EL SILENCIO: ARMA CULTURAL PREFERIDA DEL UNITARISMO LIBERAL
Gonzalo V. Montoro Gil
“Si quieres destruir a una nación no hay
necesidad de hacerle la guerra. Basta con hacerle olvidar su historia,
perturbar su lenguaje, alejarlo de su religión,
y por lo tanto desintegrar sus valores espirituales y moralidad”
(PEYAMI SAFA, periodista y escritor turco)
Dice el
artículo de la citada:
“los revisionistas
tienen una larga pregnancia en la opinión pública; son muy marquetineros y
simplistas. Dividen la historia entre buenos y malos, buscan el complot y
encuentran determinado chivos expiatorios en Inglaterra o la oligarquía”…
A dicha publicación
le he respondido como a continuación se expresa, en carta del 02-07-22 en el
mismo medio que gentilmente la ha publicado (cartas@lanacion.com.ar) con
copia a la historiadora a su correo (camila.perochena@utdt.edu)
la cual la recibió (el Lunes 20/6/2022 12:44 hs.) pero no se pronunció al respecto, guardando SILENCIO
muy masónico y liberal.
“El Márketing requiere publicidad y los Revisionistas han
tenido cerrado acceso a la publicidad de sus estudios debiendo remar
contracorriente ante el silencio, que como arma, se han acogido sus trabajos
desde 1852.
En cuanto al ‘simplismo’,
documentación aportada por Irazusta, José M. Rosa, Ernesto Quesada,
Adolfo Saldías, etc. demuestran lo contrario.
Que los Revisionistas dividen las aguas históricas en ‘buenos
y malos’ no se ajusta a la realidad. Un análisis de ciertos personajes como
Sarratea, Moreno, Alvear, French, Castelli, Soler, Las Heras, Ramírez, etc,
demuestran los ‘sol y sombra’ de ciertos personajes históricos.
En cuanto a la búsqueda del ‘Complot’ y de ‘chivos
expiatorios en Inglaterra o la Oligarquía’, bastan suficientes documentos
emanados de diplomáticos y militares reconociendo su injerencia por cuestiones
político-económicas referidos al manejo del crédito y banca en América. (Véase
a Vivan Trías-‘El Imperio Británico’-;
Raul Scalabrini Ortiz -‘Política Británica en el Rio de la Plata’ - y por Andrew Grahman-Yooll–‘Así vieron a Rosas los
ingleses’ que aporta –nobleza obliga- el intercambio epistolar entre
diplomáticos y militares extranjeros en el Rio de la Plata y los que estaban en
sus tierras, que prueban fehacientemente dicha injerencia con la mediación
necesaria de sus agentes vernáculos como Bernardino Rivadavia, Manuel J. García, Florencio Varela, Juan Cruz
Varela, Valentín Alsina, Cuyás y Sampère, Sarmiento, los Herrera y Obes, Andrés
Lamas, Salvador M. del Carril, Julián S. Agüero, Urquiza etc.
Toda esta documentación es harto conocida en los círculos
historiográficos y que contrasta con cierta ‘Literatura de la Historia’ frecuente en nuestra educación huérfana de
sostén documental y pletórico de voluntarismo adjetivado. Saludo a Ud. muy atte. y con la mayor
consideración”.
Recordando
lo antedicho, nos viene a la memoria otras circunstancias similares en que ante
dislates marcadamente ofensivos para nuestra memoria histórica hemos debido
responder con argumentos, lo groseramente manifestado.
Del mismo
modo que la autora citada, en estos casos que se transcriben también el
SILENCIO fue la respuesta.
Por
ejemplo, traemos a colación sendas cartas al Centro Naval y a la Armada
Argentina (‘Una Injuria Y Afrenta A La Nación
Argentina’) el 14 de Febrero de 2019:.
cultura@centronaval.org.ar;
presidencia@centronaval.org.ar
socios@centronaval.org.ar; cargos.socios@centronaval.org.ar;
webmaster@armada.mil.ar;
prensa@armada.mil.ar; redaccion@gacetamarinera.com.ar
rrcomunidad@armada.mil.ar; protocolo@armada.mil.ar
La afrenta
estaba y está dada en la existencia de un busto y cuadro de Domingo Faustino
Sarmiento en los salones del Centro Naval, haciendo recordar por nuestra parte bochornosas
palabras de Sarmiento en una oportunidad en el Diario “El Nacional” el 7
de mayo de 1879 “….las costas del sur no
valdrán nunca la pena de crear para ellas una Marina. ¡Líbrenos de ello y
guardémonos nosotros de intentarlo!…. El día que Buenos Aires vendió su
escuadra hizo un acto de inteligencia que le honra. No debemos ser Nación marítima….” (SARMIENTO,
D. T. XLI pag. 165; T. XVI, pág 376.).
“Es más, en Setiembre de 1972 el entonces Director de la
Escuela Naval, Capitán de Navío Roberto Ulloa, rindiendo homenaje a Sarmiento
diciendo (sin saber si sabía lo que estaba diciendo) que”…la demostración más
que un deber de gratitud (¿?) implica, además, un compromiso de vigencia
real. Aquí estamos para ratificar públicamente nuestra fe en los valores que
defendió Sarmiento (sic), de los que la Escuela Naval Militar se
siente custodio (resic), y así lo ha demostrado en su labor fecunda…”
(Diario „La Nación‟, 12/9/1972).
No sabemos que gratitud, qué valores respecto a nuestra
Armada, qué custodio de nuestra Armada ha sido Sarmiento como dice el
mencionado Capitán Ulloa. El Capitán no puede haber ignorado la vida de
aquel y sus palabras ofensivas que son de público conocimiento.
Persistir en el error es grave, pero siempre se está a tiempo
de enmendarlos y el Centro Naval puede hacerlo: Por favor, hágase honor a
nuestra Armada y a todos los argentinos de bien y sáquese de
nuestras paredes cuadros y bustos de quien tanto insulto ha hecho a nuestra
Marina ofendiendo a quienes dieron su vida por ella y a quienes hoy
día forman ilustres, sus cuadros. No nos merecemos tamaño insulto.
Mi padre ya fallecido, Vicente Montoro Hunt -ex miembro de la
Promoción 75- no permitiría que en el presente yo no haga esta
manifestación a Uds. No olvidemos las palabras del
español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana "Los
pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla" . ¿Será
que somos una nación con poca memoria por eso nos va como nos va?”
El SILENCIO
de nuestra anglófilas instituciones fue toda respuesta..
El otro caso
fue un reportaje el domingo 25 de Marzo de 2018 en el diario CLARIN, de la
periodista Natasha Niebieskikwiat a Barry Elsby, funcionario inglés (Consejero
de Malvinas) en la cual muy suelto de cuerpo el susodicho dijo con evidente
interés político "Desearía que las familias [la de los muertos
y enterrados en Malvinas] puedan elegir llevar a sus seres queridos a las
Argentina"
Allí
expresamos en la carta a CLARIN (cartasalpais@clarin.com) del Lunes
26/03, 11:56 p.m. que “Está claro 2 cosas: primero, que el deseo de
las autoridades inglesas es que los deudos lleven a sus muertos al continente a
fin de que no quede rastro de la presencia de nuestros soldados en las islas
que obraría como una señal indeleble de nuestra actitud de defensa de nuestros
derechos hoy y siempre puesto que dicho cementerio sería una presencia
constante y perenne de nosotros reivindicando nuestros derecho imprescriptibles
sobre la soberanía allí.
“Pero, segundo, y esto es lo
grave, que el funcionario desliza -absolutamente adrede- que las familias de
los muertos "...puedan elegir llevar a sus seres queridos a la
Argentina" (sic). No nos debe sorprender la frase del funcionario inglés,
lo que sorprende estimada Sta. es que, siendo Ud. periodista no haya
repreguntado o no haya dicho directamente o no haya hecho una reflexión final
acerca de que LOS FAMILIARES NO PUEDEN ELEGIR LLEVAR A SUS MUERTOS A LA ARGENTINA
PUES ESTÁN EN LA ARGENTINA, YA QUE LAS ISLAS MALVINAS E ISLAS DEL ATLÁNTICO SUR
SON PARTE INTEGRANTE DE NUESTRA NACIÓN”.
La periodista procedió con un doble SILENCIO:
Silencio ante lo dicho por el inglés sin responderle como corresponde a fin de
marcarle nuestros derechos y silencio ante la carta de reproche haciéndole
notar su silencio.
¿Ud. cree estimado lector que dichos SILENCIOS son
consecuencia de la ignorancia de los periodistas?
Los SILENCIOS de los supuestos periodistas ‘independientes’,
pero simples empleados de los medios, son
fríamente calculados e intencionados. Son silencios estentóreos pero consecuentes
con la sempiterna entrega de nuestros derechos por el liberalismo masónico de
antaño y de hogaño.
*
Ello hace
que, al margen de lo manifestado sea necesario extenderlos un poco más sobre el
tema del SILENCIO como arma política, lo que no lo permite el espacio de los
diarios citados.
Para
Gramsci, la sociedad es un complejo sistema de relaciones culturales, un ámbito
donde la batalla central se libra en el campo de las ideas religiosas,
filosóficas, científicas y artísticas. Pues bien, dice, todas estas son las
fortalezas que es preciso ir conquistando poco a poco, las casamatas que hay
que ocupar.
Así
Gramsci no apuntó a los medios de producción, como Marx, ni a los medios de
poder político, como Lenin, sino a los medios de comunicación y educación,
considerándolos como el objetivo básico para la conquista del poder. Para ello
es vital el control de los medios de comunicación de ideas, universidades,
colegios, prensa, radio, etc. Lo que hay que destacar es lo esencial:…. Si se
logra que la mayoría acepte la ideología inmanentista, la toma del poder
político será como recoger una fruta madura.
Hay
que destruir la cosmovisión preexistente en una determinada sociedad, y logrando
introducir la nueva conciencia del
inmanentismo integral. Habrá que meter pie en el aparato del Estado, en los
medios de expresión de la opinión pública, en las universidades, en los
colegios, en las parroquias a través de las instituciones. La revolución habrá
de ser preparada con tiempo, paciencia y cálculo de alquimista, desmontando
pieza por pieza la sociedad civil, infiltrándose en sus mecanismos, cambiando
la mentalidad de la mayoría. No bastan pues los cambios económicos, como no es
suficiente la toma del poder estatal.
Parece
que el Unitarismo se adelantó al citado filósofo, en varios años.
El
Unitarismo en su afán de probar ‘la cuadratura del círculo’ a como diera lugar
quiso –y quiere- borrar todo vestigio de soberanía en nuestra patria y para
ello además de las matanzas indiscriminadas y sin juicio previo de ningún tipo
(como ocurrió con los asesinatos de Manuel Dorrego, Martiniano Chilavert, Santa
Coloma y tantos otros) se propuso la creación artificial de una historia
argentina que no ocurrió y la historia que ocurrió como expresa sin ambages la
citada historiadora liberal. De tal modo, la agresión no viene hoy ya desde las
armas, sino desde el permanente bombardeo psicológico cultural.
El
Unitarismo fiel a su condición de instrumento masónico tramó esconderla a ojos
vista de todo argentino, sobre todo en edad escolar, pontificando, exponiendo
de una manera irrefutable e indiscutible con tono de suficiencia, principios o
ideas o calidades personales que distan de ser reales elevando a estos siervos
del dinero ajeno, a los altares de una civilidad que carecían por completo, tal
como consta en innumerables documentos que lo avalan.
.Se sabe que en semiótica ‘la repetición forma la reputación’,
instalándose en el imaginario de las personas una idea muy distinta a la
realidad.
El
Unitarismo utilizó- y utiliza-, para ello, 3 tipos de acciones claramente
identificados:
1)- Primero,
ensalzar dogmáticamente aquellos acontecimientos y hombres sin ninguna virtud
solo útiles para ser siervos de poderes ajenos en hechos que fueron una
ignominia para nuestro honor patrio.
2)-Segundo,
esconder en los pliegues penumbrosos de la memoria aquellos hombres y mujeres
patriotas que hicieron grande a nuestra nación y que con sus acciones
desprendidas y heroicas lograron –en parte- conservar nuestro territorio,
nuestro solar y nuestra cascoteada independencia. EL SILENCIO, COMO ARMA, COMO
ARIETE cultural
3)-Tercero,
cuando ello no fue posible porque han sido tan grandes y conocidas sus acciones
desprendidas entregando su vida y sus bienes a lo largo de batallas por la
Independencia tanto en 1816, 1817, 1838, 1845, 1846, etc., entonces allí el
bagaje ‘gramsciano’ de las usinas
liberales y ‘progresistas’ se lanzaron
en una carrera sin freno a degradarlos, insultarlos en forma harto repetitiva
hasta que quede en el inconsciente colectivo una imagen de ellos de asesinos
sanguinarios, supuestamente ‘bárbaros’, ignorantes o –como sucediera con San
Martin- la imagen edulcorada y ‘sarmientina’
de un hombre falto de carácter, con serios problemas mentales, equivocado en
sus apreciaciones políticas, como expresó de él Sarmiento con una mezcla de
desprecio y dejo piadoso.
Ya decía Sun Tzu “confundid al pueblo y su destino quedará en
vuestras manos”
Asi,
patriotas, muchos de ellos, desconocidos para el público en general, para los
alumnos de las escuelas que nunca oyeron hablar de ellos, no existiendo en
términos generales, plazas, calles, ciudades que les rindan justos homenajes.
Han sido borrados de la memoria colectiva, de los libros de historia, etc.
Entre
aquellos enormes patriotas que hicieron posible la existencia de nuestra
soberana patria, están los conocidos como Juan Manuel de Rosas, Manuel Dorrego,
Facundo Quiroga, Estanislao López, Manuel Belgrano, José Gervasio de Artigas,
Manuel Oribe, etc, sobre los cuales se ha tergiversado su vida y sus acciones
imputándole características personales y culturales que no cuadra con lo que
fueron, adaptándolas a la visión falsa y de acuerdo a intereses políticos del
sector.
Pero hay
otros cuyas omisiones -a través de un casi absoluto SILENCIO a lo largo de la
historia liberal- los ha empujado a casi un anonimato para nuestro pueblo, el
que se ve impedido de conocerlos y homenajearlos como se debe: Martiniano
Chilavert, Jerónimo Costa, Pascual Echague, Pedro J. Díaz, Celedonio Gutiérrez, José María Roxas y
Patrón, Felipe Arana, Hipólito Bouchard, Juan Bautista Thorne, Alejandro
Heredia, Pablo Latorre, José Moldes, etc.
Grandes
olvidados de nuestra historia, borrados de la historiografía oficial mitrista, sarmientina y jacobina. Pocas o ninguna calle, plaza, monumento,
ciudad los recuerda y, sin embargo, son los artífices silenciosos de nuestra
nacionalidad.
‘Héroes’ es
una palabra que les queda chica y que no dimensiona, no define sus grandezas,
sus temples morales, sus desprendimientos personales y familiares, sus
caracteres irreductibles en pos de la defensa férrea de nuestra soberanía,
tanto en los campos de batalla como en los terrenos diplomáticos y literarios,
dejando hasta sus patrimonios personales cuando no, su propia vida por la
patria amada.
Estimado
lector, ¿Ud. los conocía? ¿Conoce su actuación pública? Si nunca los escuchó
nombrar o apenas oyó hablar de ellos, entonces, ha dado resultado el ‘lavado de cerebro’ a lo largo de tantas décadas por
parte de esos Unitarios usurpadores del poder a punta de pistola y a degüello
como a través de una literatura fantástica e irreal que ellos llaman ‘historia
oficial’ desde el 3 de Febrero de 1852.
El Unitarismo devenido en Liberalismo o Progresismo, buscaron y buscan hoy día con su premeditado y ominoso silencio dicho ocultamiento
ante los ojos de los nativos. Poniéndose al servicio de los intereses políticos
y económicos extranjeros, por supuesto que también muy bien remunerados
Hemos sufrido en
nuestra educación con el correr de los años, las alabanzas de siniestros
hombres que -sin considerar defectos que todos tenemos- en forma adrede y
dolosa combatieron a su patria y a su independencia por motivos meramente
ideológicos de laboratorio o por cuestiones económicas puestos en permanente
soborno monetario
Reforzado todo
eso con el nombre de plazas, pueblos, calles, monumentos, etc que coadyuvaron y
coadyuvan hoy día en sostener la existencia de virtudes tan inexistentes y
alejadas de la realidad que nos terminan de configurar prohombres morales que
no existieron.(Domingo F. Sarmiento, Bernardino Rivadavia, Bartolomé Mitre,
Florencio Varela, Valentín Alsina, Juan Cruz Varela, Salvador M. del Carril,
Julián Segundo Agüero, Justo J. de Urquiza, los Herrera y Obes, Ellauri, Lamas
de la Banda Oriental, etc).
La historia nuevamente
falsificada, ‘con esa habilidad que
tenemos para rehacer la historia’ como confesaba Sarmiento, refiriéndose a
los Unitarios.
Pero bueno, parecen olvidar estos ‘judas’ que como
decía Philips K. Dick- (escritor estadounidense-1928-1982) “La realidad es aquello que,
cuando uno deja de creer en ella, no desaparece”.
Mientras, la historia sigue
siendo adulterada en los medios, en los libros de texto escolares, en plazas y
monumentos, en calles y en actos oficiales, el pueblo –inteligente- brilla por
su ausencia desde el 3 de Febrero de 1852 cuando en la Batalla de Caseros, la
soberanía nacional fue desterrada.
Rápidamente los vencedores
de Caseros se apresuraron a borrar todo rastro y vestigio de la otrora
orgullosa Confederación Argentina:
Los SILENCIOS no son solo
verbales o escritos sino también en lo fáctico.
De tal modo, se suplantó,
por orden de Sarmiento, la bandera azul y blanca por la Unitaria celeste y
blanca.
Cambiaron el nombre de ‘Palermo’ por el ignominioso ‘3 de Febrero’. Pero, para su desgracia,
ni aun hoy en día, lograron que el pueblo cambiase el modo de nombrarlo.
La ‘Av.Alameda’ pasó a llamarse ‘Av.
Sarmiento’.
Por orden del Intendente
Adolfo Jorge Bullrich, demolieron el Caserón de Palermo de Don Juan Manuel de
Rosas. Justo en su lugar colocaron un
busto de Sarmiento mirando hacia el que fuera el despacho del Restaurador, como
ya hemos comentado en otro trabajo sobre Bullrich.
La calle donde nació Juan
Manuel de Rosas se llamaba ‘Santa Lucía’.
Pasó a llamarse ‘Sarmiento’
(actualmente su casa se encontraría en Sarmiento 546, entre San Martín y
Florida).
Finalmente, el Unitarismo,
hoy devenido en Liberalismo, le rendiría honores, altos honores con monumentos
al primer traidor de la nación y nunca arrepentido Justo José de Urquiza.
La majestuosidad de dichos
monumentos corre a la par de la grandiosidad de la traición con la que asentó y
aseguró las bases de nuestra actual dependencia y coloniaje.
A pesar del ‘lavado de
cerebro’ al que hemos sido sometidos por décadas, el Unitarismo -cual una hidra
maldita de dos cabezas- hoy llamado
‘Liberalismo’, y ‘Progresismo’, no ha podido doblegar en el sustrato de
nuestro más profundo espíritu, el hispanismo que en nosotros subyace.
Si, es cierto. Nuestro pueblo puede tener heridas largas y
profundas pero ningún Unitarismo liberal o marxista envenena su sangre ni
corroe sus entrañas, salvo en algún minúsculo pero poderoso grupo
financiero. A pesar de ello, los dueños
de los medios de comunicación, ya desde antaño y en la actualidad, quieren
hacernos creer lo contrario.
Por ello es que el
Unitarismo en una ‘Concepción Literaria
De La Historia’ como la llamaba con cierta ironía pero con acierto el
inglés Halford J. Mackinder; falsea la historia desde dos ángulos bien
marcados: uno, describiendo personajes con unas virtudes de las que ellos
carecieron y, dos, describiendo otros personajes con defectos y vicios
inexistentes.
También presentando
discursos y proclamas de las figuras históricas pero sin analizar si las mismas
se compadecen, si se compadecieron con sus acciones.
Escondiendo o silenciando
total o parcialmente la faz documental, o torciendo su significado al atribuir
a los personajes cualidades que no poseían. Ejemplo, sobre San Martin, ‘El Santo de la Espada’; Sobre Rivadavia,
el ‘progresista’; sobre Sarmiento, ‘el gran educador’; sobre Urquiza o Mitre
‘padres de la organización nacional’.
La ‘Historia Oficial’ tiene como ingrediente el que se ofrece como un
dogma que no es posible disentir, es indiscutible y ello se plantea en las
escuelas, en el periodismo, en todos los órganos de prensa, en los discursos
oficiales, en la iconografía, en fundaciones, en círculos áulicos llamadas
‘Academias’, en libros universitarios, hasta en los cuentos para niños (como ‘Billiken’, ‘Juvenilla’ de Miguel Cané), en plazas, calles, ferrocarriles, pueblos,
etc.
Sobre todo esto, ayuda el
desarraigo intelectual de los universitarios de hoy día que descartan con
desdén las cosas nativas producto de esa ‘pedagogía
de colonia’ de la que hablaba Arturo Jauretche.
Siempre hay que tener
presente que la historia la escriben los que ganan. Todo vencedor ha impuesto
siempre su ley al vencido, como nos enseña la historia.
Y entre esas ‘leyes’ está una descripción de
los hechos históricos, su interpretación, y la ocultación de datos y documentos
que contradigan la realidad de lo acontecido que se vuelven indubitables e
incuestionables como un dogma.
El SILENCIO, como los de Camila Perochena, Natasha Niebieskikwiat y el de nuestras
autoridades navales con su siempre anglofilia a flor de piel, es un arma
poderosa de hacedor cultural y de control político. Quien controla el pasado
sujeto a sus intereses, controla el presente político y cultural.
Un ejemplo es el
de Martiniano Chilavert
Martiniano Chilavert fue un
paradigma de héroe porque a su coraje personal (indispensable en esos tiempos)
unió un talento y una preparación profesional y científica que lo convirtió en
un artillero de excepción en una época en que no abundaban quienes se dedicaran
a menesteres tan complejos.
Tan es así que además de sus
dotes militares tenía un criterio muy de avanzada para la época respecto a
temas civiles y de desarrollo urbano: pocos saben que el actual “puente Pueyrredón” fue construido por el
mismísimo Chilavert en el año 1849 obviamente, en aquél tiempo, de madera y que
se llamaba Puente Viejo.
Digamos para finalizar que los restos de Chilavert se encuentran a la fecha -2018- arrojados, arrumbados sin chapa, placa o dato alguno que lo identifique, en el fondo oscuro, en el subsuelo de la bóveda de una familia amiga: Coronel Eliseo Argüello en el Cementerio de la Recoleta sobre la esquina de la calle Azcuénaga y Av.Pueyrredón-Sección 19, en el extremo nordeste del cementerio.
Se hizo la averiguación
oficialmente por el año 1968 y se respondió oficialmente lo que sigue:
“Junio
28 de 1968/ Señor Administrador del Cementerio de la Recoleta: / Habiéndose
efectuado una búsqueda en nuestros registros de inhumaciones desde el mes de
febrero de 1852 hastas diciembre de 1915, no existen constancia del cadáver de
D.Martiniano Chilavert /Fdo.A. Alvarez,90…Notifiquese al recurrente./ Ricardo
J.Fernández, Administrador/
El bronce imperecedero aun
la patria le adeuda a este hijo fidelísimo, pero que se levantará en día no
lejano. El bronce que respetarán los siglos; que venerarán los que vendrán.”
¿Cuál es el estado del país
hoy?, Muchos de los que aquel 3 de febrero de 1852 empuñaron sus armas unidos
al Brasil tienen hoy varios monumentos, plazas, calles con sus nombres y
periódicos homenajes en su honor, mientras que quien dejó de lado todo para
morir defendiendo su suelo natal ni siquiera descansa en una tumba propia.
Sería
bueno imitar los valores que demuestra Chilavert que dio su vida para que hoy seamos, todavía,
una nación y hoy no tiene ni siquiera una tumba propia y se encuentra tirado
anónimamente su féretro en el subsuelo de una tumba prestada en el Cementerio
de la Recoleta, sin ni siquiera una chapa que recuerde su nombre
Una muestra más de todo lo
mencionado puede verse en la nominación de las calles de Buenos Aires ocultando
o no nombrando a grandes patriotas con una enorme gestión de gobierno que dan
lustre a nuestra patria.
Dos de ellos don Felipe
Arana y José María Roxas y Patrón, patriotas sin par, son fiel ejemplo de ello.
Por ejemplo, el Concejo
Deliberante con fecha 19 de noviembre de 1904, eliminó varios nombres ligados
al gobierno de Juan Manuel de Rosas, entre ellos el nombre de Felipe Arana (fs.18
del expediente), lo cual fue criticado por Adolfo Saldías.
En efecto, dicho nombre ‘FELIPE ARANA’ era el nombre de la vía
que corría al lado del Arroyo Maldonado (hoy ‘Juan B. Justo’) y que corría entre la actual Santa Fe y Castillo.
De esta manera la
encontramos nombrada en un artículo publicado en el diario La Prensa en
1910, titulado “Arroyo Maldonado. Desidia Municipal”. También aparece en el
libro sobre nomenclatura de calles “Origen
y razón de sus nombres” publicado por Adolfo P. Carranza en 1910, de donde
confirmamos que se trataba de un homenaje al doctor Felipe Arana (1786-1865)
quien fue gobernador sustituto de Buenos Aires de 1840 a 1842 y artífice del
tratado conocido como Arana-Mackau en 1840 y Arana Southern, mas el Pacto
Federal de 1831.
También con la obra de
Carranza podemos confirmar la razón de otras denominaciones:
“Pinedo” (modificada por “Martínez
Castro”), que rendía homenaje al general Agustín Mariano de Pinedo
(1789-1852), quien organiza la llamada Revolución de los Restauradores y
comanda la división de la derecha de las fuerzas rosistas en la batalla de
Caseros.
“Costa
Brava” (fs. 28), que conmemora el triunfo de Brown sobre Garibaldi, durante
el conflicto entre Rosas y Fructuoso Rivera, el 15 de agosto de 1842;
“Lagos” (fs.
54): referido al General Hilario Lagos (1806-1860) quien participa en el
combate de Caseros al mando de las fuerzas de caballería y posteriormente se
pronuncia contra el gobierno de Buenos Aires separado de la Confederación el 1°
de diciembre de 1852.
“Rabelo”
(fs. 55): nombre que recuerda al coronel Agustín Rabelo (1791-1863) que fue
edecán de Rosas y participó en la Revolución de los Restauradores, y al coronel
Miguel Rabelo (1790-1835) quien luchó contra Lavalle en las fuerzas de Rosas y
realizó con éste la campaña al desierto.
Estas denominaciones fueron borradas.
Finalmente, hay otros dos
nombres borrados de la ‘Historia Oficial’.
“General Costa” (fs. 32) que recuerda a Jerónimo Costa (1809-1856)
que realizó la campaña al desierto de 1833 y combatió en Caseros, cambiada por ‘Aquino’ que recuerda a ese oficial
Unitario Pedro Aquino que batalló contra los Federales de Oribe y que fue
muerto por sus propios soldados que no querían luchar contra su propia nación
que a la sazón era comandada por el Brig. Gral. Juan Manuel de Rosas.
“Echagüe (fs. 43) que refiere a Pascual Echagüe, (1797-1867)
Brigadier General que fue gobernador de Entre Ríos de 1832 a 1841, general de
los ejércitos confederados se batió contra los ingleses y franceses en Vuelta
de Obligado, y combatió en Caseros junto a Rosas. Dicho nombre fue cambiado por
“Gómez de Fonseca”.
Como señalamos, estos
nombres no fueron aprobados por los Unitarios en el poder, silenciando no solo
a los hombres sino a sus gestas militares, aunque dos de ellos, “Arana” y “Pinedo”, milagrosamente
subsistieron de alguna manera hasta la década de 1910.
Esos dos nombres se les
‘escaparon’ a los tributarios de la ‘historia oficial’ pero prontamente fueron
eliminados también y el SILENCIO, ahora sí, fue completo
Y así se va construyendo ese
muro de silencio sobre nuestros patriotas desinteresados y heroicos aherrojados
al fondo oscuro del anonimato popular.
Algún día, cuando las
estatuas de los traidores sean demolidas y sus nombres no cubran nunca más pueblos,
ciudades, calles, escuelas, y parques de nuestro país y sean demolidos, los
restos de los verdaderos progenitores de nuestra nacionalidad -hoy olvidados
por los gobiernos fantoches liberales o seudo-progresistas democráticos que con
sus acciones y omisiones siembran ese ‘silencio’ oficial que desde 1852 pesa
sobre ellos --, serán honrados como corresponde a quienes dieron su sangre en
cumplimiento de la divisa sagrada: Soberanía o Muerte.
******
FUENTES
CARRANZA, Adolfo P. (“Razón
del nombre de las calles, parques y plazas de la Ciudad de Buenos Aires”. Buenos
Aires, 3ª ed., Kraft, 1910-. Diario “La Prensa” 10-2-1910, p. 8., y , 3-2-1912, p. 12, cols. 3-4
MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (“Sobre El Revisionismo Histórico Y
La Historiadora Lic. Camila Perochena”- Carta al diario LA NACIÓN y la autora- Correo de Lectores (02-07-22)
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2022/07/carta-al-diario-la-nacion-correo-de.html
MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (“Cartas al Centro Naval y a la Armada
Argentina por una injuria y afrenta a la Nación Argentina”)
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/02/cartas-al-centro-naval-y-la-armada.html
MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (“Cartas al diario CLARÍN y a la periodista
Natasha Niebieskikwiat sobre su reportaje a BARRY ELSBY”)
MONTORO GIL, Gonzalo Vicente (“Cnel.Martiniano Chilavert - El Héroe
Olvidado”)
https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/02/martiniano-chilavert-el-heroe-olvidado.html
R.P.SAENZ, Alfredo (“Antonio
Gramsci Y La Revolución Cultural”)
****
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