martes, 10 de diciembre de 2024

EL DIA QUE ROSAS INVITÓ A ALBERDI Y A SARMIENTO A FORMAR PARTE DE SU GOBIERNO

 EL DIA QUE ROSAS INVITÓ A ALBERDI Y A SARMIENTO A FORMAR PARTE DE SU GOBIERNO

Gonzalo V. Montoro Gil


Rosas demostró a lo largo de su mandato que a pesar de los ataques oscuros de los Unitarios, no se cansaba de repetir que él no combatía a las personas por sus ideas sino solo cuando se alzaban fácticamente contra el orden establecido y contra el gobierno legal.

A las pruebas nos remitimos

Así, ya primitivamente, en una carta a Manuel José García el 10 de Abril de 1830, le dice que:

 “ …los vencidos entraron a gozar de todas sus libertades y de las regalías que acuerdan nuestras instituciones. El Gobierno se mostró padre de todos y quedaron en sus empleos una infinidad de aquellos. Pero ponto se demostró que esto en vez de servir para hacerlos agradecidos y arrepentidos del crimen cometido fue un aliciente para cuantos trabajan en contra de la autoridad insultado de este modo a los vencedores que invitados con un procedimiento tal era expuestos a romper los vínculos de la subordinación…”

En la misma carta a García le hace ver, reflexivamente,

 “…no he perseguido la opinión; no soy capaz de eso que está tan en contra de mis sentimientos. He perseguido por la medida al que no somete la suya a la autoridad; al que turba la marcha del gobierno; y formando partido, quisiera dividir y debilitar la acción física y moral del gobierno…”

En otra extensa carta, años después el 26 de Agosto de 1833 ya citada, le escribe a Felipe Arana diciéndole al respecto, y en el mismo sentido:

”… Me dice Ud. que los Unitarios propietarios, los que figuraron en tiempo de Rivadavia son los que más abogan por la marcha de mi administración y por mis amigos, sin que hasta ahora se sepa de uno solo que este con los anarquistas. No lo extraño: siempre creí que si me ahorcaban algún día no habían de ser esos [los unitarios]. Yo he notado durante mi administración buena conducta, y juicio en muchos de esos hombres. Por eso no solo no los he perseguido sino que los he tratado siempre dándole a cada uno su verdadero lugar según su categoría. Vela también la escasez que tiene el país de hombres, y mirando muy lejos conocía la necesidad de que el tiempo fuese dándonos algunos hombres más, de luces y de responsabilidad propietarios, para el Congreso Nacional: que teníamos esa necesidad ya se vio cuando nombre a Alvear de Ministro para Norte América. Creo que en mi plan no me equivoque. Si yo cuando los Federales necesitaban ser satisfechos y colmados en sus justas quejas contra los Unitarios, hubiera andado por las cabezas como hicieron ellos cuando desterraron a mis primos, &, vea Ud. cuantos hombres se hubieran perdido, y cuantos capitales, desaparecido. Por otra parte creía conveniente acostumbrar la gente a mirar siempre con respecto a las primeras categorías del pais aun cuando sus opiniones fuesen diferentes a las dominantes. …”.

Queda comprobado aquí, nuevamente, que Rosas, mal que le pese a algunos historiadores, siempre respetó –por lo menos a algunas personas que consideraba valiosas –aunque pensaran distinto a él- en tanto y en cuanto con sus acciones no intentaran revolucionar el orden legal constituido y propiciaran un clima anárquico. Le hace ver a Arana que él respetaba la inteligencia de dichos hombres; lo que se lamentaba es que la utilizaran en contra de la independencia y soberanía política y económica de la nación.

También reconocía la falta de personas ilustradas y patrióticas que acompañaran al gobierno. Eran muy pocas. Pero tenía la esperanza –le decía a Arana en la carta citada- que con el tiempo aumentasen en número. Mientras tomaba aquellos que podía para gobernar como el caso de Alvear que no era santo de su devoción pero que dadas sus dotes intelectuales y personales le era necesario para la cuestión diplomática en los EE.UU de América.

En el mismo sentido, un par de ejemplos desconocidos o silenciados para la mayoría de esos escribas ideólogos fueron los hechos de que Rosas invitó al principio de su gobierno a Alberdi a participar del mismo; y al final de su último gobierno, al mismísimo Sarmiento para iguales fines.

¿Cómo es eso, tan sorprendente?

Sobre el tema, alrededor del año 1846 reconoce Alberdi que Rosas se pone en contacto con su sobrino, a través de María Josefa Ezcurra, según refiere Pablo Gustavo Hirschmann:

 “Rosas, el supuesto ‘tirano’ lee los escritos de Alberdi y considera a los mismos muy buenos. Entonces, le pide a María Josefa Ezcurra que se comunique con el sobrino de Alberdi, Federico  García, para entrevistarse con él. Ahí le dice “tu tío Juan Bautista es Unitario pero no es salvaje Unitario, ha escrito esto y estoy contento de él; escríbele de mi parte que venga, porque lo necesito".

Ante ello, Alberdi contesta rechazando la invitación diciendo, "todavía no he perdido el juicio para cometer semejante disparate". Con los años, será Alberdi quien visitará a Rosas en Inglaterra, pidiéndole perdón...

Veamos igualmente lo que dice el nieto materno de Domingo Faustino Sarmiento, Augusto Belín Sarmiento, -muy lejos de ser un Federal y admirador de Rosas-que acompañó varias veces a su abuelo en sus giras políticas por el interior y exterior del país. El mencionado nieto, nacido en Chile, refiere lo que le contó su abuelo:

Rosas intentó ya en su 2do mandato acercar al trabajo público a Domingo Faustino Sarmiento, acérrimo enemigo de él pero al que Rosas valoraba intelectualmente. Pero no pudo. Augusto Belín Sarmiento recordó que:

 “..antes de sublevarse Urquiza, se presentó en 1850, el Coronel  Juan Mur en Chile, en casa de Sarmiento a proponerle el Ministerio de Gobierno de parte de Don Juan Manuel de Rosas con todos los circunloquios y promesas que son de imaginarse para demostrar el decidido intento del tirano de enmendarse y de constituir la Republica con la ayuda de los más eminente  de sus adversarios. Sarmiento contestó que recordaba la suerte de Berón de Astrada, sacrificado con idéntico engaño, y como el otro insistiese, no queriendo arrojar á puntapiés á un huésped, le dijo:—«Dentro de dos años, lo encontraré en las calles de Buenos Aires y me prometo cruzarle la cara á chicotazos!». En efecto, algunos días después de Caseros, en la calle de Cangallo, cerca de la de 25 de Mayo, frente al Teatro Argentino, lo encontró y le cruzó la cara con un rebenque”.

Digamos que, tal vez, muy ‘tirano’ no debía ser Rosas que invitaba a sumarse al gobierno a Alberdi y también a Sarmiento –sin condicionarlo en nada ya que Rosas sabía diferenciar el valor de la propaganda política partidista y lo que tenía de validez y mérito conceptual de los citados- y a muchos Unitarios que volvían voluntariamente al país (debemos traer a la memoria que sus dos principales laderos en la Batalla de Caseros eran Unitarios: Martiniano Chilavert y Pedro J. Díaz).

Él sostenía, dijimos, que su combate no era contra las ideas o creencias de los Unitarios, sino contra la insurrección y el desorden. Esta distinción le permitía presentarse como un defensor del orden y la legalidad, justificando así sus acciones represivas como necesarias para la estabilidad del país, buscando de esta manera, el apoyo de aquellos que valoraban la estabilidad y el orden por encima de las diferencias ideológicas.

Los Unitarios eran vistos como enemigos del orden y la soberanía. Rosas utilizaba esta narrativa para consolidar su base de apoyo entre los Federales y aquellos que temían la anarquía (nadie olvidaba la llamada Anarquía del Año 20, el fusilamiento atroz de Dorrego, etc).

Pero Rosas no era ciego: era consciente de que su gobierno carecía de un número suficiente de individuos capacitados y comprometidos con los ideales patrióticos. Este reconocimiento muestra una autocrítica que contrasta con su imagen de líder autoritario, sugiriendo que valoraba la competencia y la lealtad.

La inclusión de figuras como Manuel J. García en su primer gobierno, como Alvear, a pesar de no ser de su gusto personal, demuestra el pragmatismo de Rosas. Reconocía que, para lograr objetivos diplomáticos y políticos, era necesario rodearse de personas competentes, independientemente de sus diferencias ideológicas o personales. Él se encargaría de dirigir las acciones de los mencionados según sus criterios políticos.

Su deseo de contar con individuos capacitados sugiere que entendía que el liderazgo efectivo requería más que solo lealtad; también necesitaba conocimiento y habilidades.

Al aceptar en su gobierno a personas como Alvear, Manuel Garacía y otros que no eran definidamente ‘rosistas’ el Restaurador estaba dispuesto a construir alianzas estratégicas, lo que es fundamental en la política. Esto muestra su habilidad para navegar en un entorno político complejo y su disposición a sacrificar  algunas preferencias personales, como a Viamonte, por el bien del gobierno.

*

Digamos, para finalizar, que no solo a Alberdi y a Sarmiento invitó a formar parte de su gobierno.

No debemos olvidar a Martiniano Chilavert y Pedro. Díaz, ambos Unitarios confesos, pero patriotas, los cuales se incorporaron sin inconvenientes al gobierno de Rosas como generales en jefe de sus ejércitos.

 (Carta de Martiniano Chilavert a Juan Bautista Alberdi, Buenos Aries, 10 de mayo de 1848, en Jorge M. Mayer, "Alberdi y Su Tiempo", ,pág. 347)

 “La puerta está abierta para todos. El general Rosas no excluye a nadie, para todos hay lugar. Es preciso ser generoso y dejar hacer al que sabe hacer. ¿A qué fin empeñarse en perpetuar las desgracias del país?".

Así también el 13 de Noviembre de 1848 un grupo de argentinos desde Lima,  Unitarios ellos, que se autodenominan "Los Argentinos que suscriben",(ver "Papeles de Rozas", Tomo 1 de Adolfo Saldías, Ed. Antártida-Moderna Biblioteca Argentina -1904, págs. 292 y 293) le manifiestan, a Rosas, el orgullo y admiración con que observan la conducta seguida ante las Potencias europeas.

Estos hechos demuestran que había personas que apoyaban y valoraban las acciones de Rosas en el ámbito internacional.

Respecto a Alberdi, el tucumano, arrepentido lamentablemente tarde por todo el daño que le causó a su patria, tuvo varios de sus escritos palabras de reconocimiento para la labor de Rosas.

(‘Obras Completas’, T.I. Bs.As. 1886. Afirmado originariamente en su “Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”-1837). 

“Si se perdiesen los títulos de Rosas a la nacionalidad argentina yo contribuiría con un sacrificio no pequeño al logro de su rescate. Hablar de la expectabilidad de Rosas es hablar de la expectabilidad del país que representa”. 

“Yo fui enemigo, lo recuerdo con disgusto”,.

(Dice en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de Mayo’. Valparaíso 1847).

 “Rosas no es una entidad que pueda concebirse en abstracto y sin relación al pueblo que gobierna. Como todos los hombres notables, el desarrollo extraordinario de su carácter supone el de la sociedad a que pertenece. Rosas y la República Argentina son dos entidades que se suponen mutuamente; él es el que es, por ser argentino; su elevación se supone la de su país; el temple de su voluntad, la firmeza de su genio, la energía de su inteligencia, no son rasgos suyos, sino del pueblo, que él refleja en su persona”.  "No quiero (…) dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años. El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por la anarquía es, para mí una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor” 

 (Dijo sobre en ‘La Argentina treinta y siete años después de la revolución de Mayo’. Valparaíso 1847)

 “En el suelo extranjero en que resido, no como proscripto, pues he salido de mi patria según sus leyes... en el lindo país que me hospeda y tantos goces brinda al que es de fuera, sin hacer agravio a su bandera, beso con amor los calores argentinos y me siento vano al verlos más ufanos y dignos que nunca... Guarden pues, sus lágrimas los generosos llorones de nuestras desgracias; a pesar de ellas, ningún pueblo de esta parte del continente tiene derecho a tributarnos piedad; aunque opuesto a Rosas como hombre de partido, he dicho que .escribo esto con calores argentinos. Rosas no es un simple tirano a mis ojos. Si en su mano hay una vara sangrienta de fierro, también veo en su cabeza la escarapela de Belgrano… Sé, por ejemplo que Simón Bolívar no ocupó tanto el mundo con su nombre, como el actual Gobernador de Buenos Aires. Sé que el nombre de Washington es adorado en el mundo, pero no más conocido que el de Rosas. Sería necesario no ser argentino para desconocer la verdad de estos hechos y no envanecerse de ellos. Se habla de él popularmente de un cabo a otro de la América, sin haber hecho tanto como Cristóbal Colón. Se le conoce en el interior de Europa, más o menos como a un hombre visible de Francia o Inglaterra; y no hay lugar en el mundo donde no sea conocido su nombre, porque no hay uno a donde no llegue la prensa inglesa y francesa, que hace diez años le repiten día a día. ¿Qué orador, que escritor célebre del siglo XIX no le ha nombrado, no ha hablado de él muchas veces? Guizot, Thiers, O'Connell, Lamartine, Palmerston, Aberdeen. ¿Cuál es la celebridad parlamentaria de esta época que no se haya ocupado de él hablando a la faz de Europa? Dentro de poco será un héroe de romance".

 (En Octubre de 1857 entrevista a Rosas en Londres en la casa Sr. Federico Dickson, cónsul general de la Confederación Argentina en Londres., diciendo, luego de la entrevista, sobre el entrevistado):

 "Habla inglés, mal, pero sin detenerse escribe el tucumano, con facilidad. Es jovial y atento en sociedad. Después de la mesa, cuando se alejaron las señoras, habló mucho de política; casi siempre se dirigió a mí, y varias veces vino a mi lado. Me llamaba señor ministro' y a veces 'paisano'; otras por mi nombre". "Habla mucho de caballos, de perros, de sus simpatías por la vida inglesa, de su pobreza actual, de sus economías, de su caballo y de los caballos ingleses. No es ordinario. Está bien en sociedad. Tiene la fácil y suelta expedición de un hombre acostumbrado a ver desde alto el mundo. Y, sin embargo, no es fanfarrón ni arrogante, tal vez por eso mismo, como sucede con los lores de Inglaterra, las más suaves y amables gentes de este país. Su fisonomía no es mala. Se parece poco a sus retratos. La cabeza es chica y la frente, echada atrás, es bien formada, más bien que alta. No estaba bien vestido; no tenla ropa en Londres. Ha venido por quince días a Imprimir y publicar su protesta"

 (En carta a Rosas – 1 de Octubre de 1863)

Le expresa que no quiere molestarlo.. ”en su retiro digno y laborioso”...y que Rosas “está dando lecciones a los generales americanos que la demagogia echa a las playas europeas, llenos de plata y ávidos de placeres” 

(En carta a Máximo Terrero-19 de Julio de 1863) ...

” En el mismo lugar en que debiera tributarse elogio y respeto al general Rosas, que tuvo tan alto el estandarte de San Martín, lo ultrajan del modo más cobarde e ingrato”...” Me gusta mucho oírle a Ud. que el general Urquiza contempla y respeta al general Rosas, en lo que prueba cordura y sensatez”

(En carta a Manuelita (13 de Enero de 1864)

.”Difícilmente se puede dar cabeza que exprese la posesión de un talento superior tan elocuente como la de nuestro antiguo Jefe Supremo del Río de La Plata”... y agrega que “lord Byron habría envidiado la fascinación irresistible de su mirada”.

(Carta a Máximo Terrero- 14 de Agosto de 1864)

“…Nada más público y notorio que la honorabilidad con que lleva el General Rosas su vida de refugiado en el país de los libres. Si estuviera en Roma como Fernando II o en Austria, o en Turquía, sería eso una ventaja para sus detractores. Pero les dice el verlo considerado por el León partido liberal británico y por el glorioso veterano de la Libertad, Lord Palmerston? “

“El ejemplo del General Rosas de refugiado digno, resignado, laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sitio en la vieja historia de Roma“.

“Ningún general de los muchos que la ola de la revolución americana ha echado a las playas de Europa ha dado el ejemplo honroso del General Rosas. Solo él no ha conspirado para recuperar el poder ni ha hecho la corte a los Reyes, ni buscado expectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños. Ni el mismo San Martín llevó con más dignidad su proscripción voluntaria. Es indigno y vergonzoso atacar á un hombre semejante y en semejante situación“.

(El 14 de agosto de1864, en carta que contiene el plan de la Memoria, sigue diciendo Alberdi)

El ejemplo de Rosas, de refugiado digno, resignado. Laborioso, en Europa, no tiene ejemplo sino el de la vieja Roma” ...y comparándolo con otros generales desterrados en Europa, dice ...”solo él no ha conspirado para recuperar el poder, ni ha hecho la corte a los reyes, ni buscado expectabilidad, ni ruido. Solo él ha vivido del sudor de su trabajo de labrador, sin admitir favores de extraños”...”Es indigno y vergonzoso atacar a un hombre semejante y en semejante situación”...y opina que la “Memoria debe ser sin frases y reducirse a cifras, documentos y hechos: valor de la moneda en tiempo de Rosas y en la actualidad; la deuda de entonces y al de hoy; la ley que dio el poder a Rosas; sus renuncias; las aprobaciones Legislativas de sus actos; los títulos y honores recibidos; las fronteras de entonces y las de hoy; la fortuna que tuvo Rosas y la que tiene hoy”... y haciendo referencia al sable de la independencia agrega... ...”no hay que olvidar el testamento de San Martín”...”como vive en Europa y las atenciones de que es objeto” 

 (En septiembre de 1864 Alberdi le escribió a Rosas):

 "No quiero (…) dejar pasar el año, sin presentarle mis respetos y renovarle los testimonios de mi constante aprecio y distinción, de un modo directo, pues por intermedio de amigos, no he cesado de tener ese gusto, y de saber igualmente por ellos que su salud y su espíritu se conservan fuertes y enteros como en sus bellos años. "El ejemplo de moderación y dignidad que Vd. está dando á nuestra América despedazada por la anarquía es, para mí una prenda segura de que le esperan días más felices que los actuales. Yo sé los deseos de su corazón, mi distinguido señor General, y con estos sentimientos tengo el honor de renovarle mis respetos amistosos con que soy de Vd. General, su atento compatriota y servidor”.

Pero Rosas, el supuesto ‘tirano’ lee los escritos de Alberdi y considera a los mismos muy buenos. Entonces, le pide a María Josefa Ezcurra que se comunique con el sobrino de Alberdi, Federico  García, para entrevistarse con él. Ahi le dice “tu tío Juan Bautista es unitario pero no es salvaje unitario, ha escrito esto y estoy contento de éi; escríbele de mi parte que venga, porque lo necesito". Ante ello, Juan Bautista contesta rechaza la invitación diciendo, "todavía no he perdido el juicio para cometer semejante disparate". Con los años, será Alberdi quien visitará a Rosas en Inglaterra...

Alberdi, en 1847 y desde Chile comienza la revisión de su pensamiento y ve virtudes en Rosas que ante no veía.

Poco a poco cambia su actitud y en 1857 representando a la Confederación Argentina en Inglaterra, país en el que Rosas se hallaba exiliado, no dudó en visitarlo. Será él quien proponga la visita. La reunión generó cierta fascinación en el tucumano y lo hizo cambiar por completo su visión sobre el antiguo enemigo, como puede leerse en las cartas que se transcriben arriba. Rosas, como siempre, demostrando no tener resentimiento lo recibió en Inglaterra.

Desde entonces mantuvieron una interesante relación epistolar.

Respecto a Sarmiento, si bien jamás tuvo relacion cordial con Rosas, luego de haber coadyuvado a derrocarlo, por lo menos reconoció muchas de las virtudes del Restaurador, Sarmiento consideraba a Rosas como una persona sagaz, inteligente e informada. Aunque esto no implicaba que Sarmiento estuviera de acuerdo con las políticas o acciones de Rosas, reconocía su habilidad para mantenerse en el poder y su conocimiento de los asuntos políticos.

(Diario ‘EL PROGRESO’ del  8-10-1844)

Nadie conoce con más sagacidad que el general Rosas la situación social de los pueblos que lo rodean. Su larga permanencia en el mando y la inteligencia penetrante y aguda de que por desgraciado ha dotado la naturaleza, y que solo par una miserable y ridícula porfía de partido se le puede negar, basta para hacer que este bien informado de estas cosas que, a la verdad, se revelan con facilidad a cualquiera que se dedique a mirarlas con una avisada atención”.

“Elevado al mando de su país por los brazos de una insurrección general de las masas, sostenido en este mando por los medios mismos de que esta insurrección lo ha provisto: dueño de este elemento y conocedor de su fuerza y de sus instintos; vencedor, si no en el campo de batalla, al menos en la política y en los resultados, de toda la parte ilustrada, de toda la parte europea, diremos así, por ideas y por hábitos que tenía la República Argentina, ha llegado a tener un conocimiento completo del estado de !a sociedad en Sud-América, y despliega a cada momento una astucia nada común para tocar las cuerdas sociales y producir los sonidos que le. Interesan, según las miras que se propone realizar”.

 Sigue ensalzando Sarmiento a Rosas al que ve apoyado por el pueblo, vencedor en política, conocedor completo  de la sociedad sudamericana, etc.

 “Ei hecho es que hoy representa sin disputa el primer poder guerrero en acción de este continente; nosotros al menos, no sabemos que haya habido de algunos años acá otro gobierno que, como el, tenga en campana doce mil veteranos, no bajando quizá de cuatro mil los que tiene de reserva en sus "respectivos cuarteles. El general Rosas jamás se ha presentado en un campo de batalla, pero hace el papel de conquistador sobre la República Oriental del Uruguay; lo hará sobre la del Paraguay; hará más o menos tarde, el papel de protector contra el Imperio del Brasil en las provincias de Rio Grande

Reconoce Sarmiento que en la campaña es seguido Rosas por un ejército que no fue obligado a conchabarse sino que es lo sigue por propia voluntad y que ve, Sarmiento a Rosas como alguien que en honor a su pueblo intenta protegerlo del expansionismo brasileño…ese expansionismo que, paradójicamente, es alentado por Sarmiento, Mitre, Florencio Varela, entre otros.

 (Domingo F. Sarmiento. “Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“. Santiago de Chile, 1845).

 “…Por lo tanto, una Argentina futura tendría un lugar para los honorables  partidarios de Rosas; en los mazorqueros mismos hay bajo las exterioridades del crimen, virtudes que algún día deberían premiarse…”

 “No se tiene aún noticia de ciudadano alguno que no fuese a votar (Plebiscito del 26, 27 y 28 de marzo de 1835 en Buenos Aires por el cual la ciudadanía se pronunció en concederle la Suma del Poder Público a Rosas) Debo decirlo en obsequio de la verdad histórica, nunca hubo un gobierno más popular y deseado ni más sostenido por la opinión...que el de Don Juan Manuel de Rosas” 

"No se vaya a creer que Rosas no ha conseguido hacer progresar la república Es un grande y poderoso instrumento de la providencia, que realiza todo lo que al porvenir de la patria interesa. La idea de los unitarios está realizada: solo está de más el tirano; el día que un buen gobierno se establezca hallará las resistencias locales vencidas, dispuesto para la unión" -(confesaba en 1845 en su libro ‘Civilización y Barbarie. Vida de Juan Facundo Quiroga“)-

Esta es su obra maestra, su tipo de gobierno” (referido al orden riguroso y disciplina imperante en el gobierno de Rosas)

(Sarmiento a Avellaneda, 16-12-1865.)

 “Necesito y espero que su bondad me procure una colección de tratados argentinos, hechos en tiempo de Rosas, en que estén los tratados federales que los unitarios han suprimido después, con aquella habilidad con que sabemos rehacer la historia.” 

El mismo reconoce la brillante actuación de Rosas en los tratados y pactos institucionales hechos, suprimidos por la actuación del propio Sarmiento y los Unitarios ‘rehaciendo la historia’, como bien dice.

Uno se pregunta, ¿por qué Sarmiento entonces actuó así?. Por intereses ideológicos, políticos y económicos del grupo que representaba y que él tenía por sobre los intereses patrios. Por privilegiar la abstracción ideológica jacobina por sobre el realismo pragmático hispánico; hispanismos el cual Sarmiento aborrecía siguiendo los mandatos de la Masonería a la que pertenecía. 

 (Carta a José María Ramos Mejía)

"Jovencito, no tome como oro de buena ley todo lo que he escrito contra Rosas". 

Ramos Mejía intentó ser ‘más papista que el Papa’ y cuando los Unitarios se cebaban contra el gobierno de Rosas y su persona, Ramos Mejía duplicaba los ataques imputándole deficiencias mentales  a Rosas. Todo ello puede leerse en su libro ‘Las neurosis de los hombres célebres en la historia argentina;  explicando una fantasiosa neurosis que él suponía en Rosas basándose en textos de Sarmiento, entre otros (1878).

Pero, la diferencia con Sarmiento es que éste no creía en lo que decía: utilizó sus críticas como un instrumento político para promover sus propias ideas y objetivos. En cambio Ramos Mejía estaba firmemente convencido de la veracidad de las acusaciones contra Rosas, por parte de aquél.

Entonces, privadamente, Sarmiento tuvo que decirle que tuviera en cuenta que no todo lo  que decía- y se decía- de Rosas era verdad. Una cosa es decirlo pero otra cosa es creerlo. Cuesta pensar el rictus que habrá tenido Ramos Mejía al oír esto.

*

Está más que documentado que Rosas a lo largo de su mandato intentó, vanamente, incorporar figuras que no eran Federales pero a los que consideraba capaces en funciones de gobierno.

Lamentablemente, estos, imbuidos de una ideologización extrema en contra de los intereses de su patria, no supieron ver la hidalguía y grandeza patriótica de Dn Juan Manuel de Rosas, y fueron artífices de la caída del Gobierno soberano del Restaurador y la fragmentación de nuestra patria entregando sus intereses y sus derechos al Imperio Brasileño.

***

FUENTES


ALBERDI, Juan Bautista (‘Obras Completas’, Bs.As.- 1886. Afirmado originariamente en su “Fragmento Preliminar al Estudio del Derecho”-1837). 

Tambien en:

(ver ‘www.elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com’ en el artículo https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/11/juan-bautista-alberdi-el-paradigma-del.html-ç)

ANGELIS, Pedro De (‘Archivo Americano’ Tomo 1-230, Diciembre 1850)  

ARCHIVO GENERAL DE LA NACION

BELÍN SARMIENTO, Augusto (‘Sarmiento Anecdótico”- Ensayo biográfico- Ed. Kapelusz-1905)

(https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/12/juan-manuel-de-rosas-documentacion.html

MAYER, Jorge M. ("Alberdi y Su Tiempo", EUDEBA- 1973-segunda Edición),

MONTORO GIL, Gonzalo V. (‘Carlos María De Alvear- Algunos rasgos de un sombrío filo inglés en el Plata’)

https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2023/06/carlos-maria-de-alvear-algunos-rasgos.html

MONTORO GIL, Gonzalo V.( ‘Juan Manuel De Rosas. La Revelación De Su Pensamiento A Través De Sus Cartas Privadas’)

https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2024/09/juan-manuel-de-rosas-la-revelacion-de.html

MONTORO GIL, Gonzalo V. (‘Juan Manuel De Rosas Y Manuel  José García-Una Relación Extraña Y Paradojal’)

https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2024/09/juan-manuel-de-rosas-y-manuel-jose.html

MONTORO GIL, Gonzalo V. (‘Juan Manuel  De Rosas: Rasgos Personales Que Desmienten Su Supuesta ‘Tiranía’)

https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2023/10/juan-manuel-de-rosas-rasgos-personales.html

RAMOS MEJÍA, José María (‘Las Neurosis De Los Hombres Célebres En La Historia Argentina´-Martín Biedma Editor-1878)

SALDÍAS, Adolfo (‘Historia De La Confederación Argentina: Rozas Y El Juicio Histórico’- Biblos Editorial-1881/3)

SALDÍAS, Adolfo (‘Papeles de Rozas’-vol.1-Ed. Antártida-1948)

 


miércoles, 4 de diciembre de 2024

LA ADMIRACIÓN DE ROSAS POR SAN MARTÍN: (Varios Gestos Que Lo Ennoblecen)

 LA ADMIRACIÓN DE ROSAS POR SAN MARTÍN:

(Varios Gestos Que Lo Ennoblecen)


Gonzalo V. Montoro Gil




José de San Martín y Juan Manuel de Rosas nunca se conocieron físicamente.

Pero la relación que fueron tejiendo a lo largo de los años, epistolarmente, acercó y en mucho a ambos patriotas.

Y esa relación redundó en mutua admiración por lo que ambos hicieron en pos del mantenimiento de nuestra soberanía, no solo nacional sino de América toda..

Juan Manuel de Rosas, por tal motivo, tuvo muchos gestos de reconocimiento y honores para con el Libertador y su familia  por su magna epopeya de libertar a medio continente y su desprendimiento en aras de su patria, los cuales fueron agradecidos por San Martín..

La idea de este pequeño trabajo es desgranar alguno de aquellos; los más importantes y que han quedado documentados para nuestra rica historia y los agradecimientos de éste para con aquél

Veámoslos

*

En 1820, Rosas, cuando por entonces no tenía cargas públicos y era solo un hacendado que en sociedad con Juan Nepomuceno Terrero —su futuro consuegro— se dedicaba a la administración  de varias estancias, ya tenía admiración por el Libertador. Por entonces adquirió en la zona de Matanza un establecimiento. En cuanto tuvo en su poder la documentación que convertía a Rosas, Terrero y Compañía en propietarios de la "Estancia El Pino", inmediatamente, por primero que hizo, fue cambiarle el nombre por el de  "Estancia San Martín".

*

San Martín había ofrecido sus servicios a la Confederación en la  guerra contra Francia en 1838 y el injusto bloqueo de ésta..

Rosas le responde con fecha 24 de Enero de 1839, agradeciéndole su desprendimiento:

“Señor brigadier general  D. José de San Martín. Apreciable general y distinguido compatriota:

“Al leer su muy estimable, fecha 5 de agosto último, he tenido el mayor placer, considerando por todo su contexto los nobles y generosos  sentimientos de que se halla usted animado  por la libertad y gloria de nuestra patria.  Mi satisfacción habría sido completa, si me hubiese sido posible excusar el recuerdo de los funestos sucesos que lo obligaron  a retirarse de este país, y que nos han privado, por tanto tiempo, de sus importantes servicios; pero ¡quién sabe si esto mismo, desmintiendo la maledicencia de sus enemigos, ha mejorado su posición, para que sean más estimables los que haga a esta república en lo sucesivo!

“Con efecto; el tiempo y los acontecimientos, considerados en su origen, relaciones y consecuencias, suelen ser la mejor antorcha contra las falsas ilusiones que producen la ignorancia, la preocupación y las pasiones.  Felicito a usted por el acierto con que ha sabido conocer la injusticia de sus perseguidores, y le doy lleno de contento las más expresivas gracias por la noble y generosa oferta que se sirve hacerme de sus servicios a nuestra patria en la guerra contra los franceses; pero aceptándola con el mayor gusto, como desde luego la acepto, para el caso de que sean necesarios, debo manifestarle, que por ahora no tengo recelo de que se suceda tal guerra, según lo espero por la mediación de la Inglaterra, y notorios perjuicios a las demás potencias neutrales; y, por lo mismo, al paso que me sería grato que usted se restituyese a su patria, por tener el gusto de concluir en ella los últimos días de su vida, me sería muy sensible que se molestase en hacerlo, sufriendo las incomodidades y peligros de la navegación, por solo el motivo de una guerra que, probablemente, no se verificará; y mucho mas cuando concibo que permaneciendo usted en Europa, podrá prestar en lo sucesivo a esta República sus buenos servicios en Inglaterra o Francia.      

“Al hacer á usted esta franca manifestación, solo me propongo darle una prueba del alto aprecio que me merece la importancia de su persona, recordando lo mucho que debe a  sus afanes y desvelos la independencia de esta República,  como también las de Chile y Perú; mas no exigir a usted ninguna clase de sacrificio que le sea penoso, ni menos que se prive del placer que podrá tener en volver cuanto antes a ésta patria, en donde su presencia nos sería muy grata a todos los patriotas federales.

“Los adjuntos cuadernos impresos darán a usted una idea de los sucesos de este país en 1838.

“Que dios conceda a usted la mejor salud y ventura, es el voto constante de su muy atento servidor y compatriota.    Juan Manuel de Rosas”

*

El año 1839 es rico en distinciones hechas por Rosas a San Martín. A la mencionada se agrega una que habla del concepto que tenía el Restaurador por el Libertador, al designarlo como Ministro Plenipotenciario de la Confederación Argentina en el Perú..

“Viva la Federación! - Buenos Aires, julio 17 de 1839, año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y 10 de la Confederación Argentina.

“Art. 1°.-Queda nombrado ministro plenipotenciario de la Confederación Argentina cerca del Exmo. Gobierno de la República del Perú, el brigadier general Don José de San Martín, con la asignación que determine el presupuesto del presente año, aprobado por la Honorable Junta de Representantes.

“Art. 2°.- Expídanse las credenciales correspondientes, comuníquese, publíquese é insértese en el Registro Oficial. Rosas.  Felipe Arana”

(Registro Nacional, año 1839, N° 2759).

Esta designación desvirtúa rotundamente la conjetura de que a Rosas “Europa le inspiraba menos temor que la vuelta de San Martín”, formulada por Carlos Alberto Leumann en La Prensa del 30 de enero de 1838.)

Este decreto le fue comunicado a San Martín por el Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, doctor Felipe Arana, en los siguientes términos:

“¡Viva la Federación! El ministro de relaciones exteriores de Buenos Aires encargado de las que corresponden a la Confederación Argentina. Buenos Aires, 18 de julio de 1839, año 30 de la Libertad,   24 de la independencia y 10 de la Confederación Argentina.

“Al señor brigadier general don José de San Martín.

“El infrascripto tiene la satisfacción de incluir a V.S. de orden superior, copia del decreto expedido el 17 del corriente por el excelentísimo encargado de las relaciones exteriores de la Confederación Argentina nombrando a V.S. ministro plenipotenciario cerca del gobierno de la república del Perú.

“S.E. al dispensar a V.S. este honor y señalada confianza, ha tenido presente, que no obstante haberse ausentado de la América, después de haber hecho por su libertad y especialmente por la de su patria, los más eminentes servicios, ha conservado inalterablemente el más vivo interés por los sacrosantos derechos que ayudó a conquistar, mostrando en los conflictos de su país los sentimientos dignos de un americano argentino.

“A esta consideración poderosa se ha unido también la convicción de S.E. de que la legación a que se le destina se concilia quizá con el estado de salud, dando asimismo al Perú con esta elección, que no puede dejar de serle grata, no solamente una prueba inequívoca de los deseos de la  Confederación de estrechar con él relaciones de confraternidad y amistad sincera en el sentido de los intereses generales del nuevo mundo, sino que al mismo tiempo hace la noble ostentación de elegir a tal alto objeto a un veterano de la independencia, cuyos títulos sabrán valorar los pueblos peruanos y su ilustrada administración.

“S.E. espera que V.S. no excusará a su patria este nuevo servicio sobre los muy importantes que le tiene rendidos. Y si V.S. admite el nombramiento en virtud del cual se ha extendido el adjunto diploma, espera S.E. se ponga V.S. en marcha a esta ciudad avisándolo a este ministerio, y librando a su cargo el importe de su transporte para satisfacerlo, y a fin de que se extiendan las instrucciones necesarias, y se den las órdenes relativas, al abono de los sueldos designados a los ministros plenipotenciarios. Dios guarde a V.S. muchos años.. Felipe Arana”

(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X, página 114).

Arana informa al gobierno del Perú de la referida designación, en estos términos:

“….Por tanto, y teniendo plena confianza en la prudencia, lealtad y sabiduría del brigadier general Don José de San Martín, veterano de la independencia, cuyos títulos sabrán valorar los pueblos peruanos y su ilustrada administración, ha venido en autorizarlo, nombrarlo y constituirlo, como por el presente lo nombra, lo autoriza y constituye por su ministro plenipotenciario cerca del excelentísimo gobierno de la república del Perú con las calidades que prescribe el superior  decreto del 17 del corriente; y a cuyo efecto se le expide el presente diploma firmado y sellado según corresponde.

“Dado en Buenos Aires, a los 19 de julio del año del Señor de 1839; año 30 de la libertad, 24 de la independencia y 10 de la Confederación Argentina. Juan Manuel de Rosas. Felipe Arana.”

(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X, página 115)

Una vez nombrado San Martín, Rosas –a través de su Ministro en Londres, Manuel Moreno- cumple en notificarle en forma ya oficial el nombramiento hecho:

“Londres, 15 de Octubre de 1839.

“Señor general Don José de San Martín. Señor general: Tengo el honor de transmitir a V.E. por conducto de la embajada de S. M. B. en París y de mi amigo el señor Staines, un pliego del gobierno de la república recibido con mi correspondencia por el paquete que llegó ayer, que se me encarga pasar con seguridad a sus manos, y contiene el nombramiento de V.E. como ministro plenipotenciario cerca del gobierno del Perú;  igualmente una carta del señor general Rosas y otra del señor Sarratea desde Janeiro.

“Sírvase V.E. acusarme el recibo del expresado pliego y si V.E. gusta valerse del conducto de esta legación para su respuesta, él está muy a su disposición.

“Tengo el honor de ser de V.E. muy obediente servidor que B.S.M.  Manuel Moreno”

(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X, pág. 118)

Por supuesto que San Martín recibe halagado el nombramiento pero le dice a Guido en extensa carta del 30 de Octubre de 1839 que no puede aceptarlo.

En la parte pertinente explica que “…esta prueba de alta confianza con que me honra V.E. ha excitado mi más vivo reconocimiento y no correspondería a ella sino manifestase a V.S. las razones que me impiden aceptar tan honrosa misión […] S.E. al confiarme tan alta misión tal vez ignoraba o no tuvo presente que después de mi regreso de Lima el primer congreso del Perú me nombró generalísimo de sus ejércitos señalándome al mismo tiempo una pensión vitalicia de 9.000 pesos anuales.  Esta circunstancia no puede menos que resentir mi delicadeza al pensar que tenía que representar los intereses de nuestra república ante un Estado a que soy deudor de favores tan generosos, y que no todos me supondrían con la moralidad necesaria a desempeñarla con lealtad y honor […] Dios guarde a V.S. muchos años. José de San Martín”

(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X pág. 129.)

A lo contestado por San Martin, Rosas respeta su decisión lamentando su renuncia, la que es aceptada.. Le envía, entonces, dos misivas: una oficial, a través de Felipe Arana, y otra en forma particular.

La primera - enero 16 de 1840 -dice que “El infrascripto ha elevado al Exmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la Provincia, la apreciable nota de V.E. de fecha 30 de octubre último, en que manifestando el vivo reconocimiento que ha excitado en V.S. la prueba de alta confianza con que lo ha honrado S.E. nombrándolo ministro plenipotenciario de la República cerca del Gobierno del Perú, y las consideraciones de ventajas personales que le resultarían de entrar al desempeño de aquella misión, encuentra otras que le impiden aceptarla, significando, que si una buena voluntad, un vivo deseo de acierto y una lealtad, la más pura, fuesen necesarias para aquel desempeño, sería cuanto podía ofrecer V.S. en servicio de esta República.

“S.E. el señor Gobernador, por cuya orden contesta el infrascripto, ha valorado debidamente los fundamentos de la renuncia de V.S. causados por circunstancias especiales que tan honorablemente formaron en el Perú los distinguidos y relevantes servicios que V.E. prestó a la libertad e independencia de aquella República, y con gran pesar se ve en el deber de admitir la renuncia que V.S. hace del alto cargo que S.E. encomendó a su elevado saber y acreditado patriotismo teniendo en vista los importantísimos bienes que de tan acertada elección resultaban a ambas repúblicas y á las demás del continente americano.

“Últimamente ha ordenado S.E. al infrascripto, manifieste á V.S. que al paso que siente intensamente que no se hayan conseguido los vitales objetivos que se propuso en el nombramiento de V.S. para su ministro plenipotenciario de la  República del Perú, se ha complacido en observar y aceptar con la más grata complacencia la buena voluntad, el vivo deseo de acierto y la lealtad más pura con que V.S. se ofrece en servicio de la Confederación Argentina, que con orgullo lo cuenta entre sus hijos predilectos. Dios guarde a V.S. Felipe Arana”

(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X pág. 131)

La otra carta, como se dijo, particular y confidencial de Rosas a San Martín sobre el tema  escrita el 24 de Febrero de 1840, dice en su parte pertinente:

“Mi apreciado general. Sin embargo de la fuerza de las observaciones de usted, oficialmente para no admitir la misión acerca del gobierno del Perú, fuerza que no he podido menos que reconocer, hubiera deseado que no existiera inconveniente alguno, porque estoy seguro de que usted habría llenado su destino con harto provecho para su patria y para su nombre.[…]  Acepto con placer la buena y noble voluntad de usted en favor de nuestra patria y no desconfío de que todavía pueda recibir de usted servicios importantes. Mientras tanto se le ofrece sinceramente. Su afectuoso compatriota.   Juan Manuel de Rosas”

Otro gesto de estima de Rosas está dado por gratificaciones debidas a militares que eran tierras de la Provincia.

El 14 de Julio de 1840 el Ministro del Tesoro, Manuel Insiarte, por orden de Rosas, indicaba a la Contaduría General que se debía extender a San Martín  el boleto de las tierras -6 leguas-que le correspondía, de acuerdo a la Ley. Con fecha 17 de Julio de ese mismo año, un recibo firmado por el Ministro Felipe Arana consigna de haber recibido un boleto señalado  con el Nro. 35. Lamentablemente por cuestiones burocráticas nunca se le avisó a San Martin  del premio.

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Luego del Pacto ‘Mackau-Arana’, a fines de 1840 el yerno del Libertador, Mariano Balcarce, a la sazón empleado subalterno en la Legación argentina de Londres, fue nombrado por Rosas en un cargo diplomático, menor, en la Legación argentina de París. Allí pudo, finalmente, estar toda la familia reunida de San Martín en Francia, junto a su hija Merceditas y su marido Mariano.

Estuvo un tiempo en dicha función para luego dejar de estarlo por los continuos cambios de ministros y otros problemas burocráticos..

No sería éste el último gesto de Rosas para con la familia de su admirado San Martín.

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El 8 de Noviembre  de 1841 otro gesto de reconocimiento de Rosas a San Martin fue una nota firmada por el Edecán de Rosas el General Manuel Corvalán, en su nombre  por el cual se daba el nombre de un bergantín “ San Martín”.

Efectivamente,  el Restaurador le había ordenado –por intermedio de Corvalán- al Comandante en Jefe de la Escuadra que consideraba que el nombre adecuado para el nuevo bergantín era "el respetable, noble siguiente, tan querido como memorable "SAN MARTIN". Que es éste el nombre del Santo Patrono de ésta ciudad, que fue un bravo guerrero esclarecido y tambien, que éste es también el nombre del Ilustre General San Martín, a quién tantos y tan valerosos servicios eminentes debe la Causa de Nuestra Independencia y la del Continente Americano.

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En Noviembre de 1845, Rosas en la batalla de ‘Vuelta de Obligado’ contra la invasión franco-inglesa, nombró en honor de San Martín, una de las baterías costeras con el nombre de ‘San Martin’… Un alto honor para General misionero..
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En el año 1845 y en guerra la Confederación Argentina con Francia e Inglaterra, San Martín lo felicita a Rosas por la defensa de la patria.

El 20 de Mayo de 1847, Rosas le escribe a San Martín a propósito de lo que seguía sucediendo a pesar del paso del tiempo.

”Acepto con gratitud y alto aprecio sus benévolos votos por e buen éxito y honor de la actual contienda, y deseo a Ud. la mejor salud y felicidad. Soy respetuosamente de Ud. atento compatriota y amigo Juan M. de Rosas”

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En 1848 Rosas homenajea a San Martin –otra vez- en la Sala de Representantes. En Noviembre del mismo año, con una efusiva y afectiva carta San Martín le agradece diciéndole

“…..un millón de agradecimientos, mi apreciable general por la honrosa memoria que hace Ud. de este viejo patriota en su mensaje ultimo  a la legislatura de la Provincia; mi filosofía no llega al grado de ser indiferente a la aprobación de mi conducta por los hombres de bien…”

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En el mismo 1848, unos días después de la misiva anterior, San Martín le escribe a Rosas pidiéndole –a través de su amigo  Tomás Guido –y en forma muy respetuosa y humilde ver la posibilidad –nuevamente- de nombrar a su yerno Mariano Balcarce como diplomático en la embajada Argentina en Francia ya que ello redundaría en una ayuda y asistencia a su persona a través de su yerno por la razón de que San Martín no estaba ya en su plenitud de salud.

Si bien la carta con el pedido fue enviada  a Tomás Guido, como intermediario e íntimo amigo de San Martin, el pedido no fue a Guido sino al Jefe de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas, autorizado a la designación de funcionarios diplomáticos.

Guido (Ministro de Gobierno) no estaba en condiciones legales de decidir sobre la designación de funcionario alguno  sino que quien lo designaba era Rosas.

La prueba está en que cuando Rosas lo designa, San Martín le agradece POR CARTA, a ROSAS; NO A GUIDO. (Si hubiera sido Guido quien lo hubiera designado, el agradecimiento de San Martin hubiese sido a él)

Rosas accede y le escribe carta el Marzo de 1848 diciéndole:

"…"Soy muy sensible a los agradecimientos que V. me dirige en su carta por la memoria que he hecho de V. en el último mensaje a la legislatura de la Provincia. ¿Cómo quiere V. que no lo hiciera cuando viven entre nosotros sus hechos heroicos, y cuando V. no ha cesado de engrandecer-los con sus virtudes cívicas? Este acto de justicia ningún patriota puede negarlo, y mengua fuera hacerlo, al ínclito vencedor de Chacabuco y Maipú. Buenos Aires y su legislatura misma se haría responsable de tan perjudicial olvido, si lo hubiera tenido. En esa honrosa memoria sólo he llenado un deber que nada tiene V. que agradecerme…”

San Martín le agradece profundamente el nuevo gesto para con él y su familia enviándole una carta el  29 de noviembre de 1848:

” En mediados del presente mes comunicaron desde París, mi amigo el señor don Manuel de Sarratea y mi hijo político don Mariano Balcarce, el nombramiento que ha tenido usted la bondad de hacer a este último como oficial de la Legación Argentina en Francia, y que estoy seguro desempeñará con honor. Esta nueva y no prevista prueba de amistad me demuestra cada día más, el empeño de usted de contribuir a hacer más soportables los males de este viejo patriota. Gracias; un millón de gracias, mi apreciable general, por todos sus favores. El estado  de mi salud quebrantada y privado de la vista, si las circunstancias me obligase a separarme de este país, visto su estado precario, como igualmente el del resto de Europa, permita V. el que dicho mi hijo [por su yerno, Balcarce] me acompañe pues me sería imposible hacerlo sin su auxilio”…”, etc, etc

Rosas le escribe en Marzo de 1849:

“…En el nombramiento que el Gobierno ha hecho en su hijo político para oficial de la Legación Argentina en París, sólo ha sido guiado del íntimo deseo de manifestarle á usted el vivo aprecio que hace de sus inmarcesibles servicios á la patria, y los honorables antecedentes de su digno hijo. Si este acto de justicia ha sido acogido por usted con tanto agradecimiento, para mí no ha sido menor mi satisfacción el haber podido demostrarle el distinguido aprecio que de usted hago, así como de su digna familia. Pero es bien entendido que en la distinción hecha á don Mariano Balcarce, asignándole un puesto en la Legación Argentina en París, no puede comprenderse la idea de separarle un apoyo con que usted cuenta en su bien sensible situación, ni quitarle el auxilio de su persona, que tanto lo requiere su interesante salud. Puede usted estar seguro que si llegase el caso de tener usted que separarse de ese país, don Mariano Balcarce lo acompañará, y desde ahora lo autorizo para que así lo haga, bastando para ello que usted muestre esta carta al señor don Manuel de Sarratea, ministro plenipotenciario en París, etc, etc” 

(Archivo General de la Nación- Documentos escritos. Sala VII. Legajo 191)

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En la "Gazeta Mercantil", el periódico que dirigía Pedro de Angelis, se lee con fecha lunes 5 de abril de 1849: que la plaza denominada antes como del "Restaurador Rosas", ha recibido también variación, sustituyéndose ahora con la de "Plaza San Martín" y colocándose en ella las tablitas con la siguiente inscripción: 'Desde el 12 de Diciembre de 1816 hasta el 12 de Febrero de 1817 JORNADA DE LOS ANDES". En ésta inscripción se ha procurado perpetuar uno de los hechos gloriosos, y uno de los muchos servicios importantes que aquél General rindió a la Causa de la Independencia de su Patria".

La plaza a que se refiere el periódico estaba ubicada en el barrio de Monserrat, entre las calles llamadas en esa época Buen Orden, Restaurador Rosas, Lima y Monserrat. En la actualidad correspondería a la ubicación del Ministerio de Obras Públicas, en la avenida 9 de Julio y Belgrano.

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El 27 de Diciembre de 1849 Rosas, en los mensajes que hacía en la Sala de Representantes rendía homenaje –una vez mas- a José de San Martín. Este le agradecía por ‘la constancia con que se empeña en honrar al memoria de un viejo amigo’-(San Martín dixit).

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Rosas en carta escrita a San Martín del 17 de agosto de 1850, justo el día en que San Martín moría y que, por lo tanto, carta que nunca pudo leer, le decía:

“…Si en el último menaje, como en los otros anteriores, he hecho el debido homenaje a la memoria de Ud., ha sido, entre otras consideraciones, porque me ha cabido la suerte de consolidar la independencia que Ud. conquistó, y he podido apreciar sus afanes por los míos”

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Como corolario hemos dejado testimonio como a lo largo de los años, la admiración de Rosas por San Martín no decayó ni un solo instante; es más, fue en permanente aumento. Éste supo apreciarlo humildemente y fue siempre agradecido hasta el final de sus días....

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FUENTES

ARCHIVO GENERAL DE LA NACIÓN- (Documentos escritos. Sala VII. Legajo 191; Sala VII. Legajo 191)

Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X, página 114, 115, 118, 129,131,

DOALLO, Beatriz Cecina (“El Exilio del Libertador”-Instituto Nacional de Investigaciones Históricas ‘Juan Manuel de Rosas’-Colección Estrella Federal’-Nro.16-Ediciones Theoria-Junio 1997)

IBARGUREN, Carlos (“San Martín, Íntimo”-Ediciones Peuser-2da.Edición-1950)

SAN MARTÍN, José de (“Su correspondencia-1823-1850”-2da. Edición-Museo Histórico Nacional-1910)

ZINNY,  Antonio (“La Gaceta Mercantil de Buenos Aires”. Tomo II, pág. 377)