ANÁLISIS DE LA PELÍCULA “INFANCIA CLANDESTINA”
Y ANTONIO GRAMSCI
Gonzalo V. Montoro Gil
Uno está habituado a
ver en forma directa, sin subterfugios, las proclamas guerrilleras en favor de
sus asesinatos fríos supuestamente ‘patrióticos’ (sic). Son filmes directos,
sin metáforas, crudos, maniqueos donde están los ‘buenos’ (ellos) y los ‘malos’
(todos los demás).
Pero desde hace unos
años han aparecido acciones fílmicas, comunistas, con claro tinte ‘gramsciano’ que son aún más peligrosas
porque acá el enemigo de la patria no solo no se vé, sino que se presentan
estos filmes supuestamente imparciales cuando en realidad no lo son. La acción
para concientizar a quienes ven los filmes es larvado, aparentemente inocuos,
pero en realidad sumamente dañinos.
Un ejemplo es la
película argentina-brasileña-uruguaya, INFANCIA CLANDESTINA (2011). Allí se
utiliza el adoctrinamiento comunista ‘agiornado’ propugnado al comienzo del
siglo XX por el comunista italiano Gramsci que decía, entre otras cosas:
“La conquista del poder
CULTURAL es previa a la del
poder político y eso se logra mediante la acción concertada de los INTELECTUALES llamados ‘orgánicos’ infiltrados en todos los
medios de comunicación, expresión y
universitarios….La única forma que tenemos para hacernos del poder como
comunistas no es lo que hizo Marx. Debemos infiltrarnos
dentro de la Iglesia y en la Comunidad
Educativa, lentamente, e ir transformando
y ridiculizando las tradiciones que se han sostenido históricamente a fin de ir
destruyéndolas y formando la sociedad que nosotros queremos”
Esto es, conquistando
las mentes, formándolas, para luego el asalto al poder político se dará por
decantación.
En el film
de marras se presenta un grupo guerrillero, familia, con dos hijos pequeños.
Son adorables todos: tocan la guitarra, cantan, hacen asados, festejan
cumpleaños, la madre arropa a su hijo más pequeño recién nacido, tienen un tío
muy querible que da consejos de vida a su sobrino mediante fábulas y cuentos.
Todo color de rosa.
Pero a trascartón,
juntan armas, granadas, y salen de recorrida a matar gente por el centro de la
ciudad. Esto último no se ve pero se declara sin tapujos cuando a lo largo de la película los padres y el tío
junto a otros ‘patriotas’ salen a hacer sus correrías y vuelven a su reducto,
ante la mirada del chico mayor que –bien adoctrinado por sus padres- es
obligado a cambiar de nombre, de fecha de nacimiento, etc….
Los padres no tienen
inconveniente en preparar los ataques a
la sociedad rodeados por sus hijos que ven como las armas entran y salen de la
casa. La madre con una mano manipula armas de fuego y con la otra tiene en
brazos a su bebé a quien dispensa tiernos mimos.
¡Qué lindo cuadro
familiar!. Uno ve la película y siente que ese matrimonio, da su vida por la
patria, supuestamente, mientras salen a matar gente indefensa, vuelven y hacen fiestas, asados con otros compañeros,
tocan guitarra, se abrazan tiernamente, cantan, etc.
Afuera, están los
‘malos’, esto es, aquellos que los combaten y que tienen miradas torvas,
insultan, salen de noche a buscar
‘militantes del pueblo’ que
resisten….
Mientras -el único personaje centrado- es la madre de
la terrorista asesina (Natalia Oreiro) que trata de volver a la realidad a su
hija y que le dice que piense en sus hijos…nada hará cambiar a su hija y a su
yerno en sus acciones homicidas, pero….son simpáticos, abnegados, y junto con el tío –hermano del guerrillero
protagonista- forman una familia que
dice amar a sus hijos y sobrinos pero no trepidan en arriesgar sus vidas a cada
instante , como hace notar la abuela desesperada. El único ser ligado a su
familia y a su nieto.
En este film, en el
cual nuevamente pero en forma más sutil, los ‘buenos’ son los asesinos
guerrilleros castro-comunistas y los
‘malos’ son el ejército sanmartiniano que, encima para ellos, osa poner el
‘sol’ en la bandera argentina, lo cual es rechazado por el hijo que no quiere
izar la bandera en la escuela por dicho motivo, adoctrinado por sus padres.
Dicen defender el
pueblo, pero el pueblo da la espalda a estos internacionalistas, pero ellos no
lo ven; no importa, asesinan por la patria (sic) pero son buenos, alegres,
familieros, son ‘militantes sociales y
revolucionarios’ (sic)….
Uno termina hasta
casi doliéndose de que los padres y el tío terminen muertos en una ataque que
realizan…Cuando el tío se da cuenta que va a ser atrapado, se pone una granada
en la boca, abraza a un policía y se inmola con él. El policía seguramente
tenía familia. Nada importa al buen tío con ‘onda’, y tampoco a los productores
y directores del film;
Los padres luego
tienen un tiroteo con la policía y mueren ( no se muestra nada de todo ello). Los
pobres chicos de los protagonistas quedan a la deriva. Menos mal que tienen una
abuela que los quiere y los protege y que les da lugar en su hogar a esos
huérfanos.
En ningún momento de
la película se hace notar el error, el salvajismo, de los fríos asesinos que
son los padres de los chicos, que para los que realizan el film son, como se
dijo, ‘militantes sociales’ (sic) que
se inmolan por sus ideales…Son ‘jóvenes
idealistas’, a fuerza de matar gente por la espalda.
Esa palabra deriva de
‘militares’, ‘militia’. Pero no son militares, no son soldados: combaten a
escondidas, disfrazados, sin uniforme que los identifique, atacando por la
espalda. No son víctimas, son victimarios. Son en realidad, asesinos
despiadados, aunque aparezcan en el film como buenos padres, afectuosos, una
buena familia, que luchan por una sociedad mejor. No hay un gesto de duda en sus acciones, no se plantean ningún tipo de
arrepentimiento. Nada de nada. Los hijos parecen ser más un escudo o camouflage que otra cosa. Por eso en su
egoísmo, ni siquiera se los dan a la abuela para salvarles la vida. Sociópatas
impíos, brutales e inhumanos.
De las presentaciones
del film y las declaraciones del Director se entenderá todo. Veamos la
presentación de la película:
La intención
edulcorada del comportamiento de la familia asesina de civiles, militares,
obreros, etc, queda evidenciada por las propias palabras de su director
Benjamín Ávila que dijo haber vivido parte de lo que se relata en la película:
“la cotidianeidad de esos militantes que
estaban dispuestos a dar sus vidas por sus ideales, y que tenían una vida
detrás de esa lucha. Intenté dar una visión más humana y realista de cómo
fueron las cosas, Es verdad que vivimos incontables situaciones de miedo, de
horror, pero también había humor, amor, vidas sujetas a cierta normalidad,
vidas más o menos parecidas a las de otras personas”. la película propone una mirada humanizada de
los militantes de los 70, que permite al espectador asomarse a esas historias
sensibilizándose con la convicción y el idealismo que los movilizaba”. Uno
de los productores Tristán Bauer dice que la idea del film es ‘conectar con el lado emocional de la gente”
Correcto. Esto es
Gramsci en estado puro. Son gente ‘normal’
(sic), idealistas, ‘parecida su vida a la
de otras personas, con humor, amor’ (sic), es decir se propone una vida ‘humanizada’ (sic). Claro. No se explica
lo de las bombas, secuestros, asesinatos de tanta gente mayor y niños,
inocentes. Del odio manifiesto y de la nula empatía hacia las víctimas. No se
apunta a la realidad de lo que pasó en aquellos años, sino que yendo a la parte
‘emocional’ (sic) se traslada esta sensación a hacer ‘realidad’ lo hechos
descriptos.
Los del ejército y
las fuerzas de seguridad son ‘grupos parapoliciales’
(sic)….aparecen como seres oscuros, mal hablados, agresivos contra el niño
protagonista, en tenebrosas celdas o depósitos que ‘persiguen y asesinan a militantes sociales y revolucionarios’
(sic)….
El film fue premiado
en ….La Habana, Cuba.
La película está producida por el Estado Argentino (TV Pública- Radio y Televisión Argentina (RTA) –cuyo titular TRISTAN BAUER- y por LUIS PUENZO director de la otrora famosa y triste película LA HISTORIA OFICIAL.
Esto significa que
nosotros con nuestros impuestos financiamos en parte esta película.
El director y
guionista es NICOLÁS ÁVILA y le dedica la película a su madre supuestamente
DETENIDA-DESAPARECIDA (Sara E. Zermoglio) y a “todos los hijos, nietos, militantes y a todos aquellos que han
conservado la fe” (sic-. No dice fé en qué o en quien, ya que seguramente
son agnósticos o ateos; se supone, pues, fe en la victoria final del socialismo marxista….)
Así pues, con todos
estos datos finales vemos que la película está producida, dirigida y dedicada
por aquellos que ostensiblemente agredieron a nuestra nación pasando ante el
mundo como víctimas inocentes, afectivas, honestas, idealistas patriotas,
siendo en realidad impiadosos sociópatas asesinos de nuestro pueblo, de nuestra
soberanía y de nuestra integridad territorial.
La conquista de las
inteligencias, de las almas a través de la deformación de la cultura nacional y
el manejo de los medios de comunicación para hacernos creer que lo que vemos
fue lo que pasó, es el primer paso en la táctica comunista ‘gramsciana’, ya que la lucha armada fue
su más grande fracaso ante un pueblo sano que les dio la espalda.
Reescribiendo la
historia a través de la nueva ‘cultura’ intentan lo que no pudieron en forma
directa y foquista. Lo que quieren es la conquista del intelecto con el que se
debe conquistar las sociedades antes que al Estado. El marxismo, según Gramsci,
es una religión de intelectuales.
Nuestro pueblo debe
saber, parafraseando a lo que alguien dijo alguna vez, que el comunismo
gramsciano, el socialismo es la filosofía del fracaso, el credo a la ignorancia
y la prédica a la envidia; su virtud inherente es la distribución igualitaria
de la miseria que se sostuvo o sostiene sobre millones de muertos inocentes en
un gulag que se deglute todo lo que tiene de humano cada ser, inclusive su vida.
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