LA ADMIRACIÓN DE ROSAS POR SAN MARTÍN:
(Varios Gestos Que Lo Ennoblecen)
Gonzalo V. Montoro Gil
José de San Martín y Juan Manuel de Rosas nunca se conocieron físicamente.
Pero la relación que fueron tejiendo a lo largo de los años, epistolarmente,
acercó y en mucho a ambos patriotas.
Y esa relación redundó en mutua admiración por lo que ambos hicieron en pos
del mantenimiento de nuestra soberanía, no solo nacional sino de América toda..
Juan Manuel de Rosas, por tal motivo, tuvo muchos gestos de reconocimiento
y honores para con el Libertador y su familia por su magna epopeya de libertar a medio
continente y su desprendimiento en aras de su patria, los cuales fueron
agradecidos por San Martín..
La idea de este pequeño trabajo es desgranar alguno de aquellos; los más
importantes y que han quedado documentados para nuestra rica historia y los
agradecimientos de éste para con aquél
Veámoslos
*
En 1820, Rosas, cuando por entonces no tenía cargas públicos y era solo un
hacendado que en sociedad con Juan Nepomuceno Terrero —su futuro consuegro— se
dedicaba a la administración de varias
estancias, ya tenía admiración por el Libertador. Por entonces adquirió en la
zona de Matanza un establecimiento. En cuanto tuvo en su poder la documentación
que convertía a Rosas, Terrero y Compañía en propietarios de la "Estancia El Pino", inmediatamente,
por primero que hizo, fue cambiarle el nombre por el de "Estancia
San Martín".
*
San Martín había ofrecido sus servicios a la Confederación en la guerra contra Francia en 1838 y el injusto
bloqueo de ésta..
Rosas le responde con fecha 24 de Enero de 1839, agradeciéndole su
desprendimiento:
“Señor brigadier
general D. José de San Martín. Apreciable general y distinguido
compatriota:
“Al leer su muy
estimable, fecha 5 de agosto último, he tenido el mayor placer, considerando
por todo su contexto los nobles y generosos sentimientos de que se halla
usted animado por la libertad y gloria de nuestra patria. Mi
satisfacción habría sido completa, si me hubiese sido posible excusar el
recuerdo de los funestos sucesos que lo obligaron a retirarse de este
país, y que nos han privado, por tanto tiempo, de sus importantes servicios;
pero ¡quién sabe si esto mismo, desmintiendo la maledicencia de sus enemigos,
ha mejorado su posición, para que sean más estimables los que haga a esta
república en lo sucesivo!
“Con efecto; el
tiempo y los acontecimientos, considerados en su origen, relaciones y
consecuencias, suelen ser la mejor antorcha contra las falsas ilusiones que
producen la ignorancia, la preocupación y las pasiones. Felicito a usted
por el acierto con que ha sabido conocer la injusticia de sus perseguidores, y
le doy lleno de contento las más expresivas gracias por la noble y generosa oferta
que se sirve hacerme de sus servicios a nuestra patria en la guerra contra los
franceses; pero aceptándola con el mayor gusto, como desde luego la acepto,
para el caso de que sean necesarios, debo manifestarle, que por ahora no tengo
recelo de que se suceda tal guerra, según lo espero por la mediación de la
Inglaterra, y notorios perjuicios a las demás potencias neutrales; y, por lo
mismo, al paso que me sería grato que usted se restituyese a su patria, por
tener el gusto de concluir en ella los últimos días de su vida, me sería muy
sensible que se molestase en hacerlo, sufriendo las incomodidades y peligros de
la navegación, por solo el motivo de una guerra que, probablemente, no se
verificará; y mucho mas cuando concibo que permaneciendo usted en Europa, podrá
prestar en lo sucesivo a esta República sus buenos servicios en Inglaterra o
Francia.
“Al hacer á usted
esta franca manifestación, solo me propongo darle una prueba del alto aprecio
que me merece la importancia de su persona, recordando lo mucho que debe
a sus afanes y desvelos la independencia de esta República, como
también las de Chile y Perú; mas no exigir a usted ninguna clase de sacrificio
que le sea penoso, ni menos que se prive del placer que podrá tener en volver
cuanto antes a ésta patria, en donde su presencia nos sería muy grata a todos
los patriotas federales.
“Los adjuntos
cuadernos impresos darán a usted una idea de los sucesos de este país en 1838.
“Que dios conceda
a usted la mejor salud y ventura, es el voto constante de su muy atento
servidor y compatriota. Juan Manuel de Rosas”
*
El año 1839 es rico en distinciones hechas por Rosas a San Martín. A la
mencionada se agrega una que habla del concepto que tenía el Restaurador por el
Libertador, al designarlo como Ministro Plenipotenciario de la Confederación
Argentina en el Perú..
“Viva la Federación! -
Buenos Aires, julio 17 de 1839, año 30 de la Libertad, 24 de la Independencia y
10 de la Confederación Argentina.
“Art. 1°.-Queda
nombrado ministro plenipotenciario de la Confederación Argentina cerca del
Exmo. Gobierno de la República del Perú, el brigadier general Don José de San
Martín, con la asignación que determine el presupuesto del presente año,
aprobado por la Honorable Junta de Representantes.
“Art. 2°.-
Expídanse las credenciales correspondientes, comuníquese, publíquese é
insértese en el Registro Oficial. Rosas. Felipe Arana”
(Registro Nacional, año 1839, N° 2759).
Esta designación desvirtúa rotundamente la conjetura de
que a Rosas “Europa le inspiraba menos temor que la vuelta de San Martín”,
formulada por Carlos Alberto Leumann en La Prensa del 30 de enero de 1838.)
Este decreto le fue comunicado a San Martín por el
Ministro de Relaciones Exteriores de la Confederación Argentina, doctor Felipe
Arana, en los siguientes términos:
“¡Viva la
Federación! El ministro de relaciones exteriores de Buenos Aires encargado de
las que corresponden a la Confederación Argentina. Buenos Aires, 18 de julio de
1839, año 30 de la Libertad, 24 de la independencia y 10 de la
Confederación Argentina.
“Al señor
brigadier general don José de San Martín.
“El infrascripto
tiene la satisfacción de incluir a V.S. de orden superior, copia del decreto
expedido el 17 del corriente por el excelentísimo encargado de las relaciones
exteriores de la Confederación Argentina nombrando a V.S. ministro
plenipotenciario cerca del gobierno de la república del Perú.
“S.E. al
dispensar a V.S. este honor y señalada confianza, ha tenido presente, que no
obstante haberse ausentado de la América, después de haber hecho por su
libertad y especialmente por la de su patria, los más eminentes servicios, ha
conservado inalterablemente el más vivo interés por los sacrosantos derechos
que ayudó a conquistar, mostrando en los conflictos de su país los sentimientos
dignos de un americano argentino.
“A esta
consideración poderosa se ha unido también la convicción de S.E. de que la
legación a que se le destina se concilia quizá con el estado de salud, dando
asimismo al Perú con esta elección, que no puede dejar de serle grata, no
solamente una prueba inequívoca de los deseos de la Confederación de
estrechar con él relaciones de confraternidad y amistad sincera en el sentido
de los intereses generales del nuevo mundo, sino que al mismo tiempo hace
la noble ostentación de elegir a tal alto objeto a un veterano de la
independencia, cuyos títulos sabrán valorar los pueblos peruanos y su ilustrada
administración.
“S.E. espera que
V.S. no excusará a su patria este nuevo servicio sobre los muy importantes que
le tiene rendidos. Y si V.S. admite el nombramiento en virtud del cual se ha
extendido el adjunto diploma, espera S.E. se ponga V.S. en marcha a esta ciudad
avisándolo a este ministerio, y librando a su cargo el importe de su
transporte para satisfacerlo, y a fin de que se extiendan las instrucciones
necesarias, y se den las órdenes relativas, al abono de los sueldos designados
a los ministros plenipotenciarios. Dios guarde a V.S. muchos años.. Felipe
Arana”
(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X,
página 114).
Arana informa al gobierno del Perú de la referida
designación, en estos términos:
“….Por tanto, y
teniendo plena confianza en la prudencia, lealtad y sabiduría del brigadier
general Don José de San Martín, veterano de la independencia, cuyos títulos
sabrán valorar los pueblos peruanos y su ilustrada administración, ha venido en
autorizarlo, nombrarlo y constituirlo, como por el presente lo nombra, lo
autoriza y constituye por su ministro plenipotenciario cerca del excelentísimo
gobierno de la república del Perú con las calidades que prescribe el
superior decreto del 17 del corriente; y a cuyo efecto se le expide el
presente diploma firmado y sellado según corresponde.
“Dado en Buenos
Aires, a los 19 de julio del año del Señor de 1839; año 30 de la libertad, 24
de la independencia y 10 de la Confederación Argentina. Juan Manuel de Rosas.
Felipe Arana.”
(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X,
página 115)
Una vez nombrado San Martín, Rosas –a través de su
Ministro en Londres, Manuel Moreno- cumple en notificarle en forma ya oficial
el nombramiento hecho:
“Londres, 15 de Octubre
de 1839.
“Señor general Don José
de San Martín. Señor general: Tengo el honor de transmitir a V.E. por
conducto de la embajada de S. M. B. en París y de mi amigo el señor Staines, un
pliego del gobierno de la república recibido con mi correspondencia por el
paquete que llegó ayer, que se me encarga pasar con seguridad a sus manos, y
contiene el nombramiento de V.E. como ministro plenipotenciario cerca del
gobierno del Perú; igualmente una carta del señor general Rosas y otra
del señor Sarratea desde Janeiro.
“Sírvase V.E. acusarme
el recibo del expresado pliego y si V.E. gusta valerse del conducto de esta
legación para su respuesta, él está muy a su disposición.
“Tengo el honor de ser
de V.E. muy obediente servidor que B.S.M. Manuel Moreno”
(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X, pág. 118)
Por supuesto que San Martín recibe halagado el
nombramiento pero le dice a Guido en extensa carta del 30 de Octubre de 1839
que no puede aceptarlo.
En la parte pertinente explica que “…esta prueba de alta confianza con que me honra V.E. ha excitado mi
más vivo reconocimiento y no correspondería a ella sino manifestase a V.S. las
razones que me impiden aceptar tan honrosa misión […] S.E. al confiarme tan alta misión tal vez ignoraba o no tuvo presente
que después de mi regreso de Lima el primer congreso del Perú me nombró
generalísimo de sus ejércitos señalándome al mismo tiempo una pensión vitalicia
de 9.000 pesos anuales. Esta circunstancia no puede menos que
resentir mi delicadeza al pensar que tenía que representar los intereses de
nuestra república ante un Estado a que soy deudor de favores tan generosos, y
que no todos me supondrían con la moralidad necesaria a desempeñarla con
lealtad y honor […] Dios guarde a
V.S. muchos años. José de San Martín”
(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X
pág. 129.)
A lo contestado por San Martin, Rosas respeta su decisión lamentando su
renuncia, la que es aceptada.. Le envía, entonces, dos misivas: una oficial, a
través de Felipe Arana, y otra en forma particular.
La primera - enero 16 de 1840 -dice que “El
infrascripto ha elevado al Exmo. Sr. Gobernador y Capitán General de la
Provincia, la apreciable nota de V.E. de fecha 30 de octubre último, en que
manifestando el vivo reconocimiento que ha excitado en V.S. la prueba de alta
confianza con que lo ha honrado S.E. nombrándolo ministro plenipotenciario de
la República cerca del Gobierno del Perú, y las consideraciones de ventajas
personales que le resultarían de entrar al desempeño de aquella misión,
encuentra otras que le impiden aceptarla, significando, que si una buena
voluntad, un vivo deseo de acierto y una lealtad, la más pura, fuesen
necesarias para aquel desempeño, sería cuanto podía ofrecer V.S. en servicio de
esta República.
“S.E. el señor
Gobernador, por cuya orden contesta el infrascripto, ha valorado debidamente
los fundamentos de la renuncia de V.S. causados por circunstancias especiales
que tan honorablemente formaron en el Perú los distinguidos y relevantes
servicios que V.E. prestó a la libertad e independencia de aquella República, y
con gran pesar se ve en el deber de admitir la renuncia que V.S. hace del alto
cargo que S.E. encomendó a su elevado saber y acreditado patriotismo teniendo
en vista los importantísimos bienes que de tan acertada elección resultaban a
ambas repúblicas y á las demás del continente americano.
“Últimamente ha ordenado
S.E. al infrascripto, manifieste á V.S. que al paso que siente intensamente que
no se hayan conseguido los vitales objetivos que se propuso en el nombramiento
de V.S. para su ministro plenipotenciario de la República del Perú, se ha
complacido en observar y aceptar con la más grata complacencia la buena
voluntad, el vivo deseo de acierto y la lealtad más pura con que V.S. se ofrece
en servicio de la Confederación Argentina, que con orgullo lo cuenta entre sus
hijos predilectos. Dios guarde a V.S. Felipe Arana”
(Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X pág. 131)
La otra carta, como se dijo, particular y confidencial de Rosas a San
Martín sobre el tema escrita el 24 de
Febrero de 1840, dice en su parte pertinente:
“Mi apreciado general.
Sin embargo de la fuerza de las observaciones de usted, oficialmente para no
admitir la misión acerca del gobierno del Perú, fuerza que no he podido menos
que reconocer, hubiera deseado que no existiera inconveniente alguno, porque
estoy seguro de que usted habría llenado su destino con harto provecho para su
patria y para su nombre.[…] Acepto con placer la buena y noble voluntad de usted en
favor de nuestra patria y no desconfío de que todavía pueda recibir de usted
servicios importantes. Mientras tanto se le ofrece sinceramente. Su afectuoso
compatriota. Juan Manuel de Rosas”
“
Otro gesto de estima de Rosas está dado por gratificaciones debidas a
militares que eran tierras de la Provincia.
El 14 de Julio de 1840 el Ministro del Tesoro, Manuel Insiarte, por orden
de Rosas, indicaba a la Contaduría General que se debía extender a San
Martín el boleto de las tierras -6
leguas-que le correspondía, de acuerdo a la Ley. Con fecha 17 de Julio de ese
mismo año, un recibo firmado por el Ministro Felipe Arana consigna de haber
recibido un boleto señalado con el Nro.
35. Lamentablemente por cuestiones burocráticas nunca se le avisó a San
Martin del premio.
*
Luego del Pacto ‘Mackau-Arana’, a fines de 1840 el yerno
del Libertador, Mariano Balcarce, a la sazón empleado subalterno en la Legación
argentina de Londres, fue nombrado por Rosas en un cargo diplomático, menor, en
la Legación argentina de París. Allí pudo, finalmente, estar toda la familia
reunida de San Martín en Francia, junto a su hija Merceditas y su marido
Mariano.
Estuvo un tiempo en dicha función para luego dejar de
estarlo por los continuos cambios de ministros y otros problemas burocráticos..
No sería éste el último gesto de Rosas para con la
familia de su admirado San Martín.
*
El 8 de Noviembre
de 1841 otro gesto de reconocimiento de Rosas a San Martin fue una nota
firmada por el Edecán de Rosas el General Manuel Corvalán, en su nombre por el cual se daba el nombre de un bergantín “
San Martín”.
Efectivamente, el Restaurador le
había ordenado –por intermedio de Corvalán- al Comandante en Jefe de la
Escuadra que consideraba que el nombre adecuado para el nuevo bergantín era "el respetable, noble siguiente, tan
querido como memorable "SAN MARTIN". Que es éste el nombre del
Santo Patrono de ésta ciudad, que fue un bravo guerrero esclarecido y tambien,
que éste es también el nombre del Ilustre General San Martín, a quién tantos y
tan valerosos servicios eminentes debe la Causa de Nuestra Independencia y la
del Continente Americano.
*
En Noviembre de 1845,
Rosas en la batalla de ‘Vuelta de
Obligado’ contra la invasión franco-inglesa, nombró en honor de San Martín,
una de las baterías costeras con el nombre de ‘San Martin’… Un alto honor para General misionero..
*
En el año 1845 y en guerra la Confederación Argentina con
Francia e Inglaterra, San Martín lo felicita a Rosas por la defensa de la
patria.
El 20 de Mayo de 1847, Rosas le escribe a San Martín a
propósito de lo que seguía sucediendo a pesar del paso del tiempo.
”Acepto con
gratitud y alto aprecio sus benévolos votos por e buen éxito y honor de la
actual contienda, y deseo a Ud. la mejor salud y felicidad. Soy respetuosamente
de Ud. atento compatriota y amigo Juan M. de Rosas”
*
En 1848 Rosas homenajea a San Martin –otra vez- en la
Sala de Representantes. En Noviembre del mismo año, con una efusiva y afectiva
carta San Martín le agradece diciéndole
“…..un millón de
agradecimientos, mi apreciable general por la honrosa memoria que hace Ud. de
este viejo patriota en su mensaje ultimo
a la legislatura de la Provincia; mi filosofía no llega al grado de ser
indiferente a la aprobación de mi conducta por los hombres de bien…”
*
En el mismo 1848, unos
días después de la misiva anterior, San Martín le escribe a Rosas pidiéndole –a través de su amigo Tomás Guido –y en forma muy respetuosa y
humilde ver la posibilidad –nuevamente- de nombrar a su yerno Mariano Balcarce
como diplomático en la embajada Argentina en Francia ya que ello redundaría en
una ayuda y asistencia a su persona a través de su yerno por la razón de que
San Martín no estaba ya en su plenitud de salud.
Si bien la carta con el pedido
fue enviada a Tomás Guido, como
intermediario e íntimo amigo de San Martin, el pedido no fue a Guido sino al
Jefe de la Confederación Argentina, Juan Manuel de Rosas, autorizado a la
designación de funcionarios diplomáticos.
Guido (Ministro de Gobierno) no
estaba en condiciones legales de decidir sobre la designación de funcionario
alguno sino que quien lo designaba era
Rosas.
La prueba
está en que cuando Rosas lo designa, San Martín le agradece POR CARTA, a ROSAS;
NO A GUIDO. (Si hubiera sido Guido quien lo hubiera designado, el
agradecimiento de San Martin hubiese sido a él)
Rosas accede y le escribe carta el Marzo de 1848 diciéndole:
"…"Soy muy sensible a
los agradecimientos que V. me dirige en su carta por la memoria que he hecho de
V. en el último mensaje a la legislatura de la Provincia. ¿Cómo quiere V. que
no lo hiciera cuando viven entre nosotros sus hechos heroicos, y cuando V. no
ha cesado de engrandecer-los con sus virtudes cívicas? Este acto de justicia
ningún patriota puede negarlo, y mengua fuera hacerlo, al ínclito vencedor de
Chacabuco y Maipú. Buenos Aires y su legislatura misma se haría responsable de
tan perjudicial olvido, si lo hubiera tenido. En esa honrosa memoria sólo he
llenado un deber que nada tiene V. que agradecerme…”
San Martín le agradece profundamente el nuevo gesto para
con él y su familia enviándole
una carta el 29 de noviembre de 1848:
” En
mediados del presente mes comunicaron desde París, mi amigo el señor don Manuel
de Sarratea y mi hijo político don Mariano Balcarce, el nombramiento que ha
tenido usted la bondad de hacer a este último como oficial de la Legación
Argentina en Francia, y que estoy seguro desempeñará con honor. Esta nueva y no
prevista prueba de amistad me demuestra cada día más, el empeño de usted de
contribuir a hacer más soportables los males de este viejo patriota. Gracias;
un millón de gracias, mi apreciable general, por todos sus favores. El estado
de mi salud quebrantada y privado de la vista, si las circunstancias me
obligase a separarme de este país, visto su estado precario, como igualmente el
del resto de Europa, permita V. el que dicho mi hijo [por su yerno,
Balcarce] me acompañe pues me sería
imposible hacerlo sin su auxilio”…”, etc,
etc
Rosas le
escribe en Marzo de 1849:
“…En el nombramiento que el Gobierno ha hecho en su hijo político para
oficial de la Legación Argentina en París, sólo ha sido guiado del íntimo deseo
de manifestarle á usted el vivo aprecio que hace de sus inmarcesibles servicios
á la patria, y los honorables antecedentes de su digno hijo. Si este acto de
justicia ha sido acogido por usted con tanto agradecimiento, para mí no ha sido
menor mi satisfacción el haber podido demostrarle el distinguido aprecio que de
usted hago, así como de su digna familia. Pero es bien entendido que en la
distinción hecha á don Mariano Balcarce, asignándole un puesto en la Legación
Argentina en París, no puede comprenderse la idea de separarle un apoyo con que
usted cuenta en su bien sensible situación, ni quitarle el auxilio de su
persona, que tanto lo requiere su interesante salud. Puede usted estar seguro
que si llegase el caso de tener usted que separarse de ese país, don Mariano
Balcarce lo acompañará, y desde ahora lo autorizo para que así lo haga,
bastando para ello que usted muestre esta carta al señor don Manuel de
Sarratea, ministro plenipotenciario en París, etc,
etc” …
(Archivo
General de la Nación- Documentos escritos. Sala VII. Legajo 191)
*
En la
"Gazeta Mercantil", el periódico que dirigía Pedro de Angelis, se lee
con fecha lunes 5 de abril de 1849: que la plaza denominada antes como del
"Restaurador Rosas", ha recibido también variación,
sustituyéndose ahora con la de "Plaza San Martín" y
colocándose en ella las tablitas con la siguiente inscripción: 'Desde el 12
de Diciembre de 1816 hasta el 12 de Febrero de 1817 JORNADA DE LOS ANDES".
En ésta inscripción se ha procurado perpetuar uno de los hechos gloriosos, y
uno de los muchos servicios importantes que aquél General rindió a la Causa de
la Independencia de su Patria".
La
plaza a que se refiere el periódico estaba ubicada en el barrio de Monserrat,
entre las calles llamadas en esa época Buen Orden, Restaurador Rosas, Lima y
Monserrat. En la actualidad correspondería a la ubicación del Ministerio de
Obras Públicas, en la avenida 9 de Julio y Belgrano.
*
El 27
de Diciembre de 1849 Rosas, en los mensajes que hacía en la Sala
de Representantes rendía homenaje –una vez mas- a José de San Martín. Este le
agradecía por ‘la constancia con que se empeña en honrar al memoria de un
viejo amigo’-(San Martín dixit).
*
Rosas
en carta escrita a San Martín del 17 de agosto de 1850, justo el día en que San
Martín moría y que, por lo tanto, carta que nunca pudo leer, le decía:
“…Si en el último menaje, como en
los otros anteriores, he hecho el debido homenaje a la memoria de Ud., ha sido,
entre otras consideraciones, porque me ha cabido la suerte de consolidar la
independencia que Ud. conquistó, y he podido apreciar sus afanes por los míos”
*
Como corolario
hemos dejado testimonio como a lo largo de los años, la admiración de Rosas por
San Martín no decayó ni un solo instante; es más, fue en permanente aumento.
Éste supo apreciarlo humildemente y fue siempre agradecido hasta el final de
sus días....
***
FUENTES
ARCHIVO
GENERAL DE LA NACIÓN- (Documentos escritos. Sala VII. Legajo 191; Sala VII.
Legajo 191)
Documentos del Archivo del General San Martín. Tomo X,
página 114, 115, 118, 129,131,
DOALLO, Beatriz Cecina (“El Exilio del
Libertador”-Instituto Nacional de Investigaciones Históricas ‘Juan Manuel
de Rosas’-Colección Estrella Federal’-Nro.16-Ediciones Theoria-Junio 1997)
IBARGUREN, Carlos (“San Martín, Íntimo”-Ediciones
Peuser-2da.Edición-1950)
SAN MARTÍN, José de (“Su
correspondencia-1823-1850”-2da. Edición-Museo Histórico Nacional-1910)
ZINNY, Antonio (“La Gaceta
Mercantil de Buenos Aires”. Tomo II, pág. 377)
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