CORONEL PEDRO JOSÉ DÍAZ
(Héroe Olvidado de Nuestra Independencia y de la Soberanía Nacional)
Gonzalo V. Montoro Gil
Mientras
nuestros escribas y literatos a sueldo siguen llenando nuestras cabezas (y
plazas, monumentos, calles) con nombres de traidores a la nación, al igual que
el Coronel Martiniano Chilavert emerge otro héroe olvidado ex –profeso: el
Coronel Pedro José Díaz.
Muchas veces
se dijo que Juan Manuel de Rosas perseguía a los Unitarios. Mentira. Solo
perseguía y encarcelaba a aquellos que se levantaban contra el orden legal e
institucional cometiendo asesinatos y que se aunaban al extranjero para
conquistar nuestra patria, sean estos Unitarios o Federales como los Maza.
De lo
contrario –y la historia abunda en ejemplos- muchos unitarios vivían y
trabajaban pacíficamente y en forma privada en el país (salvo, a veces, en
organismos públicos).
Rosas siempre
acogió a aquellos que defendieron la soberanía patria sin preguntar sus
simpatías políticas.
Por ejemplo,
Ibarra en Santiago del Estero era conocido por no ser ‘rosista’.
Y en la
batalla de Caseros, sus principales espadas contra el invasor brasileño y los
traidores internos como Urquiza y Garzón, fueron dos Unitarios que pelearon
codo a codo con el Restaurador, a su derecha e izquierda: los Coroneles
Martiniano Chilavert y Pedro José Díaz, sin abdicar ellos de sus creencias
políticas.
Ya nos hemos
referido en otra ocasión al Coronel Chilavert.
Hoy varios
autores nos traen una semblanza del Coronel Díaz, digno hijo de la tierra….
*
Pedro José
Díaz se llamaba. Nació en Mendoza el 17 de mayo de 1800, y era
hijo del sargento mayor Luciano Díaz y de doña Dorotea Ordóñez.
Estudió
con el franciscano fray José Benito Lamas y tenía trece años cuando su padre lo
presentó a San Martín, quien lo aceptó como' cadete.
Hizo la
epopeya de los Andes con el Libertador en 1816 con solo 16 años, luchando en
Chacabuco, Cancha Rayada y Maipú.
Su sable
también mostró su filo en la aciaga "Sorpresa de Cancha Rayada", el
19 de Marzo de 1818.
Luchó en
la Batalla de Maipú, recibiendo las condecoraciones otorgadas por los gobiernos
de Chile y de las Provincias Unidas.
A los
veinte años, ya era Capitán.
En 1821,
ya con el grado de capitán, llegó a las fortalezas del Callao y en esta campaña
el propio Libertador le encomendó entrara en Lima al frente de su compañía, el
primero de todos. Y el 11 de julio fue
Díaz quien custodió la entrada en Lima de San Martín.
Cuando la
sublevación del Callao cayó prisionero y poco después consiguió fugarse y pasar
a servir con Bolívar y Sucre.
El 14 de
agosto de 1821 estuvo en el violento asalto a las fortificaciones del Callao a
las órdenes del general Las Heras, en que los patriotas fueron rechazados con
algunas pérdidas.
En
noviembre del mismo año fue nombrado “Benemérito de la Orden del Sol” y en
septiembre de 1822 ascendió al grado de sargento mayor.
En 1826
hizo la campaña del Brasil y por su distinguida actuación en la Batalla de
Ituzaingó obtuvo los despachos de teniente coronel.
Terminada
la guerra del Brasil, Díaz apoyó el movimiento del 1º de diciembre de 1828,
contándose entre los hombres de Juan Galo Lavalle cuando éste se rebebló,
siendo ascendido luego a coronel del Batallón 4º de Cazadores y quedando a
cargo del comando de la Frontera Norte
Hizo con
éste las campañas de 1839 y 1840. La historia cuenta que estando presente en la
batalla de "Quebracho Herrado", y cuando ésta ya se estaba definiendo
para los Federales, Díaz, que se hallaba al frente de su Regimiento, recibe una
carta que le envía Lavalle, diciéndole que la batalla estaba perdida, y que
tratara de buscar refugio. Díaz contestó a Lavalle, con el mismo mensajero:
"-Donde mueran mis hombres, allí también
morirá el Coronel Díaz-".
El 28 de
noviembre de este último año cayó prisionero del coronel Hilario Lagos, Federal
reconocido, que al verlo, fue a abrazarse con Díaz, felicitándolo por su
bravura en el combate, y también intercedió ante Oribe, para que no lo
ejecutara.
A pesar
de ser un Unitario convencido, cuando el Ejército Grande de Urquiza se presentó
en "Caseros", el 3 de febrero de 1852, enfrentando a Rosas, el
Coronel Pedro José Díaz, no se le unió, sino que por el contrario, comandó la
Infantería ‘Rosista’.
Tanto
Chilavert como Díaz habían puesto su
espada al servicio de Juan Manuel de Rosas.
Cuando el
pronunciamiento de Urquiza contra Rosas, pese a ser unitario, ofreció su espada
a la Confederación y se incorporó al ejército federal.
Estaba el
Coronel Díaz prisionero en Santos Lugares pero le fue devuelta su plena
libertad, su grado y los sueldos adeudados.
*
Muchos
años después Antonino Reyes le escribe a Adolfo Saldías y le comenta –como
testigo directo- que Máximo Terrero fue quien recomendó a Díaz y con el tiempo fueron
estrechando una sólida amistad. Terrero fue predisponiendo día a día mas a
Rosas a favor de Díaz comentándole que “Díaz
aparecía como el soldado franco, caballero, sin excusarse de pertenecer al
partido unitario; pero al mismo tiempo obediente al gobierno de quien dependía,
manifestándome siempre que toda vez que la patria fuese amenazada por fuerzas
extranjeras y muy particularmente por el Brasil, estaría a su defensa, aunque
fuese uniéndose si era necesario a los salvajes de la pampa. Yo le recordaba a
su pasado y la alianza francesa, pero a esto sólo me contestaba:
- no hablemos más de eso: hoy han cambiado las
circunstancias y me hallo libre de ciertos compromisos que me tenían atado
entonces-”.
Y antes
de la Batalla de Caseros Reyes el continúa contando a Saldías que en su momento
y antes de la batalla que se avecinaba, le preguntó a Díaz:
"-Y usted, coronel, ¿qué papel desempeñará
en esta emergencia; son los suyos los que vienen-”
“-No... es Urquiza, es el Brasil, y yo como
soldado estaré en mi pueblo puesto al lado del Gobierno de mi patria, sea Rosas
o el diablo-”.
“Que
conociendo al hombre como se lo hago presente, podía estar seguro que lo que me
diría era lo que sentía y que por nada cambiaría en su modo de pensar. Así fué
que cuando llegó el momento no tuve inconveniente en asegurar que el coronel
Díaz serviría al gobierno con la lealtad que lo caracterizaba, si los
El 2 de
Febrero de 1852 en el día previo a la batalla en Caseros, Rosas llama a junta
de guerra donde se encontraba el Mayor Antonino Reyes, Jerónimo Costa, el
General Pinedo, el Coronel Chilavert, y el Coronel Hilario Lagos, entre otros.
Al
primero le pide alguien capacitado para organizar un batallón. Éste le indica
al Coronel Díaz, como experimentado militar que residía en Buenos Aires desde
que fue hecho prisionero luego de la batalla de Quebracho Herrado, como
lugarteniente de Lavalle.
Díaz le
dice a Reyes su postura y que se la haga saber a Rosas:
«-Dígale usted al señor gobernador, le respondió
Díaz á Reyes, que aprecio la confianza con que me honra: que aunque unitario, he
de cumplir mi deber como soldado á las órdenes del gobierno de mi patria.» Por
tal incidencia se organizó esa brigada de infantería, la única que con la famosa
artillería de Chilavert sostuvo hasta el
fin el fuego contra los imperiales-”.
Al día
siguiente, en Caseros, los coroneles Díaz y Chilavert fueron los héroes de la
batalla, en el ejército federal. Ambos combatieron con bravura de león.
Como dice
Adolfo Saldías: “Después de una hora de
rudo combatir a pie firme, los batallones de Díaz, disminuidos, cercados,
exhaustos de fatiga, y faltos de municiones, iniciaron un movimiento de
retirada apoyando su flanco con líneas de tiradores a lo largo de unas zanjas y
cerco de tunas”.
Y, más
adelante, agrega: “Poco después de las
dos de la tarde y, cuando la caballería aliada amenazaba rodear completamente
las brigadas de Chilavert y de Díaz, se aproximó por el flanco derecho de estas
una columna de caballería atraída por la vista de Rosas y los que lo
acompañaban, y la cual chocó con la división Sosa.
Rechazada
esta envolvió en sus filas a Rosas, al mayor Reyes y a algunos oficiales”. Díaz
y Chilavert fueron los últimos Oficiales en permanecer en el Campo de Batalla,
siendo ambos tomados prisioneros. Díaz logró salvar la vida, pero Chilavert fue
fusilado por orden de Urquiza.
*
Meses
después, en setiembre de 1852 Díaz fue nombrado capitán del puerto de Buenos
Aires, y durante el gobierno del general Manuel Guillermo Pinto, ministro de la
Guerra.
Terminada
la contienda entre el estado de Buenos Aires y la Confederación Argentina, el Coronel
Díaz se retiró a la vida privada, implantando un establecimiento agrícola en
Morón, pero a pesar de su prescindencia de los asuntos políticos y militares,
se le consideró complicado en un movimiento subversivo que debió estallar en
Buenos Aires, en junio de 1855, por lo cual fue arrestado en su residencia en
Morón y conducido a Buenos Aires, donde este gran soldado permaneció tres meses
en incómoda cárcel.
El 1º de
julio de 1866 fue nombrado Jefe del Estado Mayor del “Ejército de la Frontera
Sud”, en reemplazo del coronel Emilio Mitre. Dicho ejército tenía su
cuartel general en San Benito
El
Coronel Pedro José Díaz morirá enfermo, en la Ciudad de Buenos Aires el 11 de
Diciembre de 1857.
*
Una populosa y
reconocida Avenida de Buenos Aires llevaría su nombre. Una obra editada por el investigador histórico Canido
Borges fundamenta que está referido al Coronel Pedro José Díaz, aunque hay
dudas al respecto.
Dudas
que se acrecientan pues sería casi una excepción en medio del
‘lavado de cabeza’ liberal que continúa hasta el día de hoy, en el cual casi
brillan por su ausencia las calles, plazas, monumentos a los verdaderos
patriotas.
El cuerpo
del valeroso Coronel patriota Pedro José Díaz, está en el Cementerio de la Recoleta,
y lamentablemente está en muy mal estado de conservación. Por respeto a la
memoria de éste gran soldado, quizás alguien debería restaurarla.
El Héroe
de Chacabuco, Maipú e Ituzaingó, y el defensor de la soberanía nacional en
Caseros, se lo merece.
**
FUENTES:
CANIDO BORGES, Jorge Oscar, (‘Buenos Aires, esa desconocida; sus calles, plazas y monumentos’, Ed. Corregidor, Bs. As., 2003)
CASTAGNINO, Leonardo (‘Coronel Pedro José Díaz’ - La Gazeta Federal – www.lagazeta.com.ar)
SALDÍAS, Adolfo (‘Historia de la Confederación Argentina’- Tomo III y V- Buenos
Aires, Félix Lajouane Editor- 2da Edición-1892)
TURONE, Gabriel y Oscar (‘Pedro José Díaz’- www.revisionistas.com.ar)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario