Gonzalo V. Montoro Gil
Generalmente en la
historia existen fechas icónicas que reflejan el comienzo o el final de una
época histórica o de un gran acontecimiento o de un gobierno.
El 3 de Febrero de 1852
es la fecha exacta de la Batalla de Caseros donde termina el gobierno de la
Confederación Argentina ‘rosista’, con la caída del Restaurador de las Leyes
Dn. Juan Manuel de Rosas y su lucha por la soberanía nacional.
Una época histórica
plena de eventos históricos militares y civiles en lucha por nuestra soberanía
hispánica.
Hay algunos civiles que,
siendo férreos partidarios de la Federación, no trepidaron en algún momento de
sus vidas en ‘darse vuelta’ sin ambages y traicionar a su patria como José
Rivera Indarte, Pastor Obligado, Rufino de Elizalde, civiles.
Los que fueron militares,
sus traiciones son menos perdonables: los mayores son Justo José de Urquiza, Eugenio
Garzón, etc.
Y también hay otros cuya
conductas traicioneras pueden ser menos conocidas y sobre los cuales ya hemos
hablado en otros trabajos: Gregorio Aráoz de Lamadrid [1]
[2]
y el Brig. Tomás Brizuela [3],
alias ‘el Zarco’.-
Lo que siguió al 3 de
Febrero fue una parodia de la Confederación en manos de su verdugo el referido Justo
José de Urquiza. Nuevos vientos soplaban en nuestras tierras.
Pero, esa batalla
legendaria no fue el último acto de la Confederación Argentina ‘rosista’
soberana, aunque es un hecho no divulgado suficientemente.
Si, cayó Rosas, pero no
todos lo supieron…. en la referida fecha.
En aquellos tiempos la
noticias no corrían como hoy; por lo tanto, se sabían los acontecimientos con
un retardo de días o semanas.
En este contexto, el
Gobernador de la Provincia de Tucumán (14-11-1841 a
14-6-1852 y luego de 16-1-1853 a 16-10-53) era el Brigadier General
Celedonio Gutierrez, fiel espada Federal y unido en la política de defensa de
nuestra soberanía con Rosas,
Sabedor de la guerra
que se avecinaba en el Río de la Plata, estaba atento a las incursiones de los
Unitarios de la Coalición del Norte, que rondaban por Bolivia, Salta y Jujuy.
¿Como era la sociedad
tucumana bajo el mandato de Gutierrez?
Netamente Federal.
A partir de su
asunción, se sintió más claramente la influencia de Rosas en la provincia: se
exigió el uso de la divisa punzó, el grito de ¡Viva la Confederación Argentina!
y ¡Mueran los Salvajes unitarios! encabezó las actas de la legislatura, las
peticiones a la autoridad y las notas oficiales junto a la nueva forma de
fechar.
También abundaron
expresiones obsecuentes hacia el Restaurador. Éstas repiten las mismas ideas:
aseguran que ningún argentino antes había alcanzado su altura, lo describen
como el gran defensor de la libertad americana y del orden del país afirmando
que nadie más que él podía hacerse cargo de las altas funciones que
desempeñaba; Rosas era descripto como un hombre imprescindible.
El mismo Rosas le
escribió felicitándolo por sus importantes servicios rendidos a la Santa causa
de nuestra Confederación. El gobierno tucumano cuidó todos los detalles, como
el enviar oportunamente un regalo representativo de la región al Restaurador,
gesto extendido entre las administraciones adictas. Celedonio Gutiérrez le
obsequió a Rosas en 1848, dos sillas de cedro tucumano trabajadas
exquisitamente por artesanos de la provincia.
El ‘MONITOR FEDERAL’
era una publicación oficial, supervisada por el ministro Adeodato Gondra. El
semanal publicaba los actos de gobierno (leyes, decretos, proyectos) y las
noticias de Bs. As. También artículos de diarios europeos. Los temas litúrgicos
rosistas se repiten religiosamente en él. En primera plana yacía el infaltable
y enorme ¡Viva la Confederación Argentina!; abajo en el centro el escudo de la
Provincia y a un lado: ¡Viva el Gran Rosas! y al otro, Mueran los inmundos
salvajes Unitarios! Luego, en todos los números, una sentencia de Cicerón
advertía a los Unitarios:
“Juzgo que no puede tener apego a sus hogares
A las leyes del país, ni a los queridos principios
De la libertad, aquel que gustoso promueva la
discordia;
La matanza de ciudadanos, o lo que es lo mismo,
La guerra civil. Digno sería un tal malvado
De ser exterminado y borrado del número de los Hombres”.
Cicerón
Cuando se alzó en armas
Urquiza y avanzaba sobre Montevideo en 1844, el Diario puso en primera plana:
“¡Pueblos de América!
¡Hombre todos del Globo! ¡Ved ahí el resultado de todo cuanto han escrito y
ejecutado los enemigos de la Confederación Argentina y del Héroe que la
preside! ...El Americano de sangre más helada no podrá menos que maldecir a los
traidores salvajes unitarios autores de tantas desgracias. Ellos son
exclusivamente responsables ante Dios y la Patria de la sangre que se ha
derramado y de las inmensas fortunas que han sido destruidas”
El 24 de Enero de 1842
ocurrió algo singular en Tucumán. El gobierno decretó la erección, en la plaza principal
de la ciudad, de un monumento dedicado a perpetuar la gratitud de Tucumán hacia
el incomparable americano, Restaurador de las leyes, el Brigadier Don Juan
Manuel de Rosas y al ejército de la Federación bajo el mando de su General en
Jefe, Don Manuel Oribe.
En esta ocasión todo el
vecindario aclamó a Rosas en la plaza embanderada en medio de repiques de
campanas y bandas de música. (Por otro lado, es necesario advertir que el
monumento a Rosas fue derribado inmediatamente después de quedar Gutiérrez
apartado del cargo).
Dicen que era
algo autoritario pero diplomático. Como conocedor experimentado de la
naturaleza humana, él era un hombre astuto, pragmático y de carácter pacífico. Historiadores
tucumanos consideran que el suyo fue un gobierno de prosperidad y tolerancia.
Gutiérrez tuvo valores
positivos anhelados por la comunidad: era concebido por muchos como garante del
orden y propulsor de la civilización, como un mandatario moderado y conciliador,
defensor de la paz y de la autonomía provincial.
Antonio
CAPONNETTO nos advierte sobre un dato que entendemos de relevancia y que
refiere al personaje de esta historia:
Recordemos que
la severidad de Rosas era aplicable, primero y sobre todo, en su propia persona
el cual un día olvidó las reglas formales de conducta en su estancia y se hizo
aplicar latigazos por el descuido frente a todos sus peones y con ello hacer
notar que las leyes eran para todos por igual.
En ese plano
puede observarse la estrictez y la justicia de Juan Manuel de Rosas en una
resolución de su gobierno: el Restaurador había hecho fusilar en 1848 a
Ladislao Gutiérrez y a su amante, Camila O’Gorman, según las leyes imperantes
en ese momento (las leyes vigentes sancionaban el sacrilegio del robo y
escándalo relacionados con el caso con la pena de muerte, de acuerdo con las
Partidas 1 4-71, I 18-6 y VII 2-3, aplicables al caso).
Pues bien,
Celedonio Gutiérrez, fiel Federal y ‘rosista’ era por entonces Gobernador de
Tucumán y era el tío del cura fusilado en Buenos Aires junto a su amante;
así también la tradicional familia O’Gorman participaba del federalismo
imperante y su padre Eduardo, nada dijo ni hizo abochornado como estaba, para
que el Restaurador mitigara el castigo.
Sin embargo,
Rosas no hizo distingos y, haciendo cumplir la ley, ordenó fusilarlos a pesar
del federalismo de sus familias y a pesar del pedido de su hija Manuelita que
era muy amiga de Camila.
La justicia de
la orden puede ser vista también desde el lado de los familiares de los
ejecutados: el Gobernador Celedonio Gutiérrez, a pesar del dolor que
seguramente sintió por la muerte de su sobrino, siguió siendo Federal ‘rosista’
defendiendo la causa de la soberanía hasta después de Caseros como veremos más
adelante, no mezclando los asuntos familiares con los públicos.
El Brigadier
General Celedonio Gutiérrez se convirtió en un referente de los federales
tucumanos que luchaban contra los liberales de su provincia y de las vecinas,
mientras Lamadrid confiscaba sus bienes.
Gobernó con
"facultades extraordinarias", pero mantuvo la legislatura y no tuvo
serios problemas con la oposición, a la que no permitió organizarse. Fundó una
escuela de primeras letras (estas habían desaparecido con sus maestros
unitarios), apoyó la industria azucarera, terminó el edificio del Cabildo y
comenzó la construcción de la catedral. Gobernó durante una década en paz y con
gran crecimiento económico. Hizo un censo que determinó que Tucumán tenía 47.000
habitantes, y realizó otro de producción agrícola.
*
Pues bien, resulta que en ese
contexto a fines del mes de Enero de 1852
el coronel Unitario Juan Crisóstomo Álvarez invadió
la provincia desde Bolivia, rechazando
la paz ofrecida por Gutiérrez.
A comienzos del año 1852, el coronel Juan Crisóstomo Alvarez invadió la
provincia de Tucumán; en Cardones tomó una división tucumana, y el 4 de febrero
amenaza con “pasar a cuchillo” a todos los prisioneros si se le dispara un solo
tiro; el día 5 estaba en Tafí, y el día 10, en Tapia. Gutiérrez le salió
al encuentro y lo derrotó en El Manantial el 15 de febrero, tomándolo
prisionero, haciéndolo fusilar en el Rincón de Pajonal, el día 17 del mismo mes
y año.
Este, -sin saber el resultado
de la Batalla de Caseros que produjo la caída de Rosas- lo derrotó y lo hizo
fusilar a él y a sus oficiales por traidor y vendidos al vil oro
brasilero.
Es decir, Gutierrez batalló
por un gobierno nacional…al momento de la lucha, no existía más….
Curiosamente Urquiza no
pediría cuentas a Gutierrez por este fusilamiento. Y se desentendió de los ya
‘libertadores’ Unitarios de la Coalición del Norte y lo mantuvo como Gobernador
de Tucumán, siendo el único que lo sostuvo.
Está claro que Urquiza
necesitaba apoyos en el interior para su gobierno y no le convenía
Invitado por Urquiza, firmó
con los otros gobernadores el Acuerdo de San Nicolás, por el que
se llamaba a la Convención que daría la Constitución del 53, y dejaba el mando
general de la Nación en Urquiza.
Con los años fue perseguido
por distintos personajes Unitarios como Salvador María del Carril. Tuvo idas y
venidas en sus luchas por el interior. Huyó varias veces e intentó otras tantas
reinstalar gobiernos federales en el interior, junto al Chacho Peñaloza y otros
caudillos federales sin conseguirlo.
Murió en Tucumán a en 1880 en el pueblo de Alderetes, al este de la ciudad de Tucumán.
FUENTES
YABEN Jacinto R.., (“Brigadier
General Celedonio Gutiérrez”, en Biografías Argentinas y Sudamericanas,
Tomo III, pág. 23-27)
PADILLA, Alberto (“El general Celedonio Gutiérrez y la política en
la Confederación”-1946).
TURONE, Oscar ( “Celedonio
Gutierrez”- http://www.revisionistas.com.ar/?p=11851
ZINNY,
Antonio (“Historia de los Gobiernos de las Provincias Argentinas”.
[Noroeste], tomo II, Imprenta y librería de Mayo, Bs. As., 1880, pp. 545 y 546).
Archivo
Histórico de Tucumán, sección Administrativa, vol. 56 (año 1841 fojas 62 y vol.65-72, años 1847-1852. 15 Actas de la Sala
de Representantes, de la Biblioteca de la Universidad Nacional de Tucumán,
Facultad de Filosofía y Letras, Tomo II, sesión del 24 de Noviembre de 1849.
Diario
‘EL MONITOR FEDERAL’ Nº 65, Julio
21 de 1844 y N°66, 28-VII-1844,
Provincia de Tucumán.
Álbum
General de la Provincia de Tucumán en el 1º Centenario de la Independencia
Argentina 1816- 1916, publicación oficial, Tucumán 1916, p. 87
******
[1] MONTORO GIL, Gonzalo V. (‘Gregorio Aráoz De
Lamadrid: Otro Homenaje A Un Traidor A La Nación’ https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/03/gregorio-araoz-de-lamadrid-otro.html)
[2] LA GAZETA FEDERAL (‘ GREGORIO ARÁOZ DE LAMADRID ('La
Gazeta Federal' www.lagazeta.com.ar - https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2019/04/de-pluma-ajena-www.html
[3] SALDÍAS, Adolfo (‘Brig.Tomás Brizuela, otro traidor a la Nación’- https://elmensajerodelaconfederacionargentina.blogspot.com/2020/04/de-pluma-ajena-adolfo-saldias-brigtomas.html
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