LOS OTROS 'RIVADAVIA'
Gonzalo V. Montoro Gil
El verdadero nombre de Bernardino Rivadavia era
Bernardino de la Trinidad González; Ribadavia (o Ribadabia) agregado es el
apellido de su abuela paterna de origen gallego o sefaradí.
Bernardino y su hermano, dejarán de lado el
apellido González y solo se llamarán Rivadavia, cambiando también la B por V o
B.Bien
harto sabemos los males incalculables –e irremediables- que don Bernardino
causó y causa hoy día con su ejemplo a la soberanía política y económica del
país.
Y
decimos ‘hoy día’ pues sus efectos se hacen sentir hogaño en las mentalidades sometidas
al europeísmo de nuestros funcionarios y políticos de cualquier color.
Él
es el modelo, el ejemplo, el paradigma más perfecto y puro del Unitario de ayer
y el liberal de hoy.
El
parnaso oficial no se cansa de alabar su gobierno con sus disparatadas
ocurrencias que llevaron a la nación al caos y a la desintegración.
Ahora
bien, Rivadavia, el Bernandino que nuestra historia oficial nos hace homenajear cada vez que puede, tuvo
hijos y, gracias a Dios, ellos tuvieron una actitud diametralmente opuesta a lo
pensado y actuado de su padre.
Ya
hemos hablado en otros trabajos que existían ‘otros’ Urquiza: uno de ellos se
despegó de su hermano menor Justo José.
En el mismo sentido que a Justo José de Urquiza, a don Bernandino le tocaron hijos `rebeldes’.
Veamos.
Tuvo 4 hijos: José Joaquín,
luego Constancia-muerta a los 4 años-, luego Bernardino Donato y por último,
Martín.
En 1834 Bernardino Rivadavia
(padre) decide e intenta regresar a Buenos Aires, luego de su renuncia en 1827
y exilio en 1829 en su huida escandalosa posterior al desquicio de su gobierno.
Pero Viamonte, a la sazón
Gobernador, le impide desembarcar.
Su mujer y su hijo menor, Martín
(este último según Felipe Pigna), que lo esperaban en el puerto, suben al barco
y se suman al exilio de Rivadavia. (“Su mujer y su hijo Martín,
que lo esperaban en el puerto, suben al barco y se suman al exilio de
Rivadavia…. Martín volvió a Buenos Aires a unirse a sus
hermanos en 1842”).
Aunque según Gabriel O. Turone,
Martín nunca se fue sino que también se queda en Buenos Aires junto a sus
hermanos..
Así es, lo que es seguro es que los hijos mayores, José
Joaquín y Bernardino Donato, tienen otros planes, se quedan en Buenos Aires, a
pesar de la oposición de sus padres:
El mayor, José Joaquín, si
bien no acompañó a su padre en el exilio, en los primeros tiempos, siguió
siendo Unitario como su padre; se enroló y luchó al lado de Lavalle y Paz, contra
Rosas.
En 1939 apoyó a los
llamados ‘Libres del Sur’ contra el ‘rosismo’. Caído en desgracia Lavalle, lo
acompañó hasta Jujuy donde a éste lo encontró la muerte en 1841.
Según Turone, Bernadino Donato y Martin en 1843 se han
sumado a la causa federal, mientras José Joaquín, luego de la muerte de Lavalle
tuvo que exiliarse en Montevideo hasta 1848 donde
volvió a Buenos Aires.
(Como dijimos arriba,
existen dudas respecto a Martin pues según Felipe Pigna, el menor de los
Rivadavia subió al barco con su madre cuando su padre se alejó nuevamente sin
poder desembarcar para volver recién en 1842).
Al volver José Joaquín se
casó con la hija del profundamente Federal ‘rosista’, Coronel Pedro Ximeno.
Dice Turone que “ sus otros dos hermanos varones,
Bernardino Donato y Martín, lo hicieron en 1843 en el Batallón “Libertad” del
coronel Mariano Maza, esto es, varios años antes que Joaquín y a poco de
haberse iniciado el Sitio de Montevideo”.
Cuando se produce el
‘Pronunciamiento’ de Urquiza, José Joaquín – y Bernardino Jr.- se alistan en
las tropas ‘rosistas’ presto a defender su patria contra el alzamiento de Urquiza
ante la buena predisposición de Rosas que no era rencoroso -como lo suelen
pintar los Unitarios-, cuando aquellos que veían peligrar a la patria, ofrecían
sus servicios al Gobierno como Chilavert, Pedro Díaz, el ‘Chacho’ Peñaloza,
entre otros. .
De tal modo, José
Joaquín usaba chaleco y divisa ‘punzó’ y era considerado ahora un
ferviente ‘rosista’.
Como dice Gabriel O. Turone en www.revisionistas.com.ar “De hecho,
al año de haberse arrimado al Gobernador Rosas, José Joaquín Rivadavia le
escribe una carta llena de lisonjas y retractaciones que, fechada el 3 de
octubre de 1849, decía lo que sigue en uno de sus párrafos salientes:
“-Al poner mi planta
en el suelo de mi patria, Excmo. Señor, y después de estar en ella tengo el
derecho de pedir también a V. E. me permita demostrarle de este modo mi
gratitud y buenos deseos. El que V. E. se haya dignado perdonar mis pasados
errores de haber hecho parte del Salvaje bando unitario; no es bastante para
recobrar en el concepto de V. E. y en el de mis conciudadanos el nombre ilustre
con que tan debidamente se distinguen los hijos de nuestra cara patria y causa
federal. Ansío por demostrar que estoy penetrado de la justicia de todos los
actos de Gobierno de V. E. y de la entera fe con que yo lo reconozco…-”
“Asistió a la revolución del 11 de setiembre de 1852, -
sigue diciendo Turone- y a la defensa
de Buenos Aires. Se vio comprometido en los movimientos de 1854 por lo que
estuvo preso”.
Así es, se puso del lado
del ‘porteñismo’ cuando Buenos Aires fue atacado por el Federal Hilario Lagos.
“En 1857, al ser repatriados los restos de su padre
fue invitado oficialmente junto con sus hermanos a las imponentes ceremonias
que se le realizaron. En esa oportunidad solicitó ser reincorporado al ejército
en atención a que le sería bochornoso no estar repuesto en su empleo el día en
que llegaran las cenizas de su padre. Sólo a medias se satisfizo su pedido,
siendo reincorporado el 11 de mayo con el grado de sargento mayor. Luego fue
destinado al Regimiento 1º de Guardias Nacionales, que mandaba en San José de
Flores, Pedro Naón. Quedó fuera de servicios después de la batalla de Cepeda,
el 23 de octubre de 1859”.
Cuando Mitre y Sarmiento ordenan la ‘pacificación
y civilización’ degolladora del interior al mando de Venancio Flores,
Irrazabal, Sandes, Rivas, Paunero (todos procósules uruguayos); el primero, en
la matanza despiadada de Cañada de Gómez el 22 de Noviembre de 1861 (300 gauchos
que estaban durmiendo cansados luego de sus quehaceres y trabajos diarios),
milagrosamente se salvó, junto a José y Rafael Hernández, José Joaquín
Rivadavia que aún seguía militando en las fuerzas Federales.
Pero, curiosamente, en
la Guerra del Paraguay, José Joaquín Rivadavia se alistó en las filas del
ejército nacional.
Fue dado de baja en 1880
y se dedicó a vivir en su vejez en la tranquilidad de su hogar, falleciendo en
1887 a los 76 años.
FUENTES:
BERNASCONI, Eduardo Guillermo (‘La Patria Vieja’-Tomo II-Ed.Dunken-Bs.As.2016)
BOSCH,
Beatriz (“Urquiza y su tiempo”, Centro Editor de América Latina,
Bs. As., 1984.
BOSCH,
Beatriz (“Historia de Entre Ríos”, Ed. Plus Ultra, Bs. As.,
1991. ISBN 950-21-0108-1)
MONTORO GIL, Gonzalo V. (“Juan José Urquiza, -el ‘otro’ Urquiza-“)
https://www.gacetamercantil.com/notas/190907/juan-jose-de-urquiza-el-otro-urquiza.html
PIGNA,
Felipe (‘Bernardino Rivadavia’) https://www.elhistoriador.com.ar/bernardino-rivadavia/
ROSA,
José María (“El Pronunciamiento de Urquiza” –Ed. La Baldrich –Espacio de
Pensamiento Nacional-Biblioteca Digital-www.labaldrich.com.ar)
TURONE,
Gabriel (‘José Joaquín Rivadavia, El Hijo Federal De Bernardino’) www.jovenesrevisionistas.org y en www.revisionistas.com.ar
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