SOBRE LA PERVERSIÓN DE LA DEMOCRACIA, LOS PARTIDOS POLÍTICOS Y LA FALSÍA DE SU REPRESENTACIÓN
Gonzalo V. Montoro Gil
“No es que la democracia esté enferma; la
enfermedad es la democracia”. (Charles Maurras)
Entonces, ni sufragio universal ni calificado son modelos para una persona coherente. Sí en cambio, vale la admiración e imitación del espíritu y de las formas concretas de aquella sociedad con su organización corporativa y foral permitía —llegado el caso y dadas ciertas condiciones— designar a los gobernantes mediante el criterio del primus inter pares. Algunos tratadistas han caracterizado a este modo de elegir autoridades, sufragio directo por distribución territorial y representación corporativa.
Un ejemplo claro, Mutatis mutandi, todavía
hoy la Iglesia nos da el ejemplo de la validez de este criterio cuando tiene
que designar un nuevo Papa. No se convoca a las masas a la elección. No se
presentan listas de candidatos emergentes de otros tantos órganos partidocráticos.
Ni cualquiera elige ni cualquiera
puede ser electo. La Iglesia sabe —como lo ha dicho Pío XII en “La
organización política mundial”— que “cuando la creatura es reducida a
simple elector, la vida de las naciones se halla disgregada por el culto ciego
al valor numérico”.
Y no puede dejar de recordar que el
primer sufragio universal de la historia (¿o fue calificado?), los electores
eligieron a Barrabás y crucificaron a Jesucristo.
Cuando se habla de designación de gobernantes por el pueblo,
por cierto se descarta el mito jacobino
del sufragio universal, mas, a la vez, no sugiere tal o cual forma particular
de «sufragio calificado»,.
En la noción de la politia, con la intervención de las
guildas o gremios, cuyos integrantes distinguían
a los ilustres de cada corporación, para que cada uno de ellos,
perteneciente a distintas sociedades, integrase, a su vez, un consejo de patricios que designaría al
Jefe del distrito o comarca.
Barrabás y crucificaron a Jesucristo.
La
vergüenza y la inmoralidad es el sufragio universal, y la ideología ruinosa que
lo sustenta, fruto del igualitarismo amorfo y de la cuantofrenia más
aborrecible.
La
vergüenza es plegarse a la parodia sufragista, al totalitarismo de las mayorías
arrebañadas por la propaganda, a la enfermiza compulsión por optar cuando no
hay bienes sino males mayores y crecientes……
La vergüenza e inmoralidad ―es adherir al condenado constitucionalismo
moderno insalvable en nuestra Constitución del 53 con sus sucesivas reformas, a
convalidar la representación partidocrática monopólica y excluyente…―
La
aberración es admitir que la legitimidad de origen de un gobierno depende de la
adición discorde, anónima e indiscriminada de las individualidades, homologadas
todas rastreramente en el principio cuántico de que un hombre es igual a un
voto. Es, en suma, alimentar la funesta tiranía del número, que hasta el mismo
Borges, en renombrada chanza, llamó ―abuso estadístico”.
La vergüenza no es irse dando cuenta
—como ya lo hace la ciudadanía sencilla y de un modo extraordinariamente
creciente— de la inutilidad de colocar papeletas en urnas y partidócratas en
cargos bien rentados.
La vergüenza es querer ser candidato,
aceptando y cumpliendo para ello sin pestañear todas las reglas —moral,
filosófica y políticamente viciosas— que impone esta república
La decadencia de la civilización puede
rastrearse desde por lo menos, la Revolución Francesa, -génesis de todo lo mal
que nos va- y en nuestro país comienza con la alianza masónica entre Urquiza,
los uruguayos de Rivera, los Brasileños, Inglaterra y Francia contra la República
Argentina que tiene su punto de inicio el nefasto 3 de Febrero de 1845 y la
guerra contra el Gobierno legal de la Confederación Argentina…luego tiene otro
punto de referencia con la Reforma Universitaria de 1918, otro hito de la
sinrazón que nunca fue aplicada en ningún lugar del mundo; ni siquiera en los
países que la promocionaron, salvo aquí ante la mirada curiosa de aun los
propios que la promocionaron pero que nunca la intentaron aplicar por
cuestiones de sentido común .-
Como se dijo arriba, todo el mal nace
en la sanguinaria Revolución Francesa que nada tenia de igualitaria, fraterna
ni menos de Liberal (ROBESPIERRE, BABEUF., etc…).
Se basó en dos sofismas:
A) “Todos los hombres son iguales”:
Ahora bien, no hay dos plantas,
piedras, etc, iguales. Ergo, no hay dos hombres iguales, pues los factores
exógenos actúan en forma distinta en cada uno de nosotros.-
El régimen electivo presupone la
igualdad de electores, ergo igualdad previa del hombre. Si así fuere cualquiera
tendría capacidad para dirigir una escuela, un barco, una industria, etc.-
El hombre organiza. ‘Organizar’
significa diferenciar. ‘Diferenciar’ es lo contrario a igualar. La preocupación
de los elegidos es durar y ser reelegidos en sus cargos. Cuanto más vive el hombre más división de
trabajo comporta desigualdad de funciones, la que dá desigualdad de sus
elementos (léase, hombres y mujeres).-
Una sociedad puede forzar la igualdad,
pero es ir contra la naturaleza de las cosas. La igualdad solo está en el
nacimiento y en la muerte. El derecho es el premio al deber cumplido.-
B) “La libertad es la base del
progreso”:
La libertad no está al comienzo sino
al final. Porque se es más libre a medida que se es mejor. Hoy existe una
violencia irresponsable que es la indolencia, la inmoralidad, la corrupción
política y económica, la usura, a veces institucionalizada y otras ocultas, que
excita, por desesperación, los sentimientos lógicos de justicia.-
Se supone que el gran porcentaje de
votantes no tiene la inteligencia muy desarrollada. Entonces, ¿ Cómo saldrán
los mejores si la mayoría de los que eligen son faltos de inteligencia para la
‘res pública’?.
En un parlamento la responsabilidad de
un error recae sobre una mayoría impersonal y nadie puede ser llamado a rendir
cuenta. Así desaparece la noción de responsabilidad (es por dicha causa que el
marxismo siempre alentó y alienta el régimen democrático en otras naciones).-
Se puede hacer responsable a una
persona pero no a cientos de personas porque si cometen un error renuncian a su
puesto por... ‘razones de salud’!! y se desligan del problema por ellos
provocado. Y al no haber una cabeza visible (sino varias difusas) la injusticia
queda sin castigo.-
El Régimen Liberal se caracteriza por
su neutralidad en todo orden. Juan VÁZQUEZ DE MELLA notable pensador español,
decía que “el Estado moderno al declarar
como postulado la libertad completa de opiniones, la neutralidad en el orden
religioso, moral, político, declara su ignorancia sobre la verdad de éstos
postulados. Cuando la opinión antiliberal aparece y el Estado liberal pretende
estatuir su defensa, la tesis liberal muere, pues, por definición. El estado
liberal carece de reglas y principios para declarar lícitas o ilícitas ciertas
ideas”.
Pero entonces si no se admite el libre
juego de opiniones políticas, morales hay que establecer definitivamente los
fundamentos de aquellas opiniones que son verdaderas ( y esto no es liberal).
VÁZQUEZ DE MELLA, siegue diciendo que “...el Estado neutro y el maestro neutro son
dos formas de irracionalidad pues el hombre normal afirma, niega o duda pero no
declara en huelga su entendimiento ante la realidad que lo interroga porque
PIENSA. El Estado que se declara ‘neutral’ en todas aquellas cuestiones que mas
interesan al hombre, diciendo que ignora la verdad en política social,
educación, ética política, etc, y por lo tanto en los fundamentos del derecho,
es un estado que se jubila a si mismo, declarándose inepto para gobernar.”
Quizás le duela al Régimen estas
verdades pero ya sabemos con Luis VEUILLOT que ‘pensar de distinto modo que aquellos que se dicen tolerantes es algo
que el Partido de la Tolerancia no puede tolerar...’.-
La Patria, decía el gran pensador francés
Charles MAURRAS, no es una reunión de individuos que votan sino un cuerpo de
familias que viven. Nadie ha nacido nunca miembro de un partido político: todos
nacemos miembros de una familia, vivimos en un municipio; todos trabajamos en
una profesión.
Estas son nuestras unidades naturales
y no necesitamos, pues, del instrumento intermediario y artificial de los
partidos políticos, que para unirnos en grupos artificiales empiezan por
desunirnos en nuestras realidades auténticas.
El cuerpo electoral no tiene
conciencia de sus actos pues no puede querer lo que no conoce: la multitud no
conoce el derecho social, ni la hacienda pública, ni el derecho administrativo,
ni temas previsionales, ni de gastos fiscales, ni de necesidades públicas,
luego no podría tener voluntad acerca de tales cosas (1000 voluntades mal
ilustradas no hacen una voluntad esclarecida).
Así
como no existe una inteligencia publica, tampoco hay una voluntad pública
y es inútil razonar como LAMMENAIS que de la incapacidad personal de cada uno
para tener certeza deducía la infalibilidad de todos juntos.
Los partidos implican la creación de
pseudo disensiones cuyo objetivo es distraer al pueblo y ocultarle las
verdaderas antinomias infraestructurales en que descansa el sistema.-
Se evita así, que las manifestaciones
de insatisfacción, productos de opresión liberal, puedan dirigirse contra
blancos certeros y reales que ponen en peligro la estabilidad del mismo,
canalizándolas en los partidos políticos que vienen, de ese modo, a hacer las
veces de excelentes amortiguadores del Régimen.
Todo sistema de sufragio es inorgánico
porque se fundamenta en el azar y en la prepotencia del número. El acto mismo
de la elección es irresponsable ya que unas de las facetas es el anonimato. Los
electores no son responsables por su voto, ni a los elegidos se les puede pedir
rendición de cuentas.
Siendo la elección irresponsable, el
gobierno también. La irresponsabilidad, el ‘horror a la irresponsabilidad’
constituyen el eje del Estado demoliberal.-
El conocimiento de la realidad no se
‘elige’, no interviene aquí la voluntad y el número, la realidad no se
aprehende: ‘la verdad es una categoría
permanente de la razón y no una decisión de la voluntad’.-
La Revolución Francesa de ROUSSEAU y
sus postulados son un sofisma, como se vé.
El sueño naturalista de ROUSSEAU y de
tantos más, aun en estos días que nos toca vivir, es imposible. No hay tal
naturaleza, no para el hombre. El hombre es, precisamente, anti-natural. Por
eso soy “yo y mi circunstancia”, como
decía ORTEGA Y GASSET.
No tenemos naturaleza, y ése fue el
error de ROUSSEAU, creer que la teníamos. Tenemos predisposiciones naturales,
instintos naturales, genes naturales, pero no bien aparecemos en el mundo esos
dones se cruzan con ocasiones educativas, influencias, envíos y desvíos,
mandatos, formaciones, y se produce una extraña e imprevisible fusión de
carácter, temperamento, hogar, cultura, azar, encuentros decisivos, incentivos,
frustraciones. ..
Tus hijos son potenciales. Esto lo
aprendemos de ARISTÓTELES. Él distinguía entre potencia y acto. Potencia es lo
que puede ser, acto es lo que está siendo. Lo que está siendo, está siendo
porque puede ser. Ejemplo: la papa se cocina en agua porque en la papa está la
potencia de ser cocida en agua y ablandarse. Si no se da esa condición interna
de la papa, esa potencia, ese poder ser, ésta no podría jamás ser cocinada. La
piedra, en cambio, no tiene esa misma potencia de la papa, y por más que se la
cocine no se ablanda.
Así tus hijos. Son un ramillete de
potencias. ¿Cómo se sabe qué son en potencia, qué potencialidades guardan?
Dando ocasión a que se revelen. Como las fotos.
Hasta que no se revelan, no se sabe
qué hay en ellas. ¿y cómo habrán de revelarse? Pro-curándoles un medio ambiente
propicio para el desarrollo de distintas potencias: matemáticas, musicales,
literarias, de trabajo, de actividad física, de artes, de oficios, de todo lo
que pudiera uno ofrecerles para que descubran qué tienen adentro, qué se les
despierta y qué no.
Volvemos a nuestro trema: ¿Existe el hombre
natural, el "buen salvaje" que decía ROUSSEAU?
No, no existe. “Ser” es ser en el
mundo. Nacer es nacer entre otros. Esos otros, en cualquier situación cultura o
época, tienen lengua, hábitos, maneras, modos, creencias... No bien nacen tus
hijos inmediatamente son envueltos en pañales de tela y en otros pañales,
invisibles, de la cultura. No tienen un segundo para ser naturales. En seguida
se des-naturalizan y se culturalizan.
Rousseau acuñó su ideal en la figura
del "buen salvaje".
Salvaje para la civilización común,
Emilio crecería bueno si lo educáramos en concordancia con la naturaleza y sus
instintos y sus necesidades. Fue una ilusión. Gente buena hay; gente salvaje no
hay.
El salvaje de una comunidad nativa
está muy lejos de ser la criatura libre y despreocupada que nos pinta la
imaginación de ROUSSEAU. Por el contrario se halla cercada por las costumbres
de su pueblo, encadenado por tradiciones inmemoriales, no sólo en sus
relaciones sociales, sino también en su religión, su medicina, su industria, su
arte; en pocas palabras, en cada aspecto de su vida. Ese salvaje -así
denominado por nosotros por todo lo que no sabe- es civilizado.
Inclusive cuando Sarmiento opuso
civilización a barbarie se refería a la cultura de Occidente, de Europa, de
Estados Unidos frente a la incultura indígena. Tampoco Sarmiento sabía
demasiado de antropología: un ignorante como en todo lo que pensaba o hacía.
Asi, como decía ORTEGA Y GASSET: " normas, cortesía, usos hacen posible
la comunidad, la convivencia. ..Civilización es, antes que nada, voluntad de
convivencia".
Eso significa ser civilizado. Es decir
ciudadano, hombre que comparte su ciudad, su territorio, con otra gente.
Las naciones más avanzadas,
extrañamente muy rebeldes y revolucionarias en algunos aspectos, conservan sin
embargo el orden de las costumbres, del respeto por el otro, ese fundamento de
la civilización que consiste en no ser como se quiere sino como se debe ser.
Muy distinto a lo que sucede en nuestro país Argentina.
El exceso de individualismo es el
factor desencadenante de la sociedad de masas. .
Ser individuo, sin conexiones
primordiales sin reglas de vida ni fines compartidos con otro, fatiga,
angustia. Cuanto más individuo se es, tanto más se quiere uno diluir en la
masa, en la de la gente o en cualquier otra.
¿Qué es una masa? Es un grupo humano
conducido por un líder visible, o por manipuladores invisibles, que ordenan la
conducta que debe ser para todos igual: vestirse igual, ir adonde todos van,
entrar donde todos entran, opinar lo mismo, gritar lo mismo, estar a favor de
lo mismo, luchar contra lo mismo.
En la masa no se piensa, uno se deja
llevar, arrastrar. Por eso cautiva, por eso es cómoda: dispensa de pensar.
También dispensa de la responsabilidad. Uno ve la película que todos ven, y repite
el comentario que todos hacen, y si hay que disfrutar dice que disfruta, y si
hay que apenarse dice que se apena.
Decía Ortega y Gasset "Vivimos en sazón de nivelaciones: se
nivelan las fortunas, se nivela la cultura entre las distintas clases sociales,
se nivelan los sexos..." (ORTEGA Y GASSET, La rebelión de las masas.)
En la masa todos se borran, pierden su
imagen, porque todos somos iguales, dice la masificación, y eso que se ve como
diferencia es un mero accidente, pero somos iguales; en consecuencia, el que
quiere puede echarse a dormir la siesta.
El vulgo es oleaje al azar. No es que
no haga bien ni haga mal: ello está ligado a una voluntad, a una intención, a
una inteligencia. El vulgo hace, pero no sabe qué hace. (“La Biblia junto al calefón”- DISCEPOLO dixit)
No hay superioridad, no hay jerarquía,
no hay modelos: sólo hay ídolos. Son entes superiores, accidentalmente, igual
que yo pero por alguna rara fortuna momentáneamente superiores a mí.
Ellos pueden ser idolatrados, porque
como la palabra lo indica el ídolo es un falso dios, un dios pasajero, de hoy
para mañana; por algunos ratos, por unas horas, podemos rendirle pleitesía,
pero también sabemos que todo este show es pasajero, y que ese ídolo caerá, y
el polvo lo cubrirá, y nosotros seguiremos caminando, levantando y hundiendo
ídolos a nuestro paso. ( ¡¡¡Se me viene a la mente tantos políticos, músicos,
‘artistas’, que la bruma del tiempo borrará de nuestra memoria en poco
tiempo..!!!!)
Existe tan sólo lo que se dictamina
desde algún parlante gigantesco, desde la insistencia de los medios masivos de
desinformación y de implantación de reflejos condicionados.
Ya lo había vislumbrado ORWELL en sus libros “1984” y “Rebelión en la
Granja”, primero, donde la opresión viene de afuera ( un Gran Hermano que
nos dice que hacer y cómo ser feliz según su orden ) para que, con el tiempo,
la gente termine amando a quien lo oprime con pan y circo y adore las
tecnología que lo adormecen y le quitan la capacidad de pensar por sí mismo
(esto último lo pueden ver en el libro de HUXLEY “Un Mundo Feliz”)….
ORWELL temía a los que pudieran
privarnos de información.
HUXLEY, en cambio, temía a los que
pudieran brindarnos tanta que pudiéramos ser reducidos a la pasividad y el
egoísmo.
En '1984', la gente es controlada infligiéndole dolor, mientras que en 'Un mundo feliz' es controlada
proporcionándole placer.
En carta de HUXLEY a ORWELL, (
21-10-49) aquél le decía “…parece dudoso que la política de “la
bota en la cara” pueda mantenerse indefinidamente. Mi opinión es que la
oligarquía dominante encontrará formas menos arduas y derrochadoras de gobernar
y satisfacer su sed de poder… Pienso que en la próxima generación los amos del
mundo descubrirán que el condicionamiento infantil y la narco-hipnosis son más
eficientes, como instrumentos de gobierno, que los toletes y las cárceles, y
que el anhelo de poder puede satisfacerse tan justa y completamente lo mismo
sugiriendo a la gente que ame su servidumbre como flagelándolos y golpeándolos
hasta la obediencia.”
Premonitorio, no?
El Ejemplo hoy día sería, en el primer
caso: China, Corea del Norte, Cuba. Y en el segundo caso, EEUU y ad-láteres
En fin….GRAMSCI en su estado mas
puro……
Asi nace el hombre ‘mesocrático’ o mas gráfico: “estúpido”: efecto directo del bombardeo
de las ideas contra-natura de la Revolución Francesa y sus sucedáneos en
nuestro país. (Nada más parecido a un gallinero que ver la Asamblea Legislativa
de cualquier país. Al respecto recomiendo ver el film “Le Mani sull la Cittá” del año 1963). El próximo paso de un
político surgido de las ideas de la Revolución Francesa es caminar en cuatro
patas.
La decadencia de las naciones y de las
personas se puede vislumbrar con actitudes ‘estúpidas’ tanto de las naciones
como de las personas.
El “hombre-estúpido” u “hombre-mesócrata”
cree firmemente que tiene derechos pero no obligaciones y menos que los
derechos sean CONSECUENCIA de las obligaciones cumplidas, sin darse cuenta que
para que él tenga un derecho NECESARIAMENTE tiene que haber alguien obligado y viceversa.
Vamos con un simple ejemplo:
FLAUBERT decía que “ la estupidez es algo inquebrantable; no
hay nada que la ataque sin estrellarse contra ella. Tiene la naturaleza del
granito, dura, y resiste como él. En Alejandría, un tal Thompson de Sunderland
escribió su nombre en la columna de Pompeyo con letras de seis pies de altura.
Puede leérsela un cuarto de legua de distancia. No hay manera de contemplar el
monumento sin ver el nombre de Thompson..."
Así, en nuestro país estamos saturados
de ‘estúpidos’ que viven escribiendo en las paredes publicas confundiendo la
entidad de lo público (de todos) creyendo que es de nadie.
¿Le pasó alguna vez eso de grabar el
nombre para todas las eternidades en un árbol, en una piedra, en un monumento
artístico, en algunos de esos viajes, en paquete por supuesto, al exterior? (“Somos Del Barrio De Gerli” ; “Pedro Y María
Se Aman”, etc)
Si? Entonces Ud. es un enorme
estúpido. No por dañar bienes públicos solamente sino por creer que a alguien
le importa que Ud. escriba algo y que ello importa una trascendencia de su
persona.
Le interesa trascender? Escriba un
libro, una nota, pinte un cuadro, expóngalo para los demas, pero no intente
trascender destruyendo.
A su manera el estúpido es artista;
quiere transformar su existencia en esencia, lo efímero en eterno y creador de
vanguardia, poco le importa destruir el soporte mismo donde pretende grabar su
permanencia.
La estupidez es ausencia de juicio,
pero ausencia activa, conquistadora, preponderante. Procede por persuasión: no
hay nada que juzgar.
La estupidez no responde ni interroga,
instaura el reino de los estereotipos y de los tópicos.
Estereotipos son frases hechas, ideas
hechas (muy de la sociedad actual marquetinera y gramsciana), reacciones
hechas, emociones hechas, en fin, un mundo prefabricado que
se instala en uno desde que muestra la
cabecita al mundo y el mundo le anuncia: te la vamos a llenar, no te preocupes,
con estereotipos, que son algo así como la música estereofónica: te da por
todos lados y te penetra por todos los poros. Te ‘educa’ en la estupidez.
Profetizaba Oswald SPENGLER allá lejos
y hace tiempo, a comienzo del siglo XX "En
otro tiempo uno no podía atreverse a pensar libremente; hoy puede hacerlo; pero
resulta imposible. Cada cual pensará lo que le hagan pensar, y lo sentirá como
su libertad".
Es la sociedad de masas. (‘La Rebelión
de las Masas’ –ORTEGA Y GASSET). Es el hombre autómata. Es el ser manejado por
afiches, avisadores, publicidad. ..Lo que todos leen, tú has de leer. El
hombre-masa; el lumpen ( y no necesariamente económico).-
Se puede ser ignorante por dejarse
llevar por las masas, Se puede ser culto por dejarse llevar por las masas.
Ambos casos comparten lo esencial: no son más que títeres de voluntades ajenas.
Gramsci, desde el infierno, sonríe
satisfecho….
Ahora, todos hablan de Gramsci que es
el último eslabón de la revolución internacional que comenzó con una de las dos
hijas de la Revolución Francesa: Primero, fueron los llamados liberales (que se
sentaban a la derecha en la Asamblea) y luego los llamados socialistas o
comunistas (que se sentaban a la izquierda en la Asamblea)
Los comunistas quisieron como en un
laboratorio resolver la cuadratura del círculo a sangre y fuego…se desplomaron
con su infierno desde adentro, el pueblo le dio la espalda con horror y
espanto.
Pero sus intelectuales no se dieron
por vencidos.
Veamos. He trazado un análisis del
desarrollo del espíritu de la Revolución Francesa en su etapa Liberal…Ahora lo
haré en socialismo que es el liberalismo llevado al extremo.
PRIMERA ETAPA: Segunda mitad del siglo
XIX; etapa marxista. La revolución comunista es un hecho inexorable (sic)
escrito en una historia que se realiza más allá de la voluntad humana, cuyo
argumento es la lucha del proletariado con la burguesía y cuyo instrumento es
la huelga. Formación de los rimeros partidos socialistas, a los que se unen
intelectuales y parte del proletariado europeo. Recordemos que la revolución
comunista fue financiada por la Banca Schiff, Khun & Loeb y Warbur junto
con la banca Rothschild…nada de revolución del pueblo, espontánea, etc….
A fines del siglo XIX se han formulado
críticas a la teoría marxista que parecen difíciles de responder, sobre todo
porque no se ha verificado el empeoramiento constante de la situación del
proletariado que había pronosticado MARX. La sociedad no se ha polarizado. Al
contrario, se han expandido las clases media.
SEGUNDA ETAPA-Siglo XX. Etapa marxista
leninista. LENÍN exp1ica (sic) la mejoría de la situación del proletariado
porque la burguesía lo ha chantajeado con el producto de la explotación de las
colonias. El imperialismo es la última etapa del Capitalismo. De esa forma,
LENIN traslada el combate de las fábricas europeas al vasto mundo explotado por
la burguesía y el método principal de la lucha será la guerra revolucionaría y
ya no la huelga. La huelga revolucionaria triunfa en Rusia, en China, en
Vietnam , y se instauran regímenes que se proclaman "en camino al comunismo por la vía del socialismo".
Recordemos que LENIN decía en 1917 que
la democracia "no es en modo alguno
un límite infranqueable, sino solamente una de las etapas del camino del
capitalismo al comunismo”. Correcto y simple.
A fines del siglo se produce un hecho
absolutamente nuevo en la historia humana. La mayor parte de los regímenes comunistas
en todo el mundo se desbarrancan desde adentro; implosionan, se derrumban sin
revolución y sin ataque de los ‘cerdos
capitalistas’ (sic). El pueblo los expulsa cansados de los genocidios por
años y años y por el hambre. Los propios dirigentes reconocen el fracaso total.
TERCERA ETAPA-Siglo XXI. -Tercera
etapa: Antonio GRAMSCI ha hecho dos observaciones capitales:
a) La verdadera batalla se da en las
sociedades y enfrenta inmanencia contra trascendencia. El verdadero sentido de
la lucha es ése y no enfrentamiento de clases.
b) El instrumento de esa lucha es el
intelecto con el que se debe conquistar sociedades antes que el Estado
(Argentina época actual…les suena?)
Recuerden Uds. que justo en esta época
sucedía en Occidente -incluida la Argentina-un hecho inédito: Por primera vez
en la historia la cantidad de personas ocupadas en el sector terciario de la
economía (servicios) sobrepasaba las ocupadas en el sector primario
(extractivo) y secundario (transformador o manufactura).
Los intelectuales (o pseudo) pasaban a
ser muchos y a pesar en las sociedades con un peso que nunca habían tenido. Se
multiplican inmensamente los profesores, alumnos, periodistas, escritores. De
esta manera marxismo se ha ido edificando así mismo, se ha reinventado, hasta encontrar
su verdadera esencia: la de deificarse. Ser una religión y quien ose negar sus
sofismas será condenado al infierno…Los intelectuales son los apóstoles de
ello.
Y la idea del comunismo (sea
leninista, stanilista o gramsciano) es la destrucción de las naciones a través
de la llamada, en su momento, la dictadura del proletariado universal, y ahora,
de la llamada Globalizacion o mundo-uno. Es lo mismo.
Ya Sir Henry Kissinger, en el Simposio
sobre Deuda Externa en Berna en 1985 dijo que “….Yo prefiero que las naciones deudoras paguen sus obligaciones con
activos reales a los bancos acreedores, con la entrega del patrimonio de las
empresas públicas”
Carlos Manuel Acuña habla sobre el
hecho de la recepción de un millón de dolares anuales de la Fundación Ford (‘Verbitsky, de La Habana a la Fundación
Ford’, Bs.As., Pórtico 2003). Ese dato no solo nunca fue desmentido, sino
que el CEO de tal Organismo, Gastón Chillier, admitió que sus únicas fuentes de
financiamiento era el NED (National Endowment For Democracy) del Partido
Demócrata de los EEUU, la Embajada inglesa en Buenos Aires y el Foreing Office
en Londres además de la citada Fundación Ford. En total, una suma cercana a los
5.000.000 millones de dólares (‘La Nación’, Bs As. 12-9-2010, sección "Enfoques",)
Lo que demuestra la colusión, las dos
caras de una misma moneda entre el liberalismo y el marxismo. Este hijo de
aquel. el socialismo no es más que un liberalismo a ultranza,
su hijo.
Los pobres, los humildes, los
marginados? Bien gracias. A los burgueses intelectuales marxistas o liberales
no les interesa; dejando un tendal de víctimas-el hombre real- en aras de sus
ideas de laboratorio donde viven ensimismados saturando con consignas huecas
hasta llegar a la apatía del ciudadano, haciendo lo que ya decía un tal
Francois Marie Arouet, mejor conocido como VOLTAIRE: “La verdad es lo que se hace creer” para lograr asi lo que decía el
mismo y que los marxistas desde 1917 hasta Gramsci han tomado nota: “Una revuelta puede ser espontánea; una
revolución jamás lo es”.
Ya PLATÓN en ’La República’ afirmaba basándose en su
actualidad que la Democracia era una de las formas ilegítimas de gobierno, como
clarísimamente se afirma, en una forma gubernamental signada fatalmente por la
tiranía del número, por el desgobierno de la muchedumbre, por el desenfreno de
las libertades, por el incremento de los oclócratas
y de los demagogos.
En nuestra sociedad se ha divinizado cada vez más a la
Democracia, pero el fin de la sociedad no es la Democracia sino el BIEN COMÚN.
Si un gobierno democrático no logra este fin no es un buen gobierno. Ahora, yo
me pregunto y pregúntese quien esto lea: ¿Ud. conoce algún gobierno democrático
que lo haya logrado?
Con la aparición de la llamada Democracia, la tiranía del
número y el anonimato amordazan y oprimen a los ciudadanos volviendo
irresponsable tanto a los electores de sus elecciones como a los elegidos.
Siguiendo al autor citado el mismo nos dice, trayéndonos un
triste recuerdo, que en el primer sufragio universal de la historia los
electores eligieron a
No es que
hoy en día las llamadas Democracias son falsas Democracias porque se terminan
convirtiendo en tiranías del número, sino justamente se convierten en esto
porque son genuinas Democracias.
Las Democracias intrínsecamente son la
tiranía del número, el despotismo de las muchedumbres anónimas e ignorantes de
la “res publica”.
Porque en la ‘Democracia’, las formas
son su esencia.
Ya Rosas había dicho al
periodista chileno Salustio Cobo en el año 1860 en una entrevista que el
Restaurador había concedido al referido: “―Eso
que llaman Derechos del Hombre no engendra sino la Tiranía-“.
Bueno, entendemos que nuestra sociedad
nacional ayer como hoy, anárquica, sujeta a los unitarios liberales ideólogos
de antaño como hogaño, con un desquicio social inmerso en un estado de
descomposición absoluto es un escenario ideal para la aparición de una nueva y
sana ‘Dictadura Nacional’ que ponga orden y “venga a mandar” como dice José Hernández en su ‘Martín Fierro‘
pasando la escoba a tanto iluminado con ideas afrancesadas y disolutas de
nuestra soberanía.
Obsérvese la contradicción entre el
pensamiento político de José de San Martín y de J.M.de Rosas con lo que
establece la Constitución Nacional, nominalmente Federal pero de neto contenido
Unitario y liberal.
Ya José de SAN MARTÍN en su manifiesto
en el Perú el 2 de Agosto de 1821 nos dice que “…Diez años de revolución en Venezuela, Cundinamarca [actual
Colombia],Chile y Provincias Unidas del
Rio de la Plata, me han hecho conocer los males que han ocasionado la
convocación intempestiva de congresos, cuando aun subsistían enemigos en
aquellos países. Primero es asegurar la independencia, después se pensará en
establecer la libertad sólidamente”
Al respecto y en igual sentido, dijo
en carta a Tomás Guido el 5 y 6 de Abril de 1829:
“Las
agitaciones de 19 años de ensayos en busca de una libertad que no ha existido y
más que todo, las difíciles circunstancias en que se halla en el día nuestro
país, hacen clamar a lo general de los hombres que ven sus fortunas al borde
del precipicio, y su futura suerte cubierta de una funesta incertidumbre no por
un cambio en los principios que nos rigen y que en mi opinión es donde está el
mal, sino por un gobierno vigoroso, en una palabra militar; porque el que se
ahoga no repara en lo que se agarra, igualmente conviene en que para que el
país pueda existir, es de necesidad absoluta que de los dos partidos en
cuestión desaparezca de él, al efecto, se trata de buscar un salvador, que
reuniendo el prestigio de la victoria, el concepto de las demás provincias y
más que todo un brazo vigoroso, salve a la patria de los males que la
amenazan;…”
“Si
sentimientos menos nobles que los que poseo a favor de nuestro suelo fuesen el
norte que me dirigiesen, yo aprovecharía de esta coyuntura para engañar a ese
heroico, pero desgraciado pueblo, como lo han hecho unos cuantos demagogos [
léase ‘unitarios logistas’] que, con sus locas teorías, lo han precipitado en
los males que lo afligen y dándole el pernicioso ejemplo de perseguir a los
hombres de bien, sin reparar a los medios..”
Desde Europa, el General SAN MARTIN le
escribe a Tomas Guido el 1º de noviembre de 1831, y el uno de sus párrafos el
expresa textualmente:
"Ya
es tiempo de dejarnos de teorías, que 24 años de experiencia no han producido
más que calamidades. Los hombres no viven de ilusiones, sino de hechos: ¿qué me
importa que se me repita hasta la saciedad que vivo en un país de libertad si
por el contrario se me oprime?... ¡Libertad! désela usted a un niño de tres
años para que se entretenga por vía de diversión con un estuche de navajas de
afeitar, y usted me contará los resultados. ¡Libertad! Para que un hombre de
honor se vea atacado por una prensa silenciosa, sin que haya leyes que lo
protejan y si existen se hagan ilusorias. ¡Libertad! Para que si me dedico a
cualquier género de la industria, venga una revolución que me destruya el
trabajo de muchos años y la esperanza de dejar un par de bocados a mis hijos.
¡Libertad! Para que se me cargue de contribuciones a fin de pagar los inmensos
gastos originados porque a cuatro ambiciosos se les antoja por vía de la
especulación, hacer una revolución y quedar impunes. ¡Libertad!
¡Libertad!...Maldita sea la libertad, ni será el hijo de mi madre el que vaya a
gozar de los beneficios que ella proporciona, hasta que no vea establecido un
gobierno que los demagogos llamen tirano y me proteja contra los bienes que me
brinda la actual libertad".
En el mismo sentido cuando escribía a
Guido, el 1 de febrero de 1834 y luego el 17 de diciembre de 1835:
"Se
trata de buscar un salvador (de) brazo vigoroso (que) salve a la Patria de los
males que la amenazan. .No estaré tranquilo hasta que no vea establecido un
gobierno, que los demagogos llamen tirano, y me proteja contra los bienes que,
me brinda la actual libertad. ..Hace cerca de dos años escribía Usted que ya no encontraba otro arbitrio, para cortar los
males que por tanto tiempo han afligido a nuestra desgraciada tierra, que el
establecimiento de un gobierno fuerte; más,... claro, absoluto, que enseñara a
nuestros compatriotas a obedecer. Yo miro como bueno y legal todo gobierno que
establezca el orden de un modo sólido y estable; y no dudo que ~u opinión y la
de todos los hombres que amen a su país pensarán como yo.”
Reiterativo en sus conceptos políticos y en coherencia con lo ya dicho por él mismo varios años atrás, le dice a Guido en carta del 26 de Octubre de 1836:
“….Nuestros
países no pueden, por lo menos por muchos años, regirse de otro modo que por
gobiernos vigorosos; más claro, despóticos…No hay otro arbitrio para salvar a
un estado, que tiene muchos doctores, que un gobierno absoluto”.
¿Este real pensamiento de San Martín,
es el que se nos enseña en nuestras escuelas?. La respuesta está dada por
aquellos que se sorprendan de estas palabras del Libertador.
El propio San Martin, aborrecía a los Unitarios desde la
época en que Rivadavia se entregaba a sus desvaríos y le ponía piedras en el
camino de su lucha contra los españoles y que lo obligó a exiliarse en Francia.
Dice Ernesto QUESADA que San Martín tuvo una entrevista allí
con Sarmiento que lo visitó por el otoño de 1846, según cuenta Pastor Obligado
en el diario ‘La Nación’ del día 9 de Julio de 1894.
Obligado era uno de los tantos que en su momento fue un
Federal a ultranza y fanático de Rosas que luego de Caseros renegó de su propio
pasado ‘olvidándolo’ y convirtiéndose en un procónsul de los Unitarios siendo
uno de los principales fiscales en los aberrantes y antijurídicos juicios
contra Rosas denostándolo encarnizadamente en cuanta oportunidad tuviese,
cobardemente.
Comenta Obligado que allí, en Francia, Sarmiento le hablaba
pestes a San Martín sobre Rosas. Entonces San Martín, con un dejo de ironía, le
dijo: "Ese tirano Rosas, que los
unitarios odian tanto, no debe ser tan malo como lo pintan, cuando en un pueblo
tan viril se puede sostener 20 años".
Sarmiento se indignó con la respuesta de San Martin y éste
secamente y poniéndose serio le dijo:
“ A tan larga distancia por tantos años alejado de
la escena, no me es fácil saber la verdad; pero por ecos que hasta aquí llegan,
si bien no he conocido al general Rosas, me inclino a creer que los Unitarios
exageran y que sus enemigos lo pintan más arbitrario de lo que es. Sí, conocí
en sus mocedades a los generales que han encabezado la cruzada unitaria: Paz,
Lavalle, el más turbulento; Lamadrid, si no más valiente que éste, sin duda con
menos cabeza, y si todos ellos, y lo mejor del país como se pretende, auxiliados
por los extranjeros, no logran desmoronar tan mal gobierno, sin duda es porque la mayoría está
convencida de la necesidad de un gobierno fuerte y de mano firme, para que no
vuelvan las bochornosas escenas del año 20 ni que el comandante de cualquier
batallón se levante a fusilar por su orden al gobernador del Estado. Sobre
todo, tiene para mí el general Rosas que ha sabido defender con energía y toda
ocasión el pabellón nacional. Por eso, después del combate de Obligado, tentado
estuve de mandarle la espada con que contribuí a defender la independencia
americana, por aquel acto de entereza en la cual, con cuatro cañones, hizo
conocer a la escuadra anglofrancesa que pocos o muchos, sin contar con los
elementos, los argentinos saben siempre defender su independencia".
En una carta al Mariscal Castilla en
el año 1848, siendo éste presidente del Perú, le dice –reiterando una
coherencia política a lo largo de toda su vida- que “"El inminente peligro que amenaza a la Francia (en lo más vital
de sus intereses) por los desorganizadores
partidos de terroristas, comunistas y socialistas, todos reunidos al solo
objetivo de despreciar no sólo el orden y civilización sino también la
propiedad, religión y familia”
A su
vez, y del mismo tenor Juan Manuel de Rosas – en una síntesis perfecta de su
pensamiento sociopolítico- le dice a Vicente Quesada en la entrevista de éste a
aquel en Southampton en 1873 y escrito
por su hijo Ernesto QUESADA en “Epílogo
de La época de Rosas, Buenos Aires, Facultad de Filosofía y Letras, 1923”.……
“…Subí al gobierno encontrándose el país anarquizado,
dividido en cacicazgos hoscos y hostiles entre sí, desmembrado ya en parte y en
otras en vías de desmembrarse sin política estable en lo internacional, sin
organización interna nacional, sin tesoro ni finanzas organizadas, sin hábitos
de gobierno, convertido en un verdadero caos, con la subversión más completa en
ideas y propósitos, odiándose furiosamente los partidos políticos: un infierno
en miniatura. Me di cuenta que si ello no se
lograba modificar de raíz, nuestro país se diluiría definitivamente en una
serie de republiquetas sin importancia y malográbamos así, para siempre, el
porvenir pues demasiado se había ya fraccionado el virreinato colonial."
“Los
hábitos de anarquía, desarrollados en veinte años de verdadero desquicio
gubernamental, no podían modificarse en un día. Era preciso primero gobernar con mano fuerte para organizar la
seguridad de la vida y del trabajo, en la ciudad y en la campaña, estableciendo
un régimen de orden y tranquilidad que pudiera permitir la práctica real de la
vida republicana“.
“La base de un régimen
constitucional es el ejercicio del sufragio, y esto requiere no sólo un pueblo
consciente y que sepa leer y escribir, sino que tenga la seguridad de que el
voto es un derecho y, a la vez, un deber, de modo que cada elector conozca a
quien debe elegir; en los mismos Estados Unidos dejó todo ello muy mucho que
desear hasta que yo abandoné el gobierno, como me lo comunicaba mi ministro el
Gral. Alvear. De lo contrario las elecciones
de las legislaturas y de los gobiernos son farsas inicuas y de las que se
sirven las camarillas de entretelones con escarnio de los demás y de sí mismos,
fomentando la corrupción y la villanía, quebrando el carácter y manoseando
todo. No se puede poner la carreta delante de los bueyes: es preciso
antes amansar a éstos, habituarlos a la coyunda y la picana, para que puedan
arrastrar la carreta después“.
Siempre creí que las formas de gobierno
son asuntos relativos, pues monarquía o república pueden ser igualmente
excelentes o perniciosas, según el estado del país respectivo; ese es
exclusivamente el nudo de la cuestión. El grito de constitución prescindiendo
del estado del país es una palabra hueca. Y a trueque de escandalizarlo a Ud.
le diré, que, para mí, el ideal de gobierno feliz sería el autócrata paternal,
inteligente, desinteresado, e infatigable, enérgico y resuelto a hacer la
felicidad de su pueblo, sin favoritos ni favoritas. Por
eso jamás tuve ni unos ni otras: busqué realizar yo sólo el ideal del gobierno
paternal, en la época de transición que me tocó gobernar. Pero quien tal
responsabilidad asume no tiene siquiera el derecho a fatigarse“.
“Es lo que me ha pasado a mí, y
me considero ahora feliz en esta chacra y viviendo con la modestia que Ud. ve,
ganado a duras penas el sustento con mi propio sudor ya que mis adversarios me
han confiscado mi fortuna hecha antes de entrar en política y la heredada de mi
mujer, pretendiendo así reducirme a la miseria y queriendo quizás que repitiera
el ejemplo del Belisario Roman que pedía el óbolo a los caminantes“.
“Son
mentecatos los que suponen que el ejercicio del poder considerado así como yo
lo practiqué, importa vulgares goces y sensualismo, cuando en realidad no se
compone sino de sacrificios y amarguras. He despreciado siempre a los caudillejos de barrio, escondidos en la
sombra; he admirado siempre a los dictadores autócratas que han sido los
primeros servidores de sus pueblos”.
Y es así. Enrique ARANA (h) dice que debemos reconocer que “…la patria actual no has sido hecha por los
gobiernos sino por los caudillos” y que
“la
verdad cuando se instaló el gobierno de Rosas la sociedad estaba preparada para
recibirlo: lo que demuestra es que lo recibió bien y que se acomodó a él con
extraña rapidez. La necesidad de un gobierno fuere estaba en la atmósfera,
desde de los excesos de la anarquía, de las revoluciones constantes, de las
interminables guerras civiles, de aquel terrible caos del año ‘20 y de la
inundación de panfletistas desvergonzados…pero la posteridad tiene que juzgar
esos acontecimientos con criterio sereno, porque justamente en el estudio del
pasado está la enseñanza del porvenir y causas análogas pueden producir
fenómenos semejantes en cualquier época”.
Ernesto QUESADA nos dá una pintura social del momento en que
la nación toda reclama, prácticamente, que Rosas acceda al poder dándole las
facultades extraordinarias para que termine con tanta anarquía que no dejaba al
pueblo vivir en paz. Reclamo que era también el de San Martín que exige un
gobierno fuerte, autocrático, para terminar con la anarquía Unitaria, que él
mismo tanto sufrió y que lo obligó a emigrar:
“La historia de Rosas
se convierte en la historia de la exacerbación del partido Unitario, que fue el
que todo provocó durante aquella época: Rosas no tuvo más remedio que someterse
a .lo que los Unitarios querían, y dejarse llevar al terreno que éstos elegían.
El sueño dorado de Rosas: la
reconstrucción del Virreinato, una patria grande, unida y fuerte, bajo la égida
de un poder militar respetable y servida por una diplomacia seria, no pudo
realizarse nunca, porque los Unitarios no le permitieron ocuparse de él o
desbarataron sus planes en todo momento.. Síganse los acontecimientos de la
época: Rosas no tuvo jamás la iniciativa de un solo exceso, de una sola guerra,
ni de un solo conflicto: en todos, sin excepción, es el partido unitario quien
los inicia, los desarrolla …a la
larga, la población, cansada de tanta inseguridad material y de tanta
incertidumbre política, desesperada por salir de la confusión permanente en que
se vivía, no aspiró sino a la paz, a la tranquilidad, al orden, buscando
"un hombre" suficientemente enérgico para que garantizara la
realización de ese voto supremo.
En
circunstancias semejantes nadie pensaba en instituciones más o menos liberales:
sólo se quería el orden material, a cualquier precio. Rosas era el hombre que
encarnaba y realizaba esa aspiración, y que, imbuido en los mismos prejuicios
de sus coetáneos, ante todo y sobre todo aspiró a cimentar el anhelado orden
material, considerando como cosa secundaria y como simples formalidades las
instituciones liberales, con su rodaje parlamentario y su gobierno ministerial.
En un país normalizado y con educación difundida, un hombre semejante habría
sido una calamidad; en nuestro país y en aquella época era una salvación. Había
dominado con mano férrea la hidra de la anarquía, cimentando el orden,
tranquilizando los ánimos y preparaba el país a su evolución natural. La
intemperancia del círculo unitario amenazaba trastornarlo todo: encendía de
nuevo la guerra civil, entronizada la anarquía, sembraba la intranquilidad. De
ahí que la población se levantara airada e iracunda contra los eternos
perturbadores del orden, que habían demostrado, cuando estuvieron en el poder
.su absoluta incapacidad para el gobierno; y cuyos hombres diri-gentes,
profundamente divididos entre sí, sólo presagiaban un poder débil, inseguro y
vacilante. La invasión unitaria hacía retroceder el país al caos del año 20 ;
la gente, exacerbada, te-nía que repeler una intentona tan descabellada,
conducida por hombres que anteponían su personalismo excluyente al patriotismo
más elemental. Rosas, en aquellos momentos, encarnaba la aspiración de la
época: la tranquilidad y el orden, para el logro de lo cual todos consideraban
imprescindible el autoritarismo, la energía impla-cable y las cualidades que
caracterizaban al gobierno establecido”.
De aqui podemos extraer estas conclusiones: el rigor del
gobierno de Rosas fue producto de la anarquía producida por los Directoriales y
Unitarios (‘panfletistas desvergonzados’,
dice Enrique ARANA (h)).
Si bien a QUESADA en el fondo las dictaduras no son de su
agrado, en carta al escritor y político peruano Ricardo Palma el día 4-10-1898
le dice que él cree que… “Las dictaduras
no siempre son condenables, ni forzosamente degeneran en excesos o en crímenes:
un dictador no es, propiamente, más que un presidente con poderes más extensos
que la generalidad, y ese régimen puede ser perfectamente constitucional, cuando
está establecido en las leyes de un país y funciona honestamente”.
Aunque luego, yerra los conceptos de ‘Dictadura’ y ‘Tiranía’ entendiendo que un dictador y
un tirano son lo mismo olvidando a los clásicos que demuestran que no solo no
son lo mismo sino que –justamente- la tiranía es la consecuencia necesaria de
la democracia que es el endiosamiento del número, estableciendo la ‘numerocracia’ como verdad absoluta en
política y que el tirano actúa en contra de los intereses públicos y a favor de
los personales. El tirano, accede y se mantiene en el gobierno por imposición y
contra los deseos e intereses de su pueblo.
“El tirano, es una persona que es un intruso
en el ejercicio del gobierno y que no ordena al bien común la multitud que le
está sometida sino al bien privado de él mismo” (Santo Tomas de Aquino).
En cambio, la Dictadura, como forma de gobierno, tiene como
base la toma de las riendas de un gobierno por una persona que se hace visible,
protegiendo el bien común y con el
apoyo legal de la gente que le da la
suma del poder, haciéndose responsable -el dictador- del éxito de su gestión,
muchas veces a costa de su vida si se equivoca. El dictador es consecuencia de
una necesidad expresada por el pueblo cansado de la anarquía en un momento de
nuestra sociedad y permanece en el gobierno mientras el pueblo le brinda su
apoyo al cuidado de los intereses públicos, políticos y económicos.
Así Rosas todavía en Southampton en una entrevista que le
realizara el escritor chileno Vicente Pérez Rosales, le dice que la única forma
de vivir en paz, los argentinos, es bajo un gobierno absoluto.
Rosas recibió las facultades extraordinarias a través de
leyes sancionadas por la Legislatura de la Provincia y ratificadas luego por un
plebiscito en 1835, es decir, una dictadura legal, mientras que sus oponentes
Unitarios, como el Gral. Paz, Lamadrid, etc. tenían también las facultades
extraordinarias pero no por leyes emanadas de plebiscito alguno sino por la
fuerza luego de haber tomado el gobierno de las provincias del noroeste, a
fuerza de matanzas y ejecuciones sin el menor apoyo popular. Esto se ha
olvidado y no se ha enseñado en las escuelas.
Entonces queda acreditado que los Unitarios causaron –con el
fusilamiento de Dorrego, para comenzar- la aparición de gobiernos fuertes como
el de Rosas, pedidos y anhelados por nuestro pueblo. De allí la diferencia
entre ‘Tiranía’ y ‘Dictadura’.
En tal sentido, la ‘Dictadura’ es un método de gobierno, un
sistema de gobierno, pero legal que existe con el beneplácito de la población.
La ‘Tiranía’ no tiene sustento legal y se impone y se sostiene por la mera
fuerza.
Rosas fue un Dictador pues tuvo en las Facultades
Extraordinarias y en la Suma del Poder Público, la aquiescencia del pueblo todo
a través del plebiscito Dermidio
González, escritor de la provincia de Corrientes nos ilustra diciendo que “…"El general Rosas fue el primer
mandatario argentino que inició la unidad de la familia argentina, en una
confederación de provincias. Antes de la iniciativa del tratado del litoral de
1831, cada estado pugnaba por su independencia. Las provincias del Río de la
Plata, se dislocaban, se desunían en diversidad de tendencias y ambiciones
políticas. En este sentido, la condición social argentina hizo surgir la
personalidad de Rosas como un símbolo, como una bandera necesaria como un
estandarte incontrastable, cuyo propósito era secundar la acción emancipadora
de Mayo.
Después
del fracaso de las constituciones de 1819 y 1826 todo era un caos, hasta que
con el llamado pacto federal, suscriben los gobernadores de provincia el
compromiso de la unidad argentina. Este hecho fue de los más grandiosos después
del grito de independencia, pues presentaba a la familia unida y compacta en un
solo haz de aspiraciones y con una sola bandera desde el Plata hasta Jujuy,
desde el Océano Atlántico hasta las nevadas crestas de los cíclopes andinos. El
héroe de esta unidad, el paladín de esta victoria, el hábil político de esta
difícil causa, fue Rosas, encargándose de proclamarlo así el pueblo de la nación,
con el concurso de los próceres de Mayo que en aquel entonces vivían en Buenos
Aires.
Ante
este triunfo indiscutible del federalismo, el partido unitario comienza su
trabajo de zapa, para recuperar sus perdidas posiciones, después de su
exclusión lógica de los negocios de estado, a causa del levantamiento funesto
de 1828.El partido federal se dio cuenta al punto de que su enemigo se
preparaba nuevamente a una lucha sin cuartel, a la lucha fratricida que tanta sangre
costó. Claro está que Rosas con su partido, fuerte en la opinión nacional se
dispuso a disputar palmo a palmo en todos los terrenos, y con todos los medios
al elemento unitario. En aquellos días de desorganización y apasionamientos,
los dos partidos querían exterminarse, para quedar el vencedor dueño de la
escena.
Entonces
las masas populares, los gobiernos, los principales hombres, la mayoría del
pueblo, mejor dicho, inviste a Rosas con la Suma del Poder, pues le considera
el único capaz, el único hombre de ese histórico instante para contrarrestar
con éxito y para detener la avalancha, que si llega a la meta de sus
aspiraciones hubiera sido desgarrada la nacionalidad argentina. Pero Rosas
quiere salvar su responsabilidad ante la suma del poder, porque se da cuenta
del peligro que entraña dicha facultad y pide ‘’que los ciudadanos expresen su
voto para que quede consignado el libre pensamiento de la opinión’. El
plebiscito ratificó por completo las aspiraciones de la sociedad".
Enrique ARANA (h) termina diciendo, con acertada visión que “en el estudio del pasado está la enseñanza
del porvenir y causas análogas pueden producir fenómenos semejantes en
cualquier época”.
Bueno, entendemos que nuestra sociedad nacional ayer como
hoy, anárquica, sujeta a los unitarios liberales ideólogos de antaño como
hogaño, con un desquicio social inmerso en un estado de descomposición absoluto
es un escenario ideal para la aparición de una nueva y sana Dictadura Nacional
que ponga orden y ‘venga a mandar’ como dice José Hernández en su ‘Martín
Fierro’ pasando la escoba a tanto iluminado con ideas afrancesadas y disolutas
de nuestra soberanía.
Exponía Enrique ARANA (h) y no pierde vigencia lo dicho, que “Es un hecho averiguado la impopularidad del
movimiento unitario, empeñado en hacer la felicidad del país a viva fuerza”
como decía ese asesino jacobino sacerdote de Julián Segundo Agüero: “haremos la unidad a palos”. Se vé que
mencionado cura, promotor del asesinato de Manuel Dorrego, no fue muy lector de
la Biblia, además como masón que era no congeniaba con el pensamiento y obrar
de los cristianos, por ello renunció a los hábitos.
De allí que el subterfugio de la falta de Constitución para
organizar el país, es refutado por San Martín y por Rosas, con claridad
meridiana poniendo sobre la mesa los maquiavélicos argumentos falaces de los
unitarios.
Ya antes de esa fecha en que se expresa ante Vicente Quesada
y su hijo Ernesto, Rosas tenía el mismo pensamiento:
Felipe Ibarra, le refería por carta la necesidad de tener una
Constitución pues sino el país quedaría aislado entre sí, sin compromisos
mutuos:
Rosas le contestaba con justos argumentos por carta el 16 de
diciembre de 1832 que en la actualidad el país no estaba aislado y que existían
compromisos mutuos…” fundados en pactos
expresos y tan obligatorios como los que podría imponer una carta
constitucional: se deben defender entre sí contra las aspiraciones de cualquier
ambicioso, deben concentrar sus esfuerzos para repeler toda agresión extraña y
por mutuos auxilios deben garantir la existencia y consolidación de la causa
que han proclamado. A la fuerza, a la conveniencia de semejantes compromisos,
¿podría añadir algo la inauguración de una autoridad común o la instalación de
una asamblea? ¿Sería más eficaz la acción de cualquiera de estas autoridades
para acudir a las urgencias internas o externas de la República, que la
cooperación simultáneamente de todos los pueblos, en virtud de las obligaciones
que impone la liga del litoral? No lo creo... No es menos equivocada la idea de
que una carta constitucional enfrenaría las turbulentas pasiones de los
innovadores. En las controversias de los partidos políticos enconados, el
código más alto no es otra cosa que un argumento más que cada cual lo hace
servir a su turno en beneficio de sus intereses”.
No se equivocó Juan Manuel. Después del derrocamiento de su
gobierno en 1852 y con una Constitución producto de dicho derrocamiento
ilegítimo, el país entró en una época de terror y sangre, guerras civiles,
separación de la Provincia de Buenos Aires del resto del país, como no se vio
nunca hasta entonces..
A través de las
páginas del “Archivo Americano” Nro.19 del 21 de Junio de 1845, el Gobierno de la Confederación Argentina expresaba los mismos
criterios respecto a ordenar el país como paso previo a una Constitución.
Los párrafos principales señalaban que “…"La constitución de un Estado, para que sea sólido, debe prevenir de la creación progresiva de instituciones análogas, de las costumbres radicadas en los pueblos, de la acción lenta pero segura del orden y de las leyes especiales de cada Provincia. Hace ocho años que no dejamos las armas para repeler al bando rebelde unido a extranjeros enemigos de nuestra independencia, y una nación no se constituye en medio de la guerra. Pelea y salva su nacionalidad; después sigue naturalmente su constitución...
"El
Tratado del 4 de Enero de 1831 es la base de la constitución de la República...
La organización política, administrativa y social de la Provincia de Buenos
Aires, la seguridad de sus fronteras, la morigeración de las costumbres, y
tantos otros progresos de un sistema liberal de orden y garantías, son otra
base para la constitución del país, porque es inútil esperarla si sus
Provincias no llevan al todo nacional fracciones ordenadas y regulares. Los
salvajes unitarios han conspirado contra ese mismo Tratado en que se afianza la
nacionalidad Argentina, y que es la base de su constitución...
"Así
ha nacido el Gobierno Representativo en las naciones que con razón se precian
de sus beneficios. Obra lenta del tiempo y de la paz, sus instituciones han
resultado de la situación de las cosas, la práctica antecedió a la teoría; las
leyes se sostuvieron en las costumbres; y la libertad constitucional surgió de
la victoria de la independencia y de un orden social y político robustecido en
la unión, en las tradiciones gloriosas, y en los hábitos morigeradores de los
pueblos. ….. Una prueba bien satisfactoria del deseo sincero que le anima por
nuestra constitución política, es el cuidado de preparar la precisa
oportunidad, para que una precipitación imprevisora no nos arrebate tan
consoladoras esperanzas, cometiendo el funestísimo error de constituir el país,
no en la situación conveniente y normal, sino en una extraordinaria y muy
excepcional. No bien se escribe una constitución inoportuna o prematura, cuando
la despedaza la anarquía o la conculca la rebelión. El código fundamental de la
alianza nacional viene a ser pisoteado por los revoltosos; se convierte en
escarnio de las pasiones; y ofrece un nuevo escándalo al Mundo. Así ha sucedido
en el Estado Oriental del Uruguay en el Perú, en casi todas las secciones de
América; y la Confederación Argentina no se ha eximido de esos graves errores.
"Nuestros
Congresos jamás pudieron producir los días serenos de la paz ni los sazonados
frutos de la libertad constitucional. Se reunieron en la tempestad de las
pasiones; un fuego violento sustituyó las inspiraciones de la razón fría y
calculadora, y el clamor de las facciones enfurecidas hizo retemblar el sitio
mismo de sus deliberaciones. La colisión fue espantosa; y no solo despedazó en
su choque lo que existía, sino ofreció a los pueblos el ejemplo más pernicioso
a la moral y a la futura constitución del país.
"Es
una necesidad previa la consolidación de la independencia nacional y con ella
de las instituciones preparatorias que ya existen creadas a virtud de los
pactos fundamentales, como el Tratado del 4 de Enero de 1831.
"Se
necesita que cada Provincia afiance su organización interior en su constitución
particular, en su sistema de hacienda, de justicia, de guerra y demás ramos
administrativos. Esta será obra de la paz y de un tiempo empleado en asiduas y
sabias tareas. Estas constituciones particulares no deben discordar en la
base...
En sus últimos años sigue conceptualizando el mismo
pensamiento, en un todo coherente consigo mismo, respecto al tema de la no
necesidad de una Constitución sino hasta tanto se ordenen las provincias de
nuestro país. En carta a Josefa Gómez del 22 de Septiembre de 1869, en las postrimerías
de su vida, dice que:
“El
Gobierno General en una República no une los Pueblos federados; los representa
unidos, no es para unirlos, es para representarlos unidos ante las naciones. No
se ocupa de lo que pasa interiormente en ninguno de los Estados, ni decide las
contiendas que se suscitan entre sí. En el primer caso solo entienden las
autoridades particulares del Estado, y en el segundo la misma Constitución
tiene previsto el modo como se ha de formar el tribunal que deba decidir. En
una palabra, la unión y tranquilidad crea el Gobierno General, la desunión lo
destruye: él es la consecuencia, el efecto de la unión, no la causa; y si es
sensible su falta, es mucho mayor su caída, porqué nunca sucede sino
convirtiendo en funestas desgracias, y anarquía, toda la República. No
habiendo, pues, hasta ahora entre nosotros unión y tranquilidad, menos mal es
que no exista el Gobierno General, que sufrir los terribles estragos de su
disolución. Eran esas mis vistas, y opiniones que en todo el tiempo que presidí
al Gobierno de Buenos Aíres, encargado de las Relaciones Exteriores de la
Confederación Argentina”.
QUESADA nos señala que Rosas, que al vivir tantos años desde
Southampton pudo asistir “…a la
proclamación de la Constitución y a su ensayo durante tres presidencias: eso no
le convenció y continuó creyendo que no se hacía obra sincera, que nos
engañábamos voluntariamente, que nos contentábamos con tener escrito en el
papel principios y doctrinas que ningún estadista soñaba en aplicar, porque la
realidad era otra cosa y era imposible prescindir de ella. A su juicio, los
sistemas de gobierno se encarnan en la tradición y en las costumbres, y éstas
no estaban aún preparadas para aquella forma de gobierno, que.es la más
adelantada de todas y que exige verdaderos focos autonómicos en cada región del
país; mientras que sostenía que los políticos argentinos estaban
conscientemente practicando una mistificación colosal, respetando todas las
apariencias de un régimen federal autonómico, y ejercitando en el fondo el centralismo
más descarado, unas veces en provecho de la hegemonía del litoral, otras en la
del interior” .
Pensamiento coincidente entre San Martín y Rosas era algo que
ambos tenían presente. Tan es así que no solo San Martín le dona su sable sino
que lo siente amigo y le habla como un familiar al decir de Rosas, ‘Nuestro Juan Manuel’.
De tal modo, en carta a Guido del 27 de Octubre de 1847:
“Diré a Usted que
orejeo cada vez que veo dirigirse a nuestra playas a estos políticos
(embajadores) y a pesar de lo que se dice de los sinceros deseos de estos dos
gobiernos (Inglaterra y Francia) tienen de concluir definitivamente las
diferencias con nuestro país, de todos modos yo estoy bien tranquilo en cuanto
a las exigencias injustas que pueden tener estos gabinetes, porque todas ellas
se estrellarán contra la firmeza de nuestro
don Juan Manuel».
A lo largo de sus vidas, la correspondencia entre ambos, uno en Europa y otro presidiendo los destinos de la Confederación Argentina, fue ganando confianza en sus diálogos y en lo coincidente de sus pensamientos políticos.
A la Nación la crea un Estado que dá a su pueblo, consciente
de su unidad moral, una existencia efectiva a través de una organización
jurídica, un régimen de jerarquías, una voluntad”.-
Si el Estado está representado por partidos políticos, la
nación estará dividida en partidos políticos y no habrá cohesión, una voluntad,
una unidad moral, en la Nación. (“La
Nación no es un conjunto de individuos que votan -que se dividen- sino un
conjunto de familias que viven”. Charles MAURRAS).-
Nadie ha nacido nunca miembro de un
partido político: todos nacemos miembros de una familia, vivimos en un
municipio; todos trabajamos en una profesión.
Estas son nuestras unidades naturales
y no necesitamos, pues, del instrumento intermediario y artificial de los
partidos políticos, que para unirnos en grupos artificiales empiezan por
desunirnos en nuestras realidades auténticas.
Expresemos la trascendencia de la
nación pues ella es una sociedad natural o histórica; no depende de nuestra
voluntad o de contrato alguno, no se elige: se nace, es una herencia y tiene
por fin la permanencia en su unidad, y es distinta y superior a los individuos
que la integran, encontrando en el Estado su máquina operante, debiendo estar
éste ordenado al bien común, conforme a la Ley Natural, apropiada a las
costumbres, al lugar y al tiempo, según enseñaba San Isidoro de Sevilla.
ORTEGA Y GASSET exclama y da una definición, con un tinte de
indignación por lo que sufría su España: “Democracia
exasperada y fuera de sí, democracia en religión y en arte, en el
pensamiento y en el gesto, en el corazón y en las costumbres… Lo que hoy se
llama democracia es una degeneración de los corazones, el más
peligroso morbo que pueda padecer una Sociedad”.
¿Y cuál sería, la forma
correcta de gobierno?. ¿Es que se niega la participación del pueblo, del
común de la gente en la elección de los gobernantes? No, no se niega la
participación -en especial en la gestión-sino el modo de elección de los
mismos.
Santo Tomas dice que el mejor régimen
de gobierno es uno mixto: tiene un componente Monárquico, que asegura la
unidad, un componente Aristocrático que asegura la representatividad y un
componente Republicano que asegura la participación.
El
derecho y el deber de participar en la vida pública procurando el bien. Así, la perversión intrínseca de la
democracia no está en la posibilidad que ella abriga de elegir a los
gobernantes, sino de elegirlos mediante el sistema del sufragio
universal…La Iglesia prescinde de
cualquier tipo de modalidad [gubernamental] centrando el concepto en la idea de
participación […] que se puede dar tanto en la designación de los gobernantes y
representantes políticos como en la gestión de la cosa pública” ( ver Santo Tomás,
verbigracia, en su «Comentario a la Política de Aristóteles»)”
que
ya en “la Edad Media se daba una real participación
de los distintos sectores sociales, manifestada en los municipios o comunas,
los gremios, corporaciones artesanales, universidades, etc, en los asuntos que
eran de su competencia. …Los
gremios distinguían a los ilustres de
cada corporación, para que cada uno de ellos, perteneciente a distintas
sociedades, integrase, a su vez, un consejo de patricios que designaría al Jefe
del distrito o comarca”.
No
debemos preguntarnos ‘si la democracia, no pues entonces qué?’ sino al revés:
¿qué régimen o sistema de gobierno había antes de que la democracia usurpara,
se divinizara como forma pura y totalitaria de gobierno? La respuesta era que
las naciones durante milenios estaban organizadas de otra manera y la
civilización fueron creciendo y organizándose en jerarquía de valores y
capacidades”.
El sofisma para ocultar esto y poner paños fríos ante la evidencia de la
decadencia social es decir que ‘no hay una verdadera Democracia’ o ‘la
Democracia está enferma’ o también otros sofismas que van apareciendo:
‘‘Los males de la Democracia se curan con
más Democracia’ (que es como decir, los males de una enfermedad se curan
con más bacterias y virus) .
“No es que hoy en día las llamadas Democracias
son falsas Democracias porque se terminan
convirtiendo en tiranías del número, sino justamente se convierten en esto
porque son genuinas Democracias”
Las Democracias intrínsecamente son la
tiranía del número, el despotismo de las muchedumbres anónimas e ignorantes de
la ‘res publica’.
El “hombre-estulto” u “hombre-mesócrata”
cree firmemente que tiene derechos pero no obligaciones y menos que los
derechos sean CONSECUENCIA de las obligaciones cumplidas, sin darse cuenta que
para que él tenga un derecho NECESARIAMENTE tiene que haber alguien obligado y
viceversa.
La estupidez no responde ni interroga,
instaura el reino de los estereotipos y de los tópicos.
Estereotipos son frases e ideas
hechas, (muy de la sociedad actual marquetinera y gramsciana), reacciones
hechas, emociones hechas, en fin, un mundo prefabricado que se instala en uno
desde que muestra la cabecita al mundo y el mundo le anuncia: te la vamos a
llenar, no te preocupes, con estereotipos, que son algo así como la música
estereofónica: te llega por todos lados y te inunda por todos los poros. Te
‘educa’ en la estupidez.
Jacques DE MAHIEU,
pensador, escritor, sociólogo, filósofo, antropólogo y soldado de la Francia
nacional, afincado en la Argentina luego de la II Guerra Mundial acerca de la democracia como base del
crecimiento de la oligarquía y su necesaria relación escribía que:
“…Con los medios de
comunicación masiva de que se dispone hoy en día -prensa, especialmente la
ilustrada, radio, cine y, sobre todo, televisión- resulta facilísimo, en
efecto, suscitar la la exacerbación emocional de instintos, sentimientos e
intereses”.
“La conducción la masa salvo en contados momentos de explosión revolucionaria o subversiva, está por lo
tanto en manos de quienes detentan dichos medios, vale decir, en el mundo
liberal, de grupos financieros, y en el mundo soviético, del monopolio
capitalista de la
tecnoburocracia”.
“El manejo de la opinión
pública pertenece a quienes controlan el dinero. De ahí que, según la
expresión de Maurras, la democracia sea siempre plutocracia”..
“La representación masiva de individuos condicionados es por consiguiente,
en definitiva, representación de los detentadores del dinero. Cuando el capital
está dividido entre varios grupos
financieros, tenemos una multiplicidad de corrientes de opinión y, por
lo tanto, de partidos. Cuando está concentrado en un grupo único, tenemos una
sola corriente de opinión. Pero la base es la misma: la masa, dividida: o
unificada”.,
“En el mundo de hoy, el
proceso de masificación, desencadenado hace doscientos años, está tan
adelantado que las comunidades intermedias están casi totalmente
desintegradas”.
La partidocracia es más
propia del hombre víctima de la feroz publicidad que de ella se hace para
imponerla y sostenerla, a pesar de que este hombre común la sabe patológica,
cuando no, un remedio dulce al tomar y amargo al tragar; o el peor negocio:
aquel en el cual uno elige ser estafado ex profeso al ingresar
al salón donde se hallan los sucios escaparates del producto a comprar. En este
momento en que se han exacerbado las pasiones de partido (empezando por los
deportivos) le basta a ese hombre común, presionado o intimidado por este
sistema, tomar partido por lo que fuere. Ya lo decía el viejo tema de Pedro
Aznar: “elegí, nada importa sólo elegí”; tan repetido
incansablemente hasta haber penetrado en nuestras seseras y sentirnos ogros si
no lo hacemos.
Lógicamente que este
sistema no se mantiene solo; necesita un ejército muy bien adiestrado con años
de preparación (sobre todo en psicología y marketing),
específicamente incluso, un ejército llegado desde afuera, vulnerando nuestra
idiosincrasia ancestral y genuina. La partidocracia, como otros males, es un
producto importado. Al llegar a estas costas se contaminó de todo lo malo que
encontró a su paso.
La partidocracia o la
tiranía de los partidos tiene sus metas propias, sus objetivos propios y sus
medios propios que distan totalmente de los intereses reales de este hombre de
a pie; no tenemos nada en común con este sistema. Al contrario, saca lo peor de
nosotros porque ella no conoce de virtudes sino simplemente de despropósitos.
Basta con volver la mirada hoy hacia sus principales protagonistas, que no
hacen otra cosa más que mostrarse impúdicamente contando dinero sucio en sus
cuevas. Son tantos los hechos perversos que están a la vista, que uno sobrepasa
al otro. La partidocracia, en resumen, se devora las mejores voluntades;
aquellas que queriendo inmolarse por el bien común son inmoladas pero no como
víctimas sino, al mejor estilo mafioso, como victimarios.
Nuestra enemistad con
la partidocracia no es caprichosa, es porque ella va contra el sentido común;
aquel que aún se resiste a ser derrocado. Ella se ha encargado de ir
construyendo, con el correr del tiempo, sus propios males. Hasta mostrarse tal
cual es: una obscena imagen repetida, corregida y aumentada desde hace mucho
más de un siglo.
Todo ha pasado ya pero
aún falta lo peor. Esta receta ya ha sido degustada por otras regiones y los
resultados han sido los mismos; los que decía Gramsci en sus Cuadernos: la
gran revolución. La de anular el sentido común. Así estamos. Este sistema es un
esqueleto andante y pútrido, con quien sólo se puede contraer “náuseas”, y
nadie que yo sepa en su sano juicio quiere ésto.
La democracia en todas
sus facetas: plutocracia, cleptocracia, dedocracia, partidocracia, oclocracia,
etc., no es venida del cielo. No; la han hecho hombres y hombres de carne y
hueso como nosotros, los mortales, pero con una particularidad: quieren
repartirse el botín. Para ellos, la suntuosidad y el escándalo son moneda
corriente.
Pero cuál será el
secreto para intervenir partidocráticamente. No hay secretos en la
partidocracia; es puramente el azar. El azar controlado como en la mejor ruleta
del mundo; no hay ciencia, la ciencia es el engaño, la trampa, el dolo y la
mentira. Hay sí, como en una falsa religión, el cumplimiento de todos los
pecados y la obligación de que sus “sacerdotes” sean los que den el “ejemplo”;
esto es, que cometan todos los pecados que sean necesarios cometer para que la
gran farsa de echar los votos siga en pie.
¿Quién puede decir en su
sano juicio que la voluntad (elecciones) es sinónimo de acierto? Es una
Tómbola, ¿Quien en su sano juicio puede decir que la suma de las voluntades
individuales tiene como efecto la voluntad general? Y menos que sea la decisión
correcta. ¿Qué sabe el común de la gente de contabilidad, temas agrarios,
monetarismo, soberanía política, diplomacia, economía, cuestiones militares, gestión
administrativa, etc…? NADA.
Por empezar, ¿la gente sabe
que en la Argentina no hay Parlamento?. ¿Que el poder Ejecutivo no es el que
administra? No tienen la más remota idea: en la Argentina no hay Parlamento
sino Congreso, que no es lo mismo pues el Parlamento requiere un sistema Parlamentario,
esto es, Un Primer Ministro, y el nuestro es un sistema Presidencialista.
En la Argentina el Poder
Ejecutivo, pues, NO ADMINISTRA, sino que DIRIGE, MANDA, EJECTUVA…..
Como decía HOMO SUN: ” Nunca salen bien las cosas que dependen de
muchos!”
Es decir, gane quien
gane siempre las elecciones, perdemos nosotros…
Ya lo decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa autor del IL
GATOPARDO….”hay que cambiar todo para que nada cambie’….
Hoy están estos en el poder,
mañana, otros, y así….todo sigue igual
El “Hombre-Mesócrata” es la
consecuencia de todo esto y sigue su marcha como los Lemmings que cada tanto comienza a correr en masa hacia el mar,
saltan y se mueren ahogados, suicidándose…
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