la posteridad.

Fue tal vez por esta última acusación de robo que Rosas decide romper su silencio de años de exilio, y presenta tres protestas por escrito en tres idiomas, descalificando la legitimidad de los funcionarios que pretendían juzgarlo. Estas protestas fueron entregadas o gobiernos europeos y distintas personalidades del país, incluido Urquiza y Alberdi para su difusión.

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(El 14 de agosto de1864, en carta que contiene el plan de la Memoria )

El ejemplo de Rosas, de refugiado digno, resignado. Laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sino el de la vieja Roma” ...y comparándolo con otros generales desterrados en Europa, dice ...”solo él no ha conspirado para recuperar el poder, ni ha hecho la corte a los reyes, ni buscado espectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños”...”Es indigno y vergonzoso atacar a un hombre semejante y en semejante situación”...y opina que la “Memoria debe ser sin frases y reducirse a cifras, documentos y hechos: valor de la moneda en tiempo de Rosas y en la actualidad; la deuda de entonces y al de hoy; la ley que dio el poder a Rosas; sus renuncias; las aprobaciones Legislativas de sus actos; los títulos y honores recibidos; las fronteras de entonces y las de hoy; la fortuna que tuvo Rosas y la que tiene hoy”... y haciendo referencia al sable de la independencia agrega... ...”no hay que olvidar el testamento de San Martín”...”como vive en Europa y las atenciones de que es objeto” 

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(En septiembre de 1864 Alberdi le escribió a Rosas):

 "No quiero (…) dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años. "El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por la anarquía es, para mí una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor”.

 

A los 25 años  Alberdi, formaba parte de Asociación de Mayo; jóvenes románticos, idealistas y liberales, obnubilados por las nuevas corrientes filosóficas y encandilados los “las luces” de Europa, creen poder convencer a Rosas de sus ideas. Alberdi lo llama “el Gran Rosas”.

Al principio, como se ve, Alberdi participaba de los logros de Rosas, pero con el correr del tiempo se volvió su enemigo más encarnizado encarnando su pluma todo lo que sus detractores querían. Impulsó durante muchos años la lucha contra Rosas desde sus escritos causando mucho daño al país hasta pidiendo la intervención de las potencias europeas contra nuestra nación.

Pero Rosas, el supuesto ‘tirano’ lee los escritos de Alberdi y considera a los mismos muy buenos. Entonces, le pide a María Josefa Ezcurra que se comunique con el sobrino de Alberdi, Federico  García, para entrevistarse con él. Ahi le dice “tu tío Juan Bautista es unitario pero no es salvaje unitario, ha escrito esto y estoy contento de éi; escríbele de mi parte que venga, porque lo necesito". Ante ello, Juan Bautista contesta rechaza la invitación diciendo, "todavía no he perdido el juicio para cometer semejante disparate". Con los años, será Alberdi quien visitará a Rosas en Inglaterra...

Otra muestra más de la mistificación de la historia por parte del Unitarismo y de los Federales ‘convertidos’ respecto de la supuesta ‘tiranía’ de Rosas.

Alberdi, en 1847 y desde Chile comienza la revisión de su pensamiento y ve virtudes en Rosas que ante no veía.

Poco a poco cambia su actitud y en 1857 Alberdi representando a la Confederación Argentina en Inglaterra, país en el que Rosas se hallaba exiliado, no dudó en visitarlo. Será él quien proponga la vista . La reunión generó cierta fascinación en el tucumano y lo hizo cambiar por completo su visión sobre el antiguo enemigo, como puede leerse en las cartas que se transcriben arriba. Desde entonces mantuvieron una interesante relación epistolar.

Rosas, como siempre, demostrando no tener resentimiento lo recibió en Inglaterra y, luego, mantuvo una cordial correspondencia con el tucumano.

La pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿debemos aceptar sin más ese cambio positivo de Alberdi luego de tantos años de apostar por los enemigos del país cuya acción a través de sus escritos ayudó –a no dudarlo- a hacer caer al gobierno de Rosas obrando como estilete, daga y puñal con tesón y esmero?.

La respuesta nuestra las dejo al lector y pueden leer muchas de sus declaraciones y acciones a lo largo de su vida al respecto en:

(‘www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’ en el artículo https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/11/juan-bautista-alberdi-el-paradigma-del.html-ç)

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Ignacio Hamílton Fotheringham

(En el año 1925 dijo del Restaurador):

"Allá en mi tierra, en mi pueblo, lo creíamos un general español desterrado por asuntos de alta política. Un hermoso tipo, de aspecto varonil y enérgico. Vivía en The Crescent, frente a la casa de familia de Lawe, muy amiga nuestra. Una gran mansión de aspecto serio, silencioso y triste. Nada de ruidos…. La misma pobreza en que vivía, demostraba, por lo menos, que era hombre honrado. Y un hombre honrado no puede ser un hombre perverso ..."

 

Nacido en Southampton en 1842, luego lo conoció muy bien al Restaurador y a Manuelita en Inglaterra, Llegó a Buenos Aires en 1863 donde trabajó en una estancia de la familia Terrero, luego se alistó como militar donde fue un oficial que participó en la Guerra del Paraguay y en la Conquista del Desierto. Fue el primer gobernador del territorio nacional de Formosa, muriendo en la Pcia. de Córdoba.

Demuestra, con su declaración desprovista de interés partidario, que Rosas vivía honradamente y pobre y por ello distaba de ser un hombre ‘perverso’, entendiendo dicha palabra en aquellos tiempos que la falta de perversidad tenía un sentido de honradez, falta de malicia, bien intencionado, no corrupto, virtuoso.

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Nicolás Antonio Calvo

(Líder del partido Federal Reformista y director del diario La Reforma Pacífica, que editó en Buenos Aires y en Montevideo. Calvo, que no era ‘rosista’, vio a Rosas en Southampton en 1864 y así describió el encuentro):

"Vino el señor Rosas y nos recibió con extrema cortesía, disculpándose por haberse hecho esperar porque estaba trabajando en el campo para alcanzar a pagar el arriendo anual de cinco libras esterlinas por acre que era lo que costaba aquella ‘farm’. El general Rosas tiene setenta y un años, está fuerte y lozano, dice que duerme bajo un corredor que nos mostró; que está pobre, que salvó muchos papeles pero no dinero porque “Aprecia más su honor que todo”; que esos papeles están perfectamente organizados; que han de publicarse después de su muerte y que han de juzgarlo entonces; que tiene mucho escrito sobre diversos ramos de los conocimientos humanos; sobre la ley natural, la ciencia médica y otras; mostrando en todo una tranquila filosofía que realmente llama la atención de! que le observa, como nosotros lo hacíamos con el deseo de conocer al hombre.”

 

De la declaración de Calvo también surge la pobreza de vida de Rosas, su humildad, sus papeles ordenados que defienden su honor ante el ataque Unitario, sus escritos sobre varios temas –no solo políticos sino también médicos, leyes naturales, etc- y su tranquilidad de ánimo ante la injusticia por el modo en que vivía.

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Florencio Varela.

(Florencio Varela, unitario, sempiterno enemigo dice de Rosas- Extraído de la obra de Manuel Gálvez, “La vida de Rosas”. – 1962-Editorial Tor)

 “Se paseaba triunfante por las calles de Buenos Aires, hacía gala de su popularidad, recibía a todo el mundo, era un eco de alegría y de aplausos el que se alzaba por donde él pasaba; su casa era el pueblo, el pueblo lo amaba.

 

Otro reconocimiento, tal como lo hizo Sarmiento, Alberdi, etc de la calidad de persona de Rosas y el amor de su pueblo, aunque se supone que ello en nada afectó en la conducta de Varela que siguió fustigando al amado por su pueblo; pueblo que demostraba su alegría por el gobierno de Rosas. Nadie, ningún pueblo que se sintiese tiranizado actuaría así con alegría y aplausos a quien lo tiranizara.

Recordemos qué remotamente podía de ser imputado de ‘tirano’; La ‘Gaceta Federal’ (N° 5999 del Jueves 28 de septiembre de 1843 la Nº. 5993 del Miércoles 20 de septiembre de 1843). decía al respecto de aquel que fue elegido dos veces por al Sala de Representantes y luego avalado por plebiscito popular: : "Es legal el actual Gobierno de Buenos Aires, porque ha sido instalado por la ley, por la Asamblea Legislativa, y por el voto expreso de la Provincia con-signado de un modo libre, auténtico y público". "El Gobierno actual de Buenos Ayres emana de un voto público. Hemos encargado al General Rosas que salve nuestra Independencia e instituciones fundamentales, y valorando la gravedad de los peligros le hemos investido de un poder extraordinario que emana de nosotros, y que podemos reasumir, cuando sea nuestra voluntad, o consideremos innecesaria su existencia. Todos estamos interesados en el sostén de su Gobierno porque es obra nuestra. No es tiránico porque re-presenta nuestros derechos y nuestras necesidades actuales; ni injusto porque deriva de la fuente de toda justicia política", ,

Del mismo modo y en detalle se expresa el ‘Archivo Americano’ ( ver  el Archivo Americano’ N° 17 del 28 de febrero de 1845) y la ‘Gazeta MercantilN° 6869 del Sábado 5 de septiembre de 1846)  haciendo un raconto de la situación política del momento y como se comportó Rosas y su gobierno cuando arreciaban los ataques extranjeros y de los Unitarios, a su gobierno.

"Cualquier observador lejano al recorrer los libelos en que los `salvajes unitarios pintan con atrocísimas calumnias la supuesta inexorabilidad del General Rosas, presumiría que sus enemigos están cruelmente proscriptos, o que su emigración ha sido promovida por una mano despiadada. Sin embargo las puertas de la Patria están abiertas para los que quieran desistir de hacerle guerra impía", explica.

“Rosas ofrece, efectivamente, muestras claras de sus intenciones conciliatorias en momentos clave de su trayectoria de gobernante. En 1839, después de la conclusión de la guerra contra el Gran Mariscal Santa Cruz. Concede un perdón generoso a los que, en unión con aquel, lo combatieran; actitud que vuelve a repetir en 1840, a raíz del restablecimiento de las relaciones con Francia mediante la Convención de Paz concertada con el Almirante de Mackau.

“Como si no fuera suficiente, en Diciembre de 1842 dispone una amnistía amplia e ilimitada, luego de la derrota del General Rivera en la batalla de Arroyo Grande, que significó, en realidad, la conclusión definitiva de la guerra civil argentina, así como de la internacional declarada por aquel caudillo contra la Confederación. Asegura que "Este perdón jamás se ha borrado; jamás se ha desmentido; y testigos de esto son centenares de emigrados que han regresado al país en distintas épocas y que siguen volviendo a él".

A la inversa, tampoco ha puesto trabas en su camino, puesto que "el General Rosas no ha prohibido la emigración de ciudadanos, como se ha efectuado en las naciones de Europa en circunstancias menos peligrosas que en las que se ha hallado la Confederación Argentina. Sus enemigos no han estado violentamente violando a esa prescripción; y esto, desacreditando los clamores sobre un yugo forzoso y opresor, anuncia la confianza del Gobierno en el sentimiento nacional".

A esta altura también es posible preguntar si los opositores desparramados en el extranjero "podían" regresar a sus hogares como tal vez ingenuamente ofrecía el gobierno nacional de la Confederación.

El tiempo demostró que el gobierno nacional se equivocó confiando en la buena fe de los Unitarios que regresaron a la patria pero que seguían considerando, insólitamente, al gobierno de Rosas como ‘tirano’.

El sentido de concordia de Rosas, tan alejado del mote peyorativo y falso de ser un ‘tirano’ sangriento, puede verse respecto del Restaurador con los Unitarios bien nacidos y de buena fe, una y otra vez como venimos demostrando con pruebas.

Esta es la única vez que haremos mención de una manifestación autorreferencial de Rosas sobre su propio comportamiento pacífico.

Así en una carta de Septiembre de 1869 que le envía Rosas a Pepita Gómez (ver  a Félix Lazzarino (h) “Juan Manuel de Rosas Juzga su Propia Historia” J.A.C.K. editores-1948), desde Southampton respecto a Vélez Sarsfield donde le dice que “el señor Doctor Vélez Sarsfield fue siempre firme, a toda prueba, en sus vistas y principios Unitarios, según es bien sabido y conocido, como también su ilustrado saber, práctica y estudios en los altos negocios del Estado.

“Y lo eran también sus visitas y opiniones Unitarias, algunas otras personas respetables, honradas y de capacidad distinguidas. Pero personas que no faltaron en sus respetos debidos al gobierno. Y nunca miré las opiniones de ambos partidarios, como irrefutables, precisamente como razonadores, respecta y consideraba a esas personas…”.

Se ve otra vez más que a Rosas no le importaba la filiación política de las personas sean Unitarios o Federales, tampoco que expresaran su parecer político; el límite estaba dado en que no perdonaba a aquellos que se alzaban contra el gobierno del país (sean Federales o Unitarios).

Aunque luego, respecto a Vélez, en forma abrupta éste le paga con ‘mala moneda’ convirtiéndose en tenaz perseguidor de Rosas acusándolo, encima, de haber mandado a matar al Dr. Maza, causando esto una gran desilusión en Manuelita, (que se consideraba amiga de Vélez), y en el propio Rosas.

De tal modo, Manuela Rosas escribe a Josefa ‘Pepita’ Gómez: “Si en 1852, y aún después, el señor Vélez creía justo defender nuestros intereses, yo no sé qué nuevas faltas pueden imputarse por nuestra parte para haber vuelto de uno que se decía amigo celoso, en un enemigo rencoroso, y lo que es peor aún calumniante a sabiendas, sin corazón y sin conciencia”.

En sentido concordante, y sintiéndose burlado, Rosas le escribe a Pepita Gómez al respecto, diciéndole: en carta del 19 de enero de 1870, Sabido es, que el Señor Doctor Vélez, ha sido siempre mi enemigo, tanto más injusto, cuanto más alta ha sido su posición entre los hombres distinguidos que han ocupado, y ocupan el poder.

No sabemos si siempre fue enemigo de Rosas, pues durante todo el período ‘rosista’ más allá de considerarse Unitario, frecuentaba las fiestas y tertulias que organizaba Manuelita en su residencia. Rosas, eso sí, se sintió estafado, defraudado de las acciones de Vélez y no se lo perdonó.

Otra prueba de los deseos de Rosas, constantes, por la paz y la unión, es el respeto y consideración con que trató después de su victoria, a los Señores General Carlos María de Alvear y Doctor Salvador María del Carril.

El primero fue enviado a solicitud suplicatoria suya como Ministro Plenipotenciario de la. Confederación en EE.UU, donde estuvo muchos años cumpliendo funciones (podríamos decir que era un poco desterrado y un poco funcionario).

Del Carril, nada solicitó pero fue considerado y respetado,

En ambos casos se demuestra que el mote de ‘tirano’ era una declamación sin fundamento, más teniendo en cuenta que, por ejemplo, Salvador María del Carril, junto al cura Agüero y Juan Cruz Varela habían sido los mentores ideológicos del asesinato de Dorrego a manos de Lavalle y Acha  

 

 

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José M. Ramos Mejía

(ver José M. Ramos Mejía, "Las Neurosis en los Hombres Célebres en la Historia Argentina" (Introducción Vicente Fidel López. Prólogo José Ingenieros). Buenos Aires 1932, pág. 1951).

José M. Ramos Mejía dice sin poder de dejar de reconocerlo, finalmente y a regañadientes, que en el gobierno de Rosas se produce "ese brusco cambio de nivel que experimentaron las clases bajas, elevadas rápidamente por el sistema de Rosas", por supuesto sin intención de adherir  a esas mejoras,

Este intransigente enemigo de Rosas, al cual odiaba profundamente, en una carta privada a un amigo tuvo que reconocer,  para su sorpresa, sobre el supuesto diabólico asesino de Cuitiño que  “un amigo de cuya sinceridad no puedo dudar me ha referido que Cuitiño era un hombre ejemplar" . También que "Su moralidad y buenas costumbres, como empleado y como hombre, le granjearon el aprecio de sus superiores".

Recordemos que Cuitiño fue salvajemente ahorcado por los ‘Civilizados’ (sic) apenas caído Rosas.

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Vicente Fidel López

 (Historia de la República Argentina, "su origen, su revolución y su desarrollo político hasta 1852", 10 tomos (1883-1893) Definió al caudillo como:

”Hombre Joven, de genio popular, de voluntad de hierro, eximio en los violentos ejercicios de aquel paisanaje inculto. Hombre ignorado hasta entonces, era este campesino un estanciero sin rival en el duro trabajo de domesticar ganados y caballos salvajes. Primer plantador de árboles y primer cultivador de cereales en la vasta campaña, sin interés ni mira que por lujo de adelanto. Conocedor como nadie de la estadística y topografía de sus pagos, y noble familia, se fingía modesto y recatado en las escasas visitas que hacía a la Capital”.

“Y Rosas fue de los primeros, que adquiriendo los mejores terrenos, emprendió la cría sedentaria de los ganados sujetos a gobierno industrial, que de 1815 a 1820 hizo admirables y estupendos progresos entre nosotros”.

“Sus estancias bien plantadas con árboles, subdivididas en chacras, sujetas a una administración inteligente y a una disciplina rigurosa; sus grandes ensayos de sementeras, su prolijo conocimiento de los lugares, su asombrosa actividad, su extenso crédito entre los campesinos, su acertada y firme economía, y sobre todo la generosidad con que se prestaba a fundar para sus amigos establecimientos rurales análogos a los suyos, a cuidarlos y organizarlos hasta que los ganados se aquerenciasen y quedase corriente su administración, lo habían hecho el personaje más útil y estimado, no sólo entre los modestos trabajadores de la campaña, sino entre los ricos vecinos de la ciudad que contraían su capital a esas tareas”.

“El conocimiento consumado que con estos trabajos había adquirido de la topografía y de la estadística de la provincia, en tiempos en que nadie había hecho exploraciones, en que nadie había escrito o propagado libros especiales y prolijos sobre las condiciones climáticas y productivas de nuestro país, y en que todo él era un misterio envuelto en la impenetrable soledad de desiertos remotos campos, le daban, por decirlo así, la llave de todos sus secretos, y podía determinar los elementos de vida y de riqueza  que contenían las diversas partes del territorio”.

 

Si, muy cierto todo lo dicho y en un lenguaje muy expresivo y lleno de color…pero…curiosos panegíricos de quien, aprovechando su fuerte carácter, fue quien, convenciéndolo, llevó a su padre, –Vicente López y Planes- a solicitar la ‘pena de muerte’ para Rosas en su pretendido juicio que más se pareció a una ejecución pública.

Vicente Fidel López hijo de quien, hasta el mismo día de la caída del gobierno legal de Rosas, criticaba a Urquiza por traidor y tras la caída del Restaurador, por consejo de su hijo  o por miedo se amigó con Urquiza que lo nombró provisionalmente como Gobernador de Buenos Aires.

Además, es extraño que Vicente Fidel López reúna una cantidad de méritos de don Juan Manuel y de improviso, y seguramente por una especulación política, impulsa al medroso de su padre a traicionar todo lo construido por la Confederación Argentina durante años. Tales bajezas de los López no se subsanan con las palabras bienaventuradas sobre Rosas. ‘Facta non Verba’.

Así como el caso de Vicente López y Planes también un caso notable es el de Felipe de Elortondo, que fue director de la Biblioteca Pública durante todo el gobierno de J.M, y apenas caído Rosas, rindió homenaje a Urquiza para conservar su puesto.   Quizá se trate de uno de los traidores que más impudorosamente ha quedado expuesto en nuestra historia, junto a Rufino de Elizalde Pastor Obligado, como veremos más adelante.

Estos federales ‘rosistas’ dadas las circunstancias violentas imperantes luego de Caseros, -cabe recordar que hubo muchos asesinatos, ahorcamientos y fusilamientos-, se volvieron porteñistas.  Éste era un grupo que aglutinaba a los ‘unitarios’ y los antiguos federales de la Provincia de Buenos Aires, contra los federales del interior.  En sus filas encontramos personajes que habían sido furiosamente ‘rosistas’ como los Anchorena, Pastor Obligado, Rufino de Elizalde, Agrelo, Vélez Sarsfield.   Estos cuatro últimos luego de la caída de Rosas, fueron los promotores principales de que lo declararan ‘reo de lesa patria’ (Ley 139/57) y le confiscaran sus bienes personales, autorizándose a que se vendieran en forma directa sus bienes (Ley 196/57) .  

Pastor Obligado, fervoroso y antiguo partidario de Rosas, como un cobarde y traidor, luego de Caseros, fue nombrado en 1853 Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, súbitamente se volvió liberal, y no solo eso: procesó y mandó a fusilar a decenas de amigos y antiguos federales ‘rosistas’, entre ellos al Gral. Jerónimo Costa el 2 de febrero de 1856 por haber mantenido la dignidad de seguir defendiendo la soberanía nacional como oficial del Gral. Hilario Lagos.







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Francisco Michelena y Rojas

(Ver Francisco  Michelena Y Rojas en "Exploración Oficial por la primera vez desde el Norte de la América del Sur siempre por los ríos, entrando por las bocas del Orinoco, de los valles de este mismo y del Meta, Casiquiare, Río-negro ó Guaynia y Amazonas, hasta Nauta en el Alto Marañón o Amazonas arriba de las bocas del Ucapali, Bajada del Amazonas hasta el Atlántico.-. Viaje a Río de Janeiro. En los años, de 1855 hasta 1859". -Bruselas 1867-,pág. 641)

Dijo de Rosas: “llevaba en miras la elevación y buen nombre de la raza castellana, y la extensión del sistema republicano en el Nuevo Mundo, a diferencia de Urquiza que lo degradó hasta el envilecimiento, preparándolo para el yugo por la raza lusitana con sus instituciones monárquicas".

El autor de dilatada actuación en aquellos años, al trazar un paralelo entre nuestro Restaurador y su vencedor en Caseros afirma que éste, "contrario a Rosas, que llevaba en miras la elección noble de la raza castellana, y la extensión del sistema republicano en el Nuevo Mundo, lo degradó hasta el envilecimiento, preparándolo para el yugo por la raza lusitana con sus instituciones monárquicas" .

 

 

Claramente el historiador venezolano –en sugestivo título de su libro-  trata un paralelo de Rosas con Urquiza, teniendo muy en claro quién era uno y otro y a quienes representaban.

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Guillermo Rawson:

 (Declaración de Rawson el 8 de Julio de 1875 en el Senado de la Nación- ver E.F. Sanchez Zinny, ‘Manuelita Roas y Ezcurra. Verdad y Leyenda de su vida’-Buenos Aires, 1942-pag.107)

" y aunque no había constitución  escrita, había una serie de  de leyes orgánicas que constituida u gobierno, tal mas perfecto qe el de muchas republicas sudamericanas a pesar de que la mayor prte de ellas tenían constituciones escritas, fue un gobierno representativo […] que estaba consagrado y que los poderes públicos creados por leyes orgánicas eran eficaces a los fines del gobierno. Yo he conocido algunos y por cierto que eran hombres eminentes por su talento, por su ciencia y patriotismo, como lo han demostrado".

 

Viniendo de un hombre alejado de todo lo que huela a Federalismo y ‘rosismo’, sus palabras - y en la época que fueron dichas- tienen un peso específico mayor que lo habitual y desmiente, una vez más, la supuesta tiranía de Rosas que solo servía a los fines propagandísticos del Unitarismo, en mas de un caso, conscientes de ello quienes asi hablaban, como le dijo Sarmiento a Ramos Mejía.

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Leopoldo Lugones

(Leopoldo Lugones, refiriéndose a Rosas en el artículo “El Sable”. Publicado en el periódico “El Tiempo” el 16 de octubre de 1897)

 “Batiéndose - ambidiestro formidable – con un brazo contra la traición que ponía en venta la propia tierra...y con el otro contra la invasión que venía a saquear en tierra extraña, echó a la tempestad riendas de hierro que manejó con sus puños de gran jinete de pueblos y de potros. Y por segunda vez se salvó ¡La independencia de América,

 

Muy cierto, en su lucha contra quienes querían el desmembramiento de su nación los triunfos de Rosas representan la segunda independencia de la patria, como dijo también San Martín.

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Agustín de Vedia

 (“Historia financiera de la Republica argentina 1820-1854” -Vol. 1--1890 Editado digitalmente por F. Lajouane- 22 de enero de 2009 )

 “El mecanismo de la contabilidad, la publicidad y regularidad con que Rosas procedía en el manejo de los caudales públicos, llama realmente la atención”. “Creemos que, a pesar de todo, había un fondo de honradez personal en esa administración, y que ése es, precisamente, el secreto de su prestigio y de su larga duración.”

 

El especialista en temas económicos el periodista Oriental Agustín de Vedia, adversario de Rosas y su gobierno reconoció la pulcritud y perfección casi obsesiva de Rosas en la administración de dineros públicos los cuales daba a publicidad hasta en los más nimios detalles..

 

Ernesto Quesada

La Época de Rosas” (1898) y ‘Los Unitarios y la Traición a la Patria’ (1926) (Ed. Pampa y Cielo-1965

"Rosas residía todo el año escribe en su chacra, que tenía una treintena de cuadras y en la que cuidaba animales, viviendo del producto de la modesta explotación granjera; su casa se componía de unos ranchos criollos grandes, con su alero típico; y el aspecto de todo era el de una pequeña estancia argentina.": “Era entonces aquel octogenario un hombre todavía hermoso y de aspecto imponente; cultísimo en sus maneras; el ambiente modesto de la casa en nada amenguaba su aire de gran señor, heredado de sus mayores. La conversación fue animada e interesantísima”

“Rosas, por otra parte, reorganizó con draconiana severidad la administración pública e implantó en la gestión de las finanzas una honradez intachable: periódica e indefectiblemente se publicaban los balances de tesorería; los empleados públicos trabajaban con tesón y eran pagados con regularidad. En el orden civil la seguridad material era completa, pues reprimió sin piedad el bandolerismo. Sus esfuerzos tendieron a fomentar las industrias nacionales y la prosperidad del país; si en ese sentido no fueron muy brillantes sus éxitos, se debe al continuo guerrear de la época.

Ciertamente, "el fin no justifica los medios"; pero es el hecho que, con su federalismo ‘ad usurn delphini’ y servido por su implacable unitarismo de acción, Rosas cimentó la unión nacional. Y en ella fue  consecuente con el credo federal; pues quedó establecido que las autonomías provinciales debían ser respetadas y que eran compatibles con la nación

Pero, en medio de aquella crisis estupenda, brilla con inusitado resplandor la política internacional de la cancillería argentina, servida por diplomáticos de primer orden, dirigida con tino y aciertos singulares, y que tuvo un rumbo claro y definido, sosteniendo el rango de la república y defendiendo principios fundamentales para todo el continente americano, al resistir las intervenciones abusivas de potencias europeas, empeñadas en considerar a estos países como factorías del Levante o del Extremo Oriente".

“La diplomacia de Rosas es un capítulo brillante de la historia patria: obligó a naciones tan poderosas como Francia e Inglaterra, a que consideraran nuestra soberanía con el respeto debido a los países más serios y acreditados; cubrió de gloria a las armas argentinas en el combate homérico de Obligado, que es una de las páginas más heroicas de nuestra historia, digna de figurar sin menoscabo al lado de las mejores jornadas de la independencia".

“Y todo ello, tanto la acción exterior como la interior, se desenvolvió en medio de la penuria financiera más absoluta, casi sin rentas, sin organización económica, careciendo de recursos y afrontando Rosas aquellas dificultades terribles tan sólo con la confianza en la causa defendida, con el carácter inquebrantable desplegado en el gobierno y la intachable honradez en la gestión administrativa, lo que le permitió realizar su magna obra con el apoyo del pueblo, que aceptó  carta de emisiones sucesivas y abundantes de moneda fiduciaria, haciendo honor al crédito del gobierno, cuyos fondos públicos llevó a la par ... "

“Durante ese tiempo, con una constancia verdaderamente admirable, los enemigos políticos de Rosas no cesaron de suscitarle dificultades casi insalvables dentro y fuera del país, de presentarle ante la opinión extranjera  y humanas, como como un monstruo fuera de las leyes divinas y humanas, como uno de esos clásicos ‘outlaws’, a cabeza se pone precio. La República Argentina debe a la época de Rosas la solución fundamental de los problemas más graves de una nación".

“Aquel gobernante, cuando los sucesos le convencieron de que su obra había terminado, que todo estaba listo para la reconstrucción del edificio social, no vaciló un momento: dejó tranquilamente desarrollarse los acontecimientos, preparó su retirada del país, y, en el momento del choque supremo, prefirió el simulacro de la resistencia haciendo que su ejército aguerrido y veterano se desbandara sin combatir, alejando a los jefes que habrían asegurado una victoria rnomentánea,  y saliendo para Inglaterra, sin odios, y sin más bagaje, que los papeles duplicados del archivo, que deseaba sirvieran para justificar su nombre ante la posteridad; su altivez llegó hasta  no querer llevar consigo dinero suficiente, pues le quedaba su fortuna particular, adquirida por su personalísimo trabajo  antes de subir al gobierno ... pero la natural reacción del violento esfuerzo ejercido por Rosas durante su larga dominación, fue demasiado poderosa y degeneró en la exageración: al gobernante caído se lo dejó en la miseria, arrebatándole sus bienes personales, que los tribunales han tenido que devolver después; del gobierno vencido se proscribió todo, hasta las practicas más sanas, como era aquella fiscalización diaria de las finanzas públicas y la exagerada escrupulosidad en el manejo de los caudales fiscales".

“Más aún: la enseñanza fructífera que, en cuanto al federalismo, había dejado aquella época, tampoco fue utilizada por completo, y hemos consentido después en adorar más la forma que en observar el fondo de nuestra Constitución, tanto que hoy mismo parece creerse que el régimen federal debe buscarse más en los textos que en los hechos. De ahí que estén aun en pie muchos problemas, cuya solución se había iniciado hace cerca de un siglo”.

“Su dictadura, su tiranía, sus guerras incesantes y sus conflictos exteriores, le fueron impuestos por los acontecimientos, contrariando sus tendencias íntimas y sus aspiraciones. Habría deseado gobernar con tranquilidad: los excesos repugnaban a su temperamento y no convenían a sus intereses; hizo de su parte todo lo que pudo por evitar que la corriente lo arrastrara; pero sus adversarios, intransigentes e implacables desde el primer momento, no le dieron un momento de reposo y le suscitaron cuanta dificultad interior o exterior les fue dable imaginar".

“Rosas demostró repetidas veces sus deseos de normalizar la situación, pero sus adversarios no admitieron nunca más que ‘todo o nada’: los primeros años del gobierno ‘rosista’ prometían una era de tranquilidad, pero los vigilantes contrarios se encargaron de hacer ésta imposible”.

“Rosas se rebelaba contra el papel forzado que la implacabilidad de los Unitarios lo obligaba a desempeñar: no podía organizar nada con seguridad; sus planes se veían cruzados constantemente por las intrigas y las conspiraciones de sus adversarios; y de ahí que, con el andar del tiempo, Rosas cobrara a semejante partido un odio perfectamente explicable, y que comprendiera que la lucha era a muerte, y que unos u otros debían desaparecer de la escena".

“De ese punto de vista debe reconocerse que Rosas no fue lo que resultó, ni por su idiosincrasia, ni por su temperamento, ni por pretendida neurosis; lo fue por causa exclusiva del partido unitario, que lo iba empujando sin  pie-dad y sin descanso por la pendiente de la dictadura, primero; de la tiranía, después; del paroxismo; de la exacerbación, por último"..

“Los únicos y verdaderos fautores de la tiranía, los culpables de que llegara a los excesos a que llegó fueron "los próceres" del unitarismo, los fariseos de 1828, los "sepulcros blanqueados" que aconsejaban a Lavalle el asesinato político y la farsa sangrienta de un consejo de guerra a ‘posteriori’  para "salvar las apariencias". Esos maquiavélicos criollos orientaron y dirigieron la política de la oposición dentro y fuera del país: la conspiración fue erigida en sistema permanente a y proclamada la máxima de que ‘el fin justifica los medios".

"Rosas trató, al principio, de escapar a ese sino terrible, mas no encontró medio de evitarlo: no pudo ser lo que habría querido, y durante su largo y omnímodo gobierno fue, en realidad, una víctima del cónclave Unitario, obligado a hacer lo que éste quería: a guerrear en el interior, a cuestionar con el exterior, a entregarse al frenesí imponente del terrorismo, que no pudo librarle de aquella influencia siniestra. Nada querían dejarle hacer aquellos adversarios desesperantes: no le otorgaban minutos de reposo. La historia de Rosas se convierte en la historia de la exacerbación del partido Unitario, que fue el que todo provocó durante aquella época: Rosas no tuvo más remedio que someterse a lo que los Unitarios querían, y dejarse llevar al terreno que éstos elegían".

"El sueño dorado de Rosas: la reconstrucción del Virreinato, una ‘patria grande’, unida y fuerte, bajo la égida de un poder militar respetable y servida por una diplomacia seria, no pudo realizarse nunca, porque los Unitarios no le permitieron ocuparse de él o desbarataron sus planes en todo momento".

“Síganse los acontecimientos de la época: Rosas no tuvo jamás la iniciativa de un solo exceso, de una sola guerra, ni de un solo conflicto; en todos, sin excepción, es el partido Unitario quien los inicia, los desarrolla y a ellos coopera en la medida de sus fuerzas".

"En realidad, no le fue dable a Rosas mostrar de lo que era capaz: su largo gobierno se vio absorbido, cuasi esterilizado por la lucha permanente con el partido Unitario. Y éste ha llevado su implacabilidad hasta querer que su leyenda se substituya a la historia; y sólo ha consentido en pretender hacer de Rosas un monstruo sin parangón en los anales de la humanidad, para realzarse a su vez; para inflar su figuración, por haber luchado y vencido a adversario semejante”.

 

Ernesto Quesada, sobreponiéndose a la educación y mensaje sobre Rosas que su familia le había transmitido, luego de sus viajes al extranjero y conociendo la historia de Federico  y de Washington, varió su concepto sobre la postura y forma de actuar de Rosas.

Del Rosas octogenario tenemos una larga descripción, escrita por el autor en su libro “La Época de Rosas” de 1898, quien, junto con su padre Vicente G. Quesada, furibundo y ferviente ‘antirrosista’, habían visitado a Rosas en Febrero de 1873. Tenía Ernesto apenas catorce años de edad y conservó los recuerdos de la entrevista en un apunte juvenil que dio a conocer medio siglo después de conocer a Rosas, por el año 1923 inserta la misma en una nueva edición (“La época de Rosas: su verdadero carácter histórico”) de su libro original del año 1898). 

Profundo análisis del carácter de Rosas y las vicisitudes que debió afrontar durante su mandado; solo discrepamos respetuosamente con el brillante historiador en dos temas:

Primero, Quesada dice que “Aquel gobernante, cuando los sucesos le convencieron de que su obra había terminado, que todo estaba listo para la reconstrucción del edificio social, no vaciló un momento: dejó tranquilamente desarrollarse los acontecimientos, preparó su retirada del país, y, en el momento del choque supremo, prefirió el simulacro de la resistencia haciendo que su ejército aguerrido y veterano se desbandara sin combatir, alejando a los jefes que habrían asegurado una victoria momentánea”.

Entendemos que no fue así: no es que Rosas entendió que su obra estaba terminada; lo que Rosas vio, cansado, que más no podía hacer puesto que habían defeccionado muchos de sus oficiales, como Pacheco y otros.

Tampoco hizo un simulacro de lucha en Caseros; resistió cuanto pudo con un ejército novel de poca preparación puesto que todas su tropas y armamentos estaban en manos, justamente, de su –hasta ayer- principal espada que era Justo José de Urquiza que condensaba en sí, todo tipo de armamento que el mismo Rosas le había enviado hacía poco para la lucha que mantenía Urquiza en el Litoral contra las tropas extranjeras brasileñas y Unitarias, el cual venció –traicioneramente y por la retaguardia- al otro ejército Confederado al mando de Oribe en la Banda Oriental.

Tal vez podemos considerar que Rosas se confió en que finalmente Urquiza no iba a traicionar a su país. Se equivocó y le costó tu gobierno y a nosotros, hasta el día de hoy, nuestra soberanía política, económica y territorial.

Solo le quedaba a Rosas, en Buenos Aires, una milicia y artillería pero soldados sin demasiada edad ni experiencia en el combate. Debemos tener presente, también, que las dos principales oficiales al lado de Rosas eran, curiosamente, de tendencia Unitaria pero patriotas al fin: El Coronel Martiniano Chilavert y el Coronel Pedro Díaz, 

Por lo que el ejército que le quedaba a Rosas podía ser aguerrido pero no veterano, como dice Quesada. Combatieron como pudieron –no tranquilamente como sugiere Quesada- pero fueron arrollados por el enorme y –si- veterano ejercito de Urquiza y de Garzón, de los ‘colorados’ Orientales al mando de Venancio Flores y por el del Imperio brasileño, en triste coyunda.

El segundo tema que también entendemos yerra Quesada es cuando dice “al gobernante caído se lo dejó en la miseria, arrebatándole sus bienes personales, que los tribunales han tenido que devolver después”.

Esto, lamentablemente, es incorrecto: lo que devolvió muchísimos años después y de pasar muchas penurias económicas, fue a Manuelita Rosas los bienes maternos originarios de su madre Encarnación Ezcurra; -y no todos;- luego de un largo juicio en el que –no pudiendo evitarlo los liberales golpistas en el gobierno- no tuvieron más remedio que proceder a su devolución a la distinguida dama, pero nunca se devolvió un peso de lo confiscado a Rosas por su trabajo honesto a lo largo de su vida..

Pero sin considerar estas dos últimas excepciones, la descripción de Ernesto Quesada que no solo no era ‘rosista’ pues la sociedad de la que él formaba parte era profundamente ‘antirrosista’, sino que tuvo que sobreponerse a una sociedad intelectualmente con el cerebro ‘lavado’ después de tantos años de machacar sobre supuestos horrores cometidos por Rosas –competían a ver quién decía mayores dislates- pero con sobriedad y honestidad intelectual puedo desmoronar, desmontar uno a uno ese castillo de mentiras ganándose el desprecio –en silencio, como suelen hacer los Unitarios- de Mitre y los señorones cipayos que comandaban nuestra revolucionada nación empobrecida en el interior por quedarse los Unitarios porteños con las rentas aduaneras para su provecho.

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José Antonio Terry

(“Contribución a la Historia Financiera”. En el centenario de mayo de 1910. Artículo en el Diario La Nación y trascripto en su libro “Finanzas” 2da. Edición, Pág. 442. Terry fue Ministro de L. Sáenz Peña, Roca y Quintana).

 “Si hemos de reconocer la verdad histórica convengamos que Rosas fue fiel ejecutor de las leyes de emisiones y seriamente económico dentro de las leyes de presupuesto. Durante su larga administración se quemaron fuertes cantidades de papel moneda y se amortizaron muchos millones de fondos públicos en el cumplimiento de las respectivas leyes. Esta conducta impidió la desvalorización del papel moneda colocó a la plaza en condiciones de fáciles reacciones en los momentos en que las vicisitudes de la guerra lo permitían. El comercio y el extranjero tenían confianza en la honradez administrativa del Gobernador”.

 

El economista durante años de los gobiernos de Luis Sáenz Peña, Roca y Quintana, tuvo que reconocer –final y públicamente- la honestidad administrativa absoluta de Rosas, lo que no tuvo como consecuencia práctica necesaria la devolución de sus bienes bien habidos a lo largo de su vida.

O sea, ‘reconocemos la honestidad de Rosas pero hasta ahí…’. Tampoco en ese momento se le levantó la condena como ‘Reo De Lesa Patria’. Por lo que lo dicho por Terry tuvo casi nula consecuencia legal y Rosas, a pesar de lo demostrado por el ministro de 3 presidentes, siguió siendo considerado por el liberalismo gobernante como un tirano y ladrón. La historia falsificada no iba a resultar modificada. Era tema cerrado e inimpugnable.

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Alfredo Palacios

(Dijo en 1914)

 “Cuando estudiemos el pasado, no juzguemos a los hombres desvinculados de la época… Y veremos también cómo Rosas maldecido como tirano, realizó consciente o inconscientemente una obra de unificación que permitió la organización nacional”.

 

El socialista Palacios reconoció la acción gubernativa de Rosas que permitió mantener la unificación territorial de nuestra patria, aunque entendemos que ello fue consciente de su acción; no, como escribe Palacios que pudiera haber sido una acción  tanto consciente o inconsciente, sembrando la duda al respecto..

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Ricardo Rojas

(Dijo en 1914)

“Había más afinidades entre Rosas y su pampa o entre Facundo y su montaña, que entre el señor Rivadavia o el señor García y el país que querían gobernar. La Barbarie, siendo gaucha, y puesto que iba a caballo, era más argentina, era más nuestra”.

 

El autor encontró notables contrastes entre Rosas y los Unitarios que lo combatieron y que las afinidades de Rosas o de los Federales con el hábitat eran fácilmente demostrable.

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Alberto Palcos

(Encuesta del diario Crítica -4 de Enero de 1928-Extraído de ‘Las representaciones de Rosas en la prensa durante la primera mitad del siglo XX 1927–1954’ de Leandro Nicolás Pankonin para el Instituto de Desarrollo Humano - Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina-CONICET, Argentina)

 “Las generaciones que siguieron a la de Caseros se sintieron contagiadas por esos juicios encendidos que perduraban en la atmosfera de los hogares y se respiraban en todas partes […] Ningún personaje de la historia nacional fue más reciamente combatido que Rosas”,.

 

Lo que hemos dicho sobre Manuel Herrera y Obes, José Antonio Terry, etc es aplicable aquí. La educación liberal después de Caseros taladró el razonamiento de nuestras clases dirigentes durante décadas que hacían caso omiso a las pruebas en contra que demostraban la falsedad de sus pomposas declamaciones, masonería y negociados británicos de por medio que tan bien describió Raúl Scalabrini Ortiz.

 

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Ángel Battistessa

(Encuesta del diario Crítica -10 de Enero de 1928-Extraído de ‘Las representaciones de Rosas en la prensa durante la primera mitad del siglo XX 1927–1954’ de Leandro Nicolás Pankonin para el Instituto de Desarrollo Humano - Universidad Nacional de General Sarmiento, Argentina-CONICET, Argentina)

 “De Rosas y su época, en la mente del pueblo, de suyo imaginera, no queda más que una impresión fragmentaria, truculenta y teatral, una impresión en rojo mayor. [Todo esto] deja en los chicos la sensación de que aquélla fue una época sangrienta, que retardó de un modo lamentable la organización definitiva del país. Casi sin excepción, esos mismos chicos completan luego su conocimiento de la época ‘rosista’ en las páginas tan difundidas y caseras, tan románticas y tendenciosas de “Amalia”

 

En esa misma encuesta, Ángel Battistessa subrayó dos circunstancias esenciales que en su opinión impedían, en ese momento, una apreciación más ponderada y justiciera de la época de Rosas: por un lado “la tradición escolar” y por otro “la actitud de los propios historiadores”.

Con respecto a la enseñanza en la escuela, aseguró: “[de] Rosas y su época, en la mente del pueblo, de suyo imaginera, no queda más que una impresión fragmentaria, truculenta y teatral, una impresión en rojo mayor”. Todo esto rigurosamente sucedió asi.

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Carlos Sánchez Viamonte

(Prólogo al libro de Alfredo González García ‘La Leyenda de Rosas’-Año 1930)

Rosas quebró y anuló la actitud reservada y despectiva de Buenos Aires hacia el resto del país, que tantas suspicacias y enconos había provocado. De todos los porteños, Rosas fue el menos porteñistas. Su hondo sentido de la vida rural le aproximaba a los caudillos de las provincias y le permitía entenderse con ellos de igual a igual hablando su mismo lenguaje y concertando su acción. Si es federal como tendencia política, es unitario desde el punto de vista estrictamente nacional" ”Un Sancho que se vio obligado a no doblar la vara de us justicia por el peso de la misericordia, pero que tampoco lo dobló por el peso de la dádiva extranjera”- “Fernández García tiene razón. Rosas no es un monstruo. Colocado en su sitio y visto de tamaño natural, es el hombre que el país necesitaba y vino a cumplir la profecía de San Martín”.

 

Sánchez Viamonte claramente no era Federal; en realidad su postura política se asemejaba y mucho en el ideario liberal-socialista, sin embargo tuvo estas palabras sobre Rosas que adquieren mayor valor por venir de un ‘antirrosista’

Es más, mi bisabuelo Rodolfo Molina Salas también era un conspicuo ‘antirrosista’, según me ha transmitido a mi persona mi madre y otros familiares.

La razón es claramente comprensible: su tío segundo, Avelino Viamonte, hijo del Gral. Juan José Viamonte, fue muerto supuestamente por la Mazorca por orden de Rosas por conspirar en su contra y colaborar en su derrocamiento.

Debemos tener presente que cuando se elige Gobernador permanente en la Provincia –según ley de 1823-, luego del acuerdo entre Rosas y Lavalle Después del experimento unitario de éste último, fue gobernador interino en 1829 y luego en 1833. Finalmente fue desplazado por Manuel Vicente Maza. Cuando fue elegido Rosas como Gobernador por 32 votos, solo hubo 1 voto en contra, el del Gral. Viamonte, que debió exiliarse en Montevideo en 1839 donde falleció en 1843.

No queda muy claro de quien provino la orden de matar a Avelino Viamonte. Pudo haber sido de Encarnación, su mujer, ya que en ese momento Juan Manuel se encontraba en la Campaña del Desierto Este acontecimiento nos llevaría a entender el rechazo de los Molina Salas descendientes de Viamonte,  hacía Juan Manuel de Rosas.

Por ello, el reconocimiento de Sánchez Viamonte cobra más valor sobreponiéndose a los seguros mandatos familiares. Y dice, con exactitud, que Rosas viene a cumplir la profecía –nosotros diríamos, el deseo- de San Martín siendo justo lo que el país necesitaba. Precisa y certera definición.

(ver mas detalles en:

www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com  - https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/02/briggraljuan-manuel-de-rosas-aspectos.html)

 

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Emilio Ravigniani:

(Testimonio extraído del libro de Fermín Chávez “La Vuelta de Don Juan Manuel”. Edit. Theoría. Bs. As. 1991)

 “Rosas... llegó un momento en que dominó por completo el escenario del país y su acción trascendió los límites de Argentina... Rosas tuvo amigos entre gente importante y entre los humildes. Mas su prestigio como hombre lo afirmó en estos últimos; entre los importantes se incubaron sus enemigos... A los personajes federales del interior, los envolvió en una trama amistosa tan fuerte y sutil que sin su conocimiento haría inexplicable la acción política desplegada. Con Estanislao López y Juan Facundo Quiroga estructuró la confederación a partir de 1831 sobre la base de un íntimo entendimiento... En la correspondencia sostenida con uno y otro y los respectivos actos de conducta aparenta dos ecuaciones personales diferentes fruto de una conciencia política proteiforme. Es un Príncipe Criollo”. 

También dijo Ravignani (“La organización política de nuestra nacionalidad" en "Nosotros", Revista Mensual de Letras, Arte, Historia, Filosofía y Ciencias Sociales. Año XIV Tomo XXXVI. Buenos Aires 1920, pág. 361)..

 "Los desvíos partidistas de los unitarios, sin fundarse en el poder de los pueblos, incurrieron en el grave error de buscar en el extranjero el apoyo militar; pero sin quererlo, por oposición, dieron estabilidad a Rosas para resistirlos, convirtiendo la guerra civil en una guerra internacional".

 

 

Emilio Ravignani. Jurisconsulto, historiador y Profesor universitario. Sin poder ser considerado Federal ni ‘rosista’ fue uno de los creadores de la ‘Nueva Escuela Histórica’.

Diputado de la Unión Cívica Radical desde 1936 por tres períodos. Al homenajear a Rosas, valora su ductilidad y perseverancia para enhebrar acuerdos políticos sostenidos con los caudillos del interior, persuadiéndolos lentamente de las necesidades políticas de la nación y como estructurarlas. Para el autor, se hace evidente la paciencia de Rosas para llegar a buen puerto con lo mencionado y su clara conciencia política continental.

Además, para el autor el combatir los Unitarios a Rosas durante años y años con ayuda militar y financiera de los extranjeros, lo único que lograron es darle estabilidad al gobierno confederado, poniendo a prueba la paciencia de Rosas y su clara conciencia de política continental, no solo del terruño cercando, como algunos caudillos bienintencionados pero con falta de aquella visión,

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Julio Irazusta

(Vida Politica De Juan Manuel De Rosas A Través De Su Correspondencia’-1941).

"La paciencia imperturbable, el dominio de los nervios para no ofenderse con rapidez excesiva por arrebatos de exaltados o insidias de intrigantes, la moderación de la pluma o de la lengua, la osadía para emplear al personal más dudoso y tratar de convertir en leales servidores a los hombres menos dignos de confianza, el aplomo inconmovible para hacer de eterno componedor entre correligionarios desacordados o entre ambiciosos rivales, todas esas virtudes que en un momento me parecieron fruto de la madurez y un dilatado aprendizaje, están en el Rosas de 1829, como en el de la década final de la dictadura”. 

 

Puede verse aquí conceptos similares a los de Ravignani por parte de Irazusta (uno de los poco autores Federales que hemos consignado sus pareceres respecto a Rosas).

Prueba una vez mas Irazusta que Rosas no fue cerrado, ni rencoroso con quienes no pensaban como él; solo no permitió que intentaran voltear al gobierno legal que él representaba.

Respecto a “la osadía para emplear al personal más dudoso y tratar de convertir en leales servidores a los hombres menos dignos de confianza”, es cierto: véase que tuvo entre sus funcionarios a personajes que no eran Federales pero que los supo hacer leales servidores, como Manuel J. García, Manuel de Sarratea, Carlos María de Alvear y tantos otros, como hasta el propio Domingo F. Sarmiento.

En efecto, una anécdota  poco conocida al respecto. Rosas intentó acercar al trabajo público a Domingo Faustino Sarmiento, acérrimo enemigo de él pero al que Rosas valoraba intelectualmente. Pero no pudo. Augusto Belín Sarmiento, su nieto nacido en Chile (Augusto Belín Sarmiento ‘Sarmiento anecdótico”- ensayo biográfico- Ed. Kapelusz-1905) -recordó que “antes de sublevarse Urquiza, se presentó en 1850, el Coronel  Juan Mur en Chile, en casa de Sarmiento a proponerle el Ministerio de Gobierno de parte de Don Juan Manuel de Rosas con todos los circunloquios y promesas que son de imaginarse para demostrar el decidido intento del tirano en enmendarse y constituir la Republica con la ayuda de los más eminente  de sus adversarios”. Sarmiento despectivamente rechazó la invitación.

Digamos que muy ‘tirano’ no debía ser Rosas que invitaba a sumarse al gobierno no solo a Sarmiento –sin condicionarlo en nada ya que Rosas sabía diferenciar el valor de la propaganda política partidista y lo que tenía de validez y mérito conceptual del citado- sino a muchos Unitarios que volvían voluntariamente al país.

No fue esta la única vez que Rosas intentó acercar a las mejores mentes del Unitarismo para lograr la pacificación del país.

Rosas le escribe a Vicente González (alias el ‘carancho’) (Juan Manuel de Rosas a Vicente González, Río Colorado, 15 de diciembre de 1833, en Ernesto H. Celesia “Rosas. Aportes para su Historia” Bs.As. 1954, pág. 481)

Le dice como está el país y la falta de cordura de los políticos mientras él estaba en la Campaña del Desierto y pensaba seriamente en evaluar la posibilidad de abandonar la Argentina pues consideraba que era “un disparate sacrificarse sin provecha, labrándose uno mismo el ataúd de su sepulcro. Resmas de papel son pocas para escribir los barros que se han hecho y se están haciendo. El país no tiene hombres y se pierde sin remedio. Que desgracia!".

Rosas es bien consciente de que había personas que no eran Federales pero que con patriotismo podían contribuir a la reconstrucción nacional.

Le dice Ud. [a Felipe Arana el 26 de agosto de 1833, desde el Río Colorado,] (Ver carta de Juan Manuel de Rosas a Felipe Arana, Río Colorado, 26 de agosto de 1833, en Ernesto H. Celesia “Rosas. Aportes para su Historia” Bs.As. 1954pág. 418.) “que los Unitarios propietarios, los que figuraron en tiempos de Rivadavia, son los que más abogan por la marcha de mi administración, y por mis amigos, sin que hasta ahora se sepa uno sólo que esté con los Anarquistas", "siempre creí que si me ahorcaban algún día no habían de ser esos. Yo he notado durante mi administración buena conducta y juicio en muchos de esos hombres. Por eso no sólo no los he perseguido sino que los he tratado siempre dándole a cada uno su verdadero lugar según su categoría. Veo también la escasez que tiene el país de hombres, y mirando muy lejos Conocía la necesidad de que el tiempo fuese dándonos algunos hombres más, de luces y de responsabilidad propietarios, para el Congreso Nacional". "Por otra parte", creía conveniente acostumbrar la gente a mirar siempre con respeto a las primeras categorías del país aun cuando sus opiniones fuesen diferentes a las dominantes".

 

En un claro reconocimiento al espíritu de conciliación de Rosas, ya desde 1833, aceptando la falta de hombres capaces para cubrir todos los campos necesarios para la función pública y aceptando la capacidad de algunos que no eran federales pero que él consideraba patriotas. (Recordemos que Alvear, Sarratea, Manuel J. García, no eran precisamente Federales  y sirvieron a la causa nacional bajo la dirección política que imponía Rosas).

A una distancia sideral de la supuesta ‘tiranía’ con la que se regodeaban lo Unitarios que así respondían al espíritu de concordancia, de avenencia que proponía Rosas. ¿Ingenuidad del Restaurador? No lo sabemos….

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H.S. Ferns  

(Investigador canadiense, residente en Gran Bretaña desde 1949. Decano y docente de la la Facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de Birmingham – ‘Gran Bretaña y Argentina en el siglo XIX’.p.221, 222, 486)

“Bajo la dictadura de Rosas se produjo cierto movimiento de progreso sobre el cual las generaciones posteriores pudieron construir. En la extensa provincia de Buenos Aires se mantuvo la paz durante un largo período de tiempo. La frontera se desplazó hacia el sur y hacia el este, se eliminaron las perturbaciones sociales se conservó la independencia nacional. Había seguridad de la propiedad para todos aquellos que obedecieran a las autoridades públicas. Se respetaron cuidadosamente los derechos de los extranjeros conseguidos por tratados. El desarrollo comercial de la cría del ganado ovino agregó variedad y fuerza a a economía. Fue posible la acumulación de riquezas en manos privadas, tanto nacionales como extranjeras” 

"El régimen del general Rosas no se presentó de pronto al mundo para que se lo admirara o se lo vilipendiara, según el gusto o los intereses, ni asumió repentinamente un carácter definitivo, que lo distinguiera de sus predecesores y de sus sucesores. Surgió lentamente y su carácter se fue formando en gran medida respondiendo a las circunstancias y por designio del personaje que le dio nombre. Como fue durante muchos años la figura central de una controversia política, hasta el punto que terminó por convertirse casi en una figura simbólica. Rosas parecía asumir un carácter moral único. Para el estudioso de las actividades ordinarias de su gobierno, realizadas mes a mes y año a año, su política no presenta contraste de blanco o negro. Cuando dijimos que el general Rosas defendió con ahínco la independencia de la República Argentina, resistiendo a la intervención extranjera y la independencia de la provincia de Buenos Aires dentro de la Confederación de provincias argentinas, dijimos todo lo que puede decirse sobre sus principios. Todo lo demás era cuestión de oportunidad y acomodación de desarrollo y de presiones ejercidas primero y en un punto y luego en otro. Esto acaso explique los repetidos fracasos de sus enemigos, ya que ellos siempre tendieron a juzgarlo por sus declaraciones más extremas y sus peores actos, lo cual les impidió apreciar sus condiciones para las negociaciones sagaces y solapadas." 

La única ocasión en que el Gobierno británico fue más allá de las palabras en su trato con la Argentina, esto es durante la turbulenta época del general Rosas, quedó derrotado y admitió con toda franqueza que había sido derrotado."

 

Claro el canadiense. Bajo el gobierno de Rosas progresó el país, se mantuvo la paz en la campaña, la frontera se extendió, se conservó la independencia del país, había seguridad en las propiedades, se respetaron los derechos de los extranjeros, se desarrolló el comercio ganadero, se acumuló riqueza,

El gobierno de Rosas para el canadiense fue pragmático y se fue formando según las necesidades y circunstancias. Y el gobierno británico la única vez que fue más allá de las palabras y amenazas durante el gobierno de Rosas, salió derrotado admitiéndolo (recordemos las palabras de Lord Palmerston que citamos arriba).

Obsérvese que el diario ‘Crónica’ de Chile dijo al respecto de la tranquilidad que se iba ganando día a día en la Confederación en el año 1849, (mientras los Unitarios lo calificaban de ‘Tirano’, entre ellos el propio Sarmiento)

Curiosamente, el propio Sarmiento reproduce en sus Obras Completas el artículo de ‘Cronica’ del 26 de agosto de 1849, (ver en Domingo F. Sarmiento "Política Argentina 1841-1851". Obras Completas- Tomo VI. Santiago de Chile. 1887, pág. 208).

“…que Buenos Aíres goza de tranquilidad, de movimiento comercial. i de grande animación en todas las transacciones de la vida. El extranjero que visita aquella ciudad. el europeo que desembarca, el negociante que especula. todos están de acuerdo en decir que su estado es bueno, tranquilo, excelente para los negocios de la vida".

Y, es de hacer notar, que el propio Sarmiento lo reproduce al artículo de ‘Crónica’ mientras, a la misma vez, hacía todo lo posible para atacar y derrocar al gobierno de su propio país. Paradójica y notable su traición a su patria en oposición a los textos que reproduce del diario chileno..

 

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Juan Domingo Perón

(El teniente Perón escribía desde el Arsenal Esteban de Luca, lugar de su destino desde 1917. Original en Archivo de la Familia Perón).

“Nos demostró ser argentino y tener un carácter de hierro cuando después de haber fracasado diez plenipotenciarios ingleses consiguió más por su ingenio que por la fuerza de la República que en esa época constaba sólo con 800.000 habitantes; todo cuanto quiso y pensó de la Gran Bretaña y Francia; porque fue gobernante experto y él siempre sintió gran odio por Inglaterra porque ésta siempre conspiró contra nuestro Gran Río, ese grato recuerdo tenemos de Rosas que fue el único gobernante desde 1810 hasta 1915 que no cedió ante nadie ni a la Gran Bretaña y Francia juntas y como les contestó no admitía nada hasta que saludasen al pabellón argentino con 21 cañonazos porque lo había ofendido; al día siguiente, sin que nadie le requiriera a la Gran Bretaña, entraba a los Pozos la corbeta de Harpy y, enarbolando el pabellón argentino al tope de proa, hizo el saludo de 21 cañonazos. Rosas ante todo fue patriota."

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(Carta de J.D. Perón del 20 de octubre de 1970 al historiador Fermín Chávez publicada por este historiador en su libro “La Vuelta de Don Juan Manuel”. Edit Theoría. Bs. As. 1991).

 “El primero que después de San Martín muere en el exilio por haber defendido dignamente la soberanía popular y la independencia de la Patria. Los que se han dicho sanmartinianos parecen no haber comprendido la lucha contra el colonialismo que realizó Rosas, lo que San Martín vio claro a quince mil kilómetros de distancia. Él le rindió a Rosas, él le rindió a Rosas el mejor homenaje que un soldado puede rendir a otro soldado: su sable libertador...”.

 

Dice Perón que Rosas venció a los ingleses mas con astucia que con la armas y que todavía hoy –dice en 1970- le extraña que los sanmartinianos parece no haber comprendido la lucha contra el colonialismo que emprendió Rosas, siendo que el propio San Martín sí lo vio claro desde Europa. 

Esto último sigue presente en el Instituto Sanmartiniano y en sus autoridades, eminentemente liberales, que no pueden deglutir el amor y respeto de San Martin por Rosas y su lucha, deshonrando con ello la memoria de quien dicen querer preservar en la memoria de los argentinos.

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Ernesto Sábato

(Expresiones vertidas por Ernesto Sábato. Físico- matemático, novelista y ensayista. Escritor premiado nacional e internacionalmente).   

 “En muchas oportunidades como en una carta a Clarín en 1996, afirmé que es una triste muestra de inmadurez política y espiritual, el exilio póstumo de Juan Manuel de Rosas. Un hombre que luchó por la soberanía nacional contra potentes enemigos de afuera así como contra los argentinos que desde adentro los apoyaban... en esta ciudad de Buenos Aires hay calles que celebran la memoria del tabaco o exigido salivaderas en los lugares públicos; pero no hay una sola calle y mucho menos una avenida para hombres como Rosas y Quiroga”.

 

Es clara la postura de Sábato, que no se podía considerar ‘rosista’. Alabó la lucha de Rosas por la soberanía nacional el cual no puede negarse. Y sin ningún tipo de simbolismos, poniendo blanco sobre negro, hace constar, no sabemos si irónicamente o no,  que al presente no existen calles, plazas, etc con el nombre de Rosas y, también de Quiroga; lo que se deduce de sus palabras críticas es que ello es un baldón y una injusticia para Rosas y para el pueblo argentino hasta el día de hoy.

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María Kodama

(www.grupolaprovincia.com- 01-05-2021)

“Al leer a Juan Bautista Alberdi se ve la dignidad de Rosas en el destierro de Southampton, se puede entender que el traidor era Urquiza, a tal punto que Alberdi se ofrece a ser abogado, pero Rosas se niega con un abrazo, pero para que Alberdi no pierda el prestigio. El caudillo federal piensa en el otro. Eso es mucho. Rosas hablaba mapuche y se entendía con los indios, por eso nunca hubo malones cuando él gobernó. Rosas los respetaba y le hablaba en su lengua. Ni con los indios ni con los gauchos tuvo problemas. Los "colorados del monte" es como él llamaba a sus peones en el campo, después fueron otra historia, se constituyeron en una milicia. La historia tiene que decirse de forma completa. Rosas los educaba y los protegía. Rosas tenía principios. Cuando una de sus hermanas tiene un hijo con Belgrano, lo anota como hijo de él, para evitar el escándalo de época, pero cuando el chico es grande le cuenta la verdad. Algo maravilloso. Rosas era un maravilloso hombre. Y el chico, el resto de su vida, firmó "Rosas y Belgrano".

 

Sabemos que Jorge Luis Borges no participaba positivamente de la figura de Rosas y su gobierno, pero su mujer y escritora, de pensamiento independiente, no comulgaba con el modo de ver esa época por parte de Borges.

Ella supo ver a Rosas como era en realidad, Supo comprender la traición de Urquiza (en realidad no la veía quien no quisiera verla. Solo cuestiones ideológicas podían evitar su desconocimiento).

Supo ver el desprendimiento de Rosas, el pensar en el otro del caudillo, el trato de Rosas para con su gente del campo.

Luego de haber estudiado la vida de Rosas y la documentación sobre él, resume, finalmente en una frase sintética todo lo que supo ver del Restaurador: “Rosas era un maravilloso hombre”..

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COROLARIO

Como corolario podemos decir que de la boca de los propios Unitarios – la mayor de las veces en forma privada o cuando habían ya logrado el derrocamiento de Rosas- el reconocimiento de su enorme gobierno, de su virtudes, de su templanza y de la maledicencia de ellos al calificarlo vilmente de ‘Tirano’, como se ha enseñado casi hasta el día de hoy en las escuelas, es cuanto menos, sintomático.

Del mismo modo el reconocimiento de muchos funcionarios, políticos, eminentes del extranjero que sopesaron  cabalmente la figura de Rosas y la importancia de su lucha.

Otro tanto de aquellos que sin participar de las luchas políticas, sin embanderarse por uno u otro bando, supieron apreciar la importancia de Rosas en concierto de las naciones.

Como puede haberse leído el liberalismo y progresismo de hoy siguen creando esa “opinión prefabricada" sobre lo sanguinario y tiránico del gobierno ‘rosista’. Debemos recordar para la comprensión de nuestro pasado, que ese "pasado" no es una cosa muerta, sino que vive en nosotros, para inspirarnos y guiarnos.

Esta es su trascendencia, pues, transformado en Historia, nos proporciona antecedentes que debemos evaluar con cuidado –como la supuesta ‘tiranía’ de Rosas negada hasta por propios y extraños-, con el fin de mejorar nuestro presente y traspasarlo en tales condiciones a los que vengan después de nosotros, en el futuro.

Tangamos presente que somos por lo que fuimos y seremos por lo que somos.

Falsificando nuestro pasado, renunciamos a nuestro presente y a nuestro futuro.


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