JUAN MANUEL DE ROSAS, EL ‘PADRE DE LA PATRIA’
Gonzalo V. Montoro Gil
I.-Introducción
¿Por qué
decimos que Rosas fue –y es- el ‘Padre de la Patria’?
Hay varios
hechos que convergen y fundamentan en tal sentido.
Esto no es en
desmedro de las gloriosas gestas de José de San Martín, su importancia en
nuestra historia y lo único de sus logros. Logros que ni siquiera hizo Rosas ni
ningún otro militar en la historia de la civilización.
No es idea
historiar las largas vidas públicas y privadas de ambos héroes; solo aquello
que nos haga ver las razones que nos llevan a llamar a Rosas el ‘Padre de la
Patria’ (asi como a San Martín, el ‘Libertador de América’).
Significa esto
que simplemente debemos ubicar a cada prócer en su lugar histórico, en sus
objetivos conseguidos y en las consecuencias propias del accionar de cada uno.
Esto es, lo que representó para nuestro país sus actuaciones públicas.
Ni siquiera
estamos haciendo un cuadro comparativo de cuál de ellos fue más valiente o más
patriota o de mayor capacidad. Ambos, cada uno en su espacio y tiempo
demostraron su grandeza y dejaron bien en claro que –junto a Manuel Belgrano-
han sido aquellos con mayor sentido y visón política global.
Pero el justo
título de Padre de la Patria le cabe, por mérito propio y sus logros,
focalizando exclusivamente en los
resultados de sus actuaciones en nuestra
tierra, en la conformación del Estado Argentino, a don Juan Manuel de
Rosas, Restaurador de las Leyes.
Veamos
II.-José de San Martín
José de San
Martín genial estratega militar estuvo en nuestro territorio niño. Nació el 25
de Febrero de 1778 en Yapeyú (Corrientes). Con apenas muy pocos años con su
familia, previo paso durante 3 años en Buenos Aires, se trasladó a Cádiz, España en 1783 y luego a
Málaga.
Recién y ya
adulto volvió el 12 de Enero 1812 a la tierra que lo vio nacer. Tenía 34 años y
desconocimiento de todo lo que ocurría aquí, en las Provincias Unidas del Rio
de la Plata. Si consideramos que se volvió a Europa muy niño.
Se le
encomendó la creación de un ejército profesional, disciplinado, ordenado y lo
hizo creando el Regimiento de Granaderos a Caballo, al que le impuso todos sus
conocimientos militares, su disciplina, sus modos de combatir, aprendidos en
Europa, que aquí se desconocían..
Dice sobre el
tema el historiador José Luis Busaniche que San Martín, “….Evitando los inconvenientes del espionaje que degrada y los clubs
militares que acaban por relajar la disciplina, planteó algo más eficaz y más
sencillo. Instituyó una especie de tribunal de vigilancia compuesto de los
mismos oficiales, en que ellos mismos debían ser los celadores, los fiscales y
los jueces, pronunciar las sentencias y hacerlas efectivas por la espada,
autorizando por excepción el duelo para hacerse justicia en los casos de honor.
"En cuanto a los soldados, los elegía vigorosos,
excluyendo todo hombre de baja talla. Los sujetaba con energía paternal a una
disciplina minuciosa, que los convertía en máquinas de obediencia. Los armaba
con el sable largo de los coraceros franceses de Napoleón, cuyo filo había
probado en sí, y que él mismo les enseñaba a manejar.
"Por último, daba a cada soldado un nombre de
guerra, por el cual únicamente debían responder, y así les daba el ser, les
inoculaba su espíritu y los bautizaba. Sucesivamente fueron creándose otros
escuadrones según este modelo, y el día que formaron un ejército y el nervio de
una situación.
"Bajo una disciplina austera que no anonadaba la energía
individual, y más bien la retemplaba, formó San Martín soldado por soldado,
oficial por oficial, apasionándolos por el deber, y le inoculó ese fanatismo
frío del coraje que se considera invencible, y es el secreto de vencer.
"Los medios sencillos y originales de que se
valió para alcanzar este resultado muestran que sabía gobernar con igual pulso
y maestría espadas y voluntades. Su primer conato se dirigió a la formación de
oficiales, que debían ser los monitores de la escuela bajo la dirección del
maestro.
"Al núcleo de sus compañeros de viaje fue
agregando hombres probados en las guerras de la revolución, prefiriendo los que
se habían elevado por su valor desde la clase de tropa; pero cuidó que no
pasaran de tenientes. Al lado de ellos creó un plantel de cadetes, que tomó del
seno de las familias expectables de Buenos Aires arrancándolos casi niños de
brazos de sus madres.
"Era el amalgama del cobre y del estaño que daba
por resultado el bronce de los héroes. Con estos elementos organizó una
academia de instrucción práctica que él personalmente dirigía, iniciando a sus
oficiales y cadetes en los secretos de la táctica, a la vez que les enseñaba el
manejo de las armas en que era diestrísimo, obligándolos a estudiar y a tener
siempre erguida la cabeza ante sus severas lecciones, una línea más arriba del
horizonte, mientras llegaba el momento de presentar-la impávida a las balas
enemigas”.
Respecto a luchas y batallas en sí, en nuestro territorio, San Martín tuvo una sola batalla –de 15 minutos- en estas tierras a lo largo de toda su vida: la batalla de San Lorenzo (Pcia.de Santa Fe), que analizaremos en siguientes párrafos.
Después organizó el llamado Ejercito del Norte que en su momento comandaba Manuel Belgrano, al cual reemplazó, después de las derrotas de éste en Vilcapugio y Ayohúma en Octubre y Noviembre de 1813..
Allí, en
Tucumán, San Martín concibió un plan continental, único en el mundo,
consistente en cruzar la Cordillera de los Andes hacia Chile, liberarlo de los
Realistas, como lo hizo, para luego ir a Perú donde también lograría triunfar y
liberarlo de los españoles.
La idea de concebir una estrategia
superadora a la ruta ‘altoperuana’ ya
había sido advertida por algunos jefes militares que integraron las campañas al
Alto Perú. San Martín, hábil estratega militar, rápidamente tomó para sí esta
idea y pergeñó su plan continental.
Fue entonces que el general concibió
su propósito de cruzar la Cordillera de los Andes, sorprender a los españoles
en Chile y luego, vía el océano Pacífico, atacar y liberar a Lima y el Perú.
Para mantener segura la frontera del
norte, pensaba San Martín, bastaban las tropas irregulares salteñas al mando
del coronel Martín M. de Güemes a quien encargó la defensa de la frontera
norte y comenzó a preparar su futura estrategia militar
En efecto, mientras
esto ocurría, Güemes sostendría en el norte de nuestro país el empuje e ingreso
de las fuerzas realistas a nuestro territorio, mediante guerra de ‘guerrillas’.
Digamos al
pasar que el sistema de guerra de ‘guerrillas’
no fue una creación ni de San Martín ni de Güemes, sino de Manuel Dorrego-
subordinado de Belgrano, primero y luego de San Martin.
Dice Hernán
Brienza que en reuniones que tenían Dorrego con Tomas Guido para ver la
estrategia a tener en la lucha contra los realistas, el primero le decía al
segundo: ““Mi experiencia me
dice, Tomás, que los gauchos están preparados para contener mediante la guerra
de recursos. Es inútil intentar ocupar el Alto Perú, el Ejército quedará una
vez más aislado y sin fuerzas para enfrentar al poderoso Goyeneche. Mi plan es
sencillo: hay que hacer la guerra de guerrillas”.
“Guido tomó nota y al otro día partió rumbo al cuartel
sanmartiniano para transmitirle las ideas de Dorrego al General. De inmediato,
el vencedor de San Lorenzo envió un oficio preguntándole sobre la conveniencia
de reducir la retaguardia a cien hombres y si se podía dejar a los gauchos a cargo
de las milicias la tarea de vigilar y hostilizar a los realistas.
“San Martín leyó el informe con mucha atención y tomó
la decisión correcta: era inútil avanzar hacia el Alto Perú. El General adoptaría
el plan detallado por Dorrego, excepto por una diferencia, el jefe iba a ser el
bravo Martín Miguel de Güemes, ese gaucho de buena familia, alto, morenazo, de
barba espesa hasta el pecho y voz gangosa, cuyo amor por la patria era apenas
mitigado por su pasión hacia las mujeres querendonas.
“La historia tiene una deuda más con Manuel Dorrego.
No sólo fue el primero en cruzar los Andes al mando de un Ejército Libertador,
también fue el ideólogo de la guerra de guerrillas que detuvo a los realistas”.
Luego, de tal
modo, el noble salteño lo puso en marcha
en forma definitiva. Hecho poco conocido en nuestra historia y en el que más no
nos extenderemos pues no hace al tema del presente trabajo.
Volviendo a San Martín, Allí
concibió su Plan Continental. Es nombrado Gobernador de Cuyo. Allí organiza sin
pausa el Ejercito Libertador con una
estrategia y maestría insuperable estando presente hasta en el más mínimo
detalle en lo tocante a la organización, disciplina de sus soldados.
Súmese al hecho que supo
organizar una red de espías que no tuvo parangón en nuestra historia. Su otro
modo de guerrear, además de las tradicionales, fueron una constante guerra de
zapa contra los españoles.
Y decimos ‘insuperable’ pues su don de mando, su
estrategia fue superior a la de Napoleón al cruzar los Alpes –de mucha menor
altura y distancias- y del mismo Alejandro Magno. No estamos lejos de entender
que como militar y estrategia fue tal vez el más grande de todos los tiempos.
El Cnel. Carlos
Dellepiane (‘Historia Militar del Perú’-Ed.
Círculo Militar-1941 Biblioteca Oficial. Vol. 267-268. Bs.As. 3era.Ed. Octavo milla) lo resume en un párrafo: “San
Martín fue indiscutiblemente el más
grande estratega Sudamericano. Sus contemporáneos no llegaron a igualarlo en
talento militar ni alcanzaron sus grandes en las concepciones de gran aliento”
El escritor puntano Víctor
Saa (‘San Luis en la Gesta Sanmartiniana’- Rev. Sanm. a VII Nro.23- 1947) dice sobre
esto último –citado por Pascual R.
Paesa:
“La invasión a través de la cordillera requería un preparación
delicadísima. Era necesario desorientar al enemigo sobre la fecha y sobre los
lugares de paso. Dispersar sus fuerzas alejándolas de los puntos donde
desembocarían los patriotas. Descubrir los efectitos e intención del ejército
enemigo, y ocultar los propios. Esta minuciosa preparación la realizó San
Martin con un enjambre de espías. A su vez debió vigilar a los criollos
realistas de Cuyo, que no eran pocos, y a los españoles del lugar o confinados que
llegaron a ser muchos”.
Su plan continental –con
exacta visión- los definió San Martín en una carta del 22 de Abril de 1814 a
Nicolás Rodríguez Peña:
“….La patria no hará camino, por este lado del norte que no sea
una guerra defensiva y nada más. Pensar en otra cosa, es empeñarse en
echar al pozo de Ayrón, hombres y dinero. Ya le he dicho a Ud. mi secreto:
Un ejército pequeño y bien disciplinado en Mendoza, para pasar a Chile y
acabar allí con los Godos, apoyando un gobierno de amigos, sólido, para
concluir también con la anarquía que reina. Aliando las fuerzas pasaremos
por el mar a tomar Lima. Ese es el camino y no éste. Convénzase, hasta que
no estemos en Lima la guerra no se acabará”. Y así fue.
Estableció un gran
campamento militar en los alrededores de Mendoza.. Allí formó a sus soldados y
oficiales, fabricó armas (sables, fusiles, cañones, municiones y pólvora) y
uniformes. Tuvo que ocuparse de engordar mulas y caballos; también fabricar y
colocarles herraduras. El jefe de sus
talleres, el Fraile Luis Beltrán y el Ingeniero tucumano José Antonio Álvarez Condarco, fueron
factótum imprescindibles para San Martín, el primero inventó un sistema de poleas para
pasar los precipicios con los cañones y otro de puentes colgantes, ambos
transportables y también en la fabricación de cuanta arma San Martín necesitaba
y le pedía. El segundo, además de combatir heroicamente, fue director de
polvorín y quien trazó los planos por donde
pasarían a Chile los revolucionarios. San Martín lo envió luego en
misión confidencial a Buenos Aires, ante el Director Supremo Juan Martín de
Pueyrredón. Debía establecer con éste la cantidad y tipo de artículos de guerra
necesarios para la campaña de los Andes.
Para despistar hizo 6
columnas para atravesar la Cordillera de los Andes, al mando de San Martín,
Soler, O’Higgins, Cnel. Las Heras, Tnte. Cnel Francisco Zelada, Tnte. Cnel.
Juan Cabot, Cap. José Lemos y Cnel. Ramón Freire.
*
Luego de declarar la
independencia del Perú en 1821 y la entrevista con Simón Bolívar, falto de
apoyo de nuestro gobierno, perseguido por Bernardino Rivadavia que lo odiaba por
desobedecer las órdenes de volver a Buenos Aires y de participar en las contiendas civiles para
reprimir militarmente a los caudillos Federales como Artigas y otros, decidió
retirarse.
El poder centralista de
Buenos Aires ponía por delante los intereses propios de la urbe por sobre la
integridad de todo el territorio de las Provincias Unidas, sacrificando a la
Banda Oriental. Una vez más, y no sería la última….San Martín, desde lejos,
veía todo esto. Y para él fue como luchar contra molinos de viento.
De tal manera, Rivadavia
intentó llevarlo a juicio y luego, asesinarlo. Fue salvado por Estanislao López
que le avisa las intenciones aviesas de Rivadavia ofreciéndole llevarlo con sus
tropas hasta el centro de la Ciudad de Buenos Aries si el Gobierno del futuro
Unitarismo próximo, no le permitieran volver allí.
Al llegar a Buenos Aires
se lo acusó de haberse convertido en un ‘conspirador’,
‘ladrón’, ‘loco’, ‘aventurero’. La
anarquía primaba en nuestro territorio y los Unitarios y la masonería querían
su cabeza.
Dice
Mario ‘Pacho’ O’Donnell “San Martín, como
militar de alma que era, aborrecía el desorden y la indisciplina. Estaba seguro
de que la anarquía en que se había sumido su patria terminaría por derrumbarla
y hacer fracasar la lucha por su independencia, en la que él había invertido tantos
esfuerzos y sacrificios. De los dos partidos, el unitario o el federal, las
simpatías del Libertador se inclinaban hacia el último, lo que es claro en una
carta a su amigo Tomás Guido: "El foco de las revoluciones, no solo en
Buenos Aires sino en las provincias, ha salido de esa capital, en ella se
encuentra la crema de la anarquía, de los hombres inquietos y viciosos, porque
el lujo excesivo multiplicando las necesidades se procura satisfacer sin
reparar en medios: ahí es donde un gran número no quieren vivir sino a costa
del Estado y no trabajar".
Su simpatía por el
federalismo fue uno de los motivos principales de la enemistad de los doctores
porteños, quienes lo condenaron al destierro y a la injuria”.
Desalentado por las
luchas internas entre los ya Unitarios o ‘Partido de los Principios’ y Federales, fue demasiado para él.
Ante el cariz que
tomaban los acontecimientos San Martín decide volverse a Europa ante el peligro
de vida que corrían él y su familia. El 10 de febrero de 1824 partió hacia
Francia.
Nunca más tocó tierra Argentina.
A pesar de haberlo intentado llegándose hasta Montevideo con el gobierno de su
amigo Manuel Dorrego, para ponerse a sus órdenes en la lucha contra el Brasil.
Pero cuando llegó a Montevideo se enteró del asesinado de éste último y la toma
de poder por parte de Juan Galo Lavalle, el Unitario ‘espada sin cabeza’.
Fue demasiado para él y
se dio cuenta que todo seguía igual, repitiéndose como una noria la historia de
nuestro desgraciado país. Se volvió a Europa. A pesar de ello siguió siempre
las alternativas políticas de su país y con los años prestó sostén diplomático
y moral al Gobierno de Rosas al que elogió por la lucha en defensa de la
Soberanía nacional, ofreciendo ir a combatir contra los ingleses y franceses
que asolaban nuestras tierras y ríos..
San Martín, fue
designado como el Fundador y ‘Libertador’
de Perú y Chile, siendo un justo reconocimiento a quien liberó a medio
continente del poder español.
*
Con el presente resumen
queremos dejar sentado que San Martin estuvo en tierra argentina de adulto y
como militar de Enero de 1812 a Enero de 1817. Luego siguió su derrotero por
Chile y Perú durante años.
Significa que San Martín
solo vivió en nuestro país como militar apenas 5 años de toda su existencia.
Y de esos 5 años, solo
combatió en nuestro país una sola batalla: la de San Lorenzo. Lo de ‘batalla’ es discutible, como se verá.
Súmese que San Lorenzo, más
allá de los libros de historia escritos sobre el tema, no fue realmente un
batalla sino, apenas, una escaramuza de solo 15 minutos entre el ejército de
los Granaderos, perfectamente entrenados y de sólida formación gracias a San
Martin, contra un grupúsculo de Realistas que desembarcaban continuamente en
las costas del río Paraná con el objeto de abastecerse de mercaderías,
alimentos, etc.
Con solo intenciones de
pillaje rastrero en las zonas aledañas a la costa y también rapiña y robo en el
Convento de San Lorenzo donde se dio el hecho de que los Granaderos
sorprendieron a los escurridizos españoles que venían depredando las costas y
regresando prontamente a sus buques.
Intentaban alzarse con bebidas,
forrajes, gallinas, alimentos en general, etc. Se encontraban robando a los monjes que en el
Convento y también en los pueblos costeros, como se dijo.
Pero no fue una batalla,
una invasión Realista al territorio con afán de poseerlo, de ocuparlo, de
conquista.
No fue una batalla entre
ejércitos numerosos de miles de hombres como sucedió antes y después con los
españoles y en las guerras civiles argentinas o las guerras internacionales con
el Brasil.
Dijo el entonces Coronel
San Martín en su parte de guerra: “(…) seguramente el valor e intrepidez de mis granaderos
hubieran terminado en este día de un solo golpe las invasiones de los enemigos
en las costas del Paraná, si la proximidad de las bajadas no hubiera protegido
su fuga, pero me arrojo a pronosticar sin temor que este escarmiento será un
principio para que los enemigos no vuelvan a inquietar a estos pacíficos
moradores (…)”
Los Granaderos eran solo
alrededor de 125 hombres. Los Realistas eran aproximadamente también pocos: desembarcaron
250 pero fueron hacia el Convento alrededor de 130 hombres guiados por el
Capital Antonio de Zabala (Recordemos este nombre).
San Martín informó que
de nuestras tropas hubo 6 muertos y 20 heridos. (Según los realistas, fueron
entre 55 y 60 muertos y de 86 a 90 heridos, lo que supone una exageración
habida cuenta la cantidad de soldados que tenía San Martín bajo sus órdenes).
Del bando Realista San
Martín calculó 40 muertos españoles y 12
heridos (Según los Realistas, fueron 11 muertos y más de 39 heridos).
¿Cuánto duró el combate?
Lo dijimos: sólo….15
minutos!!.
Con lo expuesto,
teniendo en cuenta la cantidad de soldados involucrados y el tiempo de combate,
queda en evidencia que no fue una Guerra, ni una Batalla. Apenas una refriega, escaramuza,
o quiera llamársela, de poco tiempo y por cuestiones domésticas, una ‘ratería’,
como ser el robo de mercaderías de consumo, en general.
No menoscabamos el
conflicto ni la excelente táctica envolvente de los Granaderos; es más, nunca
más los realistas desembarcaron para sustraer comida, bebidas, y demás enseres
luego de este encuentro.
Y aún observemos que sucedió después que, como un paso de
comedia, nos lo describe Daniel Balmaceda:
“Luego
de que resolvieran mediante notas el intercambio de prisioneros en la mañana
del 4 de febrero (cuando se cumplían veinticuatro horas del combate), el
capitán Zabala desembarcó una vez más, con el objeto de reunirse con San
Martín. Como si fuera el ‘tercer tiempo’ de un partido de rugby, donde los
contrincantes se reúnen a compartir unos brindis más alguna comida, ambos
oficiales vistieron sus uniformes de gala.
El
blanco pantalón del realista exhibía una mancha de sangre por la herida de
lanza que sufrió en la contienda.
El
futuro Libertador tenía el brazo derecho inmovilizado porque se había dislocado
el hombro en la caída.
Tomaron
un desayuno completo servido por los monjes del convento, conversaron con mucha
amabilidad y corrección, bebieron vino, almorzaron algo liviano —ésa era la
costumbre: buen desayuno y poco almuerzo- y después de lo que hoy llamaríamos
‘brunch’ (mezcla de ‘breakfast’ y ‘lunch’), ¡los dos comandantes durmieron la
siesta en los claustros del convento! Más tarde, Zabala se abrazó (sic!) a San
Martín y partió con media res más otras provisiones, con la condición bajo
juramento de que sería empleada para alimentar a los heridos.
Dos
años después de este suceso, San Martín y Zabala se reencontraron en Mendoza.
El ex jefe realista le ofreció sus servicios al Gran Capitán. Pero éste los
rechazó de la manera más cordial, aunque dispuso que se le otorgara una
pensión.
Zabala,
el hombre que combatió a San Martín el 3 de febrero de 1813 y compartió el ‘brunch’ con su vencedor el 4
de febrero, estuvo presente en los festejos que se realizaron en Mendoza por la
Declaración de la Independencia”.
Esta anécdota increíble parece más un
sainete bizarro, de ciencia ficción, que algo que en realidad hay sucedido. Un
‘grotesco’ teatral.
Y nos lleva a la reflexión de que
–como se dijo anteriormente- no fue una batalla magna, de proporciones, sino
más bien una lucha barrial –violenta, eso si- por alimentos y vituallas que los
Realistas subrepticiamente hacían por hambre y sed y los Granaderos de San
Martin los detuvieron mandándolos de nuevo a sus barcos estacionados en el
Paraná.
De lo contrario no se explicaría el
trato de respeto que tuvieron los dos jefes militares de ambos bandos, al día
siguiente luego del encuentro militar, desayunando juntos, durmiendo la siesta
en sendas habitaciones del Convento donde se había producido el combate, y el
regalo que San Martín le había dado –media res- al español, seguramente
observando el grado de hambruna que estaban sufriendo sus soldados; sobre todo
los heridos que no tenían que comer.
Por supuesto que en las
batallas de Chile y Perú se enfrentaban miles de hombres en luchas sangrientas
y de allí la grandeza de la proeza sanmartiniana.
Pero, específicamente en
nuestro territorio, solo hubo de parte de San Martín y sus Granaderos, una sola
–digamos- refriega (llamada erróneamente ‘batalla’)
que fue la de San Lorenzo el 3 de
Febrero de 1813, y con las características que venimos desarrollando y que
hemos comentado arriba. Donde, eso sí, se dieron escenas de valor y entrega
como la del por entonces soldado Juan Bautista Cabral.
Es dable remarcar que
tanto San Martin como Rosas tenían una comunidad de doctrina y veían al país de
igual manera. Sus intercambios epistolares (ver ‘Anexo’) a lo largo del tiempo
hacen observar un respeto mutuo y admiración de uno por el otro y que se agrega
lo afectivo con el correr de los años.
Esto nos lleva a
considerar que San Martin fue el ‘Libertador’
de media Sudamérica, en una ciclópea proeza aún no igualada, y nadie le
puede arrebatar ese título, pero no el
Libertador de la Argentina (con una sola y breve lucha en San Lorenzo), y –por consiguiente-el ‘Padre de la Patria’.
Porque, solo tuvo una
contienda militar en la Argentina (San Lorenzo) de solo….15 minutos!!!! y su actividad en nuestra tierra se sostuvo en
organizar el ejercito que libertaría a Chile y Perú, pero ni desde el punto de
vista militar ni político creó, ni
organizó el Estado Argentino ni le dio entidad política, que sí lo hizo Juan
Manuel de Rosas, su admirador que siguió su ejemplo.
Lo que no pudo hacer San
Martin dentro de nuestra patria, lo hace Rosas que toma la posta del
correntino. Él completará lo que no pudo hacer San Martin; y éste se lo hará
notar y agradecerá desde Francia.
Rosas conformó –con la
creación de la Confederación Argentina- nuestra patria que se encontraba
dispersa en provincias inconexas y en perpetuas guerras civiles al borde de su
total disgregación y fragmentación. Eran entes independientes.
Rosas logró su unión con
distintos pactos en una sola pertenencia conformando el Estado Argentina que
hoy conocemos. No pudo terminar su obra –sumar a la Banda Oriental que fue
conquistada por brasileños y Unitarios
con la guía espiritual y material de Inglaterra y Francia. Del mismo modo que
el Paraguay, las Misiones Orientales y el Alto Perú. Pero pudo conservar la
Mesopotamia.
III.-Juan Manuel de Rosas
Juan Manuel de Rosas fue
el artífice de la creación del Estado Argentino. Su extensión se debe a su
vigilia y lucha contra los poderes internacionales durante más de dos décadas
(Brasil, Francia, Inglaterra, el Bolivia de Santa Cruz) y nacionales con intereses
foráneos cuyo objetivo era el achicamiento geográfico de nuestro territorio y
su posterior venta al mejor postor de sus productos y bienes.(Unitarios de
ambas márgenes del Plata).
Si no hubiera sido por
Rosas nuestro territorio hubiera sido más fragmentado de lo que es.
A pesar de las fuertes e
interminables batallas, se perdió la Banda Oriental, las Misiones Orientales,
el Paraguay y el Alto Perú, pero gracias a él pudimos conservar Entre Ríos,
Corrientes y Misiones que fue codiciada por Estados extraños y por traidores
vernáculos como Justo José de Urquiza, Sarmiento, Mitre, los Varela, los Alsina
y demás cipayos que conformaron la ‘Hora
de los Enanos’ (léanse, los Varela, los Alsina, Salvador M. del Carril,
Julián S. Agüero, Rivera Indarte, los Orientales Pacheco y Obes, Andrés Lamas,
etc,) parafraseando al español José Antonio Primo de Rivera.
La descomposición y
anarquía en la que estábamos sumidos y que obligó a exiliarse a San Martin,
llevó a Rosas al poder y a conformar el Estado Argentino.
Del
mismo modo, Rosas extendiendo las
fronteras de nuestra tierra en la Campaña del Desierto, estructuró el Estado
Argentino a través, también, de herramientas jurídicas como el Pacto Federal de
1831, aún hoy vigente, institucionalizándolo. Así, pues su sobrenombre ‘El
Restaurador de las Leyes’, no es ocioso..
Resume
José María Rosa explicando que: “El Pacto
Federal es el documento más importante de nuestra historia política. Más, pero
mucho más, que la constitución de 1853, que ni es argentina ni se aplicó jamás
sinceramente, ni pudo aplicarse. El Pacto de 1831, originariamente de tres
provincias (Buenos Aires, Santa Fe y Entre Ríos), accedido por Corrientes en
seguida, y después de la prisión de Paz y derrota del ejército unitario por las
restantes provincias, fundaba la Confederación Argentina por la "unión
estrecha y permanente” de provincias plenamente autónomas en lo interno, pero
que se reconocían solidarias ante el exterior. El gobernador de Buenos Aires
mantenía el manejo de las relaciones exteriores (que le habían dado pactos
anteriores), y una "Comisión Representativa" – contra la opinión de
Rosas, que temía se convirtiera en un "semillero de intrigas" (y así
fue) – vigilaría el cumplimiento del Pacto. Y, concesión a los que querían una
constitución escrita, llamaría a un “congreso general federativo" cuando
la República se encontrase "en plena libertad y tranquilidad".
Mario
‘Pacho’ O’Donnell entiende que: “Juan
Manuel tuvo un hondo sentido nacional cuando este aún era raro entre sus coterráneos,
sobre todo en porteños que se habían empeñado en la revolución de Mayo con su
interés y su esperanza vueltos hacia el exterior.
“El Restaurador concibió al Estado también
como una expresión de lo territorial y por ello lo fusionó con el concepto de
soberanía. Es hora ya de reconocerle que fue gracias a sus esfuerzos que
nuestra patria no sufrió otras fragmentaciones como las que propugnaban sus
adversarios ‘porteñistas’, los que argumentaban, como lo hiciese el unitario
Salvador del Carril: "Es conveniente el achicamiento de nuestro territorio
para explotarlo mejor con las posibilidades que tenemos". También
Sarmiento concluiría que el problema argentino era su extensión, lo que fue
recogido por Jauretche como una de las "zonceras" criollas.
“El mismo Sarmiento, en su rabioso
antirrosismo, hizo todo lo que estuvo a su alcance para que Chile, cuya
nacionalidad había asumido, se apoderase de la Patagonia. También la Comisión
Argentina con sede en Chile, presidida por Gregorio de Las Heras, héroe de la
independencia, avaló el reclamo chileno por las provincias de Cuyo.
“En otras publicaciones nos hemos ocupado
de las antipatrióticas maniobras de Florencio Varela, antes, y de José María
Paz, luego, para independizar las provincias del litoral (República de la
Mesopotamia), con la complicidad de potencias extranjeras que de esa manera se
garantizaban la libre navegación de los ríos interiores.
“La invasión de la Confederación
Peruano-Boliviana con el propósito de anexar las provincias de Salta y Jujuy
contó con el guiño de los gobernadores unitarios y el diseño estratégico de
Carlos de Alvear, el vencedor de Ituzaingó. Todo eso lo impidió don Juan
Manuel”
Rosas,
en tal sentido, no se resigna a la separación de la Banda Oriental (y a la
separación del Paraguay del núcleo vivo del Virreynato del Rio de la Plata,
pero él va estructurando la Confederación de a poco y batallando de un frente
por vez).
Por
eso, primero, y junto a Oribe, (presidente legal de la Banda Oriental derrocado
por el Unitarismo Oriental, los logistas, los ‘rivadavianos’, con un plan
hecho por los británicos y brasileños), inicia el bloqueo a Montevideo
Continúa
el citado autor “Así como su amigo San
Martín hablaba de la "Patria Grande" el Restaurador, envanecido por
sus triunfos sobre las grandes potencias, concibe una "Argentina
Grande". Puede decirse que si el Libertador, que entrase en el Perú bajo
la bandera chilena, es un héroe sudamericano, Rosas lo sería con
características estrictamente nacionales. No conocerá otro país que el suyo,
salvo la Inglaterra de su exilio.(…)
“En sus planes está, caído el gobierno de
Montevideo y una vez instalado Oribe en el mismo, proponer su incorporación al
"Pacto Federal"; en caso de que esto no fuese posible se consumaría
una "Federación del Plata" de previsible enjundia por las luchas
hasta entonces sostenidas mancomunadamente.(…)
“Consolidada la unión de ambas repúblicas
no se demoraría una acción decidida para la recuperación del Paraguay, con lo
que se frenarían las permanentes intenciones expansivas del Imperio portugués
radicado en el Brasil.
“Ante esa nueva situación podía
descontarse las simpatías del americanista presidente de Bolivia, el liberal
Manuel Belzú, caudillo popular de excelente relación con don Juan Manuel”.
O’Donnell finaliza
diciendo que “Lo que no puede
discutírsele a Juan Manuel de Rosas es que fue el formador del Estado
argentino. Tanto que es durante su gobierno que comienza a hablarse de
Confederación Argentina y luego República Argentina, tomando un renglón del antiguo
y mediocre poema de Del Barco Centenera.
“Estos procesos históricos, a nivel mundial, han sido
inevitablemente violentos y crueles. Para crear Estado
("state-making") siempre y en todas partes fue necesario arrasar con
la autonomía de entidades feudales, de ciudades, de órdenes religiosas o
simplemente de otras organizaciones políticas de base territorial que perdieron
guerras con los centros que acabaron por imponer su dominio integrador en
unidades mayores. Los Estados Unidos de Norteamérica solo lograrán su
constitución como Estado luego de la sangrienta guerra civil.
“Por su parte, Otto von Bismarck, "el canciller
de hierro", logró la unidad de Alemania y su parto como nación librando,
en 1866, una sangrienta guerra contra Austria, haciendo que Viena cediera a
Berlín el papel rector del mundo germano. En lo interior, condujo una política
de mano dura sin espacio para la oposición, aunque, igual que Rosas, dictó
medidas populares que le granjearon el apoyo de las clases bajas.
“Las similitudes entre Rosas
y Bismarck son grandes, sin embargo éste es un héroe nacional, mientras que
aquel es execrado por nuestra historia oficial. Jamás se le perdonaría al denostado argentino una
frase como la del ensalzado teutón: "No se deciden las grandes cuestiones
por leyes ni discursos, sino por hierro y sangre"- “.
En
tal sentido, hagamos una lista sucinta de los logros que convergen en
considerar a Rosas, por mérito propio, como el ‘Padre de la Patria’.
1.-Veterano
con apenas 13 años de la lucha contra los británicos en 1806 y 1807.
2.-Sus
dos gobiernos fueron legítimamente constituidos y por ello fue su derrocamiento
un 2do golpe de Estado, luego del de Dorrego.
En
su primer gobierno fue elegido el 8 de Diciembre de 1829 por 32 votos a 1 por
la Asamblea de Representantes, con las Facultades Extraordinarias, que eran
usuales en aquellos tiempos.
El
segundo gobierno de Rosas comenzó el 6 de marzo de Marzo de 1835 mediante un
plebiscito por el cual obtuvo 9315 votos a favor y solo 5 en contra, con la
Suma del Poder Público. Por lo que la guerra entablada por Brasil y Urquiza
implicó el quiebre del orden institucional y, por lo tanto, los gobiernos que
le sucedieron fueron nulos absolutos.
3.- Estableció una férrea disciplina civil
y militar. Un orden social y de respeto cívico como no se vio ni se volverá a
ver. Adolfo Saldías comenta que… “sus
estancias se convirtieron en verdaderos centros de población, sometidos a la
disciplina rigorosa del trabajo que educa y ennoblece. Los gauchos y los que no
lo eran, hacían méritos para trabajar en ellas, fiados en el módico bienestar y
en la esperanza de mejora que alcanzaron cuantos se distinguieron por sus
aptitudes y por su constancia. Especie de «señor de horca y cuchillo» perseguía
la embriaguez, la ociosidad y el robo, expulsando ó entregando á las
autoridades a los que incurrían en esos vicios que él abominaba. Su reputación
de hombre de empresa y de trabajo; la confianza de que gozaba entre los principales
hacendados así por la invariable rectitud de sus procederes, como por la
“…serie de negocios felices que con ellos hacía; y la simpatía que despertaba
entre los sencillos campesinos…”
4.-Tuvo,
por primera vez en nuestra historia, un cuerpo diplomático que acompañó la formación
del Estado Argentino actuando con coherencia aunque limitados en sus
capacidades respecto al de los brasileños se comportó con dignidad y probidad: Sarratea
en París, Manuel Moreno en Londres, Guido en Río de Janeiro, Alvear en Nueva
York, Felipe Arana como Ministro de RR.EE, etc. Si bien no todos tenían una
misma concepción ideológica, supieron cumplir las órdenes del Estado de la
Confederación Argentino encarnado en Juan Manuel de Rosas.
5.- Venció los intentos
del Mariscal Santa Cruz de anexarse el norte argentino.
6.-
Venció a Gran Bretaña y Francia, primera y segunda potencias del mundo,
sosteniendo la soberanía en dos guerras que el General San Martín escribió
fueron tan importantes como las de la independencia, logrando el
reconocimiento mundial de la soberanía del incipiente Estado Argentino sobre
los ríos interiores, al igual que los Estados europeos.
Venció
a Fructuoso Rivera y Francia querían anexarse la Mesopotamia –y la Banda
Oriental- para convertirla en un Protectorado.
Debemos tener
siempre presente que Francia tenía en la mira la destrucción total de la
Confederación Argentina, el derrocamiento a como diera lugar de Rosas. Lejos
estaba su intención de llegar a arreglo alguno con la Confederación.
Prueba de ello
son los pensamientos y palabras del Almirante francés Leblanc ya en 1838
durante el bloqueo a nuestra patria al escribir al gobierno de su patria una
carta el dia 28 de Julio de 1838, cuando su gobierno había aprobado la agresión
en el Plata:” Me he librado hoy del gran
peso de la responsabilidad que asumí bloqueando a Buenos Aires ya todo el
litoral del Río de la Plata perteneciente a la República Argentina, sin orden
precisa del gobierno del Rey”.
Esto es la
confesión absoluta del francés en el sentido que reconoce que atacó al gobierno
de la Confederación por las suyas, sin la orden de su gobierno. Se sintió más
aliviando cuando –ante el hecho consumado- su gobierno lo autorizó
‘post-facto’.-
Se suma al
informe que luego hace Leblanc a su gobierno mostrando su verdadero rostro:
“Debemos concluir que no posible ningún arreglo con
Rosas. Si esto fuera posible no debemos aceptarlo porque tendremos siempre a
Rosas un enemigo y nosotros perderemos amigos” (los Unitarios, claro).
Finalmente, y
ya sin máscara, los cónsules de Francia y el Almirante Leblanc acordaron en una
conferencia “no dejar escapar esta
ocasión favorable para someter a Rosas o derrocarlo y establecer la influencia
de Francia a la vez que en Buenos Aires y Montevideo”.
Aquí se
muestra con total descaro las intenciones reales de Francia; ni acuerdo, ni
arreglo, ni conciliación –que obran como excusa- sino el derrocamiento o
aniquilamiento total de Rosas y el gobierno soberano que él encarna,
intentándolo una y mil veces en forma directa o a través de los agentes
vernáculos con los que siempre contarán.
7.-
En todos los casos mencionados combatió a los Unitarios que propiciaron estos
ataques a nuestra soberanía.
8.-
Conquistó los desiertos llevando la tranquilidad a la frontera con el indio,
extendiendo las fronteras con la Campaña del Desierto, y con ello extendiendo
la geografía del novel Estado Argentino, sin acudir a masacres de nativos, sino
por acuerdos y negociaciones, por el ideadas y ordenadas y muchas veces
ejecutadas por Pedro Rosas y Belgrano que era su mano derecha.
9.-
Propició el Pacto Federal, documento jurídico que mantuvo la unidad nacional,
creó el Estado Nacional (La ‘Confederación
Argentina’) y que aún hoy la mantiene (art.35 de la Constitución Nacional),
siendo un claro ejemplo de un instrumento cuyos principios son de Derecho
Público nacional.
Como
dice José María Rosa: “La unidad
nacional del Pacto Federal de 1831 que detuvo el proceso de disgregación del
virreinato del Plata. Las catorce provincias unidas por el Pacto, y sobre todo
por la férrea energía de Rosas para hacerlo cumplir, constituyeron la
Confederación Argentina, nuestra patria de hoy: en justicia, podría llamárselo
a Rosas su creador. De no haber sido por él habría continuado el proceso que
llevó al Alto Perú, al Paraguay, a la Banda Oriental, a evadirse de la
argentinidad y hoy seríamos una Centroamérica de trece o catorce republiquetas
independientes y enemigas.”
Dice el R.P. Pascual R.
Paesa:” Por fortuna para la Nación surgió
Rosas. Por fortuna, porque él fue la zarpa con que el país defendió
desesperadamente su vida en esos momentos trascendentales en que podía haber
desaparecido como nación, o al menos quedado reducido a un insignificante
territorio. Los unitarios, en su idealismo civilizador y con tal de imponerlo
(pues era para ellos lo esencial) , estuvieron dispuestos a desmembrar el
territorio nacional sin ninguna consideración. Así se explican sus maniobras
para separar a Corrientes y Entre Ríos; a Cuyo, a Jujuy, a la Patagonia y al
estrecho de Magallanes”.
10.-Estableció
el ‘Empirismo Organizador’, fruto de
la experiencia y costumbres argentinas. Es ya un estadista, un gran estadista
que no se paga de palabras y busca realidades. Contrasta con la ingenuidad y
bionomía de los demás caudillos, fácilmente enredados por los sofismas de los
intelectuales (que aprenden política en libros con otros idiomas, de otros
países y a los que deben traducir), y que nos llevó a nuestra debacle como
país.
11.-Intelectualmente
brillante cultivaba su espíritu, leía, se instruía, meditaba. Fue un
autodidacta que no tuvo apego por las teorías ni por los conceptos librescos,
como dice Carlos Ibarguren.
Sobre
el tema nos ilustra puntillosamente Gabriel Turone que la biblioteca de Rosas
era amplia y abarcaba todos los temas:
Dice el autor “Después de producida la batalla de Caseros el ministro de Gobierno,
doctor Valentín Alsina remitió al de Instrucción Pública, doctor Vicente Fidel
López, el 31 de marzo de 1852, una copia de la relación de los libros, obras,
impresos, etc. encontrados en la casa del ex Gobernador D. Juan Manuel de Rosas
y que López remitió a la Biblioteca Pública”,
El catágolo es el siguiente:
Biblioteca de autores españoles (6 tomos)
Obras de Quevedo (11 tomos)
Curso de Derecho Público (1 tomo)
Tratado de Navegación (2 tomos)
Alvarez, Derecho Real (1 tomo)
Noticia Histórica del Chaco y Bermejo (2 tomos)
Memoria Histórica de la División Libertadora por Arenales (9 tomos)
Archivo Americano (28 cuadernos)
Diario de Viana (38 ejemplares, diez en pasta y 28 “a la rústica”)
Registro Oficial (5 tomos)
Mensaje del año 1849 (5 ejemplares)
Mensaje del año 1848 (15 ejemplares)
Ensayo Histórico de la vida de Rosas (17 ejemplares)
Sesenta cuadernos atados en tres legajos de a veinte
Treinta y cinco cuadernos en un legajo
Cuarenta y siete cuadernos en un legajo
Registro Oficial (12 cuadernos)
Recopilación de Leyes y Decretos (3 tomos)
Memoria de la Hacienda Pública (2 ejemplares)
América o Examen General (1 tomo)
Apéndice al Memorial Ajustado (1 tomo)
Fragmento Preliminar del estudio del Derecho (1 tomo)
Arte y Vocabulario de la lengua Quichua
Compendio de los veinte libros (el 2º tomo)
Impresos encuadernados (13 libros)
Diario del viaje explorador (1 tomo)
Ordenanzas para el Gobierno de la labor de monedas de oro y plata en Lima
en 1755 (manuscrito)
Poesías (1 tomo)
Manifiesto de Don Manuel Oribe en 1838
Reglamento para el ejército en 1817
Memoria sobre los pesos y medidas
Reglas Interesantes y Diplomáticas (2 tomos)
Noticias sobre el megaterium (1 tomo)
Madison Papers (3 tomos)
Virginia Debates (1 tomo)
Historia de la Independencia de los Estados Unidos (2 tomos)
Los Federalistas (2 tomos)
Constitución de los Estados Unidos (1 tomo)
Referencias Anuales de los Regentes de la Universidad de los Estados Unidos
Diario de los procedimientos de la Convención
Manual Parlamentario (1 tomo)
Parnaso Lusitano (4 tomos)
Presupuesto General de gastos y sueldos en 1844
Arancel General y Guía de Aduana (3 ejemplares)
Diario de la Comisión para la nueva línea de Frontera 1837 1 tomo)
Cuatro libros con varios dibujos
Viaje del Dr. Rivera a Mendoza (manuscrito)
Sobre Malvinas (2 ejemplares)
Retratos del general Quiroga (80)
Retratos del general López (40)
Retratos del general Heredia (10)
Retratos del general Echagüe (30)
Como cuatro cinco resmas de impresos para Cajas de los Soldados del
Ejército
Gacetas encuadernadas (14 libros)
Colección de la Historia Antigua y Moderna (6 tomos)
Archivo Americano (2 tomos)
Libro tercero de los Cabildos de la Hermandad de la Santa Caridad
(manuscrito)
Colección de las Constituciones (6 tomos)
Gramática Francesa (4 ejemplares)
Historia de los Estados Unidos (1 tomo)
Reglamento para el Ejército, 1817 (1 tomo)
Informe de la Sociedad Económica de Madrid
Origen de los Cultos (1 tomo)
Tratado de la táctica para la infantería (1 tomo)
La Francia, la Emigración y las Colonias (2 tomos)
Desigualdad personal (1 tomo)
Compendio de la Historia Natural y Civil de Chile (1 tomo)
Diccionario de Sitios y Batallas (6 tomos)
Comentario de las Leyes Inglesas (6 tomos)
Kluber, Derecho de Gentes (2 tomos)
Aventuras de Telémaco (4 tomos)
Derecho Marítimo (3 tomos)
Memorias de Fippoo Zaib (2 tomos)
Colección de tratados y convenciones (3 tomos)
Elección de Opiniones y Discursos (20 tomos)
Febrero Adiccionado (3 tomos)
Tratado de Comercio y Manufacturas (4 tomos)
Leyes de los Estados Unidos (5 tomos)
Ley Natural de las Naciones (1 tomo)
Virgilio (1 tomo)
El Embajador y sus funciones (2 tomos)
Registro Americano Anual (3 tomos)
Revolución de las P. Unidas (1 tomo)
Historia de Napoleón (1 tomo)
Manual Diplomático (3 tomos)
Apéndice del Memorial Ajustado (1 tomo)
Jerusalén Libertada (1 tomo)
Memorias de los Anticuarios del Norte (1 tomo)
Los cuatro concordatos (8 tomos de 3 obras)
Constitución Religiosa (1 tomo)
Ciencia de la Legislación (6 tomos)
El Paraguay (2 obras)
Moral Aplicada a la Política (2 tomos)
Apuntes sobre el Estado de la América (1 tomo)
Curso de Temas Franceses (1 tomo)
Burlamagui, Derecho Natural (1 tomo)
Economía Política por Say (1 tomo)
La noche Romana (2 tomos)
Derecho Natural (2 tomos)
Historia de la Revolución de España (1 tomo)
Legislación Natural (2 tomos)
Manual del Abogado Americano (2 tomos)
Código de Comercio de Francia (1 tomo)
Sueño de Luciano (1 tomo)
Horacio (1 tomo)
Historia de Carlos XII Rey de Suecia (1 tomo)
Excursión de una familia Americana (1 tomo)
Artillería Poudr de Guerra (2 ejemplares)
Reglamento para el ejercicio (1 tomo)
Origen de los Establecimientos Consulares (1 tomo)
Respuesta del Marqués de Grimaldi (1 tomo)
Espíritu del Derecho (3 tomos)
Historia de la Inquisición (el 1º, 6º, 7º y 8º tomo)
Moral Universal (2º y 3º tomo)
Tratado de la Opinión (4º y 7º tomo)
Say, Economía Política (1º tomo)
Mitología de la Juventud (2º tomo)
Derecho de Gentes (1º y 4º tomo)
Monsieur de Prefect (1 volumen)
Viaje a un Mundo desconocido (1 tomo)
Diccionario Histórico de la Sagrada y Profana (10 volúmenes)
Rasgos de la Vida Pública de Rosas (337 ejemplares)
Una Caja de Lata con un libro, forro de terciopelo, broches de plata de la
Constitución Oriental.
Mapa de Méjico doblado como libro
Memoria Histórica sobre los derechos de la Confederación Argentina a la
parte Austral del Continente Americano (manuscrito, 1 tomo)
Cuatro libros Originales de Acuerdo, uno de Exma. Junta de Gobierno en 1811
y 1812, dos de la Soberana Asamblea Constituyente de 1813 a 1815 y otro en
blanco con varios papeles relativos a los Gobiernos
Tres Mapas de Río Grande del Sud, incluso de sus fortificaciones
Dos Planos, uno de Montevideo y otro de sus Departamentos
Un Plano del Estrecho de Magallanes
Una Carta Geográfica de la Provincia de Tucumán
Una Carta de lo Conocido de Santa Fe.
Dos Cartas de la América Meridional
Una Carta de los Campos del Sud de Buenos Aires y otra de parte del Río
Negro, sondeados por el Agrimensor Descalze en 1833.
Un tubo de lata conteniendo cuatro planos del Bragado, y Mulitas, en la
Frontera.
Un plano de los terrenos cuestionados por la Sociedad Rural
Universal Diplomático del Derecho de Gentes (8 tomos)
Universal Diplomático del Derecho de Gentes (7 tomos, faltan dos)
Tratado de Paz Felipe IV (7 tomos)
Tratado de Paz Felipe III (2 tomos)
Tratado de Paz Carlos II (3 tomos)
Nueva España por Humboldt (2 tomos)
Código del Derecho de Gentes (1 tomo)
Ciencia del Gobierno (8 tomos)
Vida del Capitán Cook, primer, segundo y tercer viaje (14 tomos)
Leyes de Indias (3 tomos)
Viaje en la América Septentrional (1 tomo)
Revolución de la América Meridional (4 tomos)
Historia del Paraguay (3 tomos)
Puffendorf (2 tomos)
Cuenta de los trabajos en el sud del Africa (2 tomos)
Derecho Público de Francia (1 tomo)
Hugo Grocio, Derecho de la Paz y de la Guerra (5 tomos)
Recopilación de Leyes de Francia (1 tomo)
Tratado de los límites en América entre España y Portugal (1 tomo)
Código Diplomático (2 tomos)
Tratados entre la Francia y Poderes Extranjeros (2 tomos)
Derecho Comercial y Marítimo (2 tomos)
Viaje en la América Septentrional (2 tomos)
Viaje a las Islas Molucas (2 tomos)
Viaje a Sud América (2 tomos)
Domat, Derecho Público (3 tomos)
Derecho Público (2 tomos)
Tratado de Paz por Koch (4 tomos)
Biblioteca de Derecho Comercial (1 tomo)
Geografía Universal (6 tomos)
Curso de Derecho Público (2 tomos)
Derecho de Gentes (2 tomos)
Noticias Americanas (1 tomo)
Colección Legal (1 tomo)
Derecho Marítimo de la Europa (2 tomos)
Cornelia Opera Omnia (1 tomo)
Institución del Derecho Natural y de Gentes
Rudimentos del Derecho Natural y de Gentes
Institución del Derecho Natural y de Gentes (1 tomo)
Institución del Derecho Natural y de Gentes (1 tomo)
Derecho Natural y de Gentes (1 tomo)
Diccionario Geográfico (1 tomo)
Historias de las colonias americanas (1 tomo)”
Estos son los libros personales de Rosas
en nuestra tierra, súmense a ellos los que pudo adquirir y leer en los 25 años
que estuvo en Inglaterra y se tendrá una idea del bagaje cultural del
Restaurador, lejos de las imputaciones contrarias y falsas hechas por los
Unitarios.
Desde el punto de vista
social: La Ley de Aduana, La Ley Agraria, la creación de un primitivo Aguinaldo
12.-La
Ley de Aduana del 18 de Noviembre de 1835. Instrumento jurídico esencial, que
junto con la creación del Banco de la Provincia de Buenos Aires ,
(sustituyendo en 1836 el establecimiento extranjero creado por Rivadavia que
tuvo hasta 1836 la emisión del papel moneda y el monopolio del crédito) fueron los
elementos de control de la moneda y crédito en manos del Estado soberano. Se
revaloró la moneda no solo no emitiendo billetes sino que se quemaron ingentes
cantidades de papel moneda, luego de un breve período de emisión durante el
conflicto con Francia, como dice el catedrático y economista José A Terry. Ademas,
la balanza comercial –para 1851- estaba completamente nivelada, donde el monto
de las exportaciones superaba-levemente- a la de las importaciones.
13.-La
ley Agraria del 10 de Mayo de 1836 que, al decir del historiador José María
Rosa “restableció la propiedad de la
tierra (pasándose por alto la garantía del empréstito, como si no existiera):
se daba opción de compra a los enfiteutas que poseían la tierra, pero pagando
sus alquileres atrasados y abonando un "justo precio" por cada legua;
si no lo hicieran, se la vendería en suertes de estancia (media legua por legua
y media) a quien pagase mejor precio. Como la mayor parte de los enfiteutas no
quisieron comprar, Rosas les anuló sus concesiones, el 28 de mayo de 1838, y
puso en venta las "suertes de estancias", con aviso de remate en los
periódicos. La respuesta de los enfiteutas fue la revolución de los estancieros
del sur (que algunos llaman de "los libres del sur”) de noviembre de 1839.
(…) Entonces Rosas resolvió donarla "a quien quisiese trabajarla”; por
decreto del 9 de noviembre de 1839 (dos días después de la victoria sobre los
"libres del sur”, en Chascomús) la repartió entre militares y civiles en
fracciones que iban de seis leguas a tres cuartos. Como nadie, o muy pocos, tenían
capital para poblar, la Casa de Moneda les abriría un crédito suficiente, con
la garantía del juez de paz del partido”.
14.-El
Aguinaldo para empleados del Banco Provincia de Buenos Aires. Fue decisión del Gobernador Juan Manuel de Rosas
otorgar otorgar a los empleados del Banco de la Provincia de Buenos Aires,
un sueldo suplementario o gratificación consistente en un sueldo mensual,
mediante una resolución suya el día 8 de Enero de 1852, y con la firma de los
funcionarios del Banco dando por recibida tal resolución, como consta en la
Biblioteca, Archivo y Museo Históricos del Banco de la Provincia de Buenos
Aires “Dr. Arturo Jauretche”. Fue la última resolución de Juan Manuel de
Rosas y se percibió un solo mes. Luego de la batalla de Caseros, obviamente, el
traidor Urquiza rápidamente lo derogó.
15-
Describe el historiador Rosa el “ ‘Sistema Americano’ de mutua defensa de
los pequeños países de origen español, exteriorizado muchas veces: al ayudar a
los orientales a sacudirse el gobierno títere impuesto en Montevideo por los
interventores europeos; protestar contra la expedición del general Flores a Ecuador
con la protección de Inglaterra y España; protestar por la anexión de Texas a
Estados Unidos en 1845 (aplaudida por los periódicos unitarios en nombre de la
civilización), y el apoderamiento de vastos territorios mexicanos en la guerra
subsiguiente (las notas de Rosas en Archivo Americano, 1845 y 1848). Se dirá
que la libre determinación oriental que Rosas estampó en los tratados de
Southern y Lepredour, no pudo cumplirse por la guerra con Brasil y definitiva
derrota argentina, y que sus notas sobre Ecuador y México fueron líricas. Pero
empleando palabras de Rosas “si más no hemos hecho, es que más no hemos
podido". Después, ni siquiera hubo derrotas gloriosas ni protestas
líricas. Ni “sistema americano”.
*
Juan
Manuel de Rosas fue un sostenedor a ultranza de la soberanía. Por ello el
General San Martín le legó su sable y solamente pudieron derrocarlo mediante un
acto de traición a la Patria cuando Federales opositores y Unitarios,
cobardemente y sin vergüenza, se unieron al Brasil.
Juan
Manuel de Rosas resulta así, el ‘Padre de
la Patria’ . Al ser el creador del Estado Nacional, su sostenedor durante
20 años, estructuró jurídicamente al mismo con Pactos interprovinciales como el
Pacto Federal de 1831 y consolidó a la Nación dentro de un territorio que fue
desgajado en parte por las guerras incoadas por los extranjeros y sus aliados
internos.
Hubo antes diferentes tratados interprovinciales como
el Tratado de Pilar firmado en Pilar (República Argentina) el 23 de
febrero de 1820, entre Manuel de Sarratea (electo como gobernador provisorio de
la Provincia de Buenos Aires) y dos de los gobernadores de la Liga Federal:
Estanislao López (Provincia de Santa Fe) y Francisco Ramírez (Provincia de
Entre Ríos) Proclamaba la unidad nacional, la navegación de los ríos
interiores solo para las provincias que tocaban sus orillas y
el sistema federal (que era procurado por José Gervasio
de Artigas al que se ofreció la reintegración a la
gran familia argentina).
Luego
el Tratado de Benegas, que fue un tratado de paz firmado el 24 de Noviembre de
1820 entre la Provincia de Buenos Aires al mando de Martín Rodríguez y la Pcia.
de Santa Fe comandada por Estanislao López. Alli la intermediación de Bustos
como garante, por parte de Córdoba y de –por primera vez- Juan Manuel de Rosas
poniendo de su patrimonio 25.000 cabezas de ganado a disposición de López, a
fin de concretar el acuerdo. (En realidad Rosas donó 30.146 cabezas de ganado,
lo que le ganó el amplio respeto de los gobernadores y políticos del momento).
Otro
tratado fue el Tratado del Cuadrilátero que fue un pacto firmado el 25 de
enero de 1822 entre representantes de las provincias de Buenos Aires,
Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. Era un pacto ofensivo-defensivo entre las
provincias firmantes ante un ataque brasileño desde la Banda Oriental.
Todos
estos acuerdos o tratados, bastante similares, con toda la buena intención que
sus cláusulas tenían, terminan siendo débiles y no solucionan el estado de
anarquía de nuestro territorio y, por tanto, no logran la definitiva creación y
consolidación de un Estado, continuándose guerras civiles y disgregaciones
territoriales.
Con
el acceso al poder de Juan Manuel de Rosas y su estructuración del Pacto Federal
del 4 de Enero 1831 entre las Provincias de Buenos Aires, Entre Ríos y Santa
Fe, en un primero momento para luego agregarse todas las demás provincias en el
año 1831 y 1832. Ello dio por finalizada las Provincias Unidas del Río de la
Plata y el nacimiento de nuestro Estado, la Confederación Argentina (Aunque no
es ocioso remarcar que el nombre Provincias Unidas del Río de la Plata fue
institucionalizado por la Constitución Nacional Argentina de 1853
(art.35) como uno de los tres nombres oficiales de la Nación Argentina
(junto con República Argentina y Confederación Argentina).
Con
el Pacto Federal, pues, se logra la creación y definitiva consolidación de
nuestro Estado, y su institucionalización, aunque con la caída de Rosas ciertos
territorios como la Banda Oriental, las Misiones Orientales, y el Alto Perú se
perdieron definitivamente para nuestra ‘Patria Grande’.
Sin
el derrocamiento ilegítimo de Rosas, el Estado Argentino seguramente incluiría
hoy a la Banda Oriental, las Misiones Orientales, el Alto Perú, tal vez el
Paraguay y el actual sur del Brasil.
Con
el Estado ya creado y organizado institucionalmente con el Pacto Federal, pudo
Rosas implementar aglutinando y representando las voluntades ya insertas en el
Estado por el creado, los distintos tratados internacionales que fueron
jalonando el crecimiento y engrandecimiento de nuestra nación:
El Tratado “Mackau-Arana”, fue un pacto entre el Estado de la Confederación
Argentina a través del Gobierno del Encargado de Relaciones Exteriores, Juan
Manuel de Rosas y el Gobierno de Francia, en
29 de Octubre de 1840
Igualmente
el Tratado “Arana-Southern” fue un pacto entre el Estado de la
Confederación Argentina a través del Gobierno del Encargado de Relaciones
Exteriores, Juan Manuel de Rosas y el Gobierno de Gran Bretaña, el 24 de
noviembre de 1949 ratifica 15 de mayo de 1850
Así
como la Convención “Arana-Le-Predour”
fue una Convención entre el Estado de la Confederación Argentina a través del
Gobierno del Encargado de Relaciones Exteriores, Juan Manuel de Rosas y el
Gobierno de Gobierno de Francia, el 31 del mes de Agosto de 1850.
Rosas
actuaba no como gobernador de una provincia sino como Jefe de Estado, el Estado
de la Confederación Argentina, consecuencia directa del Pacto Federal de 1831,
que creo, organizó e institucionalizó nuestro novel Estado y como natural
consecuencia de ello, fue la ‘primera
espada’ en defensa de la soberanía de ese Estado por él creado y articulado.
El
historiador Mario Cesar Gras menciona que el patriarca de la colectividad
anglo-porteña Carlos P. Lumb fue a visitar a Rosas en el exilio apenas el mismo
llegó a esas tierras en 1852. Al volver a la Argentina dijo de Rosas (citado
por el R.P. Pascual R. Paesa):
"En cuanto a Rosas y a su época soy
de los que piensan que algún día la historia le aclamará como salvador de la
nacionalidad argentina; y tal vez juzgará con lentitud las medidas terribles y
severas que adoptó en su gobierno para alcanzar los fines deseados.
Indudablemente el partido ‘Unitario’ cometió un grave error cuando buscó y
aceptó el auxilio de sus enemigos y recibió el apoyo y los subsidios que le
acordó el gobierno francés para vencer a Rosas. Dígase lo que se quiera, en
aquellos tiempos toda la nación lo apoyaba y esto consolidó su poder en el
gobierno. Si Lavalle cuando invadió la provincia de Buenos Aires hubiese
triunfado y derrocado el poder de Rosas, el nuevo gobierno que fuera
establecido tendría que arreglar cuentas con los franceses".
En
síntesis, la Confederación Argentina estaba destinada a ser el ‘Destino Manifiesto’ de América del Sur, por
la obra monumental de nuestro primer prócer y creador del Estado Argentino: el
ilustre Brigadier General don Juan Manuel de Rosas, el Padre de nuestra Patria.
“No
se tiene aún noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar (Plebiscito del
26, 27 y 28 de marzo de 1835 en Buenos Aires por el cual la ciudadanía se
pronunció en concederle la Suma del Poder Público a Roas) Debo decirlo en
obsequio de la verdad histórica, nunca hubo un gobierno más popular y deseado
ni más sostenido por la opinión...que el de Don Juan Manuel de Rosas” .(Domingo F. Sarmiento. “Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“. Santiago de
Chile, 1845).
***
IV.-ANEXO EPISTOLAR
San Martín escribe a Rosas
...”pero lo que no puedo concebir es el
que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al
extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la
que sufríamos en tiempo de la dominación , Española; una tal felonía ni el
sepulcro la puede hacer desaparecer” (San Martín, 5 de agosto de 1838, en carta
a Rosas) Iniciado el bloqueo anglo-francés ofrece sus servicios a Rosas (11 de
enero de 1846) y el 10 de mayo de 1846, conocidos los sucesos de La Vuelta de
Obligado, en carta a Rosas le dice considerar a esa contienda...” de tanta
trascendencia como la de nuestra emancipación de España”.
San
Martín le escribe a Tomás Guido: “Diré
a Usted que orejeo cada vez que veo dirigirse a nuestra playas a estos
políticos (embajadores) y a pesar de lo que se dice de los sinceros deseos de
estos dos gobiernos (Inglaterra y Francia) tienen de concluir definitivamente
las diferencias con nuestro país, de todos modos yo estoy bien tranquilo en
cuanto a las exigencias injustas que pueden tener estos gabinetes, porque todas
ellas se estrellarán contra la firmeza de NUESTRO Don Juan Manuel”. (Carta
de San Martín a Guido, 27 de diciembre de 1847)
Rosas
escribe a San Martín (marzo de 1849): "Nada
he tenido más a pecho en este grave y delicado asunto de la intervención, que
salvar el honor y dignidad de las repúblicas del Plata, y cuando más fuertes
eran los enemigos que se presentaban a combatirlas, mayor ha sido mi decisión y
constancia para preservar ilesos aquellos queridos ídolos de todo americano.
Usted nos ha dejado el ejemplo de lo que vale esa decisión y no he hecho más
que imitarlo…”
San Martin a Rosas: “El objeto es tributar a Ud. Mis mas sinceros
agradecimientos al ver la constancia con que se empeña en honrar la memoria de
este viejo amigo; como lo acaba de verificar en su importante mensaje del 27 de
Diciembre pasado, y que como argentino me llena de verdadero orgullo, al ver la
prosperidad, paz interior, el orden y el honor restablecidos en nuestra querida
patria; y todos estos progresos efectuados en medio de circunstancias tan
difíciles, en que pocos Estados se habrán hallado. Por tantos bienes
realizados, yo felicito a Ud. sinceramente, como igualmente a toda la
Confederación Argentina. Que goce Ud. De salud completa y que al terminar su
vida pública sea colmado del justo reconocimiento de todo argentino, son los
votos que hace y hará siempre a favor de Ud. este apasionado amigo y compatriota.
QBSM (José de San Martín, B. Sur Mer, 6 de mayo de 1850)
Testamento
de San Martín: legando luego a Rosas en testamento su sable libertador de medio
continente, cosa que ni aún hoy el Unitarismo liberal puede digerir:” El sable que me ha acompañado en toda la
guerra de la independencia de la América del Sud, le será entregado al General
de la República Argentina don Juan Manuel de Rosas como una prueba de la
satisfacción que como argentino he tenido al ver la firmeza con que ha
sostenido el honor de la República contra las injustas pretensiones de los
extranjeros que trataban de humillarla”. /San Martín 3er. Artículo del
testamento. “Correspondencia entre San Martín y Rosas” de Font Ezcurra.
Edit. Plus Ultra. Bs. As. 1965. Revista del Instituto Nacional de
Investigaciones Históricas Juan Manuel de Rosas, N°46. Enero Marzo)
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